viernes, 22 de diciembre de 2017

Dashua

Miércoles y Sábados 21 hs en Teatro La Otra Orilla ( Gral.Uquiza 124 )






Dramaturgia y Dirección de Omar Pacheco.

Un espectáculo impactante que atraviesa los sentidos, el que nos propone Omar Pacheco con Dashua, que luego de más de una década de no estrenar una obra propia, vuelve al ruedo.

Omar Pacheco, es un dramaturgo muy talentoso, un verdadero estudioso del arte, hace 35 años se dedica a la investigación y a la formación de actores, con un estilo personal y totalmente opuesto al teatro tradicional.

Pacheco tiene un método de trabajo propio, creador del Grupo Teatro Inestable, sus trabajos son extremadamente cuidados, generalmente les dedica muchísimos meses de ensayos, antes de estrenarlos y siempre orientado a la fuerza de las imágenes, de los cuerpos, en su teatro la palabra queda relegada a un segundo plano, con una propuesta brillante desde lo estético y con una puesta que conmueve.




En Dashua, el autor, nos trae de manera implícita, de la locura del hombre, del abuso de poder que constantemente debemos soportar y en particular de la violencia que el hombre ejerce sobra la mujer,principalmente a través de preceptos religiosos y del poder.
Es importante señalar, que no hay una violencia explicita en escena,sin embargo la violencia se siente fuertemente en un ambiente cargado, donde la angustia y la tensión estarán presentes a lo largo de toda la función.

La puesta que nos propone el autor y director, es brillante, tiene una potencia inusitada, con un despliegue de recursos técnicos y estéticos, que sin dudas no son moneda corriente en nuestro teatro independiente.






Para conseguir semejante puesta, Pacheco se vale de numerosos recursos, los principales son el diseño lumínico y la música que acompañan la trama, ambos rubros con un desarrollo sobresaliente.

El sistema de luces creado por el mismo autor, es impactante, jugando permanente con dualidad luz y oscuridad, hay mucho de cinematográfico en su puesta, con cuadros breves y precisos,  sorprendiendo ver como los haces de luz salen de cualquier hendija o recoveco de la sala, pasamos de la claridad a la oscuridad en segundos y casi como por arte de magia.

Y que decir de la música, con una potencia y una nitidez, que abruman, tienen una fuerza que logra poner en trance al espectador, que recibe una lluvia de estímulos. Es una música con toques místicos, un canto gregoriano que vienen desde lo alto y nos eleva.






La idea del autor, es además de innovadora y totalmente alejada de los cánones del teatro tradicional que estamos acostumbrados a ver, para conseguir una puesta tan cuidada, en el que todos los detalles están cuidados al milímetro y los movimientos y las coreografías, se ejecutan con una precisión asombrosa, es necesario contar con intérpretes de excelencia.

Y esta excelencia, llega aquí de la mano de María Centurión como Mara, esa mujer que soporta los abusos y las humillaciones de Ante, interpretado por Valentín Madeiros, el hombre poderoso, el que somete y quiere imponer sus ideas. Se recrea un juego por momentos macabro entre víctima y victimario, no exento de cierta magia. Los protagonistas se comunican entre ellos, en un idioma que no entendemos, pareciera ruso o alún dialecto árabe, pero no lo es. Al tener los protagonistas una expresividad tan alta, con esas miradas tan intensas, parecemos descifrarlo. Son los cuerpos de los protagonistas, que se expresan y trasmiten ese mensaje de terror y de angustia, que pide la trama y se respira en el ambiente.

Los trabajos de María y de Valentín, son excelentes, con una entrega absoluta y una precisión tal, que denota muchísimos meses de ensayos y además un compromiso total con la idea del autor.
Hay que verlos en acción, para vivir todo lo que hacen en escena y entender con que facilidad ejecutan movimientos tan complejos.





Para este lucimiento, es fundamental el aporte que realizan Hernán Alegre y Kaio de Almeida, los artistas en la oscuridad, a cargo de la realización de objetos y la maquinaria, piezas fundamentales en este construcción, donde el trabajo en equipo es fundamental.

Veremos aparecer y desaparecer en ese escenario vasto, gran cantidad de objetos, vemos baúles que se abren, espejos que caminan por el escenario, pañuelos rojos que flotan en el aire, guantes misterioso, etc. El espectáculo está lleno de magia, hay efectos especiales y prevalece lo onírico, el espectador se deja llevar, se abre a lo desconocido, al principio duda que es real y que no, pero al poco tiempo decide entregarse al espectáculo y lo disfruta a pleno.

Hablando del escenario, digamos que La Otra Orilla es el teatro de Omar Pacheco, su reducto, donde experimenta con total libertad, aprovechando un espacio escénico repleto de puertas, pasadizos, fosos, desniveles y alturas, de los que aparecerán y desaparecerán los actores, siempre jugando con la luz y la falta de ella.






Realmente salimos del teatro maravillados y profundamente conmovidos, por este espectáculo multisensorial que nos propone el director. Un espectáculo absolutamente distinto, una construcción profunda, alejada del teatro convencional, que inquieta y que nos indaga en nuestro interior, de la mano de una puesta extremadamente potente, que abruma por su fuerza y su crudeza-

En conclusión, una pieza excelente, una verdadera genialidad, teatro sin textos, donde la música, la luz y los cuerpos de esos actores, son los que mandan.

Amigo lector / espectador, le recomendamos que se sume a este viaje fantástico que nos propone el autor y deje que sean sus sentidos, los que, lo conduzcan a una experiencia teatral, que sin dudas lo conmoverá.



Pensador Teatral-


martes, 19 de diciembre de 2017

Los Hermanos Montesco

Sábados 20 y 22 hs en Patio de Actores ( Lerma 565 )






Dramaturgia y Dirección de Juan Ignacio Acosta.

Una extraordinaria obra nos presenta este joven autor y director, con esta versión libre de Romeo y Julieta, la famosa tragedia de William Shakespeare, que en el relato original, cuenta la historia de dos jóvenes enamorados, que pese a la oposición de sus familias, que eran enemigas, deciden casarse en forma clandestina y vivir juntos.

Aquí la historia, mantiene algunos elementos, están las dos familias rivales, los poderosos Capuleto y los más humildes Montesco, familias que en algún momentos estuvieron juntos, pero hoy son enemigos acérrimos.
Aparece Julieta Capuleto, una bella doncella, a quien su padre, quiere unir en matrimonio con un joven adinerado, pero el corazón de Julieta ( Lucía Ferrari ), no entenderá esas razones y se enamorará de un Montesco.





Y aquí es donde, la versión de Juan Ignacio Acosta toma otro giro, ya que el papel de Romeo, es interpretado por Pedro Molina, un joven actor, con síndrome de down. Su anhelo es llegar hasta Julieta y para conseguirlo, contará con la ayuda y la tenacidad de su hermano Pietro ( Agustín Maradei )

La obra nos hablará del poder del amor, sobre los mandatos familiares y las divisiones que provocan guerras sin sentido y la existencia de un odio, que nunca conduce a nada bueno Esta temática, que el célebre Shakespeare escribió en 1597, presenta una vigencia increìble, ya que han pasado más de 400 años y sin embargo parece que fue escrita el mes pasado.

Los Hermanos Montesco es una pieza auspiciada por el Fondo Nacional de las Artes, a través de una beca de creación otorgada a Juan Ignacio Acosta, que dirige la Compañia de Arte Integrado " Las Ilusiones!, compuesta por más de 300 personas con capacidades diferentes. Aquí su mirada y su pluma sensible, que nos regala una obra entrañable y conmovedora, enmarcada en una puesta inusual, para el teatro independiente, ya que 12 actores en escena, 6 bailarinas y 2 músicos en vivo, lo que le dá la puesta,  un despliegue admirable y una riqueza que debemos destacar.







La trama mantiene la atención del espectador en todo su desarrollo y pasa por todos los estados, tiene momentos graciosos, otros de hondo dramatismo y gran cantidad de momentos que emocionan profundamente.

La pieza tiene un desarrollo muy dinámico, que se apoya en un guión original y atractivo y en las estupendas actuaciones que tiene la obra.

Nos tomaremos unas líneas para mencionarlos. Arrancamos por Pedro Molina, el gran protagonista de esta obra, que logra dar vida a un Romeo entrañable. Su interpretación, es una revelación absoluta, mostrando que con voluntad y trabajo, todo puede conseguirse y en este caso con una gran entrega, resuelve en forma admirable, el rol protagónico que le encomendaron, gracias a sus ganas y su talento, además del acompañamiento que le brinda un elenco que se nota lo quiere mucho y lo apuntala en todo momento.






Son muchos los actores, pero hagamos justicia al menos con algunos de ellos. Hay un enorme trabajo de Agustín Maradei como Pietro Montesco, mostrando un gran entendimiento con Romeo y siendo gran protagonista de la historia, poniendo el foco en esta especial relación fraternal de amor y protección.  Excelente labor de Agustín.

Santiago García como Mercucio y Pablo Neville como Benvolio, son dos montescos, que con mucha pasión, defienden el honor de su familia  Energía a l tope y una gran entrega de ambos sobre el escenario.
Pablo Scorcelli es Teobaldo, pertenece al bando de los Capuleto, que también se destaca mucho, al igual que Agustin Oberto, como Paris, el pretendiente de Julieta, bendecido por el padre.

Del lado femenino, nos encantaron Julieta ( Lucia Ferrari ) la bella capuleto que decide apostar por el dictado de su corazón y Ana González, como una dulce y contenedora Nodriza, que es la confidente de Julieta y con su amor trata de acercar las posiciones encontradas de la familia. Magnífica interpretación de Ana, una actriz de gran experiencia, que aquí demuestra toda su valía, logrando constituirse, en una de las mejores actuaciones de la noche.





Completan el elenco, Fernando Pardo, el enérgico jefe de los Capuleto y su esposa Paola Medrano, con su estilo marcial y sus palabras en francés. Formando una muy buena dupla, mostrando su autoritarismo y su intolerancia ante el diferente. Pregonan querer un mundo sano, libre de seres enfermos, sin entender, que son ellos, los que están enfermos de odio.

Del lado de los Montesco, Facundo Ponce, como el jefe de familia, que busca evitar el conflicto y mantener en raya a los jóvenes de su familia y Cinthia Avila, quien tiene la función de cuidar a Romeo e impedir que salga solo, aportan lo suyo.

Como pueden ver un elenco numeroso, que logra lucirse en lo individual y en lo grupal, teniendo incidencia aquí el director que logra amalgamar a tantos actores de diferentes edades y características.






No debemos dejar de mencionar el muy buen trabajo del ensamble, conformado por Leticia Loffler, Camila Otreras, Paula Calzia, Milagros Binay, Mónica Cano y Giuliana Ferro, que nos regala lucidas coreoegrafias con sus bailes, de la mano de Mariana Moschetto.

Y hablando de lo musical, muy valioso el aporte de música en vivo, con Gregorio Seva en piano y Martín Carusi en guitarra y percusión, ambos enriquecen la puesta y le otorgan un plus a la misma.

Hablando de la puesta, debemos destacar el muy buen dispositivo escénico que, aprovecha al máximo, un escenario de dimensiones reducidas como el Patio de Actores, que en esta ocasión alberga gran cantidad de actores en escena, algo que se resuelve con mucho ingenio. Un ejemplo de ello es el balcón, que nuca podría faltar en una presentación de Romeo y Julieta y donde se viven momentos fundamentales de la obra.






Sobresaliente el vestuario de Cecilia Zuvialde, que viste en gran forma al nutrido elenco y un muy bien diseño de luces, a cargo de Ariel Campos Mendienta.

Como pueden apreciar, el autor no se quedó solo con la idea original y un texto atractivo e inclusivo, por el contrario la dota de una puesta muy rica, que cuida todos los detalles.

En definitiva, estamos en presencia de una versión absolutamente diferente del clásico de Shakespeare, una puesta superadora, teatro inclusivo que además de concientizarnos, nos reconforta el alma.






A lo largo del año, por nuestra tarea, vimos gran cantidad de obras, pero podemos afirmar que Los Hermanos Montesco fue una de las piezas que más nos llegó al corazón y nos hizo emocionar, lágrimas incluidas.

Concluyendo, estamos en presencia de una obra que nos enseña a no excluir a las personas diferentes, ya que muchas veces actuamos con desconocimiento y con prejuicios infundados. Una pieza que sin golpes bajos, nos demuestra que con amor y dedicación, todo se puede conseguir y el magnífico trabajo de Pedro Molina en escena, nos dá un ejemplo de vida a seguir y tener presente, para no bajar los brazos, ante la primer adversidad que se nos presenta.

El aplauso emocionado y prolongado de los espectadores al término de la función y el lleno que tuvo la obra a lo largo de toda la temporada, es un claro indicador, que Los Hermanos Montesco es una obra que gustó mucho, por eso la recomendamos fervorosamente y esperamos que pronto vuelva a estar en cartel, para que muchos espectadores más puedan ver esta pieza, que sin dudas caló hondo en nuestro corazón y nos hizo reflexionar, acerca de nuestra mirada y conducta, hacia las personas con capacidades diferentes, que tanto amor tienen para brindar.



Pensador Teatral.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Si van a besarse en los labios, que sea delante de mi.

Miércoles a Domingos de 20 a 23 hs, 5 funciones diarias en Microteatro ( Serrano
1139 )





Dramaturgia de Mariana Mazover y Dirección de Cecilia Dopazo,

Una propuesta que nos gustó mucho la de Si van a Besarse .... , una suerte de sátira de telenovela centroamericana, hablada en idioma neutro, que trata la relación de una pareja tradicional, que es sacudida en su rutina, con la llegada de una mujer que rememorará tiempos pasados y desatará una verdadera tormenta en la pareja.

Como señalamos en anteriores reseñas, recordamos que Microteatro , propone un formato innovador y en sintonía con estos tiempos, donde la inmediatez es la que manda. Las obras duran 15 minutos, un verdadero teatro express, representando un gran desafío para los autores, directores y actores, el poder desarrollar en ese corto período una historia que entretenga y atraiga al espectador.

Las funciones se representan en habitaciones de 15 m2, con una capacidad máxima de 15 espectadores, en la que se disfruta la cercanía con los actores, creando un ambiente de intimidad que enriquece muchos las puestas.






Siendo estas propuestas, un gran vidriera, para que muchos autores y actores, puedan mostrar su valía, en estas obras cortas, que les posibilitan mostrar su talento, a sabiendas de que mucha gente los verá.

En la historia que nos convoca, el Doctor John ( Pablo Kusnetzoff ) y su esposa Nelly ( Camila Peralta ) están compartiendo un picnic en un parque del pueblo que habitan, están tranquilos, disfrutando de una tarde como cualquier otra, hasta que llega Alma ( Guillermina Pico ) estrella de la opera, oriunda del pueblo, ex novia de John, que se fue hace años a desarrollar carrera y retorna famosa y siendo una verdadera estrella.

La armonía y la pareja de John y Nelly entra en colapso, cuando este encuentro amenaza descubrir peligrosos secretos del pasado, que involucran a John con la recién llegada.

Nos gustó mucho la dramaturgia y la recreación del melodrama, con ese idioma neutro exagerado de los protagonistas, que es tan común en las telenovelas y realmente causa mucha gracia.






Excelentes las actuaciones, nos encantó Camila Peralta, con una expresividad para resaltar, las transformaciones de sus caras a medida que se ván destapando algunas verdades, que hasta ahí son ocultas, geniales la expresividad en su rostro y como se pone colorada como un tomate en un momento. Muy bien acompañada Camila,  por Pablo Kusnetzoff, un actor de gran experiencia en el teatro independiente, que muestra su sapiencia aquí, con una muy buena tarea.
Completando el triángulo, aparece Guillermina Pico, a quien no conociamos y se une muy bien a los otros actores con mayor experiencia, encarnando a un personaje con mucho glamour..

Nos gustó la puesta, el colorido vestuario y la escenografía, en una sala muy pequeña, que lucía colmada, algo que es habitual, ya que es una de las obras con mejor recepción por parte del público, en este ciclo de Microteatro por la Familia.

Una muy buena propuesta, la de Si van a besarse en los labios, que sea delante de mi, ya que pese a su corta duración, logra una dramaturgia efectiva y permite disfrutar de excelentes trabajos actorales.



Pensador Teatral.




Bioilógica

Miércoles a Domingos de 20 a 23 hs, 5 funciones diarias en Microteatro ( Serrano 1139 )






Dramaturgia de Ariel Capone y Dirección de Dino Balanzino.

Una de las buenas propuestas que en horario central nos ofrece Microteatro, en el mes de Diciembre, donde la temática del mes es La Familia es Bioilógica.

Recordemos que Microteatro , propone un formato innovador y en sintonía con estos tiempos, donde la inmediatez es la que manda. Las obras duran 15 minutos, un verdadero teatro express, representando un gran desafío para los autores, directores y actores, el poder desarrollar en ese corto período una historia que entretenga y atraiga al espectador.






Las funciones se representan en habitaciones de 15 m2, con una capacidad máxima de 15 espectadores, en la que se disfruta la cercanía con los actores, creando un ambiente de intimidad que enriquece muchos las puestas.

Siendo estas propuestas, un gran vidriera, para que muchos autores y actores, puedan mostrar su valía, en estas obras cortas, que les posibilitan mostrar su talento, a sabiendas de que mucha gente los verá.

En este caso vamos a dejar una breve reseña de Bioilógica, una interesante pieza que mostrará la relación particular entre un hijo escritor y una madre muy especial.
Las acciones se desarrollan en un set de televisión, en la que el hijo, gracias a la búsqueda de la producción del programa el Diario de Franco, es convocado, para conocer su verdadera madre biológica, ya que desde chico le contaron que era adoptado.






En la pieza se habla sobre la relación filial y como muchas veces las madres, en sus ansias de cuidar a sus hijos, los sobreprotegen y terminan  realizando acciones, que para nada los favorecen. Esto es relatado de una manera divertida, siendo el humor, el hilo conductor de la trama.

Las actuaciones de la dupla protagónica, son muy buenas, sorprende Daniel Toppino con su histrionismo, representando a una madre con buenas intenciones, pero manipuladora y absorbente.
Emiliano Carrazzonne, representa al hijo, que trata de hacer su vida y conocer más sobre su identidad y no amedrantarse por los comentarios de su madre.







Es muy rico el intercambio actoral que se establece entre los protagonistas, existe gran conexión entre ellos y ambos saben jugar con el público, rompiendo de inmediato la cuarta pared, aprovechando para ello la curiosa disposición de las sillas, que presenta la sala.

Muy buen recurso la incorporación de un televisor, que en simultáneo con el desarrollo de la trama, muestra el transcurrir de un programa, al que está invitado el hijo, debiendo estar muy atento el espectador, con el efectivo remate que tiene previsto la obra.

Concluyendo, una propuesta interesante, que incluye un muy buen juego actoral y una puesta cuidada, la que nos ofrece Bioilógica, en las veladas nocturnas de Diciembre en Microteatro.


Pensador Teatral.


sábado, 16 de diciembre de 2017

Las Hermanas Colágeno

Miércoles a Domingo de 20 a 23 hs ,5 funciones diarias en Microteatro (Serrano 1139)







Dramaturgia de Guillermo Pfening y Jennifer Sztamfater. Dirección de Guillermo Pfening.

Nos habían recomendado mucho Las Hermanas Colágeno y la verdad, que las recomendaciones fueron acertadas, ya que nos divertimos mucho y disfrutamos de las actuaciones de las hermanitas protagonistas.

Antes de reseñar la obra, haremos una breve introducción, para aquellos lectores, que aún no han visitado Microteatro, proyecto que llegó a Buenos Aires en este 2017.






Contemos que Microteatro,ofrece un formato innovador y muy acorde a estos tiempos, donde la inmediatez es la que manda. El dato clave,  es que las obras duran 15 minutos, verdadero teatro express, el desafío para los autores, directores y actores, es poder desarrollar en ese corto período una historia que entretenga y atraiga al espectador.

Por lo alta concurrencia que cada noche, tiene este viejo galpón convertido en teatro, podemos darnos asegurar que el formato resulta un éxito de público, en su mayorìa gente joven, que en encuentra una salida distinta y más económica que la del teatro tradicional,

Aclaramos que el concepto de Microteatro, ya triunfa en el mundo, se inició en Madrid en el 2008, cuando un grupo de actores y directores tomó un antiguo prostíbulo que el ayuntamiento iba a demoler, lo acondicionaron y en las 13 habitaciones del burdel, se instalaron distintas compañias teatrales, que montaron en cada una de esas habitaciones, una obra de teatro de corta duración ( entre 10 y 15 minutos ) para una concurrencia de 10 personas como máximo.
La idea fue un suceso y en los primeros meses se formaban colas de más de 200 personas que hacian colar para ver algunas de las mini-obras.





Actualmente el formato, se extendió a diversas ciudades ( Barcelona, Sevilla, Lima, Miami, Guadalajara, por mencionar algunas. La de Buenos Aires es la sede número 13 que se abre en el mundo.

La propuesta es muy atractiva para el espectador, ya que los valores de las entradas son bajos y hay descuentos para que el espectador, arme su combo con 2 o 3 obras, ya que seguramente 15 minutos lo dejará con ganas de ver más. Hay una gran sincronización, ya que sea accede a todas las salas por una misma escalera, la puntualidad es absoluta y el sistema es muy atractivo.




Un poco larga la introducción, pero una buena manera de contar a quienes aún no lo visitaron en este mundo particular de teatro express, que nos ofrece Microteatro.

Vayamos por fin, a Las Hermanas Colágeno, una sátira muy ingeniosa y divertida, que nos retrata, con humor y sinceridad brutal,  esa predilección, que tienen algunas mujeres por las cirugías, resaltando la importancia que tienen las apariencias físicas, en este mundo moderno.

Apenas nos situamos en nuestras sillas, vemos ya  frente a nosotros a las lookeadas hermanas Pichicatasky, Susana ( Mayra Homar ) la hermana mayor y Charito ( Jennifer Sztamfater ) la menor de la familia.





Para destacar la dinámica que le imprimen a la trama, no paran un segundo, hablan entre ellas, por teléfono, se rìen, lloran, bailan, la consigna es estar siempre están en movimiento y lo logran.  El ritmo es vertiginoso y los quince minutos además de pasar volando, se disfrutan mucho.

Dediquemos unas lineas a las protagonistas, las mayores miradas se las lleva Jennifer Sztamfater, a quien ya habíamos visto lucirse mucho en Himalaya, hermosa obra del off. Aquí compone a una jòven pulposa y llamativa, que nos hace acordar mucho a Vicky Xipolitakis.
Para destacar, su hermosa voz y toda su gestualidad puesta al servicio del personaje, sus ojos, la expresividad a pleno en su rostros y sus movimientos, conforman una mezcla de bomba sexy y chica ingenua, que resulta conocida para los espectadores, que se acuerdan de las nuevas mediáticas que pululan en los programas de chimentos. Gran performance la de Jennifer, a quien auguramos un promisorio futuro, siendo está una de las principales virtudes que tiene Microteatro, la de dar visibilidad a nuevos talentos.

Pero no seamos injustos con Mayra Homar, una actriz de experiencia, que tiene el mismo derroche de energía y mostrando un gran histrionismo, cumple una actuación más que destacada, componiendo muy acertadamente su personaje.






Se conformó una muy buena dupla. dos protagonistas se lucen mucho y muestran mucho entendimiento entre ellas. La cercanía con los espectadores ( una característica de Microteatro ) permite no perder detalle y disfrutar al máximo de la expresividad de las hermanitas.

Nos encantó el vestuario y maquillaje de ambas, la obra además tiene muy buen diseño lumínico y logrados momentos musicales. Como dijimos, sorprende que solamente  en quince minutos, pueda sostenerse un ritmo tan alto y esto se logra gracias a la entrega de las protagonistas.

Concluyendo, Las Hermanas Colágeno, es una propuesta bien arriba y muy divertida que recomendamos,invitamos a los lectores,  a que la vean y descubran las razones,  que la convirtieron en una de las obras más elegidas por el público.



Pensador Teatral.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

El Mal de la Colina

Mièrcoles 21 hs en El Método Kairos.





Dramaturgia y Dirección de Héctor Levy Daniel.

Una interesante propuesta la que nos trae El Mal de la Colina, una obra con mucho misterio y suspenso, que atrapa desde su arranque la atención del espectador.

La obra nos habla de amores, de amigos y de traiciones, mostrando como muchas veces, amistades de hierro, puede perderse, por habladurías o situaciones poco claras, que echan por tierra años de amistad, convirtiendo a quienes antes eran en nuestros amigos, en uno enemigo más.






La historia que nos trae Héctor, nos habla de dos pueblos vecinos, que vivían hermanados, hasta que en uno de ellos, aparentemente se desata una epidemia mortal, que crea una psicosis en todo el valle y se llegan a cerrar las fronteras y aparecen hombres armados, para que desde el pueblo infectado, no puedan llegar al pueblo sano.

Paralelamente se desarrolla una historia de amor, que como el lector de estas lineas imagina, tiene como protagonistas a un habitante de cada pueblo, lo que le agrega a una relación que ya tenía caracterísiticas particulares, un plus de peligro y adrenalina.

La obra, tiene una característica muy particular, se cuenta de atrás para adelante. Que queramos decir con esto ??? Que las escenas que se ven al principio, son las últimas del relato y así el tiempo vá bajando, hasta una última escena que es la primera de la trama.
Este curioso mecanismo, le otorga un carácter críptico a la historia, que obliga al espectador a estar atento en todo momento a lo que sucede.





Lo que más nos gustó de la obra, son sus estupendas interpretaciones que presenta, un elenco muy parejo, por lo bueno, con mucha química entre ellos, sabiendo transitar perfectamente los diferentes momentos que les pide la trama.

La actuación más destacada para nosotros fue la de Natalia Santiago, como Lila, la mujer por la que compiten los dos amigos. Compone un personaje sensible y muy dulce. Nos gustó mucho la interpretación de Natalia, una actriz joven, pero con mucha experiencia, no solo en teatro, sino tambìén en cine y tv.

Por su amor luchan Teo ( Francisco Prim ) que parece frío y distante, sabiendo que Lila, no está enamorado de el, sino de Roco ( Agustín Pruzzo ) que a su vez es amigo suyo.
Muy buenas las interpretaciones de Francisco y León.





Como dijimos, hay buenos trabajos individuales y crecen en lo grupal, con muy buenas coreorgrafìas que ensayan, estos tres protagonistas, que le agregan misterio y poesía a la puesta.

La puesta es de carácter íntimo, con una escenografía despojada y un muy buen diseño lumínico de Ricardo Sica, que propone una iluminación lúgubre y mucho juego con la oscuridad que contribuye al suspenso que propone la obra.

No queremos dejar de mencionar a Eugenio Chuke Estela, que compuso la música original para esta pieza y con su violín en vivo, ofrece bellas melodías y enriquece mucho la puesta.






En definitiva, una interesante propuesta, una historia abierta, con mucho suspenso, que nos presenta un triángulo amoroso extraño y además nos habla de la amistad y sus códigos.

Tal vez nos hubiera gustado, que la obra tuviera algunos minutos más, nos quedó algo corta debemos decirlo y en general  cuando el espectador no quiere que termine una obra, eso habla bien de ella.

Por lo tanto, actuaciones muy destacadas, un guión atractivo y una colina que guarda un secreto que no vamos a relevar, dejaremos que usted lector, cuando vea la obra, sea quien los descubra.



Pensador Teatral.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Sufrida y Su Diego

Viernes 20 hs en Teatro Picadero ( Pasaje Santos Discépolo 1857 )






Espectáculo de Nora Huerta, Marisol Gasé y Oscar Quezada ( Tacho )

En el marco de la Segunda Edición del Festival Internacional de Cabaret Argentina, se presentan Las Reinas Chulas, una compañía de teatro-cabaret mexicana, con mucho predicamento en su país, que llega a Buenos Aires, para presentar este entrañable espectáculo con dos de sus integrantes: Marisol Glasé y Nora Huerta.

Sufrida y Su Diego, nace como un homenaje a Frida Kahlo, conmemorando los sesenta años de su fallecimiento. Pintora mexicana e ícono en su país, su vida estuvo cruzada por el infortunio, al contraer poliomelitis cuando era niña y luego tuvo un grave accidente al cumplir 18 años, que la tuvo postrada en cama por un largo período, debiendo ser sometida a treinta y dos operaciones quirúrgicas. Su vida dejó un legado, siendo considerada actualmente un símbolo del feminismo y de la moda en todo el mundo.

Magia del teatro mediante, Frida logra volver a la vida y se encuentra con su Diego Rivera, que también regresó al mundo de los mortales, pero lo hizo unas semanas antes que Frida.






La relación que tuvieron Frida y Diego Rivera, no fue una relación amorosa normal, fue más bien tóxica y estuvo plena de infidelidades y traiciones, pese a esto, es un amor, que trascendió las fronteras y es considerada una de las parejas de artistas más célebres en la historia del arte del Siglo XX.

Volviendo a la obra, Frida ( Marisol Gasé ) está muy ansiosa por salir a la calle y conocer como siguen las cosas, pasados sesenta años de su partida, imagina un México desarrollado, donde se han superado todos los inconvenientes y donde la mujer ocupa un sitial de privilegio dentro de la sociedad, como siempre fue su anhelo.

Diego Rivera ( Nora Huerta ) conociendo la compleja situación que vive el México actual, intentará de todas maneras retener a Frida en la casa, para que no pueda salir a la calle a contemplar la triste realidad.

Para ello, se valdrá de recordar los tiempos pasados y de contar algunas curiosidades que tiene este mundo actual, hablando de la cajita feliz de los Mc Donalds, los cafés con nombres de los Starbucks y la importancia de las redes sociales, por nombrar solo algunos tópicos, generando muchos momentos graciosos.






La trama es muy dinámica y la pericia de las actrices, permite sortear sin problemas algunas diferencias de significados de palabras, en México y en Argentina, así también como algún pasaje de actualidad política mexicana.

Muy destacadas las actuaciones de Marisol Gasé, dando vida a una bella Frida Kahlo, potente y con mucha energía. Nos gustó muchísimo la composición de Marisol, que además se luce mucho en las partes cantadas con su hermosa voz.

Su compañero Diego Rivera, es interpretado por Nora Huerta, que aporta muchos pasajes de humor, logrando mucha empatia con el público, al que le convida tequila del bueno y algunas manzanas.
Destacamos el trabajo de Nora, que se entiende a la perfección con Marisol y juntas conforman una gran dupla protagónica.

Resaltamos el histrionismo de ambas actrices y la facilidad con la que rompen la famosa cuarta pared que los separa de los espectadores, ya que invitan en más de un pasaje a alguno de los espectadores a subir al escenario, para sorpresa del resto del público, que no esperaba la salida y que respira al haber que los elegidos fueron otros.

Hay que mencionar el aporte musical de Juan Pablo Villa, que con su piano en vivo,  acompaña a las protagonistas, en las partes cantadas, ya que la obra tiene una muy valioso componente musical.






Nos gustó mucho la puesta, con una escenografía colorida que nos traslada a tierras aztecas y nos gustó mucho el vestuario y caracterización de Frida.

En definitiva, una propuesta muy interesante, una pieza entretenida, que con mucho humor divierte al público y también lo hace reflexionar, ya que pasados sesenta años, de la época en la Frida y Diego vivían, el mundo en vez de mejorar, parece haber involucionado y estar sumergido en problemas que parecen no tener solución y agravarse.

Celebramos la iniciativa, de esta nueva edición del Festival Internacional de Cabaret, que nos permite ver en acción,  propuestas que llegan de Latinoamérica, como es el caso de estas entrañables Reinas Chulas, procedentes de nuestro México lindo y querido.



Pensador Teatral.



domingo, 10 de diciembre de 2017

Othelo

Jueves y Viernes 20 hs en La Carpinteria Teatro ( Jean Jaures 858 )






De William Shakespeare , Dirección y Adaptación de Gabriel Chame Buendia.

Una genialidad la que presenta Chame Buendia con este versión en formato clown y en tono de comedia, de está clásica tragedia escrita en el año 1604 por Shakespeare, dramaturgo y poeta británico, considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más celebres de la literatura universal.

Sin dudas, que hay que tener un talento especial, para animarse a tomar un clásico como Othelo y manteniendo la línea principal del relato trágico, convertirlo en una historia entretenida y descontracturada, en la que el público se sorprenderá y reirá muchísimo a lo largo de toda la función.






Digamos ya que esta versión de Othelo, termina mal, lleva ya cinco años en cartel, con un éxito fenomenal de crítica y público, no solo en nuestro país, donde se convirtió en un fenómeno del off, gracias al poder del boca a boca, sino en el mundo, presentándose en diversos festivales internacionales, siempre sorprendiendo y con una repercusión favorable.

Para quien no conoce, al dueño de la criatura, contamos que Gabriel Chame Buendia, es un talento argentino, que hace más de veinte años, partió a Europa, donde desarrolló una gran carrera, principalmente en Francia y en España. Actualmente reparte sus días entre estos dos países europeos y su Argentina natal, podemos definirlo como payaso, clown, actor, docente teatral, director, por nombrar solo algunas de sus otras credenciales-

Son numerosas las caras que presenta, este artista de raza, un creativo, que entre sus numerosas cartas de presentación, tiene la de haber audicionando entre más de 300 payasos de todas las latitudes y haber sido seleccionado para integrar el staff artístico del mítico Cirque de Soleil, en el que estuvo por seis años, recorriendo el mundo con sus famosos espectáculos.






Conociendo ya sus antecedentes, tal vez se entienda, como se animó a darle una vuelta completa a esta tragedia shakespereana y ofrecernos esta descontracturada versión que nos cuenta la historia, desde un ángulo totalmente diferente, en la que el humor, la creatividad y el teatro físico, son los pilares de esta original construcción.

La trama, es la conocida,  Othelo, el moro de Venecia, se casa con Desdémona pese a la oposición del padre de ella, sin tolerarlo, el malvado Yago tejerá una historia de mentiras y de intrigas, que desataran la locura de Othelo, que ciego de celos, desatará el desastre.

Othelo es una tragedia con todas las letras, con amores, traiciones, mentiras, intrigas, celos y muertes, lo sorprendente de esta adaptación es conseguir que todas estos estados estén presentes, pero contados con humor y sarcasmo.






Para conseguir este resultado tan satisfactorio, el autor, se apoya en cuatro actores fabulosos, que desdoblan más de trece personajes, cambiando de sexo, de vestuario y de apariencia, frente al público, que será testigo y disfrutará de las transformaciones, que se irán produciendo en el escenario a la vista de todos y en todo momento, lo que dota de una dinámica asombrosa a la trama..

Las interpretaciones son superlativas, nombremos a los protagonistas, arrancando por Gabriel Beck, como Yago, el villano de la historia, es el que inocula el virus de la duda en Othelo y en la trama es el que lleva la voz cantante, adelantando lo que irá aconteciendo. Impresionantes sus caras, su gestualidad y la conexión que establece con el público, logrando una empatía increíble pese a ser el villano. Una composición brillante la de Gabriel, puede sonar injusto con el resto, pero para nosotros es la mejor actuación de la noche.

El personaje de Othelo, es interpretado por Matías Bassi, que también la rompe, impresionante su fuerza, su energía, su vitalidad y toda esa carga de pasión y odio, que lo llevará al borde la locura. Un trabajo soberbio, la de este tatuado Othelo de nuestro tiempos.






Elvira Gómez, la única mujer del elenco es Desdemona, ingenua, dulce y pícara a la vez, será quien desata la tragedia. Con un timbre de voz  muy particular, además será Bianca, Brabancio y Montano. Se luce muchísimo Elvira, en sus múltiples papeles.

Y para el final, nos queda Martín López Carzoglio, quien desdobla una gran cantidad de personajes y hasta se queja en escena por esto. Es el que provoca más risas a lo largo de la noche, con un desopilante Michael Cassio, que por supuesto baila, con un barbado Rodrigo, con el silbador Ludovico y con Emilia, una ama de llaves, con acento cordobés, desopilante composición, que se permite a estar presente en este clásico. Es impresionante el trabajo de Martin, titánico, en un momento hasta llega a enfrentar a dos de sus personajes, hay que verlo en acción, para valorar y disfrutar de su extraordinario trabajo.






Son cuatro excelentes actores, con condiciones para el clown, que entienden a la perfección el juego que propone el director y encuentran terreno fértil, para mostrar su enorme talento.

Ya hablamos de la adaptación, de los actores y ahora hablaremos un poco de esta arriesgada y muy ingeniosa puesta que propone el director. Una escenografía, despojada, compuesta, por unos cubos de madera, unas mesitas, una carpa de playa y unas telas, que gracias a la habilidad de los protagonistas se convertirán en un mar bravío. La clave aquí el ingenio y la muestra cabal, que con sencillez, se puede lograr una escenografía muy efectiva. Detalle importante, el cuadro de Shakespeare colgado a un costado del espacio escénico, que cada tanto recibe algún comentario de los protagonistas, que hacen referencia, con admiración a la pluma del escritor.

El vestuario es también resuelto de manera muy interesante, basta con algunas camisas, corbatas coloridas, vestidos y la incorporación de pelucas y barbas postizas, que van dando nacimiento a los mismos personajes, para darle una gran nota a este rubro.





Por último mencionar, la incorporación de la tecnología en este clásico del 1600, con los actores que cámara en mano, graban algunas escenas de la propia obra, que se reproducen en vivo en una pantalla gigante. Un recurso innovador, impensado para un clásico, pero totalmente válido en esta puesta y siendo otro elemento que la enriquece mucho.

En conclusión, quedamos sorprendidos y encantados por la propuesta de Othelo, que nos ofrece Gabriel Chame Buendia, si bien como dijimos al comienzo teníamos en cuenta los excelentes antecedentes de la obra, realmente las expectativas, fueron superadas, nos reímos muchísimo, disfrutamos enormemente de la puesta y del enorme talento de este grupo de actores reunidos para ocasión, que muestran a lo largo de la obra, que a su talento natural, le suman un trabajo muy aceitado para coordinar todo con semejante precisión y un compromiso absoluto con la propuesta, algo que repercute positivamente en el espectáculo.

Estamos en presencia de una verdadera joyita de nuestro teatro independiente, entre las mejores obras que vimos este año ( y vemos muchas ), una genialidad que nos propone Gabriel Chame Buedia, que nos demuestra que para representar en gran forma una tragedia clásica, no siempre debe tomarse por el camino de la solemnidad, hay caminos menos transitados y mas arriesgados  como en este caso y el resultado final, es un espectáculo excelente, que merece nuestro aplauso.



Pensador Teatral.

martes, 5 de diciembre de 2017

Piso 35

Domingos 19 hs en Teatro La Lunares ( Humahuaca 4027 )






Dramaturgia de Analía Mayta y Dirección de Leticia Tómaz.

Una propuesta muy atractiva la que nos trae Piso 35, que con mucho humor, situaciones desopilantes y absurdas, reflejan como es el trabajo en muchas oficinas en estos tiempos actuales, donde domina la automatización, el individualismo y donde dejamos de pensar, todo lo que se hace, es por reflejo o por cumplir los procesos, pero dejamos de lado, nuestra cabeza para pensar y nuestro humanidad.

La historia nos presenta una empresa muy especial, en la que el número 35 predomina, es una de las 35 empresas del grupo económico, se ubica en el piso 35 del edificio y la acción que veremos se desarrolla en el piso 35. La relación con el número sigue, ya que la empresa tiene como costumbre, despedir a sus jefes, cuando superan los 35 años, promoviendo entonces a gente joven de la compañía que pugnan por las oportunidades de ascender.





En esta sector particular, trabajan cuatro oficinistas que lucharán por el ascenso, ya que su jefe está a punto de cumplir la edad límite y todos quieren ese puesto, por lo que se generará un clima de locura interna y de competencia en la lucha por ese puesto.

La obra tiene una gran dinámica, la puesta es muy ágil y provoca muchas risas en el público, ya que los diálogos se sostienen, sin dar tregua y se dan muchas situaciones graciosos, desde lo verbal y desde lo corporal..

Este ritmo que tiene la obra, se explica en gran parte, por las muy buenas actuaciones, que tiene la pieza. Como ocurre en todas los lugares de trabajo, las personas que allí trabajan, son las que determinan la cultura de cada empresa y dentro de la misma, conviven personalidades de todo tipo.





En este caso, detectamos dos bandos claros entre los oficinistas, por un lado las palomas, los más, dóciles, los que tratan de no perder la humanidad y crear vínculos con sus compañeros, ellos son Taborda, interpretada por María Ema Mirés, que tiene una teoría particular, sobre que las personas se parecen mucho a los crucigramas, intenta ponerle onda y una sonrisa a la oficina, pero en el ambiente existente, es una misión casi imposible. En el mismo bando, podemos ubicar a Federico Torres, como Ramírez, intenta contener a Taborda, trata de ser amable y crear buen clima. Será pieza clave de la historia, ya que recibe un llamado del jefe, para que vaya a verlo, algo que desata la locura y todo tipo de teorías, en sus compañeros. Muy buenas sus interpretaciones.

Del otro lado, están los halcones, los más despiadados, por un lado Ezequiel Olazar, como Piccolinni, rígido y estrucuturado, con algunos tics y movimientos ampulosos, se mostrará bastante inhumano y egoísta. Ahora quien se lleva las palmas, en cuando a ser despiadada y no tener miramientos es Szokolofsky, personaje magistralmente interpretado por Analía Mayta, que a su vez es la autora y que juega en gran forma su doble papel. Intolerante, agresiva, disconforme con la patronal y sin filtro en sus dichos, es una personalidad que en la mayoría de los grupos laborales se encuentran.
Ambos se lucen muchísimo.

Sus formas de ser son muy diferentes, pero en lo que los cuatro coinciden es, en la enajenación que muestran para cumplir con las rutinas que les marca su trabajo diario, siendo estos momentos muy graciosos, ya que se desenvuelven en forma muy coordinada y parecen robots.





Un muy buen trabajo de los cuatro oficinistas, pero nos falta un protagonista, que será clave en la trama, nos referimos a Rogelio, interpretado por Daniel Grbec, con muchos años en la empresa, es personal de limpieza, diferente en su forma ser a los jóvenes oficinistas. A diario y una vez finalizada la jornada laboral de oficina, llega con gran dedicación, para limpiar las oficinas vacías. Pero ese día será diferente, ya que Rogelio se cruzará con los oficinistas y este encuentro deparará una serie de situaciones reveladoras, que no adelantaremos para conservar el suspenso.

A las muy buenas actuaciones que tiene la pieza, debemos sumarle la puesta muy interesante que nos presentan, arrancando por una escenografía algo futurista, compuesta por unos cubos blancos que se iluminan, pueden acoplarse y tienen diferentes funciones.

La iluminación es otro punto a destacar, blanca y bien típica de oficina, dá la ambientación justa a la trama. Por último, mencionar el colorido y alegre vestuario que lucen los protagonistas, que le dá un valor agregado a una puesta, que como puede observar el lector, cuida muchos los detalles.






En definitiva, nos llevamos una agradable sorpresa con Piso 35, un guión ágil y muy entretenido que escribió Analía Mayta, que como dijimos desde el ángulo del humor y el absurdo, desnuda situaciones laborales, que al verlas en crudo, nos causan risas por lo exageradas que parecen, pero que en verdad son parte de la triste realidad.

Una propuesta fresca y entretenida, que permite a este elenco joven y talentoso, mostrar todo su histrionismo, para que el público se divierte mucho con la historia, riendo a carcajadas, pero también reflexionando, con lo que irá viendo.

Las localidades agotadas, que tuvo la obra en gran parte de la temporada y el aplauso generoso que reciben los actores al término de la función, no dejan dudas que la obra gustó mucho y desde este humilde espacio, esperamos haya Piso 35 para rato.




Pensador Teatral.






jueves, 30 de noviembre de 2017

Todo lo que Nadie ve

Viernes 21 hs en Vera Vera Teatro ( Vera 108 )







Dramaturgia y Dirección de Javier Rodríguez Cano.

Muy interesante propuesta llega con Todo lo que Nadie ve, opera prima de Javier Rodríguez Cano, actor, director y docente, con una destacada trayectoria en el mundo teatral, que en esta ocasión debuta como autor.

Inspirado en El Empapelado Amarillo, cuento de Charlotte Perkins Gilman, autora y socióloga estadounidense, comprometida con la emancipación de la mujer, en ese relato hace referencia a una mujer sumida en la depresión y en lucha contra el patriarcado que rige la sociedad.
Con esa inspiración, el autor escribe esta pieza, apoyándose en una experiencia personal, sin ser un relato autobiográfico, como el mismo aclara.






La obra nos presenta a una madre y a un hijo, explorando en la particular relación que mantienen.
Recientemente sufrieron la muerte del jefe de familia, ella se quedo sin su compañero de toda la vida y él sin su padre. Ambos sintieron mucho el golpe.

Esta pérdida, como ocurre muchas veces, provoca cambios profundos en los vínculos familiares, el tablero familiar se modifica por completo y las relaciones que tenían una orientación bien definida, quedan a la deriva, obligando a reconfigurarlas por completo, apareciendo de esta manera situaciones nuevas y conflictivas.

En este caso, vemos a una madre ( Lourdes Invierno ) y un hijo ( Julián Fuentes ) que buscan como superar la ausencia y seguir adelante con sus vidas, pero las cosas no son sencillas, la madre por su enfermedad no puede salir de la casa, su hijo de lo impide y le promete que esto cambiará cuando ella se recupere.
Pero realmente, ella tiene una enfermedad tan grave que no le permite salir de su casa ?? O es su hijo quien la tiene prisionera en esa habitación por su decisión ?? El interrogante está presente y flota en el ambiente.






La madre presa de la situación, lucha por no caer en la depresión y superar la asfixia que le produce esa habitación, su hijo es el único vínculo que tiene con el mundo exterior y por eso se muestra demandante y absorbente. Rememora a su esposo a cada momento, añora esos antiguos tiempos, donde eran una verdadera familia y se queja de la casa que con el paso del tiempo muestro su avance de deterioro y amenaza con convertirse en una trampa mortal..

Ella no puede ocuparse de la casa, no tiene esfuerzos, está enferma como su hijo se lo recuerda a cada instante, por eso vive la vida que puede, no la que quiere y reclama la atención de su hijo, que trata de complacerla.

El relato atrapa de arranque al espectador, seducido un guión muy bien elaborado y realista, que expone la sufrida vida de los protagonistas, en una historia que le resulta cercana.






Hablamos de la dramaturgia, pero aún no lo hicimos de las actuaciones y podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que las actuaciones de la dupla protagónica que presenta la pieza, son excelentes.

La madre es interpretada por Lourdes Invierno y su composición de personaje es magnífica, una madre, por momentos triste, en otros momentos alegre, pero siempre intentando manipular su hijo, principalmente mediante la culpa. Frases como no te preocupes, vos tenés tus cosas, no podés ocuparte de mi, salen con aparente dulzura, pero son verdaderos dardos que lanza..
Su gestualidad, las miradas, los silencios, todo encajan perfectamente en esa madre sola, que requiere amor y atención. Un gran trabajo de Lourdes, que se siente cómoda con el personaje, siendo un placer verla en acción.

Tampoco se queda atrás Julián Fuentes, como ese hijo mitad protector y mitad carcelero, pero siempre dependiente de su madre, la reta porque no le cuenta las cosas que se rompen en la casa. Quiere ocuparse y estar al tanto de todo, no quiere que su madre enferma y cansada se cargue de tareas. Esa es una cara, la otra soportar con estoicismo,  los reclamos de una madre, que con mucha astucia, como dijimos lo hace sentir con culpa y en permanente falta, por no poder brindarle el tiempo necesario. Ambos se necesitan y lo demuestran a cada momento. Una excelente interpretación, la de Julián.







Hay un gran lucimiento individual de ambos protagonistas y crece este lucimiento, en el conjunto, ya que muestran una química perfecta entre ellos y nadie duda que estamos viendo a una madre, con su hijo en escena.

Como nota de color, les contamos que en la función que presenciamos, un insecto participó de una escena bastante curiosa. Muchos de los espectadores se preguntaron al final, como lograron que el insecto tuviera una participación tan precisa y ahí con sorpresa nos enteramos que el mismo no era parte de la obra, apareció de la nada y los actores improvisaron, incorporándolo a la historia. El tema, es que al incorporarlo tan bien, nadie notó que su aparición había sido azarosa. Esta curiosidad, es una muy buena muestra, del talento y de la concentración de los actores, algo que es habitual en nuestro teatro off, repleto de talentos.

La puesta que propone el director, es íntima, el espectador se siente testigo privilegiado, de los intercambios entre madre e hijo, espiando en esas escenas que forman parte de su cotidianeidad, Pero también hay momentos, donde los protagonistas, se paran en un extremos del escenario, mirando al público y ensayando una especie de confesión, hablando del otro, sin que lo escuche, muy bueno el recurso y el efecto que se logra.





El diseño escenográfico y la dirección de arte, a cargo de Gustavo Maggi, es un punto muy fuerte de la puesta, recreando la habitación de la madre, con una decoración austera y esas marcas que denotan que la casa se está viniendo abajo con el paso del tiempo, algo que se nota en especial en ese empapelado raído y de motivos floreados, que entristece a la madre.
El diseño de luces a cargo de Christian Gadea es otro ítem a destacar, ya que es cálida y consigue los diferentes climas que requiere la trama.

En definitiva, estamos en presencia de una propuesta muy atractiva, una obra plena de sensibilidad, que logra identificación con el espectador, nos ofrece Javier Rodríguez Cano en su opera prima, poniendo la lupa en la relación madre hijo, potenciada con la pérdida del sostén de ese hogar. El autor logra transmitir su mensaje, con mucha claridad y sensibilidad, gracias a las excelentes actuaciones de Lourdes Invierno y Julián Fuentes.

Nos gustó mucho la obra y por eso la recomendamos, Todo lo que nadie ve, es una entrañable propuesta de nuestro off, que jugando con el título de la obra, no pueden dejar de ver.



Pensador Teatral.