sábado, 4 de febrero de 2017

La Herencia de Eszter

Jueves a Domingo en Teatro La Comedia ( Rodríguez Peña 1062 )




Obra escrita por el novelista húngaro Sándor Marai y dirigida por Oscar Barney Finn.

Marai es un autor reconocido, que ya tuvo piezas suyas en nuestros escenarios, podemos nombrar a La Mujer Justa y El Ultimo Encuentro, como las más recordadas. Miembro de la buguesía y humanista, el escritor hungaro tuvo una vida muy intensa y murió en forma trágica, al suicidarse a los 89 años, de un tiro en la cabeza.
Sus obras siempre hablaron de sentimientos y  pasiones por lo general disfuncionales,  tal vez por eso Thelma Biral lectora de su obra, se interesó en su novela La Herencia de Eszter y tuvo la idea de llevarla al teatro, para ello convocó a María de las Mercedes Hernando, que fue la realizadora de esta versión teatral que podemos ver actualmente en el escenario del Teatro La Comedia.

La obra, que podamos situarla en una época cercana a la Primera Guerra Mundial, nos cuenta como Eszter ( intepretada magníficamente por Thelma Biral ) transcurre sus días, sin mayores novedades y con una vida apagada en la casa familiar, cuya mayor y tal vez única virtud, sea un jardín, poblado de almendros, que les sirve como medio de subsistencia.
Y allí, en ese jardín, pasa sus tarde, dialogando con Nunu ( Susana Lanteri ) que fue su vieja ama de llaves y hoy ascendió a la categoría de compañera y también recibiendo la visita de su hermano Laci ( Edgardo Moreira ), siempre vital y de buen ánimo.



La vida de esta dama transcurre calma y bucólica, hasta que un día, todo cambia al llegar un telegrama con una noticia inesperad. Quien lo manda ?
Lajos ( Victor Laplace ), el mismo que 20 años atrás, se fue, destruyendo todo lo que Eszter y su familia tenían. Un hombre que la traicionó a ella y a todo el entorno familiar, llevándolo todo sin mirar atrás.
Pero Eszter se estremece, porque este hombre manipulador, fue el único a quien ella amo y que a pesar de todos las traiciones sufridas, al parecer todavía ejerce poder de influencia sobre ella. O es solo una ilusión este poder ??
Lajos no llegará solo luego de 20 años, lo hará con su hija ( María Viau ) con un carácter muy similiar al de su padre y seguramente, todos suponen, conociendo su esencia, que si vienen luego de tanto tiempo algo ván a pedir.

Hasta aquí llegamos nosotros, será el espectador viendo la obra quién descubrirá cuál será la petición de Lajos y que responderá Ezter.

La obra habla de amor todo el tiempo, de romanticismo, de pasiones, de momentos añorados y de amores incondicionales, que pese al paso del tiempo y de dolorosas héridas, pareciera que aún perduran intactos. Y nos hace reflexionar acerca, de la verdad de aquella famosa frase del filósofo Blaise Pascal " El amor tiene razones, que la razón no entiende "

Es fundamental para el buen funcionamiento de la pieza, la buena elección del elenco, realizada por el director, una Thelma Biral, con un presencia imponente, sobre el escenario propio de las grandes figuras y se nota la admiración que tiene el público por ella. En esta oportunidad, interpreta a una mujer fuerte, pero resignada a la vez, viviendo una elegante decadencia, envuelta en una melancolía y en una languidez que marca sus días actuales.
El otro gran protagonista de la historia, es Victor Laplace, como Lajos, le cae justo el papel, ya que Laplace compone a un personaje manipulador, seductor y con una ambición que nunca encuentra límites. Gran lucimiento de un actor, que siempre se desenvuelve con frescura y dando una impronta muy particular a sus personajes.




El resto del elenco acompaña muy bien, actores de experiencia que encajan muy bien en la historia y demuestran toda la experiencia sobre las tablas, el notario Luis Campos, el hermano Edgardo Moreira y la compañera Susana Lanteri, todos actores de raza y con mucho oficio. Resta mencionar a Maria Viau, como la hija de Lajos, que juega un papel muy importante en la pieza y lo hace con mucha convicción, caracterizando muy bien su personaje, que parece haber heredado las mismas mañas que su padre.

Una escenografía sobria, que nos sitúa en el jardín de la casa. Destacamos el vestuario y una música que recrean en clima de época que requiere la historia.

Como conclusión, la Herencia de Eszter, nos posibilita acercarnos más a la obra de Sándor Marai, con una verdadera historia de amor, que gratifica ver en esos tiempos actuales tan agitados, en una pieza más propia del circuito oficial y celebramos poder verla en el circuito comercial, ya que tiene una cadencia y un ritmo, que permite disfrutar de la historia sin el vértigo y las urgencias, tan características del circuito, esto se logra por la muy acertada dirección y por actuaciones destacadísimas de un elenco con mucho talento y gran trayectoria en nuestro teatro.



Pensador Teatral.

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