jueves, 18 de mayo de 2017

Las Noches Blancas

Lunes 21 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )




Obra escrita y dirigida por Ariel Gurevich, variación sobre la novela homónima del célebre escritor ruso Fiódor Dostoievski.

Las Noches Blancas,  novela corta, fue escrita en el año 1848 por Dostoievski en los inicios de su carrera como autor.

Tomando como base el nudo central del clásico original, Ariel tiene la habilidad, para escribir esta versión, aportando su impronta, adaptándola y aggiornándola a estos tiempos.

La historia nos cuenta, como un hombre maduro, que vive solo y aislado en su departamento, una madrugada encuentra a un joven llorando en la calle y lo invita a subir a su casa. Minutos después de conocerse, se nota que hay una conexión especial entre ellos, tanta es la sensación, que el joven ante la pregunta de si volverá a la noche siguiente, contesta que lo hará, solo si aquel hombre le promete que no se enamorará de el.
Muy interesante la variante, elegida por el autor, ya que en la obra de Dostoievski, el encuentro se produce entre un hombre y una mujer, pero aquí son dos hombre los que cruzan los caminos.




Este giro que introduce Gurevich, a nuestro entender tiene dos mensajes, el primero ratificar que en tiempos modernos, no solo el amor puede darse entre un hombre y una mujer, la sociedad evolucionó y con ello las relaciones. El otro significado posible, relacionado con lo anterior, es que el amor no conoce de géneros.

A esta dupla, se agrega por la portera del edificio en la que vive el hombre maduro, que además de hacer tareas de limpieza, es uno de los pocos contactos del solitario dueño de casa con el mundo exterior.

La historia atrapa al espectador por su alta sensibilidad, con una puesta plena de poesía y de belleza.

Al autor nos hablará de amores posibles, de aquellos imposibles, de amores no correspondidos, de deseos reprimidos y de la soledad, de armas solitarias que deambulan por este mundo, buscando frenéticamente un compañero de ruta.

Las actuaciones que presenta la obra, son realmente magníficas, el protagonista principal es Nelson Rueda, que interpreta a ese hombre mayor y solitario, que no tiene nombre. Compone un personaje sensible, dulce y delicado. Un hombre que sufre su soledad y la falta de amor y que vé revolucionados sus sentimientos, con la aparición de este joven misterioso. Deliciosa su composición del personaje.




El joven que cambia su universo es el apuesto Juan ( Esteban Masturini ), que con su juego de seducción y su juventud, envuelve al hombre sin nombre y lo involucra en un juego con tintes perversos, ya que quiere que lo ayude a conquistar a una joven, de la que está enamorado.

El triángulo virtuoso de la obra, se completa con Silvana Tomé, que dá vida a una encantadora Leonidas, portera con un delicioso acento español. Un personaje entrañable, que derrocha simpatía y que además es dueña de una hermosa voz que se luce y mucho en las partes cantadas.

Es buen momento para mencionar que otra de las variantes introducidas por Ariel, es el agregado de partes cantadas en el medio de la trama, realmente una osadía agregar esto a un texto clásico, una muestra de originalidad, que celebramos, ya que se enriquece la puesta con este recurso y por momentos, convierte una pieza dramática en un musical, como por arte de magia.
Todos los protagonistas cantan, a veces solos y otros en conjunto, logrando distender la tensión de la trama. La que aqui la que más se luce es Silvana, que canta hermoso y nos regala momentos muy placenteros.
La obra tiene algo grado de exigencia para todos los actores y los tres protagonistas están a la altura del desafío.




Me gustó la escenografía que simula un departamento con muy pocos muebles, un hogar impersonal, donde se nota falta el amor. Para destacar el muy buen aprovechamiento del amplio escenario de El Extranjero, los protagonistas lo recorren mucho y muy buen recurso, la entrada y salida de los actores por diferentes lugares, lo que aporta una muy buen dinámica a la trama.

Como dijimos antes, la puesta derrocha poesía y sensibilidad, es realmente una pieza muy bella, donde el autor, mantiene los lineamientos centrales de la historia original y la dota de características propias que le imprimen su sello personal. Si a esto le sumamos las magníficas y comprometidas interpretaciones que presenta la obra, estamos ante un producto de alta calidad.

En estas épocas turbulentas  siempre son bienvenidas, obras profunda como Las Noches Blancas, que nos hablan de amor, no siempre correspondido y de almas solitarias, que están en pena, pero que nunca pierden las ilusiones de encontrar a ese ser amado, con el que compartirán el resto de su vida.

La salla llena, que viene presentando la obra en cada función y el aplauso prolongado, que reciben los protagonistas al final, confirman que la pieza tiene algo especial, que envuelve al espectador en esta bella historia de amores cruzados.



Pensador Teatral.

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