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domingo, 22 de diciembre de 2019

Lo Razonable

Domingos 19 hs en Sala de Máquinas ( Lavalle 1145 )









Dramaturgia y Dirección de Amalia Tercelán.

Nos encontramos con una original y movilzadora propuesta al ver Lo Razonable, que saliendo de lo habitual que vemos en el teatro, nos presenta un texto que jugando mucho con el humor y la ironía, busca reflejar en parte, el estado de enajenación y violencia, que la sociedad tiene hoy en día.

Es la primera vez que visitamos Sala de Máquina, un espacio muy particular, ubicado en un amplio subsuelo de un departamento céntrico, que parece el lugar ideal para montar este espectáculo. Evidentemente la directora, supo aprovechar muy bien las dimensiones y características de una sala tan especial, para que la historia en el escenario y los recovecos que presenta la sala.










Lo Razonable presenta algunas certezas y muchos interrogantes, por lo que cada espectador podrá ir hilvanando sus propias ideas,  acerca del mensaje que la obra ofrece, ya que la misma ofrece una interpretación amplia y abierta. Para aquellos espectadores, que quieren una historia cerrada, donde el argumento es servido en bandeja, esta no será su cita. En cambio para aquel público, que gusta de la creatividad y poder reflexionar / descubrir sobre la temática que la autora y los actores, quieren transmitir, estarán más que a gusto, ya que la obra es muy generosa en ese sentido.

Entre las certezas, podemos mencionar que la historia reunirá a un grupo de compañeros de trabajo, que tienen una rutina y un funcionamiento muy especial, ya que ante cualquier divergencia con algún colega, no dudarán en usar sus armas, para acallar al otro. La intolerancia y el no soportar al que manifiesta ideas contrarias a las nuestras, es algo que nuestra sociedad, experimenta ya desde hace muchos años, siendo las reacciones cada vez más violentas. Aquí con humor y una muy ingeniosa vuelta de tuerca, la autora encontrará un método que si bien puede resultar algo exagerado, si lo pensamos detenidamente, para muchos no lo es tanto.










Y no vamos a contar más, como mencionamos antes, la obra tiene mucho por descubrir, lo claro es que se anima a salir de los caminos habituales de la dramaturgia, arriesgando y desafiando al espectador, con un texto que por momentos lo descoloca y lo incomoda, ya que algunos comportamientos adrede exagerados, le resultan inquietantemente cercanos.

Un punto muy fuerte que tiene la obra, son las actuaciones que presenta. Un texto desafiante, que obliga a que los actores se entreguen de manera absoluta y estos sin dudas es algo que ocurre, ya que vemos el compromiso y la concentración que muestran todos en cada escena, además vemos como se divierten en escena, algo que para nosotros siempre suma.

Corriendo el riesgo de ser injustos, vamos a destacar especialmente las actuaciones de Maite Mosquera y Larisa Novelli, dos jóvenes y talentosas actrices, a las que conocimos en Bañarse, otra entrañable obra del off y aquí nuevamente volvemos a elogiarlas a ambas, por sus magníficas composiciones. En el caso de Maite, su histrionismo y gestualidad, encuentran amplio espacio para el lucimiento a lo largo de la trama.








Siguiendo con el elenco femenino, Cecilia Salman es otra de las trabajadoras de esta particular empresa. Sofia Cobas Ale tiene una participación muy loca y divertida en la trama, que no vamos a adelantar aquí y por último mencionar a Natalia Buyatti, que será una especie de intrusa en ese lugar de trabajo, alguien ajena a un mundo con códigos propios, indescifrable para el que no maneja los códigos del grupo.

Del lado masculino, todos están muy bien, tanto un extrovertido Alan Bogado que meterá un baile muy festejado, el rubio Hugo Rabinovich de alma sensible y Ariel Levenberg, el abuelo, otro de los ajenos a ese ámbito laboral, aunque conectado al mismo, por una de las trabajadoras, con los que evidentemente mantiene una extraña relación. Muy buena actuaciones de los tres.










Para el final y con párrafo especial mencionamos a Milo Casares, un niño, que aparecerá promediando la trama y sorprenderá a todos, con una composición encantadora que se llevará todas las miradas y los elogios. Felicitamos a Milo.

Son nueve los protagonistas en escena y hay un muy meritorio trabajo de la directora, para permitir que cada uno de ellos tenga su momento de lucimiento personal, pero sobretodo, para el buen funcionamiento en el conjunto, ya que las interacciones son una constante.

La puesta tiene algunas perlitas para destacar, como un vestuario tan pintoresco como logrado. El diseño escenográfico es otro ítem que nos gustó mucho. La pieza tiene divertidos efectos especiales, que no adelantaremos  y mencionar la dinámica que tiene la trama, con los actores corriendo por el escenario y con muchas entrega corporal, por eso los espectadores que deben estar atentos, para no perder detalle, ya que suceden muchas cosas en simultáneo en escena.










Y hasta allí contaremos, Lo Razonable es una obra original y particular, abierta a interpretaciones diversas, con muchos cabos para atar, pero con los distintos caminos que nos llevan a la reflexión, ya que detrás de una historia desopilante, se nota de manera nítida, la conexión de la trama con la realidad actual, donde hay una sociedad intolerante a la que le gusta dejar claro, que cosas pueden decirse y hacerse, explicitando de manera cruda y violenta, que aquellos que no cumplan, con los cánones establecidos, representan un peligro para la sociedad en su conjunto y una de las salidas sería eliminarlos.

Desde este humilde espacio, siempre valoramos y alentamos las propuestas que toman riesgos e invitan a pensar al público, algo que ocurre aquí en todo momento una trama, que deja muchos enigmas, pero también certezas. Si a lo mencionado le sumamos un texto altamente creativo y actuaciones muy sólidas, queda claro, al menos para nosotros, que Lo Razonable, tiene mucho que contar y cada uno de los espectadores, además de disfrutar de una mu buena velada teatral, deberá estar muy atento, para esquivar las balas y sacar sus propias conclusiones.




Pensador Teatral.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Dos Plazas y Media

Dramaturgia de Damián Valgiusti. Dirección de Gimena Romano Larroca y Damián Valgiusti.









Una propuesta profunda y fresca a la vez, llega con Dos Plazas y Media, bello texto escrito por Damián Valgiusti, quién además es uno de los protagonistas de la obra, que jugando de manera muy hábil con lo metafórico y lo onírico, nos ofrecerá una historia atrapante y muy ingeniosa.

La obra es una invitación para que el espectador vuele con su imaginación, ya que al ingresar a la sala, visualizará un colchón flotando en el mar, allí arriba está Walter, que no recuerda bien lo sucedido y como llegó hasta allí. Por los restos desperdigados en el escenario, todo hace pensar, que ocurrió algún desastre natural, que provocó destrucción y ahora hay que ingeniárselas para sobrevivir y esperar que alguien lo rescate.










Pero Walter, descubrirá que no está solo en aquel vasto océano, una bella y joven mujer, aparecerá nadando por allí. Ambos piensan que unirse en aquellas circunstancias, sería una buena idea, ya que juntos pueden turnarse en las guardias, para que ninguno de los tiburones que nade por allí  los ataque. Además la unidad hace la fuerza y contar con  alguien en quien apoyarse o con quien poder hablar, es una forma de prolongar la esperanza de la salvación.

Algo huele a familiar entre los protagonistas, Walter no recuerda como llegó allí y tampoco nada de su vida. En cambio, su compañera de travesía, que finalmente accede a contarle que se llama Meli, si parece conocer el motivo, por el que están a la deriva y dá la impresión que también lo conoce a él, aunque prefiere no contarle nada.










La obra presenta una muy buena cuota de suspenso y los espectadores a la par de Walter intentarán descubrir que sucede y descifrar si aquel encuentro oceánico es algo casual o más bien un intento de dos seres que se conocen muy bien, de remontar una situación complicada, que los llevó a naufragar.  Hasta allí vamos a contar, cuando vean la obra descubrirán más.

Resultan magníficas las actuaciones de Damián Valgiusti y Luciana Ulrich, quienes se entregan por completo al universo onírico que pide la pieza, ofreciendo interpretaciones sensibles, con una carga emotiva muy alta. Es importante destacar la química que muestran Damián y Luciana, que se nota se sienten cómodos y disfrutan cada minuto de la obra, siendo esto algo que el público reconoce y valora.

Un punto muy importante, es la belleza visual de la puesta, fundamental para el vuelo poético y metafórico, que el texto reclama. Hay un notable diseño escenográfico de Ana Repetto, mostrando que con imaginación y creatividad, pueden lograrse óptimos resultados, sin grandes inversiones económicos, algo imposible para el teatro independiente. Es muy bueno el diseño de luces de Juan Baez y Alejandro Velázquez, creando la atmósfera y los climas que la trama pide. Por último mencionar, la música original de Diego Lozano, otro plus que presenta la obra.










No queda mucho más para agregar, Dos Plazas y Media es una entrañable propuesta del off, que como dijimos antes nos invita a viajar con la imaginación y acompañar en este naufragio a Walter y Meli, que intentarán aprovechar la nueva oportunidad que tienen, para dejar atrás un pasado turbulento e imaginar un futuro juntos, si es que logran sobrevivir a ese entorno hostil, que no se las pone fácil.

Disfrutamos de una bella noche de teatro en El Camarín, con un texto que invita a soñar, una puesta cuidada, de bella estética y dos actuaciones muy logradas. Por todo lo mencionado, no sorprenden los aplausos, con que los espectadores despiden a los protagonistas, que tratarán de seguir la corriente y llegar a la orilla.




Pensador Teatral.



viernes, 6 de diciembre de 2019

La Lechuga

Dramaturgia de César Sierra. Adaptación de Juan Paya. Dirección de Nicolás Scarpino.








De Jueves a Domingos en CPM Multiescena ( Av. Corrientes 1764 )

Obra escrita por el venezolano Carlos Sierra, que desembarca en Argentina, tras presentarse con éxito en más de doce países, llegando con una versión local que respeta con fidelidad el texto original, estableciendo algunas variaciones necesarias, para aggiornarla a nuestra idiosincrasia.

La Lechuga es una tragicomedia, cruda en muchos momentos y absolutamente desopilante en otros. La trama nos hablará de vínculos familiares rotos, relaciones que solo se mantienen por  la existencia un tercero que los obliga a mantener en contacto. En este caso, los protagonistas serán tres hermanos, que se reúnen el día del cumpleaños de su padre, para un festejo, que todos de antemano saben no tiene sentido, en primer lugar porque el padre desde hace cuatro años, se encuentra postrado en una cama, en estado vegetativo y sobre todo  porque esas reuniones familiares nunca terminan bien, todos los años terminan con discusiones y problemas.








Pero la celebración de este año, tiene un motivo especial, los anfitriones Héctor ( Juan Paya ) y Virginia ( Sabrina Carballo ), ya no toleran tener al padre en su casa, ocupando una habitación y debiendo pagar los gastos de enfermeras, remedios y sobretodo cuidándolo. Por su buena posición económica, fueron los que se encargaron del padre todos estos años, pero Virginia ya harta de las peleas con su marido por el tema, está decidida  a que alguno de sus dos hermanos varones, se lleve a su padre y se hago cargo de su cuidado al menos por un tiempo.

Uno de ellos Victor ( Pablo Cerri ), vive con su esposa Dora ( Marina Castillo ), en el Conurbano, junto a sus cuatro hijos y otro en camino, con una posición económica bastante endeble y con poco espacio físico en la casa. Dos excusas ideales, para evitar cuidar al padre todos estos años, El otro hermano Vinicio ( Nicolás Maiques ) , es soltero, gay y no tiene la mínima intención de ocuparse de un padre, del que no guarda los mejores recuerdos.






La obra que juega mucho con estereótipos, se hace fuerte en ello precisamente y es muy efectiva, consiguiendo su objetivo, hacer reír y con ganas a los espectadores, algo que suena normal para una comedia, pero que lamentablemente, no siempre se consigue. Creemos que los buenos resultados obtenidos, se deben en gran parte, al muy buen funcionamiento que tiene el elenco como bloque y también en lo individual.


Tratando de no ser injustos, indudablemente que quien genera las mayores risas de la noche y por momentos se come la obra, es Nicolás Maiques, que realiza una composición fantástica de un personaje, hiperquinético, verborrágico y dueño de una impunidad asombrosa para decir lo que se le viene en mente, sin reparar en sus consecuencias. Nos encantó el trabajo de Nicolás, con un histrionismo a flor de piel, para deleite de una platea, que festeja cada una de sus intervenciones.


Pero la gran actuación de Nicolás, de ninguna manera debe opacar al resto, Juan Paya, su compañero de Chicos Católicos, es otro punto muy alto. Con un empleo muy bueno, que le otorga tranquilidad económica y un status que le gusta ostentar, soportará con estoicismo las faltas de respeto de unos invitados bastante disruptivos. Pero que su paciencia llegará a un límite y estallará. Santiago Mallarino, es un muy buen contrapunto, le refriega en la cara su fertilidad y mostrará una envidia altamente nociva, apoyada en una lucha de clase de clases latente.








Los personajes femeninos no se quedan atrás, Julieta Granja compone a una Dora, con un embarazo avanzado, que no parará de hablar en toda la noche, siendo insoportable para su marido y para el resto. Para colmo, pese a tenerlo prohibido, incitada por Vinicio, tomará algo de alcohol y se generarán momentos muy divertidos. Sabrina Carballo, la anfitriona, parece ser la más racional y la más preocupada por el futuro del padre. Aportando mucha presencia escénica, redondea otra muy buena composición.


Damos mérito también a la dirección de Nicolás Scarpino, ya que aprovecha muy bien las fortalezas del joven elenco reunido, dando lugar a que se luzcan en lo individual y también a que se potencien en lo grupal, dando a la obra una dinámica que se mantiene a lo largo de toda la trama.











No queda mucho que agregar, nos divertimos mucho viendo La Lechuga, una pieza que desde el humor, trata temas profundos, como los vínculos familiares, la vejez, la paternidad y la muerte, por citar solo alguno de los tópicos que irán desfilando a lo largo de la noche. El gran mérito del texto es que logra tocar esos temas, siempre desde el lado del humor y con eso le quita dramatismo a cuestiones, que no son nada sencillas.

La obra, tuvo una temporada muy exitosa, con excelente respuesta del público, algo que se explica por el poder del boca a boca, que sin dudas tuvo La Lechuga, que consigue con creces su propósito, hacer reír al público, lo logra de la mano de muy buenas interpretaciones y un texto tan desopilante, como cercano para el espectador.



Pensador Teatral.


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martes, 3 de diciembre de 2019

En esta casa no pasa nada

Dirección de Florencia Laval y Julieta Varela.









Martes 20 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )

El teatro nos convoca en esta oportunidad para asistir a una magnífica y original adaptación de La  Casa de Bernarda Alba, obra escrita por el genial Federico García Lorca, poeta y dramaturgo granadino, miembro de la mítica Generación del 27´, considerado el mayor referente de la literatura española del Siglo XX. Lorcá marcó una época y en la actualidad es reconocido como el poeta español más leído de todos los tiempos.

La Casa de Bernarda Alba, es uno de sus textos más reconocidos y además tiene una significación muy especial, ya que fue su última obra. Poco tiempo después de haber terminado de escribirla, encontró su trágica muerte a manos del franquismo, que lo fusiló en los albores de la Guerra Civil. Un dato para tener en cuenta, es que Francisco Garcia Lorca, tenía solo 38 años, al momento de ser asesinado, lo que hace aún más dolorosa e inexplicable su perdida.










Para quien no conoce el argumento de esta célebre obra, inspirada en figuras reales de su querida Granada y una de las mas representadas en la historia del teatro universal, contemos que su personaje central es Bernarda Alba, que tras la muerte su segundo marido, impone a sus hijas un largo luto, de ocho años, que las obligará a vivir recluídas en su casa, sin contacto con el mundo exterior y mucho menos con hombres.

De aquella idea surge En esta casa casa no pasa nada, el dramático grito de una madre, que tomando el rol de la figura patriarcal ausente, no dudará en reprimir con autoritarismo, los deseos de sus hijas. que deben permanecer encerradas en la casa, presas entre esas paredes, en las que ningún hombre puede ingresar. Pero es esto posible ?? Puede acallarse por decreto lo que dicta el corazón ?? Este sin dudas será un interrogante que dará vueltas en todo momento.










Dejemos atrás la introducción y vayamos ya a la obra que nos convoca. Decir de entrada que nos impactó la adaptación lograda, potente e innovadora, mostrando que cuando hay creatividad y dedicación, se pueden ofrecer versiones diferentes y distinguidas de uno de los textos más representados, logrando sorprender gratamente al espectador.

Sin contar mucho para mantener la sorpresa, porque es una obra que los espectadores deben ver, digamos que la palabra de Lorca, surgirá no tanto de la oralidad, sino de los cuerpos de los protagonistas y de la música que acompañará sus movimientos. Es una puesta que tiene un componente físico fundamental, con coreografías muy trabajadas y ejecutadas con precisión, siempre con la música en un plano elevado,

La pieza presenta un despliegue actoral inusual para el teatro independiente, que debemos destacar, son catorce los actores en escena, los que dán vida a este versión libre del clásico lorquiano. El elenco está compuesto en su mayoría por jóvenes actores, que con mucho entusiasmo, trabajo y una entrega  absoluta, le darán a la trama un ritmo y una dinámica que sorprende y el espectador agradece.










Los trabajos actorales son muy buenos, por una cuestión de espacio, solo mencionaremos a algunos de ellos. Tomás Almandos es una Bernarda, intensa, que con mano dura, buscará ejercer la disciplina en la casa, sin reparar en el sentimiento de sus hijas. Excelente lo de Tomás, dando a su personaje el peso dramático  y la emocionalidad que requiere. Otra composición destacada es la de Pina Spena, como la abuela, que tratará de mediar, entre la rígidez de su madre y los deseos de sus nietas. Para ayudar a mantener el orden del hogar y atentas para vigilar lo que sucede intra muros, estarán las criadas, representadas por Flora García y Majo Ñañez.

En los papeles de las hijas, destacamos especialmente a Adela y a Angustias, figuras principales de este drama, ambas cumplen muy bien sus papeles y se lucen. Muy buena también la idea de presentar al personaje de Pepe el Romano, pero multiplicado, por lo que serán varios los actores que lo representen , dando una lograda variedad de tonos al personaje. No vamos a decir más, cuando vean la obra, se darán cuenta de lo que estamos hablando.

Hay un muy buen trabajo de las directoras, para lograr la coordinación necesaria, ya que los catorce personajes, están casi todo el tiempo juntos en el escenario, necesitando para esto, muchas horas de ensayo. En un espacio escénico despojado, como dijimos serán los cuerpos los que hablarán. Ademas del componente musical, fundamental en el montaje hay que mencionar el muy buen diseño lumínico de Sebastián Crasso. La puesta tiene una belleza estética y visual que agrega mucho valor.









No queda mucho más para mencionar, en ocasiones cuando aparecen estas adaptaciones de viejos clásicos, muchos espectadores pueden pensar que verán algo que ya han visto antes, cambiando sólo los actores. Les aseguramos que esto, no sucede aquí. En esta versión libre de La Casa de Bernarda Alba, se encontrarán con una versión original, potente y aggiornada a estos tiempos modernos, en que la mujer lucha de manera activa por sus derechos.

Nos fuimos muy contentos del Patio de Actores, un teatro que en los últimos tiempos, se ha convertido en sinónimo de obras de calidad, ya que nos encontramos con una atractiva y poética versión del clásico lorquiano, de la mano de un un grupo de jóvenes actores, que con su impronta, nos regalan una hermosa velada teatral.



Pensador Teatral.