miércoles, 11 de octubre de 2017

Millones de Segundos

Domingos 18 30 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )





Dramaturgia y Dirección de Diego Casado Rubio.

Teníamos muchas ganas de ver Millones de Segundos, obra que se viene presentando en El Extranjero, con gran suceso de crítica y de público, agotando localidades función tras función.

Nos tocó un día de lluvia, pero respondiendo a sus antecedentes, esto no importó a los espectadores que volvieron a colmar el teatro, quedando gente afuera. Antes del inicio de la obra, ya teníamos un indicio, que Millones de Segundos, no sería una pieza más, se percibía en el ambiente, un grado de entusiasmo y una expectativa en el hall de El Extranjero, que no es tan habitual en el off..

El autor y director de la pieza, Diego Casado Rubio, de origen español, pero radicado ya hace muchos años en nuestro país, es un dramaturgo, que se caracteriza, por tratar temáticas sociales jugadas, poniendo el foco en la inclusión y en defensa los sectores más desprotegidos, que sufren los embates de una sociedad, políticamente correcta en los papeles,  pero cruel e intolerante en su comportamiento, con el diferente y con el más débil.






En anteriores trabajos, Diego expuso en sus obras, temas como el de las parejas homosexuales, discriminadas,  antes de la Ley de Matrimonio Igualitario y  la violencia familiar. En esta caso, inspirándose en un caso real, nos contará la historia de Alan ( Raquel Ameri ), un adolescente transexual, que nació en cuerpo de mujer, pero se siente hombre.
Padece además el Síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista, en el que el área social y la relación con los otros, es su punto más débil.

El autor de una manera cruda e impecable, dejará en claro, el alto grado de intolerancia con que  reacciona la sociedad, con Alan, un distinto, un desviado como lo llaman despectivmente, que es el blanco ideal para descargar todo el odio y el rechazo que se tenga a mano.

Hay un crítica implícita a las instituciones, la escuela, en vez de contenerlo, lo rechaza, sus compañeros le hacen bullying y se turnan para humillarlo, para castigarlo mentalmente con sus insultos y fisicamente con golpes y palizas que le propinan y ya ese pueblo chico en el que viven, no tiene escuela por la que no hay pasado.






Lo rechazan los médicos y terapeutas, que no avalan que alguien con este síndrome, puede plantear cuestionamientos sobre su identidad sexual.

El afuera lo rechaza y lo propio hace su entorno familiar, con un padre camionero ausente y Clarisa, su madre ( Marisa Rosa Frega ), que se gana la vida limpiando casas, para poder pagar la escuela de su hijo y sus costosos tratamientos piscológicos, que tan poco resultados obtienen, pero que no tiene nada de amor para darle y elige una postura fría y distante.

Alan está solo, con sus miedos y conviviendo con ese odio que le proyecta su entorno y que repercute en forma muy negativa en su carácter, tornándolo violento y resentido. Su único apoyo es Samson ( Victor Labra ), su fiel compañero, una especie de perro devenido en persona, que es el único ser que lo comprende, además de brindarle cariño y contención.

La obra perturba, por su violencia, verbal y físico y por ese espejo de intolerancia y malicia que muestra la sociedad y en la que el espectador teme verse peligrosamente reflejado.





Este guión tan fuerte, puede llegar a buen puerto, gracias a haber encontrado como representantes a un elenco absolutamente comprometido con el libro. Arranquemos por Raquel Ameri ( Alan ), protagonista de la historia, que nos regala una interpretación descomunal. Una actuación a corazón abierto, en un papel muy complejo, que le exige una entrega absoluta en cuerpo y espíritu.
Cuenta el tiempo en segundos y combate su profunda soledad, grabando videos en Youtube, que luego sube a las redes.
Raquel deja la piel en el escenario y cumple una actuación verdaderamente consagratoria, que conmueve y emociona. Seguramente en el futuro recibirá más de un premio por este gran trabajo.

Pero Raquel, no está sola en escena la acompañan Victor Labra, como Samson, su fiel compañero, otro papel difícil, que Victor resuelve en gran manera, con una actuación excelente, llena de sentimiento, pasional y muy creìble.

El triángulo virtuoso lo completa, María Rosa Frega, una actriz de gran trayectoria, con mucho recorrido en el género de la comedia, mostrando aquí sus dotes actorales para el drama, interpretando a una madre descarnada, que siente odio y desilusión por esa hija que tuvo y que no reconoce, ni acepta su verdadera identidad.  Su intolerancia es tal, que en vez de amor, es asco lo que siente por Alan.






Tres actuaciones excelentes, donde como dijimos Raquel Ameri se destaca, con una composición brillante, pero los tres muestran en el conjunto una conexión muy fuerte entre ellos y con la historia..

La escenografía es desprovista, solo hay unos cubos de colores iluminados, que a lo largo de la obra, se irán dispersando por el escenario.Interesante el recurso de la tablet, que en momentos de quietud y oscuridad, proyecta imágenes de una niña, que junto su perro, corren por la orilla del mar, en una metáfora de libertad y paz, que es algo que no encuentran en la vida.
El acertado diseño lumínico de Verónica Alcoba, con mucha luz tenue, colabora con ese clima asfixiante que pensó el director para la puesta.

La trama mantiene en todo momento,en vilo al espectador, que sigue con un silencio absoluto lo que ocurre en el escenario,conmovido y sorprendido por la crudeza del relato.





En definitiva, estamos en presencia de una obra profunda, que indaga en un tema incómodo, que existe, aunque muchos quisieran ignorar. Lo valioso de este tipo de textos, como el que presenta Diego aquí, es precisamente lograr darle visibilidad, a temáticas sociales vigentes, que perturban a las sociedades políticamente correctas, que prefieren guardar estos temas debajo de la alfombra, como si no existieran.

La pieza nos permitirá disfrutar de un texto duro e implacable, de un autor que muestra su permanente inquietud por las temáticas sociales, con espíritu inclusivo, dando lugar a una puesta sensible, apoyándose en actuaciones magníficas.

El aplauso emocionado y prolongado, que reciben los protagonistas al final de la función, deja claro que Millones de Segundos no fue una pieza más. Se nota que llegó al corazón del espectador, que retornará a su casa reflexionando e indagando en su interior, tratando de descubrir cual es su grado de tolerancia ante el diferente y cuando el hecho teatral, nos lleva a este estado de introspección, ya cumplió con creces su objetivo.


Pensador Teatral.


Las Ideas

Sábados 21 hs y Domingos 20 hs en Zelaya ( Zelaya 3134 )






Libro y Dirección de Federico León.

Una propuesta muy original, la que nos presenta el talentoso dramaturgo y director Federico León, con Las Ideas, mostrando nuevamente que lo convencional no es lo suyo y que siempre se anima a ofrecer espectáculos diferentes y atractivos para los espectadores.

Recordemos que en su última obra, Las Multitudes, reunió 120 actores en escena, con actores de 5 a 90 años, en la que se hablaba del amor y del paso del tiempo.

Lejos de esa muchedumbre, en Las Ideas, son solamente dos los protagonistas, uno de ellos, es el mismo Federico, que vuelve a ponerse el traje de actor, después de casi diez años de estar del otro lado del escenario, la última obra teatral en la que actúo había sido El Líquido Táctil en 1998.






Lo acompaña en este espectáculo, un viejo conocido, Julian Tello, el protagonista de Las Multitudes, Julian Tello, su amigo, con quien comparte proyectos hace más de quince años.

Pero esta vuelta como actor, es muy particular, ya que como adelantamos, esta no es una obra normal, parece más bien una charla de amigos, que se juntan para repasar ideas y ver cuales de ellas pueden ser parte integrante de una próxima obra de teatro o proyecto.

La puesta es ìntima, los amigos, estàn sentados enfrentados en una mesa de ping pong, Federico con su cumputadora y Julián, con un órgano y una consola de sonido. El espectador parece un voyeur privilegiado , que espía esta reunión de amigos, en pleno proceso creativo, tirando una idea tras otra, para ver cual puede ser más atractiva.

Entre ellos discuten, los límites entre ficción y realidad, intentando resolver que debería ser real en una obra y que ficcionado, representando ejemplos llamativos y provocadores.






Abrirán  un botella de whisky y beberan. Será té o sera en verdad whisky  ?? Es whisky real ? Pero pueden hacer una obra bebiendo ???  Al segundo o tercer vaso, dirán lo que estaba pautado en el texto  o cada función la obra tomará un camino diferente e impensado, de acuerdo a como les pega la bebida ?? La duda recorre el ambiente.

En otro momento fumarán un porro. Es un porro real ? Pero la ley permite fumar un porro en escena ??  Lo buscan en youtube. En plena obra . Y si lo permitiera, podrían hacer una obra fumados ?? Seguirían el libreto o divagarian  ?? La obra duraría siempre el mismo tiempo ??

Hay que hacer una llamada telefónica a nuestra novia en el medio de la obra. Hacemos como que llamamos ? O verdaderamente la llamamos en plena función ? Sería eso posible una vez o podría estar esperando el llamado en todas las funciones ???

El mensaje que se busca transmitir, es que siempre será dificil o casi imposible, para el espectador dilucidar si lo que está viendo es real o no. Pero importa eso ?? O lo que verdaderamente importa es que lo que se vea sea verosímil ?

El tema de realidad y ficción es solo un tópico, de los muchos que trata la pieza, que tiene muchas sorpresas preparadas para el espectador.






A lo largo de la obra, los protagonistas jugarán al ping-pong, navegarán por internet, se filmarán y veremos las esas imágenes, que repasarán lo que vimos hace unos instantes, en un ejercicio que descoloca al espectador, que no está habituado al protagonismo de lo audiovisual, en una representación teatral.

Federico que además es cineasta, muestra esa veta, con algunos videos, grabados especialmente para la ocasión y en otros que se editan en vivo en plena función.

La obra es una verdadera caja de Pandora y lo inesperado es lo que sucederá, nada es previsible y el público queda inmerso en medio de esa ingeniosa tormenta de ideas, que abordan los protagonistas, en este verdadero laboratorio escénico, del que somos testigos privilegiados.

La química y el conocimiento de estos dos amigos, se nota y es un valor agregado, ya que parecen entenderse solo mirándose. Federico es el capitán de este barco y Julián es su contramestre, en este mar de ideas en el que navegan.






Destacamos la escenografía de Ariel Vaccaro, con esa mesa de ping pong versátil, que tendrá varios usos. Hay un destacado trabajo de edición y de fotografía, la música y el diseño sonoro a cargo de Diego Vainer es otro ítem a destacar ,al igual que la ingeniosa realización de objetos, a cargo de David D´Orazio, con algunas sopresas que no adelantaremos.

La puesta de carácter minimalista, está muy cuidada, con un diseño de luces, que colabora con ese clima íntimo propuesto, en este espacio tan cálido y particular que es Zelaya ( es realmente la casa del director o es parte de la ficción este dato ?? )  Los espectadores antes de ingresar a la sala, esperan en un parque, con mucho verde, con una hamaca, gatos y una pileta. Cuando dijimos que la obra era muy distinta, podrán comprobar que no exageramos en nada.

En definitiva, celebramos la aparición de propuestas como Las Ideas, laboratorio escénico, creatividad en estado puro, tormenta de ideas, las nuevas y las que alguna vez fueron descartadas dejamos que usted encasille la obra donde le parezca, la premisa con la que se retira el espectador luego de ver la pieza, es que todo es válido en el proceso creativo y gracias a un director, que toma riesgos, seremos partícipes de esta velada creativa, que busca extender los límites entre realidad y ficción.

Nos gustó mucho la obra y por eso la recomendamos, teatro experimental que abre la mente del espectador, que de ninguna manera puede quedar indiferente ante esta inteligente y potente tormenta de ideas, convertida en espectáculo teatral.



Pensador Teatral.

lunes, 9 de octubre de 2017

Grotesco Fabril

Viernes 20 hs en El Crisol ( Scalabrini Ortiz 657 )






Dramaturgia de Andrés Binetti y Dirección de Martín Ortiz y Andrés Binetti.

Una muy interesante propuesta,  llega de la mano de los Alumnos de la Carrera de Arte Dramático de la Universidad de Salvador, con Grotesco Fabril, que es su Proyecto de Graduación.

El año pasado, disfrutamos de Ya nadie nota tu dolor de Andrés Binetti, una conferencia perfomática muy original, en la que siete actores exponían sus emociones y sus miedos, dando ya una pauta, de su gusto por trabajar con elencos jóvenes y numerosos.

En este caso redobla la apuesta, ya que son veinte los actores en escena, algo poco usual dentro del teatro independiente y que requiere una muy buena coordinación, que solo puede lograrse con mucho ensayo y con una muy buena dirección, en este caso la del mismo Andrés, junto con Martín Ortiz, que indudablemente  cumplen un rol fundamental.






Grotesco Fabril, se desarrolla en la década del cuarenta, en una fábrica de corpiños, en la que las trabajadoras ( son casi todas mujeres ) llevan a cabo agotadoras jornadas laborales, para poder cumplir con la productividad, que exige la patronal.

A lo largo de la trama, aparecerán muchos conceptos relacionados con el ADN argentino como el tango, la inmigración y la idiosincrasia diferente de cada trabajadora respecto del trabajo y como en aquellos años, trabajar en una fábrica, era un privilegio que no todos tenían y por eso había que cuidarlo con afán.

Veremos muy inteligentemente desarrollados conceptos, como linea de producción, división de trabajo y la influencia de aquellos que estando a la espera de una oportunidad de trabajo, se convierten en una amenaza, para los que tienen el trabajo, ya que con tal de conseguir el empleo, están dispuestos a cualquier sacrificio.

Además se aprecia, como pese a los esfuerzos de los jefes, para que no haya distracciones en la fábrica y solo se piense en producir, quedará claro, que el costado humano y las relaciones personales, juegan un papel clave, en cualquier grupo de trabajo y aparecerán muchas distracciones y algunos conflictos, que sin dudas atentarán contra esa productividad, casi robotizada que piensan los patrones y en la práctica, es tan lejana a la realidad.

La rutina en la fábrica, parece la de un día normal, pero no lo será, ya que contratado por el dueño de la compañia, llegará René, una publicista que estudió en New York, quien viene a diseñar una campaña publicitaria para la fábrica y para ellos necesitará tomar algunas fotos y hacer algunas preguntas.

No contaremos más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra si este publicista, tuvo éxito o no con su misión que parecía sencilla, pero que deberá luchar contra el espíritu de una fábrica que la ven, como sapo de otro pozo.

La trama de la obra, es muy dinámica, hay gran cantidad de actores en escena, suceden muchas cosas a la vez, por lo tanto hay que estar muy atento para no perderse nada y poder seguir las miradas y las reacciones de cada personaje.
Además la historia, tiene un muy buen componente musical y hay muchos cuadros destacados donde la música es protagonista.

Esta es una de esas piezas, en las que las actuaciones son el motor de la historia y más allá, del muy buen guión, son las que dan vida a la historia.






Para nosotros, que vemos muchas obras por semana, resulta un placer, poder descubrir el talento y el entusiasmo de un elenco tan joven ( con un promedio de edad es de 22 / 23 años ). Algunas de estas actrices que hoy realizan sus primeros pasos en la actuación, seguramente dentro de unos años, se destacarán en nuestro teatro independiente, que indudablemente tiene un semillero increíble, con la gran cantidad de alumnos de teatro, que estudian y se perfeccionan cada día en las muy buenas escuelas de teatro que tiene Buenos Aires, con el objetivo de hacer carrera dentro de la escena teatral.

Como dijimos son veinte actores en escena y en gran parte del espectáculo, están en forma simultanea en el escenario. Por un tema de extensión, sería muy largo, mencionar a todos, pero trataremos de ser justos y nombraremos a los que tuvieron mayor destaque.

Entre las interpretaciones que más nos gustaron, mencionamos a Denise Gómez Rivero, con un histrionismo y una fuerza actoral que nos impresionó, con sus ataques de furia y su contrariedad con la música de Gardel, los tangos y las melodías tristes en general. En nuestra humilde opinión, la de Denise es la interpretación más destacada de la pieza.

Valentina Nepote, está entre las recién llegadas a la patronal, ya que hasta hace poco tiempo era una trabajadora más. Dueña de un ángel especial, Valentina, que nos regala una actuación cargada de sensibilidad.






Lucía Suarez, es otra de las que defiende los intereses de la patronal, tiene el rol de villana y lo lleva adelante con mucha credibilidad. Otra actuación que nos gustó mucho.

Mercedes Padín, en su silla de ruedas, se destaca por su gestualidad,  componiendo un personaje entrañable, con mucho encanto y muy querible.

Solo dos hombres, tiene la obra y ambos se destacan, Owen Toledo, también del lado de los jefes y Francisco Cerra, trabajador de la linea, que recibe la inesperada visita de su esposa interpretada por Isabella Guerrieri, cantante, que aprovechara su ida a ese ámbito labora,  para interpretar algunos temas.

Destacamos también a Camila Campllonch, como Zambito, un muy buen proyecto de delegada, con mucho empuje, se preocupa por las condiciones de trabajo de sus compañeras y obvio no es bien vista por los jefes.
Camila Noel Baneiro, es la renguita, otro entrañable personaje, que recorre la planta con su carro y sorprenderá con una lograda coreografía de tap, Marìa Luisa Salini Tyrrell es René, la extravagante fotógrafa, que visitará la fábrica y Jeniffer Piccoli, abnegada trabajadora que arenga a sus compañeras, para que no bajen el ritmo, porque quiere cumplir con la productividad pedida.






Nos quedaron muchas chicas sin mencionar y pedimos disculpas, ya que todas cumplen su rol con mucho entusiasmo y algo que destacamos de esta puesta, es que los directores, les dan a todas, algún espacio para poder destacarse y esto es muy valioso.

La obra presenta una escenografía muy lograda a cargo de Jorgelina Herrero Pons, que simula a una fábrica de época con sus máquinas. Y otro punto a destacar es el impecable vestuario a cargo de Paz Stamboni Day, que lucen todas las protagonistas.

En definitiva, el interesante guión escrito por Andrés Binetti, es la excusa perfecta, para poder disfrutar de las deliciosas actuaciones de los jóvenes egresados de la carrera de arte dramático de la USAL, muy bien apuntaladas por el mismo Andrés y por Martín Ortiz en la dirección.

Recomendamos la obra, que resulta un verdadero soplo de aire fresco, que se filtra con mucha hidalguía, en la nutrida cartelera teatral del off porteño y como dijimos antes, el espectador disfrutará de la obra y de las interpretaciones, tratando de descubrir cuales de estas actrices en un par de años, será figura reconocida en el ambiente artístico y seguramente recordará, haberla visto en sus orígenes, en este entrañable proyecto de graduación, llamado Grotesco Fabril.



Pensador Teatral.





jueves, 5 de octubre de 2017

Espumas de Oriente

Domingos 19 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez Velazco 419 )






Dramaturgía de Irene Almus y Dirección Artística de Mariana Giovine.

Teníamos muchas expectativas, en esta obra, que transita su tercer temporada con muy buena respuesta del público y un gran reconocimiento de la crítica especializada, que la nominó como Mejor Musical Off en los Premios Hugo y Mejor Espectáculo Teatro Off Premios ACE.

Y sin suspenso ya digamos, que Espumas de Oriente cubrió ampliamente nuestras expectativas y nos gustó mucho.

La obra que es muy original, nos hace retroceder en el tiempo a las década del 60, para introducirnos en el fascinante mundo del radioteatro, que era el entretenimiento casi obligatorio y exclusivo, de los hogares argentinos, antes de la aparición de la televisión.






Seremos testigos privilegiados de lo que sucede en ese estudio de radio, desde el que se transmite el radioteatro, protagonizado por Mecha Dalbón ( Irene Almus ) una actriz madura y famosa, su partenaire es Fernán Pelesucci ( Luciano Ledesma ), un joven inexperto, que está dando sus primeros pasos y que no puede creer que está junto a una estrella como Mecha,

Pero no están solos, los acompaña el presentador ( Gabriel Virtuoso ), personaje clave de los radioteatros, que es, quien narra la historia, dá los pies a los actores y además se encarga de los efectos especiales, fundamentales en el género y que enriquecen el relato que llega a los oyentes.

Cada día, se genera un nuevo capítulo de este radioteatro musical y la relación entre Mecha y Fernán, se irá estrechando,  a medida que se van conociendo, por lo tanto de manera muy inteligente veremos dos historias paralelas, la propia del radioteatro y la real entre la famosa actriz y el principiante, el narrador como atento testigo, de los vaivenes de esa relación, que sin dudas influirá en el desarrollo de los programa.

No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra si el amor surgirá en aquel estudio radial y si la historia del radioteatro, se cruzará en algún momento con la vida real.





La pieza tiene una muy buena dinámica y un humor muy sano, logrando que el espectador se ria mucho, gracias a este trío de actores, que con sus caras, sus movimientos, sus mímicas y una entrega absoluta,  consiguen sonoras carcajadas en la platea.

Hablemos ya de los protagonistas, que son los responsables de que esta obra resulte tan atractiva. Arranquemos por Irene Almus, que además tiene en enorme mérito, de ser la creadora de este bella historia. Su actuación es fantástica, componiendo una auténtica diva del espectáculo de aquellos años, sus caras, sus posturas, sus movimientos, se destacan muchísimo y tiene un histrionismo que sorprende. . Su gran interpretación, hizo que ganara el Premio Hugo a la Mejor Intérprete Musical Femenina en Teatro Off y muy merecido lo tiene.
Felicitamos a Irene, en su doble rol de autora y de protagonista de la pieza.

Sigamos con el presentador del radioteatro, interpretado magistralmente por Gabriel Virtuoso, un actor de experiencia, que con una voz privilegiada y mucha presencia escénica, lleva el relato en gran forma. Conduce en gran forma el relato, sus miradas diferentes para la estrella y para el principiante, sus mohines y hasta la manera en que ejecuta los efectos especiales, llevan a la risa al espectador. Magnífico su trabajo.






Y para el final, nos queda Luciano Ledesma, como Fernán, el joven actor del radioteatro, que poco a poco irá ganando la confianza de Mecha y aumentando su protagonismo. Un disfrute ver sus caras, su expresividad y sus diferentes tonos de voz. Al final de la función, nos enteramos por boca de los protagonistas, que este era el debut de Luciano en la obra, anteriormente el papel lo llevaba adelante Julian Bruno, que salió de gira con su orquesta y que había hecho un " torazo " ( término que se usa en el teatro cuando un actor sale a escena con muy poco ensayo ). Para nosotros que no habíamos visto la obra antes, fue una enorme sorpresa, ya que su actuación fue excelente, sin dudas una revelación y si esta fue su primera presentación, no queremos imaginar, lo que será cuando gane en confianza.

Sin dudas, un trío muy talentoso reunido para la ocasión, que se luce muchísimo, ya que además de sus dotes actorales, muestran también sus condiciones para la música, tocando la guitarra y entonando tango.y milongas que se disfrutan mucho..

A estas interpretaciones tan destacadas, debemos sumarle la puesta que tiene la obra, de la mano de Mariana Giovine, que cuida todos los detalles y le otorga una gran dinámica a esta historia tan entretenida.
Una escenografía sencilla, pero muy bien lograda, con esos micrófonos típicos de la radio dominando la escena y una puerta que servirá para múltiples efectos especiales. Este rubro está en manos Camila Grinstein, al igual que el vestuario, que se destaca mucho, con esos trajes elegantes, que tienen los hombres, el vestuario de Mecha y los sombreros que dan un toque de glamour a la puesta.
Muy buen diseño de luces de Fernando Chacoma y la música original de Julián Bruno también son materias a destacar.






Como pueden ver, sin grandes erogaciones económicas en el off, pero con mucho talento e ingenio, se generan una cantidad de recursos increíbles, puestos al servicio de la obra, que logran darle una gran estética artística.

En definitiva, una propuesta atractiva y muy original, la que nos acerca Espumas de Oriente, con un texto rico e inteligente de Irene Almus, que nos trae a estos tiempos modernos donde reína la teconología, el recuerdo del maravilloso mundo del radioteatro.

Recomendamos fervorosamente la obra, que nos hará reír mucho, disfrutando de las actuaciones deliciosas de este trío talentoso de actores. El aplauso prolongado que los espectadores ofrecen a los protagonistas al final de la función, confirman todos los buenos antecedentes y premios que traía la pieza y es un claro indicador, que estamos en presencia de una obra que de ninguna manera deberíamos dejar de ver.



Pensador Teatral.

sábado, 30 de septiembre de 2017

La Música del Viento

Sábados 20 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )





Libro y Dirección de Merceditas Elordi.

En algunas oportunidades, el teatro nos propone viajes maravillosos y esta es una de esas oportunidades, donde de la mano de un texto delicioso, viajaremos hasta el desierto de Atacama, en nuestra Puna del Noroeste.

Allí en ese paisaje, donde la naturaleza es la Reina, encontramos a los dos entrañables personajes que tiene esta hermosa historia, por un lado Julia ( Sofía González ), una joven y bella científica, con dos maestrías y acostumbrada a trabajar en un laboratorio, pero con muy poca experiencia en el campo. Viajó hacia esa inhóspita región, para recolectar muestras, que servirán para sus tesis doctoral.

Pero no estará sola en aquella expedición por el desierto, la acompaña Pedro ( Patricio Paz ) un baqueano, que conoce muy bien el terreno y pese a no tener estudios, conoce los secretos de aquel terreno y cómo sobrevivir en el. Su presencia es indispensable para que la doctora, puede cumplir su tarea.






Los personajes son bien opuestos, Julia es una porteña acomodada y llena prejuicios. Algo soberbia,  se muestra muy descreída de las creencias de Pedro, que tiene un amor y un profundo respeto por esa Tierra. Sus ancestros le enseñaron que debemos agradecer a la Pachamama, por su generosidad y honrarla en todo momento.

Al ser personalidades diferentes  y tener pensamientos tan opuestos, entonces no extraña que se lleven mal y allá rispideces entre ellos, la gran responsable de ellos, es la bella doctora, que con sus caprichos, hace que todo sea muy complicado y Pedro, que tiene mucha paciencia, por momentos ya no tolera los arranques de Julia y además de producirse muchas situaciones graciosas, dadas por este choque de culturas, también se vivirán momentos de tensión entre ellos.

Pero compartir los días calurosos y las noches de frío, racionar el agua y los alimentos, estar allí solos en medio de la naturaleza, sin dudas los irá acercando y la doctora, que está casada con un prestigioso científico, parece sentir mucho la soledad,  sus emociones irán aflorando y el amor entre ellos irá apareciendo.
No contaremos más para conservar el suspenso, pero les adelantamos que estas dos almas que parecían tan lejanas en el comienzo, se irán acercando en forma muy peligrosa y romántica a la vez.

Gran mérito de la directora, la elección de los actores, que cumplen actuaciones magníficas y muestran una gran afinidad.
Patricio Paz, tucumano y conocedor del Norte, compone un personaje entrañable, un lugareño  muy querible por los espectadores, algo ingenuo y con un amor tan inmenso por su Tierra, que conmueve al espectador. Enorme su trabajo y hermoso el personaje que construye.






La doctora es Sofía González, una actriz joven, sin tanta experiencia en el medio teatral, que sorprende con su excelente interpretación. Impresiona su dominio escénico, su tono de voz y la seguridad con la que se maneja. Explotando además su belleza, para seducir a Pedro, que al principio la mira con desconfianza, pero que no puede resistirse a su encanto y a su seducción. Una verdadera revelación resulta Sofia, que nos regala una interpretación deliciosa.

Si bien ambos protagonistas se lucen mucho en lo individual, entendemos que uno de los motivos para que la narración resulte tan creíble, es la excelente química y entendimiento que muestran entre ellos, se los nota conectados y muy a gusto actuando juntos y esto le aporta mucho al relato.

Estas magníficas interpretaciones, además logran potenciarse, en gran medida, por una puesta sensible y plena que presenta la directora.






Son muchos los ítems, que debemos destacar en la puesta, arranquemos por la excelente escenografía y ambientación que tiene la obra. La escena la dominan los cactus y esa carpa, que nos transportan al campamento en medio del desierto, sintiendo el calor, la falta de agua y hasta la fauna que habita la zona.
Como dato de color, les contamos, que Merceditas Elordi, es Licenciada en Ciencias Biológicas y Profesora de Biología, algo que sin dudas se nota en la riqueza de datos sobre la naturaleza, que tiene el texto y también en la construcción del personaje de Julia.

La iluminación es otro aspecto que se destaca mucho, marcando los climas que requiere la pieza y el transcurrir del día, los atardeceres  y la llegada de la noche, bien diferenciados estos momentos, por las distintas tonalidades de luz.
Ambos rubros, el diseño escenográfico y el lumínico, están a cargo de Edgardo Aguilar, a quien felicitamos por su labor.
Y lo sonoro, también tiene su destaque, esa hermosa música del Altiplano que acompaña la historia y nos pone en situación en todo momento, así también como ese sonido del viento, que llega y nos recuerda que estamos en medio del vasto desierto.

Realmente se cuidan todos los detalles y gracias a esto se logra una puesta brillante, que lleva al espectador a Atacama, junto a los protagonistas.






En definitiva, estamos en presencia de otra muy buena propuesta de nuestro teatro independiente, que llega de la mano de Merceditas Elordi, que luego del éxito y los premios que obtuvo, con " Entropía o el orden de lo vano ", su anterior obra, redobla la apuesta, con esta hermosa obra.

Como dijimos La Música del Viento, es una pieza plena de sensibilidad, con la que viajaremos hasta el Altiplano, para descubrir esta original historia de amor, con la naturaleza como entorno, para disfrutar de las magníficas actuaciones de  Sofia González y Patricio Paz.

Un teatro repleto, confirman que el boca a boca sigue funcionando y que los espectadores celebran la aparición de propuestas atractivas como esta.

De nuestro lado solo queda recomendar fervorosamente la obra y agradecer a todo el equipo de La Música del Viento, por la hermosa velada que nos regalaron y magia del teatro mediante, haber podido respirar y sentir los aires del desierto de Atacama.



Pensador Teatral.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Tute Cabrero

Viernes 20 30 hs en Teatro Andamio 90.






Libro de Roberto " Tito " Cossa y Dirección de Jorge Graciosi.

Tute Cabrero, es un verdadero clásico del teatro nacional y siempre es un placer verla y descubrir sus nuevas puestas. Fue escrita en 1968 por Tito Cossa, uno de los dramaturgos más importantes que dió nuestro país, autor de La Nona, El Viejo Criado, El Arreglo, No habrá más penas ni Olvido y Yepeto, por nombrar solo algunos de sus principales textos, que tuvieron enorme repercusión en cine y teatro.

Tute Cabrero, una de las piezas más destacadas de Cossa, fue escrita en 1966 como guión para televisión, dos años después Juan José Jusid la llevó al cine con Pepe Soriano, Gené y un querubín llamado Luis Brandoni como protagonistas. Finalmente en 1981, Raúl Serrano como director, la llevó por primera vez al teatro.
Pasaron más de 35 años desde ese estreno y la obra fue representada en nuestro país, en Latinoamérica y en España, gracias a la universalidad de su temática.

Indudablemente su texto tiene una vigencia absoluta, ya que bucea en las relaciones humanas y el mundo laboral, desnudando como pueden verse afectados los lazos cuando llega una noticia impensada e ingrata, que pondrá a prueba, todos los códigos de amistad y camaradería existentes a este ese momento.






La historia, es sencilla, en el sector Dibujo, de la Empresa Alfa, trabajan tres personas, Sosa ( Aldo Pastur ), Carlos ( Juan Manuel Romero ) y Sergio ( Fernando Ricco )
El más antiguo es Sosa, con casi 40 años de antiguedad, está en el final de su carrera laboral y  quiere jubilarse allí, es amigo de Carlos, que es el actual jefe del sector, que aprendió todo lo que sabe, gracias a sus enseñanzas.
Ellos estuvieron solos por mucho tiempo en el sector, pero hace un año, se sumó Sergio, un joven que está en los último años de la carrera de arquitectura y le aporta sangre nueva al sector.

Pese a las diferencias generacionales, se llevan bastante bien entre los tres y hasta compartieron alguna cena en la casa de Carlos, en la que participaron sus esposas. Salvo Sosa, que fue solo, ya que es soltero.

La armonía en esa oficina, se romperá cuando, un día que parecía como cualquier otro, se convertirá en dramático, cuando el Gerente les avisa por altavoz,  que por racionalización, la Empresa ha decidido, que el sector Dibujo, seguirá funcionando solo con dos personas, es decir, que uno de ellos será despedido.

La variante maquiavelíca que establece este Gerente, es que como considera que el sector conforma un muy buen grupo humano, dejará que ellos mismos, se pongan de acuerdo y decidan quien debe ser despedido y recién en el caso que no haya acuerdo, será la Gerencia, la que tome la dura decisión de quien será quien deje la compañia.






Aqui es donde entra en juego el título de la obra, Tute Cabrero, un juego de cartas, que el mismo autor, califica de perverso, donde nadie gana, pero si hay un perdedor, por lo que entre los jugadores generalmente se tejen alianzas y acuerdos, que como consecuencia dejarán a ese perdedor,
En la obra, dos conservarán el trabajo y uno deberá irse.

La trama entretiene en todo momento al espectador, que verá como a medida que se acerca la decisión, irán apareciendo miserias humanas que estaban ocultas, por cuidar el puesto de trabajo, se dejan de lado todos los códigos y además de la lucha por conservar el trabajo, se produce un interesante duelo generacional, en el que se discute, si es más valioso, aquel que tiene más experiencia, pero está en la curva descendente o si predomina el joven, que si bien no tiene tanto conocimiento, tiene  energía extra y mucho que aprender.

El director encuentra un elenco de gran experiencia y valía para llevar adelante este clásico.
En nuestra opinión, las dos mejores interpretaciones de la obra, recaen en Aldo Pastur, como Sosa, el " viejo ", al que le achacan sus problemas de vista, una gran composición del personaje, formal, acartonado y con terror a perder ese puesto de trabajo que es todo para él. Un actorazo Pastur, que aquí encuentra un papel que le cae perfecto, para lucirse en gran forma.






La otra gran actuación, es la de Juan Manuel Romero, otro actor con mucho oficio, que hace valer su experiencia, con una interpretación deliciosa. Es el jefe del sector y lucha entre dos sentimientos, ser leal a su viejo maestro que le enseñó todo lo que sabe o favorecer al más nuevo, dejando que sea el director quien decida, sin influir en la decisión. Un gran trabajo el de Juan Manuel.

No seamos injustos con Fernando Ricco, quien cumple muy bien su rol, como contrapuesto, con pocos años en la empresa, parece querer hacer carrera allí, sin respeto por la trayectoria de los otros. Se da ese duelo generacional que comentamos y que ocurre en el mundo laboral real.

Pero estos hombres no están solos, cada uno tiene una mujer, que los apuntala en el momento complicado que viven y los aconsejan sobre el mejor camino a seguir. Arranquemos con Elida Schinocca, la hermana de Sosa, bien chapada a la antigua, se queja del nuevo sodero que la corteja y sueña con ir al trabajo para ver donde trabaja su hermana, pero como mencionamos antes, como se marea viajando en colectivo no puede hacerlo. Una actriz de experiencia, que cumple muy buena labor.






Patricia Durán es Laura, la esposa de Carlos, logra destacarse y es muy convincente, en un rol conciliador, tratando de convencer a su marido, para que laude en favor de su antiguo compañero.

Y por último mencionar a Rosario Albornoz, que compone a una mujer desenfadada, mal hablada y nada contenta con el presente de su esposo en la empresa. Le aporta mucha frescura a la obra y marca claramente su diferencia generacional y de pensamiento con las otras mujeres.

Como dijimos se reunió un elenco muy interesante para esta versión de Tute Cabrero, que logra darle muy buena dinámica a la historia, además de dejarnos actuaciones muy destacadas, en lo individual y en lo grupal.

Una escenografía sobria, en las que se destacan los tres escritorios con tableros en las que los dibujantes, desarrollan sus tareas diarias, muy bueno el vestuario de estos personajes de la década del sesenta y un destacado diseño lumínico, que crea los diferentes momentos que requiere el transcurrir de la pieza.
No olvidemos tampoco las bellas melodías tangueras, que ambientan la historia que se sitúa en la década del sesenta.






En definitiva, estamos en presencia de una excelente versión de este clásico del teatro nacional, que demuestra una actualidad absoluta y que sin dudas nos hará reflexionar, sobre como muchas veces, los comportamientos humanos, en momentos conflictivos, muestran su cara más egoísta y sin el menor atisbo de piedad con el semejante, que hasta hace poco, era un amigo, además de un compañero de trabajo.

No vamos a descubrir nosotros, la valía de una obra de los quilates de Tute Cabrero, pero si podemos destacar las actuaciones que presenta esta puesta y obviamente recomendarla.

La sala colmada del Andamio 90, que premia con un aplauso prolongado a los protagonistas al final de la función, no deja dudas, de la hermosa noche de teatro vivida y de la indudable vigencia que tiene este gran clásico del teatro nacional.



Pensador Teatral.



jueves, 28 de septiembre de 2017

Yo, Alfonsina

Lunes 20 30 hs en Teatro La Comedia.






Libro y Dirección de María Esther Fernández.

El teatro nos convoca en esta oportunidad, para ofrecernos una mirada diferente sobre la vida de Alfonsina Storni, notable escritora y poetiza, nacida en Suiza y que desde pequeña vino a la Argentina, con su familia, radicándose en la Provincia de San Juan.

Yo Alfonsina ( una mujer libre ), es un unipersonal estrenado en 1989 en el Teatro San Martín, con la actuación de Leonor Manso y ganó el Premio Estrella de Mar. Ahora tenemos la gran chance de verlo en esta reposición que se presenta en La Comedia.





La autora realizó un enorme trabajo de investigación, sobre la vida la gran escritora, buceando en reportajes en diarios, conferencias, notas periodísticas, lo que le permitió tener una mirada muy completa sobre el pensamiento que tenía Alfonsina. Tan buena fue su recopilación, que hasta el propio hijo de Alfonsina, luego de ver la obra, se acercó a María Esther, para agradecerle y decirle que esa noche, había conocido más a su madre.

A lo largo de la trama, descubriremos a una Alfonsina, indignada con la injusticia social reinante en esa época, en la que las mujeres estaban totalmente relegadas en las sociedad. Recordemos que en esos años, las mujeres no tenían aún derecho al voto, ni tenían las mismas oportunidades laborales que los hombres y eran muy mal vistas, las mujeres solteras con hijos, como era su caso.

La escritora hacía de la libertad su filosofía de vida y la elección de tener una vida en la que pudiera elegir su camino, sin tener que soportar la mirada acusadora del otro.






Este texto tan interesante, encuentra una gran intérprete en Guadalupe Berrino, que con una entrega absoluta, se convierte en Alfonsina Storni en la hora que dura la obra. Es excelente la composición del personaje que logra.
Debemos destacar esta gran interpretación que nos ofrece la protagonista, sus gestos, sus miradas, su manera de hablar, todo lo hace con una pasión increíble y esto enaltece su trabajo.
Una actuación soberbia de Guadalupe, que merece nuestro reconocimiento y admiración.

La puesta es íntima y el espectador disfruta enormemente el clima que permite la señorial sala de La Comedia, en la que se desarolla la obra, en la que, los espectadores tienen una cercanía total con la protagonista, lo que permite seguir cada movimiento y cada gesto de la actriz, sin perder detalle.

La escenografía es simple, con un piano dominando la escena y sobre el mismo, un retrato de Alfonsina. Un rubro a destacar es la iluminación que permite marcar los diferentes climas del relato y también nos gustó el vestuario de Alfonsina, en el que predomina el blanco.







Un texto pleno de poesía y sensibilidad, que arrancará por la infancia de Alfonsina en San Juan, su llegada  a Buenos Aires, sus primeros trabajos como escritora, sus amores secretos y por supuesto en el final nos hablará de manera poética,  de su particular relación con el mar.

En definitiva, estamos en presencia de una entrañable obra del off, con un texto muy rico de María Esther Fernández y una fenomenal actuación de Guadalupe Berrino, que nos conmueve por su pasión y por su entrega.

Yo, Alfonsina, es un espectáculo que recomendamos mucho y que merece verse. El aplauso emocionado, que los espectadores de pie ofrecen al finalizar la función, es un justo tributo a la protagonista y  no deja dudas, que la obra llegó al corazón de los presentesy que el espíritu de Alfonsina, estuvo presente en la sala.


Pensador Teatral.