viernes, 23 de noviembre de 2018

La Sutil Debilidad del Rey

Dramaturgia y Dirección de Rubén Mosquera.








Viernes 21 hs en Teatro del Pasillo ( Colombres 35 )

Una original historia llega de la mano de Rubén Mosquera, que con La Sutil Debilidad del Rey nos acerca un género poco explorado en teatro independiente, el policial de suspenso. Tenemos un hombre asesinado el el hall de un departamento y dos detectives, que llegan para tratar de esclarecer un homicidio que tiene algunas circunstancias muy particulares.

La principal es que el cadáver aparece tirado sobre un tablero de ajedrez, con una herida en el pecho, ocasionada en apariencia por el disparo de un arma. El misterio, es que la bala no aparece por ningún lado. Los sospechosos del asesinato son los vecinos de Roberto, ese es el nombre del muerto, que viven en otros departamentos y que comparten la pasión por el ajedrez.









El juego ciencia, es la columna vertebral de la obra, se desgranan en forma muy inteligente las características del ajedrez, un juego de estrategia donde el objetivo es vencer al oponente, dando jaque mate a su rey. Cada jugadores dispone de 16 piezas, siendo el rey la pieza más importante del juego, la que debemos cuidar, ya que tiene movimientos lentos y no tiene el poder de fuego que podría pensarse, necesita del apoyo de las otras piezas para sobrevivir. Las metáforas y semejanzas, del ajedrez con la vida real, son sorprendentes y están presentadas en gran forma por el autor.

No queremos contar mucho del desarrollo de la obra, ya que el suspenso es un componente importante en la trama. Podemos adelantar, que la vida social de ese edificio, se rige por el ajedrez. Ser buen jugador de ajedrez, parece ser un requisito indispensable, para vivir allí y se respetan a rajatabla los códigos de aquel deporte. Por eso no sorprenden las largas veladas con partidas y torneos que se organizaban siempre en la casa de Roberto, disputas que terminaban en todos los casos, con la victoria del anfitrión.








La trama es muy atractiva, ya que los interrogatorios, que realizan los detectives entre los vecinos sospechosos, son muy ricos, donde las versiones que se tienen de los hechos vividos con diferentes situaciones compartidas en el aquel edifico, son muy diferentes de acuerdo al interlocutor que declara. Esto provoca que se generen situaciones risueñas y muy divertidas, por versiones tan contrastantes, conviviendo las mismas, con el misterio a resolver.

En todos los relatos, siempre el ajedrez será el centro de atención, partidas ganadas o perdidas, que determinan recompensas o castigos suculentos, anécdotas de juego y relaciones sorprendentes entre los habitantes del edificio, que no dejan de sorprender a los detectives.

La historia es muy atractiva y tiene un elenco numeroso que la respalda. Por las características del libro, además del muy buen trabajo grupal, cada uno de los protagonistas tendrá un momento reservado para su lucimiento personal, ya que en cada interrogatorio individual, encontrarán espacio fértil para destacarse.









El elenco como dijimos es nutrido y la descripción puede hacerse algo larga, pero la buena factura de las actuaciones, pensamos merece que mencionemos a cada uno de ellos y hagamos algunos comentarios, ya que son ese tipo de obras, donde los espectadores seguro elegirán uno o dos personajes favoritos. Nosotros también tenemos los nuestros.

Mario Campodónico es Roberto, el campeón absoluto de ajedrez en ese edificio, quien aparece muerto en el arranque de la obra, nos regala una actuación deliciosa, mostrando sus diferentes personalidades, de acuerdo a las distintas versiones que nos cuentan los vecinos de él. Siendo un personaje amado y odiado, según quien habla de él, lo que queda claro, es que su presencia en aquel grupo, no pasaba para nada desapercibida. Gran trabajo el de Mario.

Renglón seguido, nombrar a los dos detectives, el principal Amuchastegui ( Matías Alarcón ), casualmente amante del ajedrez, es quien dirige la investigación, secundado por Antunez ( Hilario Laffitte ) un joven sagaz e inteligente. Emulando a Sherlock Holmes y Watson, componen una dupla muy divertida y son fundamentales para la dinámica que presenta la historia.










Entre los vecinos, tenemos a un histriónico Ariel Li Gotti, como el barbado Perrota, que consideraba a Roberto como un artista, Ariel Chamorro, el encargado del edificio admiraba su juego, Victor Frisardi, a quien ya vimos lucirse el año pasado en Sucursal, otra entrañable obra del off, es el temperamental Turnez y Martín Di Paola, como Carnevale, alguien que perdió algo muy importante en una de sus partidas con Roberto ( dejaremos que el espectador cuando vea la obra descubra en que consistió esa pérdida )

Resta mencionar a  las dos damas de la historia, que en sintonia con la importancia que tienen esas piezas en el ajedrez, tendrán mucho peso en la trama.









Justina Ovejero, como Denise es en nuestra opinión, la revelación de la obra. Aportando una muy buena cuota de belleza y frescura a la trama. En un elenco donde predominan los actores de experiencia, su juventud resalta en forma nítida, se muestra muy suelta, con su sonrisa a flor de piel y no pasando desapercibida nunca.

Cerramos con Fernanda Mc Roy, como Damiana, la actual esposa de Roberto, quien también se destaca mucho, aportando belleza y glamour a la puesta. Las dos damas tienen mucho poder en la historia y en el juego.










Se hizo extensa la descripción, pero como dijimos era justo hacer una mención de cada integrante del elenco, ya que se los nota comprometidos y muy enganchados con la obra ( notamos que se divierten ) , algo que se nota de manera positivo en el desarrollo de la trama.

La puesta es dinámica y resulta atractiva para el espectador, que juega junto a los detectives tratando de descubrir quien fue el autor del asesinato, mientras juega y se divierte con los flashbacks que vamos viendo.

Destacamos el diseño escenográfico de Vanesa Abramovich y el diseño lumínico de Daniel Zapietro, que colaboran con el clima que pide la trama, con ese tablero de ajedrez como elemento central de la historia. Interesante además el recurso de esa pantalla, donde se proyectan imágenes de algunas jugadas, recreando algunas de las partidas más importantes.









Por todo lo mencionado, recomendamos La Sutil Debilidad del Rey, una obra original que jugando entre el género policial y el suspenso, nos ofrece un thriller con mucho humor, que tratará de develar si es posible que el mismo Dios, como dicen los vecinos, fue quien mató a Roberto, porque no iba a tolerar ser derrotado en el tablero como los otros o bien fue una conspiración más terrenal, la que se cobró la vida del eximio jugador, ya que móviles para cometer tal acto sobraban.

Siempre es un gusto concurrir a un teatro con tanta calidez como El Pasillo y esta oportunidad, no fue la excepción, ya que disfrutamos de una muy linda noche de teatro, con actuaciones deliciosas y nos fuimos a casa con muchos ganas de buscar un tablero de ajedrez y hacerle jaque mate a quien se nos cruce.



Pensador Teatral.


miércoles, 21 de noviembre de 2018

Chajá

Dramaturgia y Dirección de Luis Cano.









Miércoles 21 30 hs de El Portón de Sánchez ( Sanchez de Bustamante 1034 )

Chajá es una bella historia de amor, que llega a la cartelera porteña de la mano de Luis Cano, un autor que gusta de la poesía y sabe como incorporar de manera efectiva la misma a sus textos, algo que el espectador siempre agradece.

En esta oportunidad, ofrece un relato que arrancará en el presente, narrando historias de un pasado que pudo ser feliz y que pese a no serlo, dejó une huella tan grande, que será necesario volver allí para revivir lo sucedido e intentar cerrar algo inconcluso.







En un ámbito campestre, se encuentran Claudia ( Laura López Moyano ) y Alejandro ( Marcelo Mininno ) son adolescentes y disfrutan del verano, con la inocencia que tienen los jóvenes de su edad, jugando y pasando las tardes en contacto con la naturaleza, disfrutando de tener tiempo libre y dejar que el mismo corra sin preocupaciones, aún no tiene edad para las grandes responsabilidades de la vida.

Claudia, se ríe de si misma, dice que es la cieguita del pueblo, porque debido a una infección en los ojos, debe usar una vendas que no ls permiten ver. A pesar de este hecho, traumático para cualquier niño, se divierte, juega y es feliz de compartir los momentos con Alejandro, un apuesto chico del pueblo, que sueña con vender kerosene cuando sea grande.








Ella está enamorada de aquel chico, pese a que no puede verlo, la enamora su voz, su olor y su compañia, Le pide ir juntos al cine para que le cuente la película,  ya que recordemos que por sus vendas no puede ver. Se respira un aire de enamoramiento en el ambiente, pero la timidez y la inocencia de esos chicos puede más y el amor no se concreta.

Claudia luego de ese verano dejará aquel pueblo y se irá a la ciudad con sus padres. Sabe que allí, quedará su entrañable amigo. Y aquí es donde el autor, introduce aparece la historia del chajá, un pájaro que debe vivir en pareja, no puede vivir solo, porque muere de amor y de dolor, si su compañero ya no está.

El texto de Cano, fue escrito a medida de los protagonistas ( al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los casos, escribió el guión, una vez que sabía quienes serían los intérpretes ) y eso se nota de manera muy favorable para la obra, ya que la dupla protagónica se mueve con comodidad y frescura, por los recovecos del relato. Laura López Moyano, impresiona por la ternura con que compone su personaje, con una sensibilidad a flor de piel y una candidez muy lograda. Destacamos la gestualidad de Laura, sus caras, sus movimientos, en total sintonia con su personaje. Es la primera vez que vemos a Moyano en escena y realmente nos encantó su trabajo.








Lo de Marcelo Mininno, también es muy destacable, más huraño que Claudia, parece no entregarse por completo al juego de seducción que le proponen, la figura de su padre parece siempre llegar en los momentos más inoportunos, para cortar el idilio y fastidiar a su amiga. Forma una muy buena dupla con Laura, se entienden muy bien y  juntos saben darle al texto la impronta que pide el desarrollo.

La puesta que nos propone el director es íntima y cálida, con un diseño escenográfico austero, ambientado con paja y una atmósfera campestre, que se potencia con esos sonidos propios de la naturaleza, que nos hacen volar con la imaginación, a las orillas de algún arroyo, en el pasto y con los pájaros cantando de fondo.








Como dijimos antes, estamos en presencia de una historia sencilla y sensible, potenciándose precisamente en esa simpleza, sabiendo llegar al espectador, que siente cercano y real lo que se presenta. Reflexionando sobre un amor de verano, que tuvo una influencia distinta en ambos integrantes de la relación, debido a esto y pese a los años pasados, faltaba dar algún paso para cerrar una historia inconclusa.

Chajá, fue seleccionada por la Fundación Sagai, en la convocatoria de acompañamiento económico para proyectos teatrales " Más Teatro " en 2018 y gracias a ese aporte podemos verla en escena, en un teatro tan cálido como El Portón de Sánchez, siendo esto algo a destacar.

La obra viene agotando localidades desde su estreno y como son pocas funciones programadas, esperemos verla el año próximo en una segunda temporada. La poesía que irradia el texto y la calidad de las actuaciones, así lo auguran, por eso no sorprenden, los sostenidos aplausos, con que los espectadores, al final de la función, despiden a esta parejita, que como los chajás, no pueden vivir sin la compañía de su media naranja.



Pensador Teatral.

sábado, 17 de noviembre de 2018

El Fruto más Amargo

Dramaturgia y Dirección de Héctor Levy Daniel.








Sábados 17 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

Una historia fuerte y conmovedora es la última creación de Héctor Levy, que fiel a su costumbre, nos acerca una dramaturgia muy bien elaborada, que se aproxima mucho al género del melodrama y como es característico en la mayoría de sus textos, hace un muy buen uso de las metáforas, como medio de reflexión, sobre situaciones que vivimos en la realidad y que el espectador identifica de manera clara.

En esta oportunidad, no vamos a hacer referencia a la sinopsis que presenta la obra, ya que en nuestra opinión, spoilea un poco, es decir adelanta algunas situaciones, con las que el espectador se encontrará conforme avanza la trama, de manera que leyendo la sinopsis, se perdería algo de suspenso.







Esto que indicamos, es cuestión de gustos, quien escribe estas líneas, siempre trata de saber lo menos posible antes de ver una obra y sorprenderse / descubrir lo que sucede a medida que la pieza se desarrolla. Hay otros espectadores, que prefieren tener claro algunos elementos de antemano, ya con ellos tendrán una mejor comprensión,  de lo que verán luego. Ambas posturas son respetadas.

Iremos con nuestro método y contaremos que en El Fruto más Amargo, las acciones se desarrollarán en la casa de una familia poderosa y rica, con mucha influencia en la pequeña ciudad rural en la que viven, ya que tienen campos de algodón que dan trabajo a mucha gente.

Hace unos años el jefe de familia, que forjó ese pequeño imperio murió y en la actualidad, su esposa Teresa ( Dana Basso ) no tiene la lucidez mental para manejar el negocio, pero eso ocupando ese lugar, aparece María ( Iride Mockert ) la hija, que pese a su juventud, llevará las riendas de la empresa familiar, con una determinación y una falta de escrúpulos, que impresionan.










La situación se pondrá difícil, porque los obreros de la plantación no aceptan el pago con bonos que le proponen para sus salarios y están en pie de guerra. Arrancan con reclamos verbales y amenazas de huelga. Los manuales indican que en estas circunstancias, lo mejor es negociar, pero María, es una mujer con mano de hierro, que no quiero retroceder ni un paso y se niega a ceder en algo.

Los resultados de esta intransigencia son devastadores, primero aparecen varias hectáreas de campos incendiados de manera intencional y luego algunos empleados rompen algunas maquinas, indispensables para procesar el algodón, lo que generará pérdidas millonarias a la empresa. María enfurece por lo acontecido y no escucha a nadie, de enceguece, redoblando la apuesta de manera muy peligrosa. La aparición de dos delegados muertos en un pantano en circunstancias dudosas, complica aún más el panorama.










Por un lado, la dramaturgia nos ofrece un conflicto laboral que toma dimensiones impensadas, pero esa no será el eje central de la historia. Cómo es ello ?? No vamos a contar demasiado, solo diremos que en ese cerrado entorno familiar de Teresa y María, apareceré una tercera en discordia. Nos referimos a Luisa, contratada por la dueña de casa, como asistente y cocinera, se ganó la confianza de quien la contrato, con su dulzura y sus buenos modales.

Pero María la mira con recelo, no confía para nada en esa mujer,  sospecha de ella, no cree que esa ama de llaves y piensa que llegó a la casa por otro motivo. Algo esconde esa mujer mayor. Será una infiltrada enviada por los trabajadores para espiar y escuchar lo que se habla en la casa ?? Luisa tiene una historia de vida, que conmueve por su dramatismo, pero eso no le importa a la despiadada María, que la mirará con desconfianza en todo momento y nunca la tratará bien.










No vamos a contar más, solo diremos que las sospechas de aquella joven tienen su fundamento y aquella mujer realmente se acercó a la casa, buscando empleo como cocinera, en verdad tenía otras intenciones. Cuando el espectador vea la obra, descubrirá cuales eran..

El ritmo de la obra es vertiginoso y no dá respiro, el público sigue con un silencio absoluto las acciones, se respira un ambiente de tensión y de suspenso en la sala.

En esto tiene mucho que ver como dijimos, la elaborada dramaturgia del autor, pero resulta fundamental el aporte del excelente elenco reunido para el proyecto. La obra no es sencilla, es exigente y requiere mucha pericia de los intérpretes. Sin dudas que hubo una elección muy acertada del elenco, algo que permite que el texto pueda lucirse.










Las cuatro actuaciones que presenta la obra, son magníficas, pero hay una de ellas, que tal vez por el protagonismo que tiene el personaje en la historia, se destaca nítidamente, nos referimos a Iride Mockert, que literalmente la rompe en escena, mostrando una fortaleza y una fiereza, que parece no coincidir con su juventud, manejando los hilos del negocio familiar, con un carácter de hierro. Impresiona ver como cambian sus facciones y sus modos, cuando las acciones pasan del presente al pasado, por los giros de la trama ( una transformación asombrosa en segundos  ). Un trabajo enorme el de Iride, a quien por primera vez vemos en escena y realmente nos llevamos el mejor de los conceptos, ya que entrega una interpretación fantástica, que conmueve al espectador.

Pero Iride no esta sola en el escenario, ni mucho menos. Dana Basso, una actriz que nos gusta mucho y que elogiamos en varias oportunidades, vuelve a destacarse, esta vez en un papel complejo, donde representa a una mujer mayor ( lograda su caracterización para dar con la edad del personaje), con algunas lagunas mentales, que la obligan a delegar las decisiones importantes del negocio en su hija. Muy bueno lo de Dana.

Roxana Randon, como Luisa, es un personaje clave de la historia. Enigmática y extremadamente dulce, soporta con llamativa hidalguía, todas las humillaciones a la que las somete María, con tal de conservar su trabajo. Una actriz de enorme experiencia, que puede mostrar aquí todo su oficio, componiendo a una mujer con un corazón enorme. Conmovedora y entrañable la interpretación de Roxana.








Para el final, nos queda Gustavo Pardi, el único hombre, en una historia dominada por las mujeres. Gustavo es otro actor de gran recorrido en el teatro independiente y aquí desde un papel secundario, muestra sus credenciales, siendo el nexo entre los trabajadores y la familia, teniendo una llegada especial, por un hecho del pasado, que no revelaremos aquí,

Cuando mencionamos antes, que se había reunido un elenco de relevancia para el teatro independiente, no exageramos en nada, los nombres y el peso de sus actuaciones demuestran la acertada elección del director, que supo elegir y seducir a los intérpretes adecuados, para una obra tan fuerte, como esta.

La puesta es realmente atractiva, con varios puntos para destacar. En primer lugar, un diseño escenográfico minimalista de Magdalena Banach, con los elementos justos para enmarcar la historia, pero sin distraer, dando relevancia al texto. Un diseño lumínico impecable de Ricardo Sica y la música original de Federico Marrale, que hacen un aporte importante para componer los climas que la trama vá pidiendo.
Por último destacar, los cambios de escena, con los protagonistas de frente al público, haciendo una especie de reverencia como preludio, a lo las acciones que arrancarán en breve.









No queda mucho para agregar, la historia es atrapante y tiene muchas vertientes para seguir, nosotros aquí comentamos la laboral / empresaria, la lucha entre trabajadores y patrones, donde las reglas de juego no siempre son claras. Pero El Fruto más Amargo, tiene mucho más para contar, nos hablará de la identidad de las personas y de como el ámbito familiar dentro del cual crecemos y nos formamos, pueden modificar nuestra personalidad de manera decisiva, convirtiéndonos en personas muy distintas, a las que pudimos ser, de ser criados en otro entorno. Suena muy elíptico, lo que comentamos, cuando vean la pieza comprenderán lo que decimos.

Recomendamos especialmente la obra, por lo elaborado de la dramaturgia, que dejará mucha tela para cortar y mucho espacio para la reflexión, con una puesta ágil y actuaciones superlativas.

Con la unión de todos los elementos mencionados, no sorprende entonces, la excelente repercusión que está teniendo El Fruto más Amargo, que está cosechando elogios y llenando la sala del bello El Extranjero, en cada una de sus funciones, siendo una obra que moviliza y llega al corazón del espectador.




Pensador Teatral.


viernes, 16 de noviembre de 2018

El Cruce sobre el Niágara

Dramaturgia de Alonso Alegria y Dirección Eduardo Lamoglia.







Viernes 20 hs en El Tinglado Teatro ( Mario Bravo 948 )

El reconocido novelista y dramaturgo peruano Alonso Alegria, escribió en 1969, El Cruce sobre el Niágara, obra que recrea las hazañas de Charles Blondin, acróbata y equilibrista francés, que en el año 1859, recorrió los 335 metros que se separan las dos riberas del Río Niágara, haciendo equilibrio sobre un cable, sin mirar para abajo y a más de cincuenta metros de altura, siendo esa la fecha del primero de sus cruces.

El Gran Blondin, fue toda una celebridad de la época y esta pieza escrita hace casi cincuenta años, recorrió escenarios de todo el mundo y lo sigue haciendo haciendo, ahora vuelve a El Tinglado, de la mano de Eduardo Lamoglia, mostrando la vigencia del texto, que recuerda las proezas de aquel valiente equilibrista y también nos hablará de la superación del hombre, de como alcanzar los sueños y vencer los miedos que todos tenemos. Analizando también las motivaciones que mueven a las personas en búsqueda de sus objetivos, algunos de ellos, de apariencia inalcanzable.










Como fuera dicho, la obra se basa en un hecho real, ya que Blondin desde aquel primer cruce, luego realizó trece cruces más, en cada nueva travesía, ademas de aumentar su reputación y su fortuna ( cobraba entrada a quienes iban a ver sus actos ), sumaba alguna dificultad, ya que lo hacía con los ojos vendados, llevando una carretilla, en zancos, etc.

Yendo a la obra, Blondin ( Adrián Navarro ) estaba recuperando fuerzas en su casa, luego de su último cruce, cuando irrumpe en la tranquilidad de su hogar, un joven llamado Carlo ( Alvaro Ruiz ) quien se declara su admirador y le relata cada uno de sus cruces, ya que fue testigo de cada uno de ellos.

Parece ser un simple fan, pero Carlo tiene otras intenciones y lo acusa a Charles, diciendo que en el ultimo cruce estafó a la gente, ya que no cumplió con la dificultad anunciada y que además se estaba volviendo demasiado comercial. Blondin al principio, no acepta la insolencia de aquel joven irreverente, pero algo del discurso de ese chico lo atrae y ante de irse, le lanzará un desafío que suena tan alocado, como provocador.








La idea sugerida por Carlo, parece imposible, le propone a Blondin, cruzar el río, con él subido sobre sus hombros y sube la apuesta, ya que le dice que con entrenamiento y disciplina,  si se lo propone, no necesitaría pisar el cable, ya que sería capaz de volar, con lo hacen las aves. Blondin al principio lo trata de loco, pero la propuesta de llevar a aquel chico sobre sus hombros, le parece una idea interesante y finalmente decide que trabajarán juntos, en pos de conseguir aquel objetivo tan difícil.

Hasta allí contaremos, cuando los espectadores vean la obra, descubrirán si finalmente estos dos hombres logran atravesar juntos el Niágara o si las turbulentas aguas los recibirán desde las alturas. Nosotros obviamente no lo contaremos, ya que el suspenso, es uno de los ingredientes muy importante en esta trama.

El relato seduce al espectador, indudablemente la temática y la figura enigmática de Blondin, genera un atractivo especial, que se refleja en el silencio absoluto, con la que el público sigue el desarrollo de la obra y para que esto ocurra, sin dudas las actuaciones son fundamentales.










Arranquemos por el excepcional trabajo de Adrián Navarro, que realiza una composición admirable del célebre equilibrista francés. Con una presencia escénica imponente, parece ser la persona indicada para el papel, no solo por sus recursos actorales , sino también desde lo físico, por su figura atlética y alta estatura, que encaja justo, con lo que uno puede imaginar de aquel hombre. Transita en gran forma,  los diferentes momentos de Blondin, distante y algo soberbio al principio, pero con el transcurrir de los minutos y cuando habla de su infancia, descubrimos, que detrás de la coraza, existe un hombre sensible, que conmueve con su historia de vida. Brillante labor la de Adrián, absolutamente compenetrado con su personaje.

El gran lucimiento de Navarro, no debe opacar la muy buena interpretación de Alvaro Ruiz, que lo acompaña muy bien, con mucho desenfado e irreverencia, logra penetrar en la intimidad del Gran Blondin, generando su interés, para juntos emprender luego el gran desafio. Logra transmitir muy bien, las emociones de un personaje, que sufrió mucho de pequeño y encuentra ahora la oportunidad, de redimir sus pecados de juventud.

Muy buena la dupla protagónica conformada por Adrián y Alvaro, con mucha química y logrando mostrar que pese a aparentar personalidades y vidas diametralmente opuesta, en el fondo, tanto Blondin, como Carlo, son dos hombres que están profundamente solos en la vida y el encuentro entre ellos, les dará un impulso a sus existencias.










La puesta tiene muchos puntos para destacar, arrancando por la música original de Sergio Vainikoff fundamental en la creación de climas, al igual que el destacado diseño lumínico de Sebastián Crasso. Ambos ítems, tendrán un desarrollo uniforme en toda la trama y cambiarán absolutamente en ese final a toda orquesta, con los sonidos del Niágara de fondo. El diseño escenográfico de Sabrina López Hovhanessian también colabora, para redondear una puesta muy atractiva, en la que Eduardo Lamoglia, pendiente de todos los detalles, sabe darle al texto, un marco potente y onírico, que permita disfrutar a pleno la obra.

No queda mucho para agregar, nuevamente nos vamos de El Tinglado, uno de las salas que más nos gusta, llenos de teatro, ya que disfrutamos de una historia que no conocíamos y nos resultó atrapante esto sumado a la calidad de la puesta y a interpretaciones, conformaron una gran noche de teatro.

Los prolongados aplausos con que los espectadores al final de la función, despidieron a los protagonistas, son un claro indicador que la obra gustó mucho y recomendamos a quienes aún no vieron la obra, que conozcan la historia del Gran Blondin y magia del teatro mediante, se lleguen a las márgenes del Niágara, para presenciar uno de sus cruces más emocionantes, tal como hicieron miles de personas hace un siglo atrás.




Pensador Teatral.



miércoles, 14 de noviembre de 2018

Los Nadadores

Dramaturgia y Dirección de Laura Santos.






Miércoles 21 hs en Zelaya Teatro ( Zelaya 3134 )

Una interesante propuesta nos acerca Laura Santos, con Los Nadadores, una obra que tiene mucho de experimental y que combina de manera muy original el lenguaje teatral y audiovisual, donde el espectador por momentos, parece estar en el cine, ya que hay momentos, donde los actores salen de escena y se siguen con atención las imágenes que se proyectan.

Laura es originaria de Bolivar y sin dudas vivir en una ciudad pequeña, rodeada de muchos pueblos casi fantasmas en la zona, algunos con menos de cincuenta habitantes, la inspiraron a escribir este texto, que pone la lupa en esos pueblos casi abandonados, que cada vez tienen menos habitantes. Se van por falta de trabajo, de oportunidades y seducidos por el imán que tienen las grandes ciudades.






Paradojicamente ese éxodo, en la mayoría de los casos, hace que abandonen pueblos tranquilos, donde se respira aire puro y se disfruta el contacto con la naturaleza, en contraposición con la vida apurada y caótica de las grandes ciudades, donde el cemento parece dominar todo y la buena calidad de vida, no es moneda corriente.

Yendo a la obra, contamos que las acciones se desarrollan en Ester, un pueblito olvidado de la provincia de Buenos Aires, que perdió a casi todos sus habitantes y para colmo debe luchar con el estigma, que tienen sobre sus espaldas, ya que hace unos años, unos nadadores que habían ido de visita al pueblo, para disfrutar de las aguas del arroyo local, murieron en forma trágica, debido a una corriente misteriosa, que pareció tragarlos.

Los pocos habitantes que quedan, por un lado deberán luchar para superar esa mancha que el pueblo tiene y estar preparados para actuar en caso que el arroyo vuelva a atacar como aquella vez. Por otro lado deberán buscar la manera, de que el pueblo sea a atractivo, para recibir visitantes y tratar de que Ester recupere población.







Hay mucho tiempo para pensar, las horas parecen no pasar en aquel pueblo, en el que, hay poco para hacer y el aburrimiento siempre parece estar agazapado para atacar. Piensan que organizar alguna fiesta popular, pero están casi todas inventadas ya. Mandan cartas a gente de otras ciudades, que se puedan interesar en la historia y los misterios que habitan en Ester, porque convengamos que la mayoría de estos pueblos abandonados, tienen leyendas y fantasmas que los habitan. Tienen que pensar en estrategias que hagan que la gente vaya a su pueblo.

La puesta como dijimos es muy original, juega con lo audiovisual, con lo sonoro y se apoya en las buenas actuaciones que presenta la historia. Son todos integrantes de la Compañia Cabeza del Buey, grupo formado en 2013 y dirigido por Laura Santos, autora y directora de Los Nadadores.









Vamos a nombrarlos a todos los integrantes de elenco, ya que hacen al conjunto de la historia y cada uno de ellos tiene reservado un monólogo donde pueden lucirse.  Nos referimos a Julieta Caputo ( Laura ), Juan Castiglione ( Bertó ), María Villar ( Cira ), Paula Staffaloni ( Vilma ), Antonella Saldico ( Sara ), Gianluca Zonzoni ( Cecé ) y Eduardo Ferrer ( Paraná ).

Como pueden ver, un elenco numeroso, jóvenes todos ellos, que se notan comprometidos, con el mensaje que la obra quiere transmitir y están en la sintonia low que pide la trama, con ese ritmo pausado, que se vive en las pequeñas localidades.









La puesta es atractiva, por su originalidad y por ese toque cinematográfico que se mezcla con lo teatral, con una estética muy cuidada.  Debemos destacar la música original de Eduardo Ferrer que tiene mucho protagonismo, al igual que el diseño visual y de fotografía de Iam Kornfeid. Un párrafo especial para Jesús Villegas, locutor español, cuya voz, aparece en unas grabaciones que los protagonistas reproducen, aportando una nota de color..

La obra además aprovecha muy bien las posibilidades que brinda espacio diferente como es Zelaya, una casona en pleno Abasto, con un jardín hermoso con muchos árboles, una pileta, como preámbulo de la sala teatral que se encuentra al final del camino. Un espacio único el de esta sala, que en primavera, tiene un encanto especial. Para quienes aún no lo conocen, llegarse hasta Zelaya en primavera, ya es una experiencia en si misma. Bien la directora aquí, aprovechando ello para que los utilicen el espacio, para entrar y salir del jardín y la cocina, ampliando los límites del escenario.








Bueno no queremos contar más, la propuesta sin dudas es arriesgada y se atreve a explorar otras disciplinas.  Nosotros desde este espacio, siempre celebramos la aparición de obras que se animen a experimentar, a jugar con las nuevas tecnologías, saliendo de los formatos tradicionales, asumiendo los riesgos que esto conlleva

En este caso, lo hace, con una temática interesante y con una pieza que tiene mucho de documental, testimoniando la realidad de tantos pueblos perdidos en nuestro país, con tanto espacio para ofrecer, con casas y escuelas vacías y con habitantes que no se resignan a que sus pueblos desaparezcan y harán lo posible para resistir, soñando con el resurgimiento de esas localidades a donde el tren hace mucho no llega y ya casi ni aparecen en los mapas.

Ver Los Nadadores, es un buen ejercicio, para recordar la existencia de esos pueblos casi abandonados que existen Argentina. Además de la bella historia, disfrutarán de entrañables actuaciones y de este espacio tan especial que es Zelaya, un oasis verde en pleno Abasto.



Pensador Teatral.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Viendo Morir a Gloria

Dramaturgia de Judith Thompson . Dirección de Pablo D´Elia.








Viernes 21 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )

Desde Canada, llega este texto, escrito por Judith Thompson, una de las dramaturgas más reconocidas en su país. Sus obras se han representado en la mayoría de los países de habla inglesa y recibió gran cantidad de distinciones por sus trabajos, entre ellas, la Orden de Canadá, el Toronto Arts Award y el Premio Susan Smith Balckburn, competencia mundial, que distingue a la mejor obra escrita por una mujer, en idioma inglés.

Y como llega un texto de una autora canadiense a nuestro teatro independiente ?? Ahí es donde aparece Pablo D´Elia, joven director, que estando en Toronto, por haber ganado una beca de formación del Fondo Nacional de las Artes, encontró en una librería de saldos, un libro que primeramente le pareció interesante por la tapa. Era Watching Glory Die ( Viendo a Gloria Morir ) .Lo leyó  en un día y allí fue cuando arrancó este proyecto. Indudablemente el texto lo movilizó ya que se basaba en una historia real, de una joven que pasó la mayoría de su adolescencia en diferentes prisiones del Canadá, padeciendo las arbitrariedades, de un sistema represivo que nunca si interesó en comprenderla.










Pablo que también fue el que tradujo la obra, optó por una adaptación bastante fiel, conservando las locaciones que se mencionaban en el libro de Thompson, algo que al tratarse de una historia real, le otorga una mayor veracidad a la misma.

Contemos que Gloria, era una adolescente que con catorce años ingresó a un instituto de menores, luego de un incidente menor con un cartero. La lógica indicaba que luego de unos días, volvería a casa, pero algunos problemas de conducta, primero en el correccional y luego a otros establecimientos, en un cadena de castigos por sus problemas de conductas que se hizo interminable, terminando de manera inexplicable en en una prisión de máxima seguridad, con los delincuentes más peligrosos del país. Estando allí con veinte años, es el momento temporal que toma la obra de su vida.

No vamos a contar más, para conservar el suspenso, pero cuando el espectador vea la obra, notará que muchas de las reacciones de Gloria no aceptables para el sistema represivo, no eran un acto de rebeldía, sino producto de los episodios de esquizofrenia que sufría la adolescente.








La puesta del director es realmente original y agrega mucho valor a la elaborada dramaturgia de Thompson, ya que ofrece tres planos diferentes, desde donde puede observarse la historia. Esto se consigue mediante un efectivo diseño escenográfico que divide los planos en tres, estableciendo un espacio para la casa de la madre adoptiva de Gloria, otro para la guardiacárcel y el último para la adolescente en su celda, cada una de las mujeres estará en su espacio, solas, sin contacto con las otra  y en forma de monólogos que se irán intercalando, relatarán los hechos y la reclusión de Gloria,  desde su punto de vista.

Hay actuaciones realmente de gran valía, arrancando por Mercedes Fraile, como esa madre que añora el retorno de su hija adoptiva. La demora en ese retorno y los obstáculos que aparecen cada vez, que Gloria está por quedar libre, parecen haber minado el espíritu de una madre tierna, pero que parece resignada y sin fuerzas. Una actuación muy sentida la de Mercedes, plena de sensibilidad, que destacamos.











Armenia Martínez, es Abby, la guardiacárcel, el brazo ejecutor de la ley. Su hermano hace unos años se desempeñó en la misma función, por lo que la profesión viene de familia. Tiene bien en claro, cuales son los límites de su función y hasta donde puede ceder. La humanidad no está es parte de su trabajo y nunca hay que olvidarse, que están lidiando con delincuentes, por eso deben mostrarse fuertes y siempre respetar los protocolos. Una excelente interpretación la de Armenia, en un papel nada fácil.

Por último, debemos mencionar a Lucía Tomas, como Gloria, para nosotros la gran revelación de la obra. Nos encantó la composición de personaje que realizó Lucia, una joven actriz, que aquí encuentra terreno fértil para lucirse y aprovecha muy bien su oportunidad, porque nos regala una actuación superlativa, con un histrionismo y una energía que llega al espectador, que se enternece por esa niña frágil y profundamente incomprendida, que no deja de imaginar su vida sin estar encerrada.










Como dijimos anteriormente, la puesta es muy rica y tiene varios ítems para destacar, arrancando por el efectivo y potente diseño escenográfico de Jorgelina Herrero Pons, que resulta fundamental en la trama, el diseño lumínico de Verónica Laza y la incorporación del video y el mapping, en manos de Silvia Maldini ( buen aporte tecnológico )  No nos olvidemos tampoco los sonidos y la música de Cecilia Candia, que acompañan todo el desarrollo de la trama.

Todos los recursos mencionados, coordinados por el director, colaboran para enriquecer la puesta, dotándola de una belleza estética y una poesía, que parecen atenuar el hondo drama que envuelve a la historia, que la autora nos cuenta.









Resumiendo, Viendo Morir a Gloria, es una excelente propuesta que nos acerca el teatro independiente, ya que nos permite ver como un caso real sucedido en Canadá, un país que podemos tener como modelo, no es garantía que sistemas represivos, que parecen aceitados, tengan una falta de humanidad alarmante, apegándose a procesos rígidos e inflexibles, que no comprenden algunas situaciones, como la de Gloria, con las consecuencias que esto puede traer.

La obra es profunda y además de conmovernos, nos hará reflexionar, concluyendo que si estos casos suceden en sociedades desarrolladas, ni queremos imaginar lo que puede acontecer en nuestro país, donde las condiciones carcelarias son lamentables en la mayoría de los casos,  con infraestructuras obsoletas y un sistema colapsado, que está muy lejos de dar condiciones dignas de detención y mucho menos pensar en la reinserción de los reclusos.

Resumiendo, en esta pieza, vemos como, confluyen una dramaturgia elaborada, una dirección lúcida, una puesta muy rica en recursos y actuaciones muy destacadas, de un elenco que se muestra muy comprometido con la historia. Por lo tanto, no es de extrañar, que Viendo Morir a Gloria haya resultado el espectáculo ganador del Premio Artei a la Producción Teatral Independiente 2018. El aplauso emocionado que el público tributa a las actrices al final de la función, no dejan dudas de lo merecido del reconocimiento y que la obra llegó al corazón del espectador.



Pensador Teatral.


miércoles, 7 de noviembre de 2018

Las Vengadoras

Dramaturgia y Dirección de Bernardo Cappa.








Viernes 20 hs en Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )

Una nueva propuesta llega de la mano del Bernardo Cappa, este joven y prolífico autor, que tiene como sano hábito, estrenar una o dos obras por año, algo que habla de su necesidad de expresarse mediante la escritura y su alto espíritu creativo.

Recordamos haber disfrutado hace unos años de Svaboda de este mismo autor, una pieza donde mediante el humor, construía una historia muy divertida, donde se unían la vida del campo y de la ciudad. Aquí en Las Vengadoras, será nuevamente el humor, la llave de un relato, que se introducirá de lleno en el mundo policial.








El retrato que nos pintará Cappa,  tendrá mucho de grotesco, de exageración, pero también mucho de verdad, denunciando los usos y costumbres de una institución que tiene mala imagen en la sociedad, detentando mucho poder en la calle y con lazos de todo tipo con el poder político. Por eso en algunos momentos, la risa por lo desopilante y disparatados del relato, se convertirá en triste reflexión, por las semejanzas, que notamos tiene el texto, con la realidad.

Contemos brevemente, que las acciones arrancan, en el un salón de un club barrial, decorado con banderas argentinas, que se prepara para celebrar el acto de asunción de La Orca, como Comisaria. Su mano derecha es La Tarta, una oficial de origen paraguayo, que la ayuda en la decoración del salón. Al acto fueron invitadas, altas autoridades policiales, entre ellos el Comisario Benavidez. Además estarán presentes, funcionarios políticos, diputados y senadores. Todos se harán presentes para homenajear a La Orca, que está postrada en silla de ruedas, algo que sin dudas le aporta más sentido a la ceremonia programada.







Está previsto dar un discurso y para complementar la celebración, la futura comisaria decide convocar a dos ex oficiales, La Monja y La Suricata, que por algún motivo que no revelaremos, han perdido sus placas, pero aún visten sus uniformes policiales. Son convocadas, por su calidad de músicas, una de ellas tocará el piano y la otra cantará.

Pero lo que parece un festejo común y corriente, tiene reservado una sorpresa. Hace poco tiempo, Wanda una compañera de ellas en la fuerza , perdió la vida en situación poco clara, en la que Benavidez parece estar implicado. Y si entonces aprovechan el acto para vengarse de su amiga caída ?? Las convocó para eso La Orca ??  Podrán llevar adelante un plan que además de vengarse de Benavidez, les permitirá quedarse con algún dinero mal habido, que andará dando vueltas ??

Los interrogantes son muchos y no vamos a dar las respuestas nosotros, dejaremos que el espectador descubra que sucederá cuando vea la obra. Solo diremos que se respira un aire de tensión y venganza en el ambiente, los ánimos están caldeados y las traiciones no son aceptadas en la institución policial. Además el hecho de que haya tantas uniformados reunidos en un mismo sitio y armados todos ellos, es algo siempre peligroso.








La trama que propone el autor es ágil, hay un humor ácido y un código mitad policial, mitad tumbero, que el espectador reconoce. Este texto desopilante y satírico, tiene un apoyo fundamental en las muy buenas actuaciones que presenta la obra.

No hay dudas que Silvia Villazur, como La Orca, es quien se lleva los mayores aplausos y quien más risas genera. Montada en su silla de ruedas, nos regalará una composición brillante de su personaje. Mal hablada, maleducada y con todos los vicios que puede tener un policía de años, se mostrará muy cómoda con el papel, disfrutando del  rol protagónico que tiene, explotando al máximo la impunidad que le brinda llevar el uniforme y con un histrionismo que aporta mucho a la pieza. Genial lo de Silvia, una actriz de gran trayectoria, que siempre tiene mucho que dar al espectador,








Pero La Orca, no está solo en escena, la acompañan muy bien, Sabrina Lara como La Tarta, que parece ser ser su ladera, desde el arranque está con la jefa, soportando estoicamente sus órdenes y algunos maltratos. Muy bueno lo de Sabrina, que además de la actuación, sorprende cantando y muy bien.

Maia Lancioni ( La Suricata ) y Leilen Araudo ( La Monja ) componen dos personajes muy divertidos, que llegan juntas a la convocatoria, Maia es la lider de la dupla, con una personalidad muy fuerte, tratando de apuntalar a La Monja, que parece la más afectada por la muerte de La Wanda y al estar tan inestable emocionalmente, puede ser un peligro para que el plan ideado pueda ejecutarse. Nos gustaron mucho las actuaciones de ambas, ya que pese a la carga de violencia que tienen sus personajes por naturaleza, le aportan un toque femenino a sus papeles, en un contraste que resulta muy interesante.








La puesta que propone el director es dinámica y muy entretenida, destacamos el diseño escenográfico y el vestuario de Alejandro Mateo, así como la dirección musical de Nicolás Espinosa, con los acordes de Néstor en Bloque, que sonarán en el escenario de El Camarín.

Para ir concluyendo, una propuesta muy divertida la de Cappa, probando una vez más que muchas veces el humor, sirve para presentar algunas verdades, con una crudeza y un realismo, que de otra  serían difíciles de exponer con tanta crudeza, trayendo situaciones y utilizando discursos, que sabemos están arraigados en la profundo de la institución policial.

Por todo lo comentado, recomendamos Las Vengadoras, se van a reír mucho y se divertirán juntos a estas cuatro uniformadas, que están al servicio de la comunidad (teatral en este caso ).




Pensador Teatral.