Obra escrita por el español Ignasi Vidal, jóven talentoso y multifacético, ya que es actor, músico, autor y director, con una ascendente carrera en su país, la dirección está a cargo de Corina Fiorillo, una de las directoras argentinas del momento y recintemente galardonada con el Premio ACE de Oro y que actualmente también se encuentra trabajando con gran éxito en España.
Este encuentro de talentos propiciado por Lino Patalano, para presentar la obra en el Maipo, presagiaba un muy buen proyecto y las predicciones se cumplen, ya que Diginidad que tuvo una excelente repercusión al estrenarse en Madrid, resulta un excelente thriller político, que explora en el tema de la corrupción como un elemento casi inherente del sistema político actual y presenta los múltiples enfoques que los políticos utilizan para relativizarla y justificarla.
Pero la obra no se queda solo en ello, que sería ya un gran tema, sino que explora en la mente del ser humano, de aquel político, que además es un ser humano con familia, ambiciones, deseos, valores morales y supuestas lealtades que permanentemente parecen estar a prueba.
La historia nos presenta a dos políticos, Francisco y Alejandro, que tienen una amistad de años y militan en el mismo partido político. Se acercan las elecciones internas y Francisco es el máximo favorito para ganarlas y para ser electo luego como presidente de la Nación, en tanto que Alejandro es su mano derecha, su hombre de confianza, principal operador del partido y posible vicepresidente acompañandolo en la fórmula.
Una noche se quedan en la oficina del partido, para hablar de temas generales, chusmeríos del mundo de la política y rememorar anécdotas varias, una charla habitual para estos viejos amigos, pero en un momento, la conversación, toma un curso impensando, ya que saldrá a la luz, una situación extremadamente compleja que envuelve a uno de ellos, algo que pondrá a prueba una amistad, que parece sellada a fuego y dará un giro dramático al curso de la obra. No vamos a seguir ahondando en el tema, para mantener el suspenso que tiene la pieza.
La trama es muy dinámica, la atención del espectador no decae en ningún momento y la tensión irá en aumento , para llegar un final a toda orquesta.
Las actuaciones de la dupla de protagonistas, es fabulosa, tanto en forma individual, como en conjunto, Roberto Vallejos como Francisco y Gustavo Pardi, como Alejandro, cumplen de manera perfecta sus interpretaciones, son realmente dos viejos amigos hablando en la intimidad, con una química y un entendimiento que agregan valor a la puesta. Se nota mucho también, la mano de la directora, para generar ese clima intimista, que requiere la obra. Vallejos con un estilo más calmado y Pardi con un estilo más sanguineo e impulsivo, son dos actores de raza, que deleitan a la platea con actuaciones superlativas.
Como los mismos actores reconocen, la obra al tener tanta actualidad, puede generar alguna polémica, en el hecho de saber si en estos personajes ficticios, pueden reconocerse similitudes con algunos de los políticos actuales de la Argentina y en esto será clave la lectura que haga cada espectador, algunos podrán imaginar en el estilo de la oratoria, que se hace referencia a algún integrante del gobierno actual y otros en forma contraria, vislumbran que la obra resulta tan realista, por reflejar algunos hechos de corrupción vividos en el país en los últimos años.
Dejemos que el espectador al ver la obra, saque sus propias conclusiones.
En nuestra opinión, la obra que tuvo un gran suceso en España, plantea el tema en forma inteligente y como sostiene su autor se mantiene libre de ideologías partidarias, invitando al espectador a reflexionar, respecto de su rol como ciudadano ante este tema y que significado tiene la palabra ética en su propio sistema moral de valores.
En conclusión, Dignidad es un thriller político, que impacta por su realismo y tiene una vigencia indudable, presentando actuaciones fabulosas y una trama que de ninguna manera dejará indiferente al espectador, por el contrario lo movilizará y lo hará reflexionar y tomar una posición sobre esta problemática, tan presente en nuestras actuales democracias.
Una obra que recomendamos ampliamente y que el espectador no debe dejar de ver.
Pensador Teatral.
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