Obra basada en la novela " El extraño caso del Dr.Jekyll y Mr.Hyde ", escrita en 1886 por el escritor escocés Robert Stevensson.
Este clásico musical y gran éxito en Broadway, llega por primera vez a la Argentina, con una puesta original y una enorme producción, bajo la dirección general de Sergio Lombardo y la dirección musical de Damián Mahler.
La pieza transcurre en Inglaterra, a finales del Siglo XIX en plena época victoriana y cuenta la historia del Dr. Henry Jekyll, un científico que busca la poción que le permita, eliminar la parte negativa que tienen todos los seres humanos. Jekyll sostiene que el ser humano alberga en su interior, una dualidad, el bien y el mal, siendo el objeto de su investigación eliminar la parte maligna. Para ello pide autorización para experimentar con enfermos mentales de un psiquiátrico, pero su petición es rechazada por una junta médica, lo que enoja notoriamente al Doctor que de ninguna manera está dispuesto a dar por finalizada, su investigación y toma la arriesgada decisión, de experimentar con él mismo. Lo que sucede al inyectarse el compuesto químico, es historia conocida, algo no sale bien y aparecerá en la superficie, el lado oscuro del Dr.Jeckyll, quien se transformará en el malvado y despiadado Edward Hyde, conviviendo estas dos personalidades tan opuestas en un mismo cuerpo.
Es sabido lo complicado que es montar un musical de Broadway en nuestro país, por el esfuerzo económico que requiere esto, pero Juan Rodo el gran protagonista de esta historia, allá por el año 1999 , tuvo como sueño poder traer este musical a la Argentina y protagonizarlo. Debió esperar 18 años, para concretar este sueño y los resultados no pudieron más satisfactorios, ya que la versión que se presenta en el Metropolitan, tiene un brillo y un virtuosismo, que enorgullece al teatro nacional.
Realmente conmueve la pasión y el compromiso, con el que Juan Rodo encaró este proyecto, sus 26 años de trayectoria artísitca, su recordadísimo protagónico en Drácula, en El Fantasma de la Opera y en tantos otros recordados éxitos, lo convirtieron en el referente más importante del género musical en Argentina.
Dueño de una caudal vocal privilegiado, es barítono y de una capacidad actoral admirable, realiza una interpretación magnífica en esta obra, que tanto anhelaba.
Dueño de una caudal vocal privilegiado, es barítono y de una capacidad actoral admirable, realiza una interpretación magnífica en esta obra, que tanto anhelaba.
Preparo el papel, como si fuera a interpretar dos obras diferentes, construyó por un lado el personaje de Jeckyll y por otro el de Hyde. Acostumbrado en su carrera, a representar personajes oscuros, su mayor desafío era componer el personaje de Jekyll, un doctor sobrio y politicamente correcto, trabajo varios meses para lograrlo y recién después abordó a un Hyde, que indudablemente le iba a costar menos.
Su trabajo fue impecable, ya que tanto desde lo postural , como desde lo vocal, el espectador visualiza, dos personas distintas, realmente una composición brillante, que merece verse.
Un trabajo magistral el de Juan Rodo, un orgullo poder ver en escena a un profesional de su talla, que pese a ser multiplemente premiado a lo largo de su carrera y a los increíbles recursos artísticos con los que cuenta, no se duerme en los laureles y se supera año tras año, con las interpretaciones que ofrece.
Pero Rodó, no está solo en escena, en la función a la que asistimos nosotros, no fue de la partida Rául Lavie, lo que tal vez agigantó más aún la del protagonista masculino. Debemos destacar la buena labor, que tuvo su reemplazo, Sebastián Vitale, en el rol de John Utterson, amigo de Jeckyll en la historia.
El protagónico femenino, se divide en dos también, por un lado la dulce Emma Danvers ( Eluney Zalazar ), la prometida del Dr, confirmando sus credenciales en un papel muy exigente, donde con elegancia y sus hermosos tonos agudos, compone un personaje delicioso.
Por otro lado la sensual, Lucy Harris, interpretada por la bella y carismática Melania Lenoir, quien muestra todo su talento en esta puesta y su conexión con los espectadores, que la ovacionan en varios pasajess, reconociendo su gran labor y disfrutando principalmente de sus tonos graves y de su indudable magnetismo con el público, que reconoce sus privilegiados dones artísticos.
Son más de 14 actores en escena los que representan la obra y todos demuestran una jerarquía acorde al nivel que tiene este gran musical, se nota la mano del director Sergio Lombardo, para coordinar semejante despliegue.
Hay muchos puntos para destacar, seria interminable esta reseña, pero debemos mencionar las excelentes coreografías planteadas por Mariano Botindari, la música en vivo que nos plantea el maestro Daniel Mahler, que enriquece muchísimo la puesta, solo una observación aquí, respecto del volúmen de la orquesta, que en algún momento tuvo un tono algo elevado y podía dificultar el total entendimiento de las letras.
Un diseño escenográfico a cargo de Silvana Ovsejevich, muy original, con estructuras de paneles metálicos, que los mismos actores armaban y desarmaban, para lograr los diferentes ambientes, de una manera ágil y muy efectiva. La obra plantea más de 35 cuadros escénicos, 8 cambios de vestuarios, un diseño de iluminación impecable y en definitiva, un despliegue inusitado para nuestro teatro actual.
En conclusión, estamos sin dudas ante un producto de excelencia, un espectáculo de nivel internacional, que por razones lógicas no tiene la inversión económica que presenta una obra en Broadway, pero en materia de talentos y virtuosismo , nada tiene que envidiarle a aquellos espectáculos.
Obra imprescindible para el espectador, amante del género musical, que sin dudas estará en el podio de las mejores piezas del 2017.
El lleno de todas las noches y la conmovedora ovación que recibe un magistral Juan Rodo y todo el elenco al finalizar la obra, ratifican la extraordinaria noche de teatro vivida y nos enseña, que aunque a veces debamos esperar 18 años, con constancia y profesionalismo, los sueños se hacen realidad y gracias a esos sueños, los que amamos el teatro, hoy podemos disfrutar de esta excelente versión de Jekyll & Hyde.
El lleno de todas las noches y la conmovedora ovación que recibe un magistral Juan Rodo y todo el elenco al finalizar la obra, ratifican la extraordinaria noche de teatro vivida y nos enseña, que aunque a veces debamos esperar 18 años, con constancia y profesionalismo, los sueños se hacen realidad y gracias a esos sueños, los que amamos el teatro, hoy podemos disfrutar de esta excelente versión de Jekyll & Hyde.
Pensador Teatral.
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