Dramaturgia de Darìo Bonheur y Dirección de Jorge Graciosi.
Una hermosa historia, la creada por Darío Bonheur, talentoso actor y dramaturgo pampeano, que para escribir Conversaciones, se inspiró en una mujer que conoció en su General Pico natal, a la que todas señalaban cuando caminaba por la calle, porque había ejercido la prostitución y todos sabemos lo difícil que es soportar, esas condenas públicas, aún más en aquellas ciudades chicas, donde todos se conocen y todo se sabe.
Estamos en presencia de una obra coral, esto ocurre cuando se presentan varias historias y personajes que se desarrollan por separado y que se conectarán en la parte final de la pieza.
En este caso son tres las historias que se desarrollan en forma simultanea y en un primer momento, el espectador puede estar desorientando, tratando de adivinar que sucederá y si estas historias, tendrán en algún puntos de conexión o no.
La principal, tiene como protagonistas a Dorys ( Ruby Gattari ) y una enfermera ( Silvina Diez ) que la cuida. Dorys es una antigua prostituta, que ya está retirada de la profesión, pero tiene vìvidos recuerdos, de lo que fue una vida llena de sacrificios, haciendo algo, que no le agradaba.
Contará sus inicios, donde era joven y apetecible y como el correr de los años, le irá pasando factura, ya que en su profesión, la juventud es un tesoro máximo.
Será un relato delicioso y una contrapunto muy interesante, con esa enfermera que la cuida y que se escandaliza, con algunos de los dichos de esta mujer, ya que ella es una chica de fé, aferrada a sus fuertes creencias religiosas.
La segunda historia, nos muestra una pareja joven formada por Martín ( Luciano Crispi ) y Nani ( Vanina Cavallito ), están en su casa, escuchando Casta Diva, un aria de la ópera Norma y opinando de ella.
A Martìn se lo nota triste, apagada, como ausente y no correspondiendo los deseos de su pareja, que busca levantarle el ánimo y además quiere tener un hijo con él.
Y el tercer relato, tiene como protagonistas a un periodista ( Jorge Capussotti ) y a un edición ( Juan Manuel Romero ). Están en una redacción y discuten sobre que artículo publicarán en el próximo número de la revista. El periodista, quiere publicar una nota que habla de la prostitución, de una manera benévola y comprensiva, con una mirada social intentando convencer al editor, que sería una buena idea, escribir esa nota.
Dos de los relatos hablan de prostitución ? Será casualidad ? Esa es la pregunta que se hace el espectador, que de momento no encuentra relaciones entre los tres relatos, aunque observa un tema común entre dos de ellos.
La puesta que propone el director, es ágil y muy inteligente, ya que desarrolla las tres historias en forma simultanea, intercalando escenas de los diferentes relatos y con algunos puntos de conexión muy ingeniosos, como por ejemplo algunos objetos, como un vaso o una botella, que se comparten en los diferentes relatos.
Y con mucha habilidad, tanto del autor, como del director, de a poco logran que las piezas del rompecabezas se vayan uniendo y las historias, que parecían ir por caminos separados, finalmente parecen tener, algunos puntos en común.
Hemos destacado el libro y la dirección, pero creemos que el gran capital que tiene esta historia son las actuaciones. Se reunió un muy buen elenco, todos actores con muy buena trayectoria en el off y elegidos con mucha sabiduría, para cada uno de los personajes.
Vamos a mencionarlos a todos, empecemos por Ruby Gattari, como Dorys, es el personaje central de la obra y en nuestra opinión la interpretación más destacada de la pieza, componiendo a una prostituta ya retirada, mal hablada, que si bien parece muy fuerte, en el fondo esconde a una mujer muy sufrida, que no tuvo la vida que imaginó, ni recibió el cariño que hubiera querido. Una actuación fantástica de Ruby, actriz de gran trayectoria, que no disimula su hermoso acento cordobés. Un placer verla en escena y disfrutar su gran interpretación.
Su enferma es Silvina Diez, la pichona, como la llama Dorys. Compone un personaje tierno y sensible, que intenta atender lo mejor posible a su paciente, tratando de acercarla a ese Dios, en que ella tanto cree. Nos gusto mucho su papel.
La parejita, de Luciano Crispi y Vanina Cavallito, formada por dos jóvenes y talentosos actores, a los que vimos en Menea para Mi, una joyita del off, ambos le dán mucha frescura a la pieza y muestran mucha química y entendimiento entre ellos.
En la redacción, tenemos a Jorge Capussotti, un actorazo al que vimos varias veces en El Pasillo, con su personalidad tanguera y arrabalera, cumpliendo aquí una actuación magnífica y encajando justo con el personaje. Un verdadero lujo, poder ver en escena un actor con su trayectoria y que siempre se entrega por completo.
Lo acompaña, Juan Manuel Romero, que forma una muy buena dupla como Jorge permitiendo su lucimiento y aportando lo suyo, dando vida a un personaje muy dado y charlatán, encontrando también espacio para su lucimiento.
Como dijimos se logro reunir un gran elenco para la obra y esto constituye un verdadero privilegio, para el espectador que gusta del buen teatro, ya que la sala de La Comedia, en la que se desarrolla la obra, propone siempre una puesta íntima, donde el espectador y el actor casi no tienen distancia y esta cercanía, proporciona un disfrute casi único, ya que permite observar cada mirada, cada movimiento, no se pierde ningún detalle de lo que sucede y esto cuando en el escenario hay actores de tan destacados, es algo que disfruta muchísimo.
Para destacar en la puesta también el diseño lumínico, de Julián Bisogno, que colabora con esa atmósfera íntima y cercana, que permite esta sala señorial, que tanto nos gusta, y que aprovecha en gran forma el director.
En definitiva, estamos en presencia de una propuesta muy interesante, que tomando como disparador el tema de la prostitución, nos mostrará como accionan los prejuicios, los miedos, las falsas elecciones y el sufrimiento que muchas personas llevan como una cruz, en su interior. Además nos recuerda, como el paso de los años es inexorable y muchas veces nos arrepentimos ya muy tarde, por elecciones erróneas o pasos que no nos animamos a dar en el momento adecuado y deseos que quedan inconclusos.
Conversaciones es muy profunda y conmueve, como dijimos, arrancando con relatos separados, la historia irá convergiendo y sorprenderá en un final a toda orquesta, que nos llegará al corazón.
Otra muy buena propuesta de nuestro entrañable teatro off, en la que se reúnen un guión muy interesante, una dirección inteligente y una puesta cálida, que permite al valioso elenco reunido, encontrar campo fértil para su lucimiento.
Felicitamos a todo el equipo de Conversaciones, por la hermosa pieza que nos ofrecen y no queda más que recomendar fervorosamente la obra, para todo el espectador que gusta del buen teatro.
Pensador Teatral.
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