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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Hasta el Fin de los Tiempos

Sábados 21 hs en La Tertulia ( Gallo 826 )






Dramaturgía y Dirección de Alejo Beccar.

Una obra muy actual la que nos propone el autor, inspirándose en Ricardo III de Shakespeare y moldeando una inteligente dramaturgia, que tiene el sello y el estilo del dramaturgo inglés.

El gran mérito de Alejo, es que consigue un texto potente, atemporal y sin lugar determinado donde se desarrollan las acciones, pero con un realismo tal, que parece una radiografía de lo ocurrido, en nuestro país, en la última década, en los que el descrédito de la clase política vá en dramático ascenso.

Hasta el fin de los Tiempos, nos cuenta la historia de Roberto ( Enrique Cragnolino ) un dirigente político, sin escrúpulos y con una ambición sin límites, algo que lo convierte en un ser extremadamente peligroso.






Su fuente de inspiración es Nicolás Maquiavelo, considerado padre de la ciencia política moderna, a quien se le atribuyó la famosa frase : " El fin justifica los medios ". Decimos se le atribuyó, porque en realidad la frase es autoría, nada menos que de Napoleón Bonaparte, quién la escribió en la última pagina del ejemplar del libro " El Príncipe ", obra cumbre de Maquiavelo, de ahi la creencia extendida, que la frase era suya.

Sin entrar en la polémica, de quien fue su autor, lo importante aquí, es que Roberto hizo de esa frase su doctrina no dudando en mentir, engañar, manipular, traicionar y hasta asesinar, con tal de conseguir su gran objetivo, en este caso el de ser elegido Presidente de la Nación.

Con una inteligencia siniestra, elaboró un plan, que contempló la eliminación de los rivales políticos dentro de su partido y también conquistar alguna de sus mujeres.

La trama tiene una atmósfera sórdida, oscura, en la que nuestro villano protagonista, parece ir cumpliendo cada uno de sus objetivos, con una crueldad y un cinismo que por momentos asusta.
La pieza tiene mucho suspenso, por lo tanto no vamos a contar mucho más, el espectador cuando vea la obra, comprobará sin finalmente Roberto, logra ser electo como presidente de la república y sus despreciables actos tendrán algún castigo.






Este texto duro e inteligente, encuentra anclaje, en las muy buenas actuaciones que presenta la obra, arrancando por Enrique Cragnolino, que con un parche en el ojo, cual pirata, compone a un político malvado y perverso. Un manipulador sin límites, que no conoce la palabra moral, todo lo que se le ocurre, lo lleva a la práctica, sin importar las consecuencias. Magnífica interpretación de Enrique, quien es el protagonista de la historia y merece nuestro reconocimiento por su excelente interpretación. Sus gestos, sus tonos de voz, su discurso y hasta sus movimientos, son los de propias de un ser deleznable, que es el que pide el director, para el personaje principal de la pieza.

Lo acompañan, Andrés Rojas, como Guillermo, candidato original a la presidencia por la fórmula del partido, aliado en un primer momento a las ideas de Roberto, pero que terminará sufriendo sus embates. Muy buena su interpretación, tan real, parece que estamos en presencia de un verdadero político en campaña.

Héctor Castagnino, un actor de experiencia es Oscar, el presidente del partido y padre del candidato a vice en la fórmula presidencial. Muestra una gran presencia escénica y mucho carácter.

Vayamos ahora a las mujeres que tiene la obra, en primer término mencionamos a la bella Natalia Imbrosciano, que es Nora, esposa de Guillermo y futura primera dama. Es una mujer atractiva e inteligente, por lo tanto muy apetecible para Roberto, que está secretamente enamorada de ella y hará todo lo posible para conquistarla. Un gran aporte el de Natalia.





Por último, mencionamos a Zulma Rossini, como Sabrina, la joven hija de Nora, tiene 18 años y es demasiado joven para que Roberto, se fije en ella, pero para alguien perverso y libidinoso como nuestro protagonista, esto no es un impedimento. Otorga frescura y candidez con su actuación.

El director eligió muy bien los actores para cada personaje, logrando darles el espacio, para el lucimiento individual y para que se destaquen en el conjunto.

La puesta es asfixiante, el espectador con algo de impotencia el accionar de este político sin límites. La impotencia, tiene mucho de identificación, ya que proyectan en este hombre con parche, a los gobernantes que tuvo el país en los últimos años, que hasta tienen en su haber asesinatos sospechosos como los que tiene Hasta el Fin de los Tiempos.






La escenografía es mínima, más bien desprovista, aquí la palabra es la que tiene preponderancia y hay un muy buen diseño lumínico, donde se resaltan los diferentes momentos que pide la trama y donde el color negro, en el ambiente y en vestuario de los protagonistas es el que se apodera de la escena.

En definitiva, estamos en presencia de un verdadero thriller político, con raíces shakesperianas, pero con una actualidad que nos abruma y nos duele. Es una mirada actual y muy cercana al mundo de la política, una temática muy poco tratada en nuestra dramaturgia y que nos dejará mucho espacio para la reflexión.

El prolongado y merecido aplauso que reciben los protagonistas al final de la función, es una muestra que la obra gustó mucho y nos deja la certeza que lamentablemente la doctrina de Maquiavelo, tiene muchos adherentes en nuestra clase política.



Pensador Teatral.

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