Viernes y Sábados 21 hs, Domingos 20 30 hs en Teatro del Globo ( Marcelo T de Alvear 1155 )
Libro de Willy Russell, Adaptación de Marcelo Kotliar, Dirección General de Alejandro Ibarra y Mariano Taccagni y Dirección Musical de Damián Mahler.
Llega a nuestra cartelera porteña, Hermanos de Sangre, obra escrita por el británico Willy Russell, el autor de Yo Amo a Shirley Valentine y Educando a Rita entre otras. Blood Brothers fue estrenada en 1983 en Londres, batiendo récords de permanencia en su país, ya que estuvo durante más de 20 años ininterrumpidos en cartel.. La pieza se presentó con gran suceso en escenarios de todo el mundo, recibiendo numerosos reconocimientos, entre ellos dos Premios Laurence Oliver en Londres y seis Nominaciones a los Premios Tony en Broadway.
La obra se estrenó en Buenos Aires en 1994, en una recordada puesta en el Metropolitan, que tuvo a Tina Serrano y Gustavo Garzón, como las figuras más destacadas de aquella versión.
Con semejantes antecedentes, la expectativa por ver esta puesta de Hermanos de Sangre era importante y el desafío para el muy buen equipo conformado, para la ocasión era muy grande.Sin más suspenso, digamos que el reto fue superado ampliamente, ya que el espectáculo que se presenta en el Teatro del Globo es excelente, con interpretaciones magníficas y una puesta en escena que debemos destacar y sorprende por su enorme despliegue.
Para quienes no conocen la historia, comentemos brevemente que Hermanos de Sangre, ambientada en Liverpool de los 60, narra la historia de Eddie ( Gonzalo Almada ) y Mickey ( Mariano Taccagni ), dos hermanos mellizos separados al nacer. Su madre la Sra.Johnsnton ( Julia Zenko ) agobiada por problemas económicos durante el embarazo, trabajaba como empleada doméstica en la casa de los acaudalados Lyons, allí la dueña de casa, que no podía tener hijos, vé en su empleada, una oportunidad de oro, para poder ser madre, proponiendo un trato muy particular, por el cual, se quedaría con uno de los hermanos al nacer.
La Sra Johnstone cumplió su parte y al nacer los mellizos, le entregó uno de sus hijos a la Sra.Lyons ( Magalí Sanchez Alleno ). Pero la dueña de casa, no cumple con la suya y al poco tiempo decide despedir a la Sra.Johnston y bajo amenazas, le hace prometer, que guardará aquel secreto por siempre y que esos niños nunca se volverían a ver.
Pero la vida es una caja de sorpresas y las cosas no siempre salen como se planean, pese a vivir en barrios y ambientes diferentes, de manera fortuita, Eddie y Mickey, se conocen cuando son niños en las calles del vecindario, evidentemente tienen algunos puntos en común y pese al desagrado de su madre y de la Sra.Lyons, se hacen amigos y a pesar de los intentos varios por separarlos, sus destinos quedarán unidos, dando lugar a una historia atractiva y conmovedora, de la que no vamos a contar más para mantener el suspenso, solo diremos que viendo el desarrollo que irá tomando la trama, entenderemos los motivos, por que la obra tuvo tanto éxito y estuvo tanto tiempo en cartel.
En la buena repercusión que tiene esta versión, tiene mucho mérito la adaptación que consigue Marcelo Kotliar, que sin perder los lineamientos centrales de la historia original, logra aggiornarla a una realidad más cercana a estas latitudes, logrando una versión dinámica y muy entretenida.
En darle agilidad a la trama, tienen también mucha influencia los directores Alejandro Ibarra y Mariano Taccagni, pero como siempre decimos siempre, los principales responsables de que un espectáculo llegue a buen puerto, son los actores y en este caso, se logró reunir a un elenco muy talentoso y profesional, que muestra sus virtudes, en un género nada sencillo y siempre desafiante como el musical.
Arranquemos por Julia Zenko, interpretando a la Sra.Johnstone, siendo para nosotros la actuación más destacada de la noche, es quien lleva el mayor peso de la obra, con una presencia escénica que impresiona, como una madre luchadora y un lucimiento total en las partes cantadas. Julia con su hermosa voz, regala momentos deliciosos a lo largo de la noche y se lleva con justicia, las mayores ovaciones de la noche, ya que su trabajo es excelente.
Renglón seguido, hay que mencionar a sus dos hijos en la pieza, Mariano Taccagni, como Mickey, el mellizo que se crió con ella y sus otros hermanos y Gonzalo Almada como Eddie, que fue criado en el seno de la acomodada familia Lyons. Gran trabajo de ambos, en papeles muy exigentes, ya que deben arrancan como niños y conforme la obra va avanzando, se van convirtiendo en adolescentes primero y adultos luego. Muy bueno el recorrido y las transformaciones. Excelentes sus interpretaciones y muy bueno el contrapunto, de ver con crudeza, como la crianza en diferentes hogares, puede modificar los temperamentos y las oportunidades de ambos en la vida.
Un trabajo que nos gustó muchísimo, es el de Alejandro Vázquez, en el papel del narrador, es quien aparecerá mucho tiempo en escena, guiando los recorridos de la historia y de los protagonistas. Gran presencia escénica y una voz privilegiada, redondean una fantástica labor, siendo para nosotros la gran revelación de la noche..
Magalí Sanchez Alleno es la Sra Lyons, protagonista principal en la primera parte de la pieza, dando vida a una aristócrata inglesa, transmitiendo al principio su angustia por no poder tener hijos y luego su miedo permanente de que la verdad saliera a la luz. Muy buena su performance y la posibilidad de disfrutar su hermosa voz en las partes cantadas.
Laura Montini, como Linda, se destaca mucho en su papel, que arranca como una niña traviesa, luego una adolescente en pleno despertar sexual y por último convirtiéndose en una mujer responsable y atractiva. Muy bueno lo suyo.
Nos queda mencionar a Guillermo Jauregui, con gran presencia escénica, como el Sr,Lions, un hombre de negocios de la época, que no tiene demasiado tiempo para dedicarle a la familia. Matías Asenjo es Sammy, el hermano mayor de Mickey, un rebelde que no llevará por el buen camino a su hermano. Completando el numeroso elenco, Lali Vidal, Manuel Di Francesco, Matías Acosta y Verónica Pacenza, en papeles secundarios, pero aportando su granito de arena y mucha frescura a la puesta y a las
coerografías.
Se reunió un elenco numeroso, donde Julia Zenko es la cabeza, con un excelente acompañamiento de un elenco joven y talentoso , que demuestra su valía y estar a la altura del desafío, en una obra larga, de dos actos, que siempre entretiene.
Sin dudas, uno de los puntos altos de la obra, es la gran puesta de escena que presenta la pieza. Hay un enorme despliegue escénico, en un musical que así lo requiere.
Resaltamos la magnífica dirección musical de Damian Mahler, un verdadero talento, que aquí muestra nuevamente sus condiciones. Al frente de su orquesta,, nos regala los bellos acordes en vivo y los sonidos que acompañan la historia. En referencia a la música, destacar que está en su potencia justa, sin tapar nunca las voces de los actores, algo fundamental, que lamentablemente no se cumple en todos los musicales.
Otro punto altísimo, es el diseño escenográfico de René Diviú, con estructuras móviles, que acompañaran los diferentes cuadros y esa proyección de imágenes sobre el fondo del escenario, que es una muy excelente demostración, del buen uso de la tecnología al servicio de la obra, permitiendo pasar por los distintos paisajes y climas de Londres. Un gran aporte el de la tecnología.
Como habrá podido apreciar el espectador, en esta detallada reseña, confluyen muchos elementos que terminan de configurar un gran espectáculo. Un guión atractivo y de probado funcionamiento, una adaptación inteligente, una dirección precisa que coordinar a tantos actores y dota a la pieza de una puesta de gran nivel ( importante aporte de Gonzalo Almada en la producción ), permitiendo a un elenco talentoso, que aprovechando todos los recursos volcados, lucirse y entregarse por completo.
Con todo lo mencionado, solo queda felicitar a todo el equipo y recomendar Hermanos de Sangre, un musical que hará reír al espectador, también lo hará reflexionar con una historia muy bien escrita y sobre todo le permitirá disfrutar de un magnífico espectáculo, con actuaciones superlativas.
El aplauso emocionado, con que los espectadores despiden a los actores al final de la función, no deja dudas, que fuimos testigos de una gran noche de teatro.
Pensador Teatral.
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