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sábado, 10 de febrero de 2018

Entonces la Noche

Miércoles a Domingos en Paseo La Plaza ( Av. Corrientes 1660 )





Dramaturgia y Dirección de Martín Flores Cárdenas.

Es la primera incursión de Martín Flores Cárdenas en el circuito comercial, destacado autor y director con dilatada trayectoria en el teatro alternativo, llega a la Calle Corrientes, para confirmar una vez más, que el teatro es uno solo y que cualquier buen autor o director del off, puede desembarcar en el teatro comercial.

Entonces la Noche, es una obra original, anclada en la noche, con personajes que se sienten cómodos en la nocturnidad y en la oscuridad, con un halo de misterio y con historias de vida sufridas, con muchas cicatrices en el cuerpo y en mente, que las sombras de la noche quieren ocultar.






Podemos afirmar, que esta pieza tiene muchos puntos en común, con Entonces Bailemos, obra estrenada en 2013 en el Abasto, que recibió numerosos reconocimientos. Lo que sabemos, de boca , de los propios protagonistas, es que al término de una de las funciones de Entonces Bailemos, a la que habían concurrido Cecilia Roth y Dolores Fonzi, fueron a cenar con Martín y con Ezequiel Díaz, uno de los actores y en esa cena con la euforia post teatral,  alguno de los comensales tiró la frase que siempre aparece, promediando la velada: Deberíamos juntarnos para hacer algo juntos.

La mayoría de las veces, esas frases quedan en el aire y no se concretan, pero hay contadas ocasiones, donde los planetas se alinean y los proyectos se llevan a cabo.

El deseo de hacer algo juntos, fue el motor de este barco, que con el entusiasmo y la constancia de todos, pudo llegar a buen puerto, siendo la obra un estupendo mix, de artistas provenientes del off, con actrices consagradas como el caso de Dolores y Cecilia, mostrando como dijimos al comienzo, que el teatro es siempre el mismo y que las divisiones entre comercial e independiente, lo marca más el contexto y los encasillamientos, pero en ambos casos hay un escenario en la que los artistas exponen su arte y espectadores que desde sus butacas, quieren nutrirse de sus historias.






Luego de esta larga, pero esperamos, colorida introducción, contemos que Entonces la Noche, es una pieza original, que se desarrolla en una ciudad no definida, que podemos intuir por los vestuarios y el contexto, podríamos situar en el Lejano Oeste de los Estados Unidos, con personajes que no tienen nombre, que puede ser cualquier de nosotros, seres anónimos que eligen la noche, como momento del día, en la que tendrán mayor actividad y se sentirán más aliviados, lejos de las miradas de una sociedad que día, tal vez tenga una mirada demasiado penetrante y estricta, para ser soportada.

En la obra, cada uno de los personajes tiene una historia para contar, ninguna de ellas es color de rosas, en todas el denominador común en la violencia y la crueldad, que es la moneda corriente en nuestra sociedad actual. El espectador busca descubrir si esas historias son individuales o tienen algún punto en común entre ellas, además de ese marco de violencia y de nocturnidad que las envuelve a todas-.

Es muy original, la estructura que presenta la pieza, hay un piano, dos músicos y mientras cada uno de los protagonistas se enfrenta a la platea, en una especie de monólogo, el resto escucha en un sillón, cuchicheando entre ellos, tomando agua, con sonrisas cómplices, como si fueran un grupo de actores, esperando su momento, en un set de filmación. Realmente una estética muy particular y lograda, tiene la puesta que plantea el autor.






No vamos a descubrir nada diciendo que el punto fuerte de Entonces la Noche, son las interpretaciones que presenta, de un elenco muy talentoso, que se nota compenetrado y unido en el proyecto, siendo esto, algo que el espectador percibe en todo momento.

Vayamos por orden de aparición y arranquemos por Ezequiel Diaz, un muchacho ahora, que cuando tenía cinco años, recuerda como su padre huyó del hogar, dejando sola una huella de zapato en el cemento, que será su única pista para una búsqueda desenfrenada, que emprenderá ya mayor, en busca de su identidad. Nos gustó mucho lo de Ezequiel, un actor de raza del off, que se lo notó muy a  gusto en el amplio escenario de la sala Pablo Picasso del Complejo La Plaza.

Luego llega Cecilia Roth, dando vida a una mujer solitaria, algo desencajada y afecta a la bebida y a frecuentar bares. Un personaje complejo y oscuro,  el que tiene que componer Cecilia y lo hace en gran forma, mostrando su enorme versatilidad y talento, en este caso para monologar. Un privilegio ver en escena a una actriz de sus pergaminos, siendo un disfrute extra para el espectador.






Guillermo Arengo, también proveniente del off, dá vida a un policía muy humano, que parece ajeno a ese mundo de violencia y crímenes que debe transitar. Un personaje muy gracioso el que compone Guillermo y muy festejado por el público. Nos encantó su actuación.

Para el final, queda Dolores Fonzi, para nosotros la actuación más destacada de la noche, excelente su composición de prostituta, que con un acento indescifrable y una crudeza absoluta, relatará sus duras vivencias, en las noches de ruta en la que busca clientes. Siempre sensual y con una presencia escénica que nos sorprendió, en un elenco muy parejo, como dijimos, regala la mejor composición de personaje, con una interpretación excelente.

Pero estos cuatro protagonistas, no están solos en escena, los acompañan en todo momentos, los talentosos músicos, Fernando Tur y Julían Rodríguez Rona, que con piano, guitarra y armónica, otorgarán distinguidos momentos musicales, fundamentales para recrear el clima que el director y la obra piden. Destacadísima la labor de ambos.





Nos gustó mucho el diseño escenográfico de Alicia Leloutre, poco cargado, donde resalta un panel de reflectores en el fondo del escenario con doble función y un sillón de cuatro cuerpos,  el estupendo vestuario de Ana Markarian y Alicia Macchi, con reminiscencias de western y una moderna iluminación de Matías Sendon, complementan una puesta muy original en la que se cuidan todos los detalles y que por momentos parecen remitirnos a Kill Bill, con esos personajes particulares y una estética muy Quentin Tarantino.

En conclusión, una apuesta arriesgada y original, la que propone Entonces la Noche, fusión de teatro off y comercial, en la que predomina la palabra y de la mano de las superlativas interpretaciones que presenta, ilustrará al espectador y le hará vivir imágenes de esas noches de profunda oscuridad, de la que emergen personajes sufrientes, que solo buscan sobrevivir, en un mundo hostil, que siempre les fue adverso.

Celebramos la llegada de Martín Flores Cárdenas a la calle Corrientes, con una historia oscura y actuaciones exquisitas, que los espectadores reconocerán con un prolongado aplauso con el que despiden a los protagonistas.


Pensador Teatral.

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