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miércoles, 25 de abril de 2018

El Violinista en el Tejado

Miércoles a Domingo en Teatro Astral ( Av. Corrientes 1639 )






Dramaturgia de Joseph Stein . Adaptación y Direccón de Gustavo Zajac.

Llega uno de los estrenos más esperados del año en nuestro teatro comercial, El Violinista en el Tejado, uno de los musicales con mayor historia, representado en todo el mundo y ganador de numerosos premios..

Un verdadero clásico, estrenado en Broadway en 1965, basado en una obra escrita en idish en el año 1894 por Sholem Aleijem, aclamada en el mundo entero, llega a la Argentina, por cuarta vez y en esta oportunidad con la producción de Julieta Kalik, que se dá el gusto de convocar para el protagónico de esta obra, al enorme Raúl Lavie.





Que decir del Negro Lavie, cantante y gran actor, un mito viviente de nuestro espectáculo, protagonista de musicales que quedaron en el recuerdo, como El Hombre de la Mancha, Zorba, El Griego y Gotan, entre otras obras, llega a El Violinista en el Tejado, una asignatura pendiente y un sueño que cumplir, con 80 años, un talento inagotable y una vigencia que conmueve.

Contemos brevemente, que la pieza, se desarrolla en el Año 1905, en la aldea judía de Anatevka situada en la Rusia zarista. Allí Tevye, un honrado lechero, interpretado magistralmente por Raúl Lavié y su esposa Golde ( Julia Calvo ) lideran una familia pobre, referente de aquella comunidad. Tienen cuatro hijas mujeres y quieren que se casen, respetando todos los ritos y costumbres, con hombres, que le permiten tener un venturoso porvenir.

La lucha de Tevye, será por mantener las tradiciones judías, que vienen de sus ancestros, debiendo luchar contra la modernidad, que pregonan los jóvenes y la modernidad, debiendo estar atento además , a las acciones de un gobierno zarista, que no mira con simpatía a ese grupo de judíos allí asentado.






La obra si bien esconde un profundo drama y muestra la persecución sufrida, se cuenta de manera amena, con muchos momentos graciosos y otros directamente festivos y alegres, como la memorable  escena del casamiento, que transmite toda la alegría, que tienen las fiestas judías. Mencionamos esa escena en particular, pero hay muchas que quedarán en las retinas de los espectadores

Uno de los grandes méritos de Gustavo Zajac, el director, que formó parte del equipo reunido para El Violinista en Broadway, es darle a este clásico, una pincelada de modernidad, que le permite funcionar de manera fluida en estos tiempos, algo que logra con esta muy buena adaptación, en donde confluyen de manera precisa, lo histórico, con lo actoral y lo musical.

Yendo a lo actoral, impresiona el gran elenco que se reunió, en mayoría de jóvenes actores, con un referente indiscutido como el Negro Lavié, que es sin dudas la figura convocante de la obra y responde de manera estupenda, al protagónico, con una interpretación fantástica y por momentos conmovedora. En nuestra opinión, junto a Juan Rodó, son los dos máximos referentes del musical en la Argentina y por eso verlo en escena, es darse un gran lujo.







Si bien Lavié, es quien acapara las miradas, son muchos los que se lucen a lo grande en la obra, arrancando con la versátil Julia Calvo, a quien el mismo protagonista, pensó como su compañera ideal, para el papel de su esposa Golde. Gran presencia escénica de Julia, con un vozarrón y un gracia que se disfruta enormemente.

Renglón seguido, mencionamos a quien para nosotros fue una de las grandes revelaciones, nos referimos a Sabrina Garciarena, como Tzeitel, su hija mayor, que debutando en el género musical, muestra sus condiciones y confirma que tiene mucho ángel. Nos gustó mucho su labor y muy auspicioso su debut en el género, que no le pesó para nada.

Nos encantó lo de Dan Breitman, como Motel, el humilde sastre que pide la mano de Tzeitel. Con su habitual histrionismo, tiene una composición de personaje logradísima y es sin dudas, uno de los más ovacionados por la platea, que festejó muchísimo cada una de sus intervenciones y nos sorprendió gratamente las partes cantadas.

Se nos hará larga la reseña, pero no podemos dejar de mencionar las tareas de Omar Calicchio, como el desairado carnicero Lazar Wolf, la gracia de Miguel Habdud como el Rabino, la belleza y versatilidad de una gran actriz, como Florencia Otero, aquí como Hodel, la 2da hija en edad, Patricio Arellano, es Perchik, el profesor, otro personaje entrañable, contrario a las ideas tradicionales.
German Tripel es Fyedka, al no ser judío, no es bien visto por la familia, para ser el prometido de Java, otra de las hijas de Tevye.





Párrafo especial para la gran Adriana Aizemberg, como la casamentera Yente, en otro personaje entrañable, también muy aplaudida por los espectadores.

Y nos faltó mencionar a Eluney Zalazar, gran promesa, que brilló en Jeckyll & Hide el año pasado, Andrea Lovera como Fruma / Shandel y Diego Bros como el alguacil. Hay además, un enlace de primera, que ejecuta bellísimas coreografías.

Injustamente quedaron nombre propios sin mencionar, pero se haría demasiado larga la reseña, lo fundamental es destacar la calidad del elenco reunido, para este exigente obra, que desafía desde lo actoral y obliga a los protagonistas a mostrar sus condiciones para el canto y para el baile, algo que consiguen con creces. El director consiguió, que la estrella de Raul Lavié, el gran protagonista de la noche, no eclipse al resto, ya que les permite a todos momentos de lucimiento.
La obra es larga, dura más de dos horas  y esto permite que todos los personajes, tengan un muy buen recorrido.





La puesta es de primer nivel y aquí mencionemos a Julieta Kalik, la productora general, ya que sin dudas, se nota el importante esfuerzo realizado, para montar una obra de semejante estructura y con tantos recursos puestos al servicio del espectáculo.

Excelente la Dirección Musical de Mateo Rodó, con una orquesta en vivo, que suena muy lindo y con un nivel de volúmen perfecto, sin superar nunca las voces de los actores, algo que lamentablemente, no siempre sucede en los musicales.

Otro ítem a destacar es el diseño escenográfico de Andrea Mercado, a la altura de esta gran producción, impecable el vestuario de Alfredo Miranda, que permite que el numeroso elenco, luzca su ropa de época y el diseño de luces de Gonzalo Córdova, que permite marcar los diferentes climas que tiene el desarrollo de la pieza.






No queremos extendernos más, El Violinista en el Tejado, es un clásico que mantiene su absoluta vigencia, en esta puesta de primer nivel que llega al Teatro Astral, con un Lavié para sacarse el sombrero, un elenco muy talentoso, que se entrega por completo  y la dirección inteligente de Gustavo Zajac, para amalgamar todo.

Al iniciar esta reseña, dijimos que esta obra, era uno de los estrenos mas esperados del año y sin dudas que valió la pena la espera, ya que será difícil encontrar en el año, una pieza que tenga el brillo y el despliegue que muestra El Violinista.

La ovación de píe que todo el público presente, le brinda a los protagonistas al final de la función, es un reconocimiento justo, por la inolvidable noche vivida. Felicitamos desde humilde sitio a todo el equipo de El Violinista en el Tejado !!!

Teatro argentino de calidad, que nos enorgullece. No se la pierdan !!!



Pensador Teatral.



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