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viernes, 30 de marzo de 2018

Hidalgo

Viernes 20 hs y 22 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )






Dramaturgia y Dirección de María Marull.

La obra surge en el marco de la convocatoria del Teatro Cervantes, que en ocasión del Ciclo Bicentenario convocó a destacados directores de nuestro teatro, para que escriban una obra sobre figuras históricas muchas veces relegadas por nuestra historia.
A María Marull, te tocó Bartolomé Hidalgo, poeta rioplatense, nacido en 1778, artista revolucionario y padre de la poesía gauchesca, plasmando en sus cielitos, la gesta por una patria en nacimiento.

Poco se conoce de la vida de Hidalgo, no hay retratos suyos, ni si quiera se sabe donde fueron enterrados sus restos, es más, hasta algunos se atreven en poner en duda su existencia y se atreven a teorizar, que fue un personaje imaginario.






Interesante reto para María, escribir una obra sobre una figura, de la que es más lo que se ignora, que lo que se conoce con certeza. Por eso, la salida inteligente de la autora, es tomar a Hidalgo, como consecuencia de la pieza y no como centro de la misma.

La autora, consigue superar el reto, escribiendo una historia simple, con seres cotidianos que el espectador reconoce y una trama sensible, que tiene el sello característico de las Marull, aquel que les ha otorgado a las gemelas rosarinas, un sitio de privilegio en el circuito off, con un público fiel, que sigue sus obras, sabiendo de antemano, que verán un producto de calidad, donde sin golpes bajos, la emoción y la sensibilidad dirán siempre presente.

Hidalgo, nos cuenta la historia de Susana ( Paula Marull ), empleada de inmobiliaria, que tiene como misión mostrar un lujoso departamento a una familia interesada en comprarlo. En el departamento vacío, se encuentra Victor ( Agustín Daulte ), un adolescente, que por razones no muy claras, vive allí con su padre, en condiciones precarias, mientras el departamento siga desocupado.






El encuentro entre esas dos personas, en apariencia sin puntos en común, se convierte en el disparador de la trama. Ella con un trabajo formal, bien vestida, verborrágica y muy segura de si misma, se encuentra con ese chico frágil, callado, apenas vestido con un pantalón corto, que no parece vencido, porque cuando Susana, le pregunta porque no está en la escuela a esa hora, Victor no sabe bien que responder, a los tirones balbucea que tiene que hacer un trabajo práctico para presentar mañana y que si no lo hace volverá a repetir el año.

La empleada apenas escucha al chico, está más preocupada, por limpiar el departamento y tirar un poco de desodorante de ambiente, para que quede presentable y que el chico se vaya dar un vuelta,  para que no esté, cuando lleguen los posibles compradores. Pero un llamado de los mismos, diciendo que estaban demorados, cambiará todo, la llegada ya no será inminente y entonces Susana, que ahora tiene algún tiempo tiempo, se interesará un poco más por la situación de ese chico que lo intriga.







Se enterará que el trabajo práctico que debe presentar para no repetir el año, es sobre Hidalgo, un olvidado por la historia, una de esas figuras que no aparecen en los billetes, porque a los billetes siempre llegan los mismos próceres y con una mezcla de solidaridad y lástima por el chico, tomará la decisión de ayudarlo con el trabajo práctico.

Sin revelar demasiado, para no develar la trama, diremos que esas dos personas que parecían pertenecer a mundos diferentes, encontrarán muchos puntos en común, más que nada, porque la vida de esa empleada inmobiliaria que no conoce el mar y que no tiene mascotas, ni hijos, para no esclavizarse, es más sufrida, de lo aparenta. Y entonces descubriremos que el desamparo y la soledad, son características, muy arraigadas, en estos dos seres. En el caso del chico esto, es algo evidente, que surge a simple vista y en el caso de la empleada, detrás de esa apariencia segura, esconde una existencia triste.

Como mencionamos antes, las Marull saben mirar la realidad y construir personajes con lo que nos identificamos, historias normales y cotidianas, que nos resultan entrañables y cercanas.






La historia es muy entretenida y en esto tiene mucho que ver, Paula Marull, que se destaca muchísimo en este protagónico, componiendo una mujer muy sensible y divertida. Nos encantó la interpretación de Paula, con mucha presencia escénica, marcando el ritmo de la trama y con una frescura que se irradia en el escenario y llega al espectador, que se encariña mucho con su personaje.

Agustin Daulte, compone muy bien a ese chico retraído y temeroso, que parece casi abandonado.
Una vez más, destacamos, la gestualidad de Agustín, en un papel con algunas similitudes, con el que cumplía en Los Ojos de Ana ( allí era un adolescente que sufría bullying ). Es un actor que promete mucho y esperamos verlo pronto, en otra obra, ojalá que sea con las Marull, en un rol distinto, a la del adolescente introvertido, donde ya demostró, sentirse muy cómodo.

Un punto importante y que agrega valor a la puesta, es el entendimiento que muestran Paula y Agustín, como dijimos trabajaron juntos antes y se nota que se entienden a la perfección, hay muy buena química entre ellos.
Y si a ello le sumamos, la dirección de María Marull, el círculo cierra y queda claro, porque todo fluye de manera tan natural.







Debemos resaltar de la puesta, el diseño escenográfico de carácter minimalista que propone José Escobar, con unos pocos objetos, sobre ese destacado rectángulo de parquet, que marca en forma precisa los límites escénicos, simulando el departamento donde transcurren las acciones.
Y como ocurre habitualmente, en las obras de las Marull, aquí también, aparece algún toque musical, que suma, en este caso es el ringtone de Susana, que no vamos a revelar, pero que aseguramos los espectadores celebran cada vez, que suena el celular de la empleada inmobiliaria.

Queda poco por agregar, sólo mencionar que Hidalgo fue la obra ganadora del Premio Artei 2017 a la producción de teatro independiente, entre otros reconocimientos recibidos. Indudablemente las mellizas Marull, tienen un estilo propio, saben como contar historias sencillas, cercanas al espectador, con personajes reconocibles, con lo que todos nos identificamos y si a esas historias, saben adosarle siempre la cuota justa de sensibilidad y poesía que el espectador quiere, podemos encontrar allí, una de las explicaciones, del éxito de sus espectáculos,  tanto de crítica, como de público ( el cartelito de localidades agotadas es una constante en sus obras )

No queda más por agregar, sólo invitar a los espectadores que aún no lo hicieron, para que descubran el bello universo de las Marull y en este caso además, se enteren como nosotros, quien fue Bartolomé Hidalgo.



Pensador Teatral.


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