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martes, 17 de julio de 2018

Los Monstruos

Dramaturgia y Dirección de Emiliano Dionisi. Dirección Musical de Martín Rodríguez.








Martes 20 30 hs en Teatro Picadero ( Pasaje Santos Discépolo 1587 )

Los Monstruos, es una marca registrada ya dentro de nuestro teatro, siendo una de las obras, más premiadas en los últimos años. Ganadora de la Bienal de Arte Joven 2015, la pieza fue creciendo en espectadores, críticas, repercusiones y luego empezaron a llegar los premios.

Repasemos algunos de los galardones que obtuvo:  4 Premios ACE ( incluidos Mejor Musical ), 7 Premios Hugo ( entre ellos el Hugo de Oro en el 2016 ), 4 Premios Florencio Sánchez, el Trinidad Guevara, por nombrar solamente los más reconocidos.







Pocos imaginaban, que la obra que arrancaba tímidamente en una Bienal, tuviera semejante recorrido, llenando salas y cosechando tantos premios, desde su estreno, indudablemente se estaba alumbrado uno de sus éxitos, que arrancan en silencio y van creciendo, boca a boca mediante.

La obra aborda el tema de la relación de padres e hijos de manera original, con mucho humor y pinceladas musicales, el autor encuentra en lo gracioso, una forma de abrir la mente del espectador, ya que casi sin percibirlo, se introducen cuestiones profundamente dramáticas.

La columna vertebral de la historia, son dos padres Claudio ( Christian Giménez ) y Sandra ( Natalia Cociuffo ) que a lo largo de la obra, hablaran de sus hijos pequeños, Patricio y Dolores, ambos son chicos especiales, incomprendidos por los demás niños según explican sus padres, con problemas para relacionarse con sus pares y debido a ellos, deben cambiarlos de colegio.








De arranque el espectador duda, estarán siendo objetivos los padres cuando hablan de sus hijos. Es posible ser objetivo con los hijos propios ?? La culpa siempre la tendrán los demás ?? O siempre lo más sencillo, es buscar el problema afuera ??

El autor de manera inteligente analiza, lo complejo que es ser padre hoy, en un entorno hostil y con situaciones violentas que forman parte de la vida cotidiana, sin que muchas veces lo notemos y lo tomamos como algo normal. Cada vez más, se exige a los chicos  que sean exitosos, que se destaquen, involuntariamente les inculcan muchos miedos y los chicos absorben todo, lo bueno y también lo malo.

El mundo actual, tiene un componente violento, de extrema competencia, un universo algo monstruoso,  los padres sin notarlo, en vez de predicar el compañerismo y los buenos sentimientos,  transmiten sus miedos e inseguridades a los hijos.








No vamos a contar más de la trama, la dramaturgia está muy bien construida, siempre con mucho humor y matizando algunos momentos dramáticos, con música.

Para que la historia llegue con tanta fuerza al espectador, es fundamental que los intérpretes hagan de las suyas y en este punto la obra, tiene una de sus claves, nos referimos a las magníficas actuaciones de la dupla protagónica, con una salvedad importante.

Los Monstruos nació y creció, con la dupla formada por Mariano Chiesa y Natalia Cociuffo, que con una química increíble y un talento indudable, fueron aceitando la maquinaria de Los Monstruos, hasta que empezaron a llegar los premios.









Este año, la obra tuvo un cambio importante, ya que aparece Christián Giménez, para reemplazar a Mariano, tentado por el proyecto de Sunset Boulevard, un gran desafío para Chrisian, un actor con mucha experiencia en musicales, que supo como meterse en una obra tan exitosa. El reto era grande, porque tenía mucho texto que incorporar, ambos protagonistas están todo el tiempo en escena y además de si mismos, harán de sus hijos.

El desafío fue superado ampliamente, por Chistian, se lo nota seguro, tanto en las partes actuadas, como en las cantadas, pareciendo que desde el comienzo hubiera sido de la partida en el equipo.

Y que decir de Natalia Cocciufo, una actriz fantástica, que aquí cumple una tarea consagratoria. Se nota, que este es su proyecto, que lo quiere mucho y es admirable la concentración con la que encara su interpretación, su fuerza interpretativa, tanto en las partes habladas, como en las cantadas.
Impresiona verla en los momentos que espera en escena, de espalda al público, mientras es el turno de actuar de su coequiper, se la nota como en trance, concentrada y esperando el momento para volver a ser esa madre leona que representa.








Brillante lo de Natalia, pocas veces usamos ese adjetivo para calificar una actuación, pero en este caso, está perfectamente justificado: Las ovaciones del público cada vez que termina alguno de sus actos y todos los galardones recibido, son testimonio de lo que decimos.

Que quede claro, que lo que decimos de Natalia, para nada opaca el gran trabajo de Christian, que se entrega también por completo y que se luce mucho, pero sin dudas el tiempo que tiene Cocciufo interpretando la obra, provoca que su actuación, tenga un nivel de excelencia, que hay que aplaudir, ya que que supera la media.

La puesta como dijimos, dá mucho lugar a los momentos musicales,  fundamental el aporte de Martín Rodríguez en las letras y la música en vivo que acompaña a los protagonistas, responsabilidad de Juan Pablo Schapira en teclados, Matías Menarguez en batería, el mismo Martín en guitarra y Gianluca Bonfanti Mele en bajo, un cuarteto que de manera sobria, pero efectiva, acompaña en gran forma a la dupla protagónica.









No hace falta agregar más, para quien aún no vió Los Monstruos, se encontrará con una dramaturgia muy bien elaborada, que analiza la relación de padres e hijos, con un enfoque moderno y sin hipocresías, no falsas idealizaciones.

En los personajes creados por Dionisi, podremos apreciar el infinito amor existente entre padres e hijos, ese vínculo estrecho que se crea desde que el niño nace, con tantos momentos tiernos, pero no se deja de lado, las situaciones difíciles, los conflictos que aparecen a medida que los chicos crecen y esos monstruos que andan deambulando y amenazando con colapsar nuestros vínculos.

Los Monstruos, es una obra estupenda, con la que reiremos y reflexionaremos, disfrutando de dos interpretaciones superlativas.. La ovación de pie con la que los espectadores, despiden a los protagonistas, confirman que el mejor premio, siempre es el aplauso del público, siendo el broche de oro, para cerrar la una gran velada teatral.




Pensador Teatral.



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