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jueves, 1 de agosto de 2019

Reconstrucción de una Ausencia

Dramaturgia de Gonzalo Marull. Dirección de Marcelo Moncarz.









Jueves 20 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )

El teatro muchas veces nos acerca historias que nos resultan desconocidas y que son dignas de contarse, este es el caso de Reconstrucción de una Ausencia, basada en un caso real, ya que nos hablará de Jorge Barón Biza y su trágica historia familiar.

Gonzalo Marull, el autor de la obra, se enteró que Jorge fue un gran amigo de su padre, que le gustaba el teatro y poco más. Tiempo después supo que aquel amigo  había pasado su última Navidad con ellos, antes que la muerte lo alcanzara y luego de años charlando con su padre, descubrió que detrás de aquel hombre, se escondía una terrible historia personal y familiar, signada por la tragedia, que merecía ser contada y en ese momento arrancó este proyecto.










El monologo escrito por Gonzalo, arrancará con un Jorge, un joven de solo 22 años, que sufrirá un hecho que lo marcará para siempre,  en ocasión que su padre Raúl, escritor, terrateniente y excéntrico millonario y Clotilde, dirigente radical e hija del gobernador de Córdoba, estaban sellando el divorcio en compañía de sus abogados. La apasionada relación entre Raúl y su bella esposa, veinte años menor que ella, llegaba a su fin, pero lo haría de una manera totalmente inesperada.

En aquella reunión, donde se acordaría el divorcio, Raúl de manera sorpresiva arrojó ácido sulfúrico en el rostro de su esposa, que sufrió graves quemaduras en la cara, en su pecho y en sus manos, debiendo ser hospitaliza de inmediato, en grave estado. Al dia siguiente, la polícía entró al departamento del agresor y encontró su cadáver, se había pegado un tiro en la cabeza el mismo día del ataque,












Jorge, el protagonista de la obra, sufrirá de manera brutal, la pérdida de su padre y el calvario de su madre, a la que acompañó durante su internación y luego en un viaje a Italia, donde se trataría con un especialista en reconstrucción de rostros, ya que la cara de su madre, por los efectos del ácido era un despojo.

No vamos a contar mucho más de esta historia de vida que arrancará de manera trágica y que tendrá nuevos episodios reservados para el futuro, preferimos dejar que los espectadores se vayan enterando de lo que vendrá luego, de boca de Jorge, interpretado de manera magistral por Jorge Gentile.











La composición de Gentile es fantástica, ya que se mete en la piel del personaje con una pasión que conmueve. Pese a tratarse de un unipersonal, gracias al talento de Jorge, podremos ver desfilar en escena a varios personajes, que el mismo desdobla. Su padre, su madre, su hermana Cristina, aparecerán en el escenario del Patio de Actores, gracias al talento y la impronta del protagonista.

Es admirable, la manera en que Gentile se adueña de la escena, la cadencia con la que cuenta la historia, como se desplaza por el escenario, sus gestos, sus diferentes tonos de voz y como sus emociones irán variando, conforme se desarrolla la trama. Habíamos destacado a Jorge, por anteriores trabajos, pero creemos que su actuación aquí, además de ser superlativa, resulta consagratoria, ya que resuelve de manera estupenda, un papel muy complejo.











El texto potente y virulento de Marull, encuentra un acompañamiento de lujo en la dirección de Marcelo Moncarz, que nos regala una puesta sensible, que atrapa al espectador, que sigue la obra desde el comienzo, con un silencio y una atención, que no es sencillo de lograr.

La escenografía es despojada, solo una silla en el centro del escenario. No hace falta más, para que el protagonista nos revele su historia, en un clima de intimidad muy logrado. Para llegar a este ambiente íntimo, contribuye mucho el muy buen diseño de luces de Daniela García Dorato. Otro punto muy alto en la puesta es el diseño sonoro y musical de Diego Sánchez, que se destaca en varios pasajes, acompañando la exposición del protagonista.

Reconstrucción de una Ausencia, es una obra que emociona y conmueve al espectador, por su crudeza y su realismo. Poniendo énfasis en una historia familiar llena de dolor, pero sin agotarse allí, ya que en la trama aparecerán menciones a Evita, Frondizi y otros personajes de la política de aquellos años, que darán a la historia,  un interés aún mayor.











Nos gustó mucho la obra, realmente una gran idea la del autor, traer al teatro las memorias de Jorge Barón Biza, aquel viejo amigo de su padre. Celebramos lo haya hecho con un texto intenso y haya elegido para llevarlo a escena, a un director sensible como Marcelo Moncarz, que encuentra en Jorge Gentile, el intérprete perfecto, para gritar una historia de dolor y muerte.

Felicitamos a todo el equipo de Reconstrucción de una Ausencia, por la entrañable velada teatral ofrecida, coronada por esos prolongados y merecidos aplausos, que el público que colmó la sala del Patio de Actores, le tributa al protagonista al final de la función, reconociendo su excelente faena y la intensidad de la historia interpretada.
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Pensador Teatral.

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