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martes, 8 de octubre de 2019

Ojalá las Paredes Gritaran

Dramaturgia y Dirección de Paola Lusardi.










Martes 20 30 hs en Teatro Metropolitan Sura ( Av. Corrientes 1343 )

Son contadas las obras provenientes del off, que consiguen llegar al teatro comercial y Ojalá las paredes gritaran, versión libre de Hamlet, es una de ellas. Y en este caso el mérito es aún mayor, ya que la pieza viene de las entrañas del teatro independiente, ya se representaba en la casa de la autora, que se convertía en teatro los días de función y gracias al boca a boca y al haber sido la revelación del último Festival Internacional de Teatro, la obra consigue llegar ahora a la calle Corrientes.










Y esta llegada tiene algunas características particulares, ya que para conservar ese ambiente íntimo y de cercanía con los espectadores, el público se sitúa en el mismo escenario, compartiendo el espacio con los actores. Sin ser una obra participativa, el público está dentro de la propia escena y teniendo de frente la inmensidad del Metropolitan, siendo esta una verdadera innovación.

Yendo a la trama en si, digamos que la obra de Lusardi, presenta algunas variantes fundamentales con la pieza isabelina, aquí Hamlet no será un príncipe, sino un joven millenial, tendremos una Gertrudis, un Polonio, una Ofelia, todos personajes que reconocemos de la pieza original, pero que aquí tendrán una versión aggiornada y moderna. Las acciones se desarrollarán en una casa familiar de clase media alta y no en un castillo y así podríamos seguir enunciando más diferencias y coincidencias, pero creemos que eso no es lo importante.









Digamos ya que Ojalá las Paredes Gritaran, tiene una fuerza y una energía muy especial se inició como un proceso académico sobre Hamlet, al cual se incorporaron algunas ideas del psicoanalista francés Jacques Lacan, que se reflejan en una trama, que toca el tema de los vínculos familiares, principalmente el de madre e hijo, sobrevolando un Complejo de Edipo no resuelto, en varios momentos de la obra.

No vamos a contar demasiado de la trama, porque preferimos que el espectador se sorprenda como lo hicimos nosotros, solo diremos que la misma presenta un vértigo y una potencia dramática que impactan. Conservando el espíritu del clásico shakespereano, la autora reescribe la historìa, aggiornada a estos tiempos, con un lenguaje actual y violencia. La locura, la lucha de poderes y la rebeldía, estarán presentes en esta propuesta, que no teme en tomar riesgos y la apuesta le sale muy bien.

El texto es exigente y requiere un compromiso absoluto del elenco, que además del desafío actoral, debe realizar una enorme entrega física La gran revelación de la obra es Julián Ponce Campos, el joven Hamlet, que con solo veinte años, muestra una presencia escénica asombrosa y da gusto ver como disfruta el protagónico, componiendo a un joven rebelde, hiperquinético y sin límites, causando verdadero terror en el resto de la familia, por su comportamiento imprevisible. Estupenda la actuación de Julián.









El resto del elenco no se queda para nada atrás, todo lo contrario,  Antonella Querzoli es una histriónica Gertrudis, la madre de Hamlet y la que más lo sufre su  rebeldía, ya que no puede controlarlo de ninguna manera, Un plus su bella voz, que se luce a plenos en las partes cantadas. Martín Gallo, es el tío de Hamlet, chabacano y libidinoso, es visto con muy malos ojos por su sobrino, ya que queda claro, si tiene alguna responsabilidad, en la muerte de su padre. Ambos están soberbios y tienen momentos de gran lucimiento.

Muy lograda la composición de Mariana Mayoraz, como Ofelia, la joven, que sufre el acoso de Hamlet, nos encantó su trabajo, variando su registro actoral de manera notable a lo largo de la obra. Otro que está genial es Augusto Ghirardelli como Polonio, es un personaje extravagante, empresario y algo naif, tratará de calmar las tempestades en la familia, sin demasiado éxito. Aporta momentos muy divertidos, en una trama donde reina el drama.
Completa el elenco Santiago Cortina, como Horacio el amigo de Hamlet, tiene poco parlamento, pero se expresa mucho con sus caras y es quien marca los sonidos de la obra, con su consola en vivo.










Como pueden presenciar todos los integrantes del elenco, cumplen actuaciones destacadas, se sacan chispas en el escenario con excelentes composiciones y con una entrega absoluta, algo que el espectador reconoce y agradece. Además la cercanía del público, crea un clima de intimidad y permite disfrutar cada movimiento sin perder detalles.

La puesta de Ojalá las Paredes Gritaran es uno de los puntos más fuertes que tiene la obra, arriesgada, irreverente y muy alocada, le imprime una dinámica propia al espectáculo. Hay varios elementos que colaboran, para esto que mencionamos. como por ejemplo el potente diseño sonoro, con música electrónica, rap y efectos que tendrán su peso en la puesta. El diseño escenográfico de Gonzalo Cordoba Estevez es fundamental para el montaje que tiene la pieza en el Metropolitan, con el público situado en el propio escenario. Además los actores, jugarán mucho con las alturas ( otra destreza del elenco aquí,  será trepar por la escenografía ). No queremos mencionar otros elementos que se harán presentes, como el agua por ejemplo y otras sorpresas.











Sin lugar a dudas, que Ojalá las Paredes Gritaran es una pieza que de ninguna manera pasará desapercibida, ya lo demostró llegando desde lo profundo del off hasta el teatro comercial, en base al boca a boca, que siempre es la mejor carta de presentación, para toda obra de teatro y que funciona siempre que la pieza tiene algo especial, que provoca, que aquellos que la vieron, la recomienden, algo que ocurre en esta creación de Paola Lusardi.

Nada queda por agregar, la invitación esta hecha, en este caso desde el mismo escenario del Metropolitan, para ser testigos de este Hamlet moderno y aggiornado a este mundo actual, conservando el espíritu del clásico isabelino y sorprendiendo con esta versión libre y potente, que arriba desde el off , gracias a un grito que superó las paredes de la casa de la autora y llegó a la calle Corrientes, con la fuerza de una puesta intensa y personajes muy bien elaborados, Los aplausos con que el público despide a los protagonistas al final de la función, no deja dudas, que además de sorprender, la obra ha gustado mucho.




Pensador Teatral.



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