Viernes 20 30 hs en Teatro Metropolitan Sura ( Av.Corrientes 1343 )
Y finalmente La Sala Roja, llegó a la Calle Corrientes, en el marco del ciclo Verano Off en el Met, donde reconocidas obras provenientes del teatro independiente y del circuito oficial, llegan a una de las salas más importantes del teatro comercial, resultando una estupendo programa para los porteños que se quedan en verano en la ciudad, además de ser una gran vidriera para actores, autores y directores, confirmando asimismo el enorme crecimiento que viene teniendo en los últimos años el teatro independiente, con espectáculos de autores locales, de gran calidad artística, que vienen reclamando un protagonismo y un espacio, que a puro mérito, se vienen ganando, demostrando en definitiva, que el hecho teatral es único, más allá de algunas diferencias de recursos económicos, que indudablemente existen.
Una vez hecha esta introducción, vayamos ya a La Sala Roja, que es una obra que viene con unos antecedentes a tener en cuenta, decir de arranque que es un verdadero clásico del off, al llevar ya siete temporadas en cartel desde su estreno, siempre a sala llena, llevando a cabo algunas giras internacionales y además con versiones de la pieza presentadas en otros países con actores locales. Cuando estos fenómenos de permanencia ocurren, no hay dudas que la pieza que lo consigue tiene alguna particularidad que la distingue de otras piezas, ya que es el boca a boca del público, el que permite semejante logro.
Yendo a la estructura de la trama, la misma es sencilla, un jardín de infantes convoca a una reunión de padres, que deberá realizarse antes con celeridad, ya que se realiza antes de comenzar el horario de clases de sus hijos. La concurrencia de padres a la reunión, es poco numerosa, pese a la importancia de los temas a tratar, como ser los regalitos de los cumpleaños, algún cambio en la vestimenta con la que los niños concurren, actividades especiales a realizar y por supuesto definir la forma de realización del acto de fin de año, todos temas que ya tuvieron algún intercambio de opiniones, en el infaltable grupo de wasap de padres.
Pero las complicaciones no tardarán en aparecer, la directora, pieza fundamental de estos cónclaves está retrasada y deberán arrancar la reunión sin ella, bajo la conducción de una maestra que parece no tener la autoridad, ni la pericia necesaria para manejar la situación, ya que la relación entre los padres presentes no parece ser la mejor. Rápidamente se arman bandos enfrentados y aparecerán viejas cuentas pendientes, que amenazan llevar al desastre a aquella en apareciencia inofensiva reunión. No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra todo lo que irá sucediendo en esa salita, que les aseguramos será mucho.
El público se engancha desde el comienzo con la propuesta, ya que indudablemente reconoce a esos padres como cercanos o directamente identifica como propios algunos comportamientos. El problema será que a medida que la trama avanza, esa identificación simpática en el comienzo, irá virando y a medida que los personajes se irán tornando más problemáticos y agresivos, apareciendo algunas miserias sobre la superficie, el clima festivo y risueño del arranque se irá apagando, dando lugar a situaciones más dramáticas, aunque vale decirlo, el humor, siempre prevalecerá, siendo este un gran mérito de la autora, ya que no se pierde el formato de comedia que presenta la obra.
Pero como siempre decimos, podemos tener un texto atractivo e inteligente, como sin dudas sucede aquí, pero si no se encuentran los intérpretes adecuados, todo puede quedar en buenas intenciones, algo que aquí está lejos de ocurrir ya que las actuaciones son magníficas. De manera inteligente, se crearon personajes de diferentes características, que en parte reflejan diferencias de pensamiento que se observan en la sociedad, pero que llevadas a este ámbito educativo, quedan aún más en evidencia.
Hablando por fin de las interpretaciones, he aquí una de las licencias que permite el off, como que la autora y directora, Victoria Hladilo, sea una de las protagonistas de las historia y en nuestra opinión, constituya la actuación más destacada. Con un presencia escénica imponente, compone a una Sandra avasallante, madre controladora y manipuladora, que luchará a brazo partido para imponer su pensamiento y llevarse por delante al que piense lo contrario, pudiendo ser violenta, intolerante o desplegar su sensualidad. Dependiendo el interlocutor y el momento, decidirá que cara mostrar. Nos encantó lo de Victoria, que actúa con una pasión y una entrega, que debemos destacar.
Manuel Vignau como Martín, también tiene actuación superlativa, padre presente y poco apegado a los procesos rígidos, se mostrará inofensivo al comienzo y a la defensiva, pero a medida que la reunión vá ganando en efervescencia, se convertirá en un hábil jugador. Carolina Marcovsky, es Gabriela, debutante en estas reuniones y con un pensamiento bastante cercano a Martín. Adepta a la comida macrobiótica y defensora del lenguaje inclusivo, pese a la paz que parece transmitir, se nota esconde algo.
Completan el elenco, Julieta Petruchi ( Verónica ) y Axel Joswig ( Diego ) los padres de Pedro, con roles bien diferenciados en la pareja, en relación con la crianza de su hijo. Ambos protagonizan momentos muy divertidos y también tensos. Catalina Augé es María Ines, la maestra jardinera, que deberá cumplir la función de contener a los padres, ante el retraso de la directora, tarea por demás compleja, nos gustó mucho su composición.-
Son muy sólidas las actuaciones y se nota lo trabajado que tiene cada uno a su personaje, algo que se logra con el correr de las funciones. Como mencionamos antes, la trama de manera perspicaz, elige personajes con tipologías bien diferenciadas, permitiendo que cada uno los protagonistas, encuentre su espacio de lucimiento.
Al ver la obra, quedan claro los motivos, por los que La Sala Roja, acumula temporadas de suceso, confluyendo una dramaturgia cercana a los espectadores, presentándose situaciones que a primera vista pueden lucir exageradas, pero si las observamos con detenimiento, nos daremos cuenta que son más comunes de lo que imaginamos.
Nos divertimos mucho con La Sala Roja, que ademas de risas al por mayor, nos ofrece un valioso espacio para la reflexión, acerca del funcionamiento de las instituciones educativas y el desafío, fallido en ocasiones, que resulta para los padres, relacionarse de manera adecuada con el mundo de los más chiquitos.
Pensador Teatral.
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