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miércoles, 5 de febrero de 2020

Coreomania

Idea y Dirección de Josefina Gorostiza.








Miércoles 20 30 hs en Teatro Metropolitan Sura ( Av. Corrientes 1343 )

Una propuesta explosiva llega al Metropolitan Sura, de la mano de Coreomanía, No Puedo Parar, original creación de la coréografa y bailarina Josefina Gorostiza, que en su cuarta temporada en cartel, se dá el gusto de llegar a la Corrientes, ya que fue seleccionada como una de las doce mejores obras del teatro independiente, ganando el derecho a participar en el Ciclo Verano Off en el Met.










La obra de Josefina, fue estrenada en el 2017 en el Centro Cultural Ricardo Rojas y en esos momento, pocos imaginaban que Coreomanía, que era una propuesta experimental, tuviera semejante recorrido, pasando por diferentes espacios teatrales, siempre dando que hablar, para llegar a este presente, en el que encuentra el reconocimiento, de ser valorada, como una de las mejores del off y mostrando que tiene un recorrido muy grande.

Coreomanía, tendrá un derroche de energía increíble y será diferente al menú teatral habitual, ya aquí la oralidad, estará ausente y serán los cuerpos los que hablen, a través de un baile frenético, que no se detendrá nunca, impactando al espectador por su potencia y por la entrega física descomunal de los protagonistas.








El arranque es impactante, en un costado del escenario, aparecerá Nicolás Goldshmidt, cantando de manera tímida Bailar Pegados, el conocido tema de Sergio Dalma, de a poco irá subiendo la intensidad de su voz y el volumen de la música de fondo. En la parte posterior del escenario, se dibujan las siluetas de seis bailarines con ropa deportiva, que apenas se mueven en su lugar, como si estuvieran precalentando, mientras un DJ con casco de moto, maneja en el escenario, con dedos expertos una consola.

La expectativa en el público aumenta, se percibe en el aire, un estallido inminente y el mismo ocurre . Esas siluetas, se convertirán en cuerpos bien presentes, que comenzarán a bailar de manera desenfrenada, parece que estuvieran en trance, hipnotizados en un mundo propio, seducidos por una música frenética, que invade al ambiente. Cuerpos en movimiento, entregados a la música, música electrónica y acordes que suenan, para un baile que ya no va a parar más.








Antes de continuar, contemos que el nombre de la obra, tiene una historia interesante atrás, ya que coreomanía, se denominó a un fenómeno social, ocurrido en Europa entre los Siglos XIV y XVII, por el que algunas personas, de manera repentina y sin motivo aparente, bailaban en trance, durante días, semanas e incluso meses, hasta desplomarse de cansancio y morir en muchos casos. Conocida también como epidemia de baile o Baile de San Vito, tuvo muchas teorías, pero ninguna certera, lo único certero, era que grupos de personas comenzaban a bailar y ya no podrían parar.

Dejando atrás la historia y volviendo a la obra que nos convoca, hay que destacar el enorme trabajo de los protagonistas de Coreomanía, que realizan un trabajo extraordinario, dibujando coreografías muy bien coordinadas y con un derroche de energía increíble. Vamos a mencionarlos a todos, porque lo merecen, Mauro Appugliese, Victoria Delfino, Nicolás Goldshmidt, Juan Manuel Iglesias, Antonela Pereyra, Mauro Podestá y Carla Rímola. La belleza y audacia de los cuerpos y las imágenes que la puesta nos regala, quedarán en la retina del espectador.








Debemos destacar el impresionante desgaste físico y la entrega absoluta, con que todos se consagran al baile, la gestualidad de todos, sus miradas, parecen como idos del mundo y respondiendo solo a la música que se apoderó de sus cuerpos.  Imaginamos que perderán un par de kilos en cada función, ya que la obra, además de exigir aptitudes para el baile, requiere un estado físico privilegiado, imaginamos además de horas de ensayo, horas de gimnasio en todos los integrantes del elenco.-.

La puesta es un punto altísimo del espectáculo, además de las coreografías, ideadas por Josefina, que son el pilar del show, hay que destacar el impactante diseño de luces de Sebastián Francia, que colabora en varios cuadros, para dar espectacularidad a los mismos. En el mismo nivel de excelencia, mencionar el diseño sonoro de Facu Kchihomeless, con una potencia y una calidad que sorprende, transformando prácticamente al escenario del Metroplitan Sura , en un boliche bailable. Además Facu, en un momento, no se resistirá al entorno, se sacará el casco, dejará sin dueño la consola, uniéndose a ese baile que a todos hipnotiza.








No queda mucho más para agregar, Coreomania es un espectáculo original y potente que impacta por varios motivos, por su ritmo, por la adrenalina que despliega, por la belleza de los cuerpos y por una puesta estupenda, que brinda a los protagonistas, el espacio adecuado, para el lucimiento individual y grupal, pudiendo desplegar su talento y su pasión por el baile.

Celebramos la idea de incorporar a Coreomania, No Puedo Parar, al Ciclo Verano Off en el Met, ya que es una experiencia teatral diferente y merece ser vivida. Los espectadores vibran con el espectáculo desde que arranca y lo viven de manera intensa desde su butaca, moviendo los pies, marcando ritmo con las manos y siguiendo los movimientos de los protagonistas.

El ambiente contagia y se nota en la mayoría del público, las ganas de seguir el llamado de la música y bailar. Por eso a prepararse, porque en una noche con muchas sorpresas, tendremos un final a toda orquesta, donde los espectadores que quieran podrán sumarse a esta epidemia musical y ponerse a bailar, aún sabiendo, que una vez que arranquen, ya no podrán parar.



Pensador Teatral.


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