Jueves 21 hs en Espacio Tromvarte ( Santa Rosa 5164 )
Llega esta divertida y original propuesta, compuesta por dos obras cortas, escrita por la prolífica pluma de la dramaturga rosarina Patricia Suárez. Son historias independientes que tienen como hilo conductor, que se desarrollan en el interior de un ascensor, siendo un desafío grande para el director montar las puestas, dentro de un espacio con dimensiones tan reducidas.
La primera de las obras, Banco de Londres, se sitúa en la década del cuarenta, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial y nos presenta a una madre de raíces judías ( Mirta Mato ), que junto a su hijo ( David Paez ) van al banco, para depositar una buena suma de dinero, fruto del trabajo en la zapatería de la familia. El viaje en el ascensor, será accidentado y las circunstancias los obligará a estar un buen tiempo, compartiendo un pequeño recinto.
Los diálogos entre una madre conservadora y manipuladora, con su hijo, serán muy divertidos. Y parece que el encierro, los llevará a sacar algunos trapitos al sol. Hay muy buenas caracterizaciones de ambos personajes, con un lenguaje y expresiones del hijo, que nos remite a una época del pasado, que nos recuerdan a Pepe Biondi y en la mamele, que representan muy bien a la típica madre judía. Muy buenos los trabajos y el contrapunto de Mirta Mato y David Paez
La otra obra, titulada El Infierno de los Lujuriosos, nos remite al Infierno de Dante, con personajes salidos de la Divina Comedia, como Paolo ( Sebastián Dartayete ) y Francesca ( Débora Longobardi ) dos amantes, que se suben a un ascensor muy particular, con sentido descendente, ya que desde el purgatorio, parece están yendo al averno.
Los diálogos aquí también serán muy divertidos y desopilantes, ya que en especial Francesca quiere dejar en claro que ella no debe ir al infierno, ya que en su vida realizo actos solidarios, según ella de gran importancia. Aquí los diálogos son más picantes y se percibe una cierta tensión sexual entre la parejita. En este caso, ambos actores nos resultan conocidos, en el caso de Sebastián, destacamos mucho el año pasado por su actuación en La Reina de la Belleza, una de las mejores obras que el teatro independiente nos dejó el año pasado y aquí se luce con un personaje muy divertido.
En el caso de Débora Longobardi, es una actriz a la que elogiamos en varias ocasiones en este sitio, por sus muy buenas interpretaciones. En esta oportunidad, nos sorprende, por sus recursos para la comicidad, componiendo a una Francesca sensual y desfachatada. La mayoría de las veces, habíamos visto a Débora, en papeles dramáticos y verla aquí, en un rol tan diferente, nos confirma su enorme versatilidad y su adaptación a todo tipo de personajes, siempre con su tono de voz característico y la gestualidad que siempre le destacamos.
Hubo una muy buena elección del elenco, ambas duplas muestran mucho entendimiento y se nota que los actores se sienten a gusto y se divierten en en escena, algo que en una comedia, siempre agrega valor. En esto tiene influencia Patricio Azor, que con una dirección dinámica y fresca, les otorga espacio y libertad para el lucimiento.
La puesta es minimalista y como dijimos antes, las acciones se desarrollan, en el espacio reducido de un ascensor, algo que no es habitual. Para destacar el diseño lumínico de Lucas Orchesi, importante para el clima que pide la obra y muy buena la vuelta de tuerca, que el director encuentra en el final, para encadenar y conectar ambas historias.
En resumen, De Ascensores, es una propuesta muy divertida, que con un humor sano y en un espacio muy particular, como el de un ascensor, genera muchas risas en los espectadores que se divierten mucho con el texto y en especial con las muy buenas actuaciones que presentan ambas piezas.
La obra está cumpliendo su segunda temporada y lo está haciendo siempre a sala llena, con un público que se engancha y se divierte con la propuesta. Por eso, le pedimos que cierre bien la puerta, marque el piso elegido y se prepare para este viaje en ascensor que el teatro independiente nos propone.
Pensador Teatral.
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