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sábado, 18 de septiembre de 2021

El Virus de la Violencia

Dramaturgia y Dirección de Marina Wainer.

 




 

Sábados 20 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )

Un texto profundo, actual y comprometido con la realidad, nos acerca El Virus de la Violencia, obra escrita por Marina Wainer, que tuvo la idea de escribir este texto, estando en España al comienzo de la pandemia de coronavirus, que asoló al mundo, trayendo numerosas consecuencias relacionadas con el aislamiento que debimos cumplir.

Una de esas consecuencias que enseguida detectó, fue el notorio aumento de los casos de violencia de género. Esta situación ocurría, porque se estaba encerrando a la víctima con el maltratador, en un contexto complicado, ya en muchas parejas, aparecía la falta de trabajo, los problemas económicos asociados a ello, tener que convivir gran cantidad de horas en espacios pequeños, los roces cotidianos, etc. Es decir, teniendo de base una problemática ya existente, el entorno de la pandemia, sin dudas sería caldo de cultivo, para un incremento exponencial de los casos.

 

 

 


 

Entonces la autora sintió la necesidad de escribir la obra de manera urgente, para dar visibilidad al tema, contactando a Iván Steinhardt y Romina Pinto, integrantes fundadores de la compañía de teatro El Vacío Fértil, a quienes ya había dirigido en Tiburones y otras Rémoras,  obra que denunciaba los efectos de la especulación financiera. Señalemos que el Vacío Fértil, es una compañía teatral que tiene como objetivo, realizar obras teatrales, cuyo contenido y forma, pongan al arte como eje transformador y de toma de conciencia. Por lo tanto cuando les llegó la propuesta de Marina, se engancharon rápidamente con el proyecto, que luego un proceso complejo a causa del aislamiento, se está presentando de manera presencial en Patio de Actores.

Yendo al argumento de la obra, contemos que veremos a una pareja de recién casados que llega de viaje de luna de miel, a un lugar completamente alejado de todo. A poco de llegar los sorprende la pandemia, que alterará sus planes, ya que no podrán realizar las actividades planificadas y deberán cumplir la cuarenta lejos de casa y de la familia. El trabajo comienza a mermar, al mismo tiempo que lo hacen los ingresos económicos y reina la incertidumbre por un virus nuevo que trae consigo muertes y desolación, aumentando de manera exponencial los problemas.

 

 


 


No queremos contar demasiado de lo que sucederá en escena, pese a que la trama se estructura de manera interesante, sin seguir un relato lineal en el tiempo, arrancando por el final de la historia, algo que para nada invalida el relato, creemos que por el contrario lo potencia, ya que obligará al espectador a estar atento, a esos pequeños detalles de violencia cotidiana que podrían pasar desapercibidos, pero que en este caso conociendo el trágico final de la historia, se los notará con nitidez.

La dramaturgia tiene la habilidad de combinar el tema del coronavirus, algo nuevo y que moviliza mucho al espectador, porque todos nos sentiremos identificados y representados con los cuidados y las reacciones que tendrán los integrantes de la pareja, ante un virus desconocido y virulento, que recibe toda la atención mediática y la temática de la violencia de género que para nada es desconocido, pero que lamentablemente mucha veces los medios de comunicación y la sociedad en general, no le brindan la atención que la gravedad del tema amerita.

 

 


 


El relato atrapa al espectador desde al arranque y en cierta medida lo interpela, porque no se solo se ve reflejado en las cuestiones del covid que aparecen en la historia, sino que también se reconoce  en algunos comportamientos violentos, que se genera en la pareja de recién casados. Situaciones que muchas veces se naturalizan o se les resta importancia, siendo ese un error grave, ya que muchas veces, cuando finalmente se quiere denunciar el tema o tomar alguna medida preventiva, el espiral de violencia es ya tan grande, que es demasiado tarde para actuar..

El argumento como dijimos es cautivante y resulta cercano al espectador, para que esto ocurra, sin dudas influyen mucho las magníficas actuaciones de Romina Pinto e Iván Steinhardt, dos excelentes actores, a los que ya elogiamos mucho por anteriores trabajos y aquí volvemos a hacerlo, ya que son notables sus composiciones.

Contamos como dato de color, que Romina e Iván, son pareja en la vida real, por eso toma mayor relevancia sus trabajos en esta obra, ya que como ellos mismos reconocen, al comenzar los ensayos, veían como en su rutina, ocurrirán algunas de las situaciones, que vivían los personajes de ficción. Un gran desafío para ambos, que solventaron de la mejor manera, ya que tienen una variedad de recursos actorales notables y además el entendimiento que tienen, le otorgan a sus composiciones, un realismo, que agrega mucho valor a sus actuaciones.

 


 


 


La puesta resulta muy dinámica, con varios elementos para resaltar, como esa radio de fondo, que trae noticias sobre la pandemia y reavivan la angustia,  que todos sentimos en esos meses, que ahora parecen lejanos. Otro aspecto interesante, es mostrar como la tecnología, fue una herramienta para soportar el aislamiento y un medio indispensable para trabajar desde nuestro hogar o para tratar de generar nuevos ingresos, sin salir a la calle.

A nuestro entender, debemos valorar este tipo de propuestas, cuyo objetivo es dar visibilidad a una temática tan urgente como la violencia de género y su variante más dramática, como lo son los femicidios. Siendo esto temas, pese a la relevancia que tienen, dejados de lado por las compañías teatrales, que muchos veces prefieren, presentar comedias livianas, evitando ocuparse de situaciones que puedan resultar conflictivas o poco agradables.

 

 

 


 

Si además, la problemática que se quiere visibilizar, se inserta en un texto bien escrito, que es acompañado por magníficas actuaciones y una puesta muy atractiva, podemos concluir que estamos en presencia, de una obra de visión obligatoria, ya que además de permitirnos disfrutar de un momento teatral relevante, nos sentiremos movilizados y obligados a mirarnos en el espejo que resulta la trama,  para ver si alguno de los comportamientos machistas que se viven en la obra, ocurren en nuestra vida cotidiana.

Recomendamos y celebramos, la aparición de El Virus de la Violencia, una obra cruda y de una actualidad inquietante, que nos interpela y logra poner el primer plano, el tema de la violencia de género y los femicidios, con una seriedad y un compromiso, que merece nuestro reconocimiento.



Pensador Teatral.


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