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domingo, 10 de octubre de 2021

Éter Retornable

Dramaturgia de Angie Oña y Dirección de Laura Álvarez.

 

 


 

Domingos 20 hs en Teatro Buenos Aires ( Av. Corrientes 1699 )

Nos llevamos una gratísima sorpresa, viendo Éter Retornable, ya que nos encontramos con un texto delicioso de la dramaturga uruguaya Angie Oña, que escribió en 2008, para presentarlo en un Ciclo de Teatro Uruguayo organizado en Buenos Aires, con muy buenas repercusiones. Varios años después, Laura Álvarez, se reencontró con este texto y se enamoró de inmediato del mismo, teniendo claro que la obra debía volver a escena, llegando nuevamente a nuestro teatro, en una puesta realmente atractiva, bajo su dirección.

 

 


 

Si tuviéramos que indicar el género de Eter Retornable, podemos definirla como una tragicomedia absurda, una obra que divierte y hace reír. Esa es su principal característica, pero no se queda en ello para nada, al contrario jugando con el humor absurdo, abordará temas filosóficos y profundos con el paso del tiempo, el sentido de la vida, la muerte y otras cuestiones existenciales que resultan cercanas al espectador y hacen muy atractivo al texto.

Yendo a la trama en sí, contemos que el relato nos mostrará a Elmer ( Pablo Rusconi ) y Madelón ( Camila Sebio ) una joven pareja, que se está separando, pero nunca termina de hacerlo. En el medio del proceso, sucederán cosas ... , planteos existenciales, discusiones sobre el reparto de bienes, dudas sobre el futuro, aparecerán los miedos normales en estas situaciones y los recuerdos de aquellos días donde reinaba la armonía en la pareja.

Y siempre rondando en el ambiente, estará el concepto del eterno retorno postulado por Nietzsche, que combina con el título de la obra, haciendo referencia a ese comportamiento cíclico que tenemos los seres humanos, por el que siempre reincidimos en los mismos lugares. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, porque como dijimos la obra que tiene una trama donde al absurdo y el humor ácido marcan el ritmo, pero esa, solamente es la cubierta, de todo lo que viene atrás.

 

 

 



 

Como siempre decimos, podemos tener un texto muy rico, buena intenciones, pero si luego, no se encuentran a los intérpretes adecuados, para llevarlo a escena, corremos el riesgo de quedar a mitad de camino. Algo que aquí, no ocurre para nada, por el contrario, en este caso la directora encontró en la dupla protagónica, a los actores justos para potenciar el texto y sacarle el máximo provecho al mismo.

Arranquemos por Camila Sebio, que resulta una enorme revelación, mostrando una presencia escénica sorprendente y adueñándose del escenario con autoridad, completando una composición magnífica. Camila es una actriz joven y muy talentosa, a la que habíamos visto y elogiado por sus trabajos en papeles dramáticos ( aún hoy recordamos su gran protagónico en Chocolate Amargo, obra que habla del abuso infantil, pieza también dirigida también por Laura Álvarez ). Aquí representando a Madelón, el desafío era grande, ya que debía mostrar su valía en un género totalemente diferente como el de la comedia y el absurdo, que requiere otros recursos actorales y viendo la calidad de su interpretación, podemos afirmar que Camila los tiene de sobra.





Se la nota muy cómoda con el texto, pasando por diferentes registros emociaonales, jugando mucho con la ironía, siendo ácida por momentos, mostrando sensualidad en otros y siendo delirante en gran parte de la trama. Sus tonos de voz, sus miradas y la complicidad con su compañero de escena, muestran su versatilidad y una madurez que debemos destacar, ya que notamos su crecimiento en cada nuevo trabajo donde la vemos. Estupendo el trabajo de Camila Sebio, aprovechando muy bien la vidriera que le brinda este protagónico, que sin dudas puede servirle de trampolín, para una carrera que viene en franco ascenso.

Pero con tantos elogios para Camila, no queremos ser injustos con Pablo Rusconi, como Elmer aquí, que funciona como un buen contrapunto del torbellino que es Madelón, soportando sus embates y mostrando sus cartas con estrategia. Muy gracioso su personaje, que tiene un estilo rockero particular, jugando mucho con lo corporal y sabiendo como irritar a su pareja, cada vez que le menciona a su prima Soraya, con la que mantiene une relación un tanto particular. Es la primera vez que vemos a Pablo en escena y nos gustó mucho su trabajo, mostrándose cómodo en el género del humor y el absurdo.

 

 



 

 

Luego de repasar los muy buenos trabajos individuales de Camila y Pablo, debemos destacar la buena química que muestran entre ellos, mostrando complicidad en el escenario, se ríen y se divierten, mientras actúan, siendo algo que el espectador nota y agradece, ya que esa buena vibra se contagia a la platea.

Hay mucho  mérito también, en la dirección de Laura Álvarez, la impulsora del proyecto, que acertó en la elección de los actores y les brinda terreno fértil para que se luzcan, con una puesta de su autoría, dinámica y muy bella desde lo estético. Nos gustó mucho el diseño lumínico que tiene la obra y el diseño escenográfico armónico con muchos objetos que suman el relato, además aprovecha muy bien las dimensiones de la sala del Buenos Aires, dando un ambiente íntimo al relato, acorde con lo que pide el texto.

 




En definitiva, nos fuimos muy contentos a casa, por la noche de teatro que disfrutamos, valorando mucho la aparición de comedias de este tipo, que además de divertir y hacer reír, algo básico para el género, logra ir más allá, aportando un texto rico y con toques delirantes, que se anima a abordar con irreverencia cuestiones existenciales, que a todos nos involucra, invitando además a la reflexión.

Por todo lo comentado, solo nos queda recomendar Éter Retornable, una opción fresca y joven, que quiere pisar fuerte en la Calle Corrientes, de la mano de un texto inteligente, una puesta dinámica y magníficas actuaciones. La mesa teatral está puesta y al juzgar por los aplausos que resuenan al final de la función, el menú presentado gustó mucho.


Pensador Teatral.




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