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viernes, 23 de septiembre de 2022

Vitalicios

Dramaturgia de José Sanchis Sinisterra. Dirección de Mónica Benavidez.





Viernes 20 hs en La Carpintería ( Jean Jaures 858 ) . En Octubre, Domingos 20 30 hs en El Crisol ( Malabia 611 )

Un texto inteligente, divertido y perturbador a la vez llega con Vitalicios, escrita por José Sanchis Sinisterra, uno de los dramaturgos españoles más importantes de las últimas décadas, que en esta obra nos hablará, entre otras cosas, de la relación particular entre el estado y la cultura, mostrando como muchas veces los gobernantes se llenan la boca hablando de la importancia de apoyar la cultura, pero en cuanto la crisis llega y hay que bajar gastos, siempre es una de las áreas elegidas para recortar.






Pero la dramaturgia de Sanchis, vá más allá y realiza una ácida crítica a la burocracia estatal, a la ineficiencia de esas oficinas públicas superpobladas, con nombres grandilocuentes, llenas de jefes y directores que buscan se cumplan procedimientos arcaicos que nadie sabe bien porque siguen en pie, pero todos cumplen a rajatabla. Las cloacas del estado, quedan al descubierto de manera descarnada aqui.

Yendo a la trama en si, contemos que las acciones se desarrollan en el 5to Subsuelo de la Secretaria de Sublegales, una extraña dependencia a la que están asignados Carlota ( María Rosa Frega ), Adrianita ( Cecilia Cosero ) y Pablo Flores Maini ( Basilio ), todos ellos seguros de estar allí debido a los méritos mostrados en anteriores tareas en otra oficina estatal. No cualquiera puede cumplir la tarea allí encomendada, coinciden los 3. Y cuál es la tarea que allí deben cumplir ??  La mecánica de la trama es interesante, porque el espectador estará algunos minutos tratando de descifrar, la extraña actividad, que llevan adelante.

Adrianita lee la carpeta de alguna personalidad artística, menciona su nombre y edad, Basilio toma ese expediente y ambos esperan la resolución de Carlota, que parece ser la jefa allí. Hay tres respuestas posibles, Si, No o Interrogante y de acuerdo a la inapelable decisión de Carlota, la carpeta irá a parar a una pila diferente. El problema estará en las carpetas que van al SI. Pronto descubriremos que los que allí van, son los candidatos a dejar de percibir la renta vitalicia, que el estado les había otorgado por su labor cultural. Todo ese proceso es bastante delirante e inquietante a la vez, por la impunidad del mismo.





Y hasta allí vamos a contar, los espectadores cuando vean la obra, se enterarán cual es el sorprendente mecanismo pensando por los superiores, para efectivizar los recortes. Mientras tanto en aquel subsuelo, abrirá un espacio para la confesión y los tres colegas confesarán alguna tarea cuestionable ( por ser suaves )  que debieron realizar en anteriores puestos, cumpliendo órdenes de sus jefes, sin chistar, respetando la verticalidad y mostrando una conciencia absoluta de un accionar dirigido a salvaguardar los intereses del estado de bienestar.

Momento de hablar de las estupendas actuaciones que tiene la obra, ya que es un texto que necesita de composiciones precisas, para que el mensaje llegue a buen puerto, algo que se consigue con creces,  gracias a la dirección de Mónica Benavidez y a las interpretaciones del muy buen elenco reunido, todos ellos con muy buena trayectoria en el teatro independiente.








Arranquemos por María Rosa Frega que compone a una Carlota desopilante. Al parecer es quien dirige las tareas en aquel subsuelo, lo intuímos, ya que es quien determina el destino de las personalidades artísticas bajo análisis y quien recibe las órdenes por handy de la superioridad. Con el riesgo de ser injustos, creemos que la de María Rosa es la actuación más destacada de la noche, con un histrionismo a flor de piel y gran carisma.

Continuemos con Pablo Flores Maini, otro actor con mucho oficio, que aquí se luce como un Basilio, viejo lobo de mar trabajando para el estado. Con muchas anécdotas para contar, especialmente por su paso por el área de Museos, virará entra la galentería para sus compañeras de trabajo y algún momento escatológico. Nos reímos mucho con el personaje de Pablo, muy reconocible y redondeando un gran trabajo.

Y para el final, dejamos a Cecilia Cosero, actriz rioplatense que nos encanta y a quien elogiamos ya varias veces en este sitio, siempre nos había tocado verla lucir en papeles dramáticos, aquí se destaca en un papel más descontracturado, como Adrianita, una joven empleada estatal, que si bien no tiene las mañas de sus compañeros con tantos años trabajando en el estado, es una gran aprendiz. Todavía nos reímos con el método científico que usaba en las elecciones que debía realizar. Siempre es un gusto verla a Cecilia en escena.






No siempre ocurre, que los registros actorales sean tan parejos por lo bueno. algo que ocurre en Vitalicios y que permite disfrutar de excelentes interpretaciones, que sostienen un texto que no es sencillo, mérito aquí también de la directora que logra darle dinámica a la trama y a una puesta que tiene varias perlitas para mencionar.

Uno de ellos, el montaplatos, en clara referencia a la obra de Harold Pinter, que los mismos actores mencionan,  del que reciben las indicaciones de la cuarta vicepresidencia, Es muy logrado el diseño escenográfico de Eduardo Spíndola, con esos estanterías llenas de cajas, que transmiten la sensación de encierro que hay en los viejos archivos olvidados donde se guarda documentación. Colaboran a esas sensación, esos misteriosos sonidos, que llegan de los pisos superiores.






No queremos contar más, Vitalicios es una propuesta muy inteligente, ácida y con un buen componente de humor negro,  que nos habla de estados gigantescos, con estructuras enormes y presupuestos que resultan verdaderos jeroglíficos. Gobiernos nacionales y municipales que pregonan fomentar la cultura, pero que cuando hay que bajar costos, es el área favorita para recortar. Además la obra en general, hace una crítica a un supuesto estado de bienestar, que en momentos de crisis, no dudarán en recurrir a cualquier método, con tal de mantener las estructuras de poder y el status quo, sin tener escrúpulo alguno, en los daños que pueden causar los ajustes.

El texto fue escrito en España hace ya algunos años, pero se aplica perfectamente a la realidad argentina, donde relegar las actividades culturales, siempre es una tentación en la que los gobernantes caen con facilidad. Se presenta en nuestra cartelera, bajo la efectiva dirección de Mónica Benavidez y las excelentes composiciones de un trío protagónico, que se saca chispas y que desde la profundidad del 5to subsuelo, buscarán cumplir con profesionalismo, la tarea encomendada.


Pensador Teatral.


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