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martes, 3 de septiembre de 2024

Para Partir

Dramaturgia y Dirección de Ignacio Sánchez Mestre.





Martes 20 hs en Teatro Astros ( Av. Corrientes 946 ) 

Regresa a la cartelera porteña, el exitoso texto del joven dramaturgo sanjuanino Ignacio Sánchez Mestre, conocido por muchos teatreros, por ser autor de La Salvia, obra interpretada por la gran Mirta Busnelli, que fue un gran suceso de público y crítica. En el 2019, Ignacio estrenó Para Partir en el circuito oficial y ahora cinco años después la pieza vuelve a la calle Corrientes y a un teatro como el Teatro Astros.






No es sencillo catalogar a esta obra que tiene a la muerte en primer plano, pero que resulta una comedia muy divertida y por momentos desopilante. La obra nos habla de una despedida, de un gran velorio en el que confluyen los familiares de Roberto ( Luciano Suardi ), que para agregar volumen a la  dramaturgia, no murió de causa natural o por alguna enfermedad, sino que se suicidó. Y lo más significativo de esta original y lucida ficción, resulta que el propio muerto, es quien organiza esta despedida. Magia de teatro mediante, nosotros podremos verlo en escena, caminando, gesticulando y siendo un verdadero maestro de ceremonias de su despedida. Obviamente sus familiares, no contarán con ese extraño privilegio de verlo.

La reunión sucede en una casa de playa, que era donde Roberto pasaba solo sus últimos años, viviendo una vida relajada y lejos de las preocupaciones mundanas, algo que de inmediato suena contradictorio con su trágico final. Hasta aquel pueblito costero llegarán  con sus cenizas, para arrojarlas en la playa y para cumplir su último deseo, su ex esposa Elena ( Mara Bestelli ), acompañada de Renata ( Daniela Korovsky ) y Romina ( María Pilar Mestre), hijas de un matrimonio que se diluyó ya hace varios años. Pronto las tres descubrirán que aquella playa donde vívía Roberto era nudista y se van a entretener un rato mirando a quienes transitan por arena.

Pero esa no será la única sorpresa que el fallecido les había preparado. Pronto llegará Ramiro ( Andy Pruss ), el hijo de Roberto de un nuevo matrimonio, que será muy bien recibido por sus hermanastras, pero no así por Elena, que no está muy contenta de conocerlo y menos en las circunstancias de aquel encuentro. Mucho menos será cordial su recibimiento para con Adriana ( Mónica Raiola ) la hermana de Roberto, con la que nunca tuvo una buena relación y es otra de las que llegarán a esa casa en la playa, visiblemente afectada por la noticia.






Pero cuando parecían estar todos los integrantes del círculo familiar de Roberto, llegará Lisa ( Sofía Saborido ) una joven adolescente que había conocido al occiso la semana pasada y que volvía para reencontrase con él, sin imaginar para nada su final. Ni hablar de la mirada inquisidora y acusadora de Elena, con esa chica que parece caída de una palmera. Por suerte para ella, el resto la recibiría de mejor manera, dándole contención y tratando de integrarla a la ceremonia programada.

La trama es muy divertida y recreando lo que sucede en los velorios tradicionales, luego de un arranque muy serio, bebida mediante, las lenguas se irán aflojando, aflorando anécdotas vívidas con el fallecido, confesiones disputas que no se resolvieron en vida y mucho menos podrán resolverse ahora, momentos de distensión, otros dramáticos y así irá transcurriendo la jornada.

La gran diferencia con un velorio tradicional, es que aquí los deudos no asisten a una casa funeraria, a contemplar un féretro. Aquí la convocatoria es a una playa nudista, no hay cajón y lo más fantástico de todo, como anunciamos en un principio, es que el muerte deambulará por escena entre sus familiares, para no perder detalle de todo lo que dicen de él. Y hasta allí vamos a contar, porque no queremos seguir spoileando, solo vamos a recomendar a los espectadores que permanezcan muy atentos, porque en la parte final de la obra, el muerto tomará un protagonismo aún mayor llegando la trama a su clímax, pero hasta ahí contamos.






Momento de hablar de las muy buenas interpretaciones que tiene la obra. Son siete los actores en escena y gracias a la dinámica de la dramaturgia, todos encuentran terreno para desarrollar sus respectivos personajes y lograr momentos de gran lucimiento. Y como siempre decimos cada espectador, va a elegir sus personaje favorito. En nuestro caso, vamos a mencionar en primer lugar a Mara Bestelli, que la rompe como Elena. Implacable su personaje, manipuladora y explosiva, no tendrá empacho en ser sincera, no teniendo el mejor recuerdo de su ex, sacando a relucir su relación posesiva con sus hijas y su enemistad con Adriana. Fenomenal la composición de Mara, mostrando su histrionismo y sus recursos actorales, para deleitar al público y redondear una gran actuación.

En un nivel muy similar está Mónica Raiola como Adriana, verborrágica a más no poder, parece ser la más dolida por la partida de Roberto. Deberá soportar los permanentes embates de Elena, pero tendrá tiempo de demostrar que sabe como defenderse y lanzará filosos contragolpes.. Desopilante composición la de Mónica, el personaje que más risas saca a la platea. Son muy buenos también, los trabajos de Daniela Korovsky y María Pilar Mestre, la primera Renata, la hija consentida y bella, en contra cara con Marina, que siempre se sintió más rara y tomada en un segundo plano, prueba de ello, es que en aquella casa, no hay un retrato suyo y si él de su hermana. Nos gustaron mucho ambos trabajos.







Para el final, nos queda mencionar a Sofía Saborido como Lisa, que con menos minutos en escena, logra destacarse, aportando mucha frescura a la puesta. Y está faltando mencionar, nada menos que al principal protagonista de la noche, nos referimos a Luciano Suardi como Roberto, omnipresente en la reunión convocada, donde poco a poco irá ganando en presencia, para cerrar con un final a todo orquesta. Magnífico lo de Luciano. 

Se hizo algo larga la descripción del elenco, pero entendemos que la calidad de los trabajos y la muy buena química que muestran los actores en escena, merecían las menciones. La dirección de la obra, está a cargo del propio Ignacio Sánchez Mestre, que consigue darle mucha dinámica a la puesta y darle una mirada descontracturada a un tema tan pesado como el de la muerte y más con un suicidio de por medio. Queremos destacar especialmente el estupendo diseño escenográfico de Santiago Badillo con esa casa cargada de objetos y simbolismos y ese muelle que nos dá una sensación de libertad, tan importante en las circunstancias de la trama. Otro ítem a destacar es el vestuario de Lara Sol Gaudini, que caracteriza en gran forma a los siete personajes, resaltando en especial el vestuario de Elena.






Y hasta aquí vamos a contar, celebramos el regreso de una propuesta muy rica como la de Para Partir, que partiendo de un hecho dramático, logra una comedia divertida y por momentos disparatada que hará reír mucho a la platea. Pero el autor detrás de esa pantalla graciosa, introduce temas espinosos, como lo complicado que resulta afrontar la muerte de un ser querido y mucho más cuando ocurre luego de un suicidio, un tema bastante tabú, que el autor se anima a plantear, tratando de quitarle algo de la mala prensa que tiene y acercando la idea de verlo como una decisión que toma una persona, que no siempre debería demonizarse.

Por todo lo que mencionamos, los invitamos a que sean parte de esta particular ceremonia en La Mojadita, donde el finado será el maestro de ceremonias de una despedida con conflictos familiares y toques bizarros, donde quedarán al descubierto las conflictos y los desencuentros que existen en todas las familias, que no pueden dejarse de lado, ni aún en momentos tan especiales como la muerte de un ser querido. Un texto divertido y sensible, con muy buenas actuaciones, se unirán para que disfrutemos una noche donde la risa y la reflexión, serán de la partida.



Pensador Teatral.




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