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jueves, 10 de octubre de 2024

La Película Inconclusa

Dramaturgia y Dirección de Marcos Rosenvzaig.




Jueves 21 hs en El Tinglado Teatro ( Mario Bravo 948 )

Llega a la cartelera porteña, una creación de Marcos Rosenzvaig, inspirado en la obra del autor polaco Tadeusz Kantor, creador del Teatro de la Muerte, un estilo teatral que se enfoca en temas relacionados con los traumas del pasado, los recuerdos, el temor al olvido, el amor y por supuesto la muerte, como tópico central.  Rosenzvaig descubrió a a Kantor, viendo una obra suya en el Teatro San Martin en 1987 y desde ese momento abrazó con pasión al autor. Tanto que viajó a Cracovia y se estableció allí durante seis meses, para entrevistar a integrantes de su compañía y empaparse in situ de su obra y legado.





Pasaron varios años desde aquel viaje y en el marco de las Jornadas Tradeusz Kantor en la Argentina, Marcos estrena La Película Inconclusa, una obra que se caracteriza por salir de lo convencional, con gran riqueza visual y con un formato particular, que establece un universo onírico y surrealista, en el que las imágenes se entrelazan y están en continuo movimiento, con la música siempre acompañando. En el escenario veremos algunos muñecos, máscaras y maniquís acompañando e interactuando con los protagonistas. Todo lo mencionado, ofrece el marco adecuado para disfrutar de un despliegue escénico muy importante, que incluye catorce actores en escena, que se entregan por completo al juego lúdico que pide la dramaturgia.

Las acciones arrancan, con una joven sentada en un bicicleta fija abajo del escenario, que tiene un proyector de películas de 35 milímetros en lugar del manubrio. La joven proyectista pedalea y mueve una manivela, surgiendo una luz que apunta al escenario y el espectador comprende que arrancó una noche de teatro diferente, donde veremos a un grupo de actores, desplegar una danza cinéfila en el escenario, donde se repasarán diferentes momentos de sus vidas.





El movimiento en escena es frenético, los actores bailarán al compás de una música que por momentos resulta desgarradora. El ambiente está cargado de angustia y tensión, aparecen los recuerdos traumáticos de la infancia, aquella maestra de primer grado, los amigos de siempre, el amor y ese miedo a no trascender en el tiempo, y que en unos años nadie nos recuerde. Todo lo mencionado derivará en la llegada de la muerte tan temida, que faltamente nos llegará a todos, aunque intentemos por todos los medios eludirlas.

Los cuadros irán avanzando por momentos y retrocediendo en otros, los protagonistas parecen atrapados en una película sin fin y con una historia ya escrita. Por momentos rige el absurdo, por momentos el humor y la mayor parte del tiempo la angustia existencial invade esos cuerpos. El universo surrealista se completa, con un personaje de capa negra que intuimos es Satanás, que tijera en mano será testigo de las escenas y cuando algo no le cierra, cortará el celuloide, para que las acciones frenen y reinicien luego. La lucha entre el bien y el mal, los demonios y los ángeles, girarán en faltar en el carrusel de la vida, que se despliega en el escenario.






Y hasta allí vamos a contar, lo mejor que es el espectador abra su mente y se entregue a la dramaturgia, sin buscar un desarrollo lineal y disfrute de la belleza estética que nos entrega una puesta estupenda y un elenco al que queremos destacar. Como dijimos antes, son nada menos que catorce los actores en escena y la mayor parte del tiempo, están todos juntos en el escenario, por lo que se requiere una enorme precisión en los movimientos y en las coreografías, algo que sin dudas requirió mucho ensayo previo. Hay mucho que ver en el escenario, las expresiones de los rostros, los movimientos de los cuerpos y esa energía que cada actor transmite.

Las actuaciones funcionan como un bloque, la trama se mueve como conjunto, por eso resulta complicado destacar trabajos individuales, pero a nosotros siempre nos gusta hacerlo, así que con el riesgo de ser injustos vamos a mencionar algunas interpretaciones. Como dijimos la música es parte fundamental de esta historia y en ese rubro tenemos que destacar a Marina Padilla García, la proyectista,  montada en bicicleta y a Juan Salvador Trupia, un ángel en escena. Hermosas sus voces líricas que conmueven a los espectadores, con bellísimos momentos musicales que elevan la puesta. Además en ellos, la música parece funcionar como catalizador entre lo real y lo onírico, pero hasta ahí les contamos, cuando vean la obra entenderán lo que decimos. Muy bueno lo de Mariana y Juan.





Muy destacada también la composición de Alejandro Mazza, que lucha por escapar de la muerte y derrotar sus miedos. A Alejandro lo elogiamos en varias oportunidades en este sitio y aquí volvemos a destacarlo, por un gran composición, dentro de un elenco muy numeroso. Gabriela Ramos como Satanás, es otra actuación que queremos resaltar Laura Pons Vidal sobresale como una prostituta que debe luchar contra la mirada acusatoria de los demás. Horacio Wuille Bille, es el cura / cirujano, Adriana Pragliasco la directora de la escuela y Eugenio López Arriazu, como el profesor de latín. Mencionamos solo a parte del elenco, para que no se extienda tanto la reseña, pero como dijimos antes, todas actuaciones funcionan como un bloque y todos aportan para el lucimiento del conjunto.

Hay que dedicar un párrafo a la puesta, ya que el despliegue escénico es un aspecto muy destacado de esta obra. La coordinación de tantos actores en el escenario al mismo tiempo no es algo sencillo y hay un gran acierto desde la dirección en este aspecto. La música ya lo dijimos es uno de los motores de la historia y también queremos mencionar el vestuario del Teatro Argentino de la Plata, fundamental en la caracterización de los diferentes personajes.





En lo personal, siempre valoramos las propuestas que se animan a salir de la zona de confort y no tienen miedo de arriesgar, este sin dudas es el caso de La Película Inconclusa, creación de Marcos Rosenzvaig, que se toma a pecho el desafío de homenajear a Tradeusz Kantor y su género de Teatro de la Muerte, que desde el humor, la ironía y el absurdo, logra conmover al espectador, tocando temas universales y profundos, como la vida, los miedos y la muerte, tópicos que entre muchos otros, estarán presentes a lo largo de la obra que nos convoca.

Solo nos queda recomendar a los espectadores, que se entreguen a esta experiencia teatral diferente, que propone La Película Inconclusa, que no busquen un argumento lineal y racional, porque no es lo que quiere transmitir esta obra.  En este universo kantoriano y surrealista, las imágenes fluyen a borbotones, con una puesta bella y altamente creativa y de la mano de las magníficas composiciones de un grupo de actores, que con pasión, se sube al escenario, para representar la película más importante de todas, la película de sus vidas.



Pensador Teatral.





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