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sábado, 10 de mayo de 2025

Localcito

Dramaturgia y Dirección de María Figueras.






Sábados 20 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una tragicomedia con tintes fantásticos y mucho de autobiográfico, podría ser la carta de presentación de Localcito, la original y entrañable obra escrita por María Figueras, que bien puede resultar un homenaje a tantos negocios familiares, que se transmitían de generación en generación, siendo fuente de sustento, pero que con el paso del tiempo, los cambios de tendencia y la llegada de los shoppings, provocaron que ese negocio familiar sustentable, ya no sea viable, pero se siguen sosteniendo en el tiempo, en nombre un pasado cargado de buenos recuerdos, que ya quedó en el pasado.

Comentamos que el texto tiene mucho de autobiográfico, porque la autora nació en Avellaneda y vivió allí casi hasta los treinta años. Su familia tenía un local pequeño, que no venía muy bien y cayó en desgracia con la llegada del Shopping Avellaneda que cambió la lógica comercial de aquella zona. Sin dudas los recuerdos de la infancia y la adolescencia, inspiraron  e impulsaron a María para escribir esta obra, que partiendo de ese hecho de su realidad pasada,  partirá en búsqueda de una ficción de alto vuelo creativo y mucho humor.





Yendo ya a la obra, el centro está puesto en un localcito pequeño, situado en una galería de Avellaneda, cerquita del Riachuelo, en el primer cordón del Conurbano. Ese era el lugar elegido por Aleksei y Olga, que pudieron comprar aquel local, por haber ganado la lotería. Y allí se criaron, Iván y Katia los hijos de aquel matrimonio emprendedor de clase media. Pero Aleksei murió, Olga tuvo que malvender la casa y el negocio, se transformó en hogar, quedando muy poco de la librería pujante, que habían tenido hace muchos años. Hoy solo tienen algunas agendas viejas y una acumulación de cajas y muebles distribuidos en un espacio modesto.

Para colmo, hace unos años, construyeron un shopping, en la otra cuadra. Y ese fue el golpe de gracia para el negocio familiar, que ya venía en caída libre y ahora ya tenía su futuro determinado, al igual que el resto de los negocios de la galería, a la que ya nadie entra. La trama nos permitirá conocer, a los integrantes de esta desdichada familia, a dos empleados de recursos humanos del shopping y al narrador de esta tragicómica historia. Nos referimos a Localcito.  Si así como leyeron, magia del teatro mediante, el propio local, tendrá un personaje de carne y hueso, que lo represente y que será puro corazón. El corazón y el alma de un local, que luchará por permanecer abierto, aunque esto ya no tenga sentido.






La obra con mucho humor, fantasía y vuelo onírico, grafica como muchas veces nos empecinamos a mantener causas pérdidas, ya sea un negocio que no funciona, una relación sin futuro o cualquier situación que nos genera insatisfacción. El miedo al cambio y a perder lo que tenemos, es grande y muchas veces nos paraliza. El problema es que tanto acostumbramiento, parece anularnos la posibilidad de pensar con claridad y cuando finalmente nos decidimos a terminar con aquello que no funciona y cambiamos, lo hacemos fuera y tiempo y por algo peor, ya sea por no tener alternativa o porque creemos que mágicamente las cosas van a mejorar, por el solo hecho de cambiar. Y hasta allí vamos a contar, para no quitar sorpresa al lector.

Momento de hablar del elenco reunido, la mayoría jóvenes, pero con muy buen recorrido en el off. Son seis los actores, algo que siempre nos gusta destacar, en épocas en los unipersonales pueblan la cartelera del teatro independiente. Las actuaciones son muy buenas, todos los personajes tienen un aura de insatisfacción y de desdicha que los persigue, siendo algo que se puede ver en cada uno de las composiciones. El absurdo y el teatro físico, serán otra de las características que tendrán en común, cada uno de los personajes.






Y a nuestro entender, quien se lleva los mayores aplausos de la noche es Miguel Ferrería, quien lleva adelante nada menos que el personaje de Localito, el negocio con poder para hablar y expresar sus sentimientos. Miguel es el personaje clave de la historia, oficiando de presentador y maestro de ceremonias, estando siempre en escena, como no podía ser de otra manera, porque las acciones se desarrollan todas en el local y generando en efecto muy divertido, ya que el resto de los personajes no pueden verlo, ni oírlo. Estupendo el trabajo de Miguel, mostrando todo su carisma, para componer un personaje delicioso, tal vez el único que puede conservar la sonrisa, pero a lo duro de la actualidad.

Continuamos con Aymará Abramovich, como Olga, la viuda,  que aún no supera la pérdida de su compañero de vida y que tiene que recurrir a unas gotas particulares para seguir adelante y atravesar el dolor de la situación. Para destacar los momentos oníricos que nos regala su personaje, en los que si puede entenderse con Localcito, generando un ida y vuelta muy bello. Muy bueno lo de Aymará. 





Agustín Daulte es Iván, uno de sus hijos, que encuentra en el vodka el alivio, para superar la angustia que le provoca estudiar una carrera que no le gusta y llevar consigo un secreto personal que le cuesta revelar. Malena Resino, es Katia la hija, de ella no se espera mucho, pero es quien trabaja en el shopping y sustenta el hogar, con alguna relación poco clara con Walter ( Ezequiel Barquero ) un mando medio de recursos humanos del shopping, que busca sacar provecho de la necesidad familiar, Por último mencionar a Mercedes Moltedo, como Gladys, desopilante personaje, que trabaja en el shopping y es quien acerca a la familia, una propuesta bastante turbia, para cambiar el local por un departamento frente al Riachuelo. Mercedes, es una gran actriz, que hace años protagoniza La Pilarcita, obra de culto del off, por lo que es un gusto verla acá.

La puesta es muy dinámica, con personajes que entran y salen del permanentemente del espacio escénico del local. Destacar el diseño escenográfico, cargado de cajas, muebles y recuerdos, todos apilados en pocos metros cuadrados. El vestuario, con tapados y algunos toques navideños, caracteriza muy bien a los personajes y aporta frescura. Ambos rubros están a cargo de Gabriella Gerdelics, que como siempre cumple agrega valor a la puesta.  Y mencionar también, algunos momentos musicales, que le ponen color a la trama y alivian el dolor.






En definitiva, una propuesta muy interesante la de Localcito, que recurriendo al humor y al absurdo, muestra la realidad vivida en muchas familias, dueñas de un negocio familiar, que en algún momento funcionó muy bien, pero que pasado el tiempo, ingresaron en un espiral de decadencia, que concuerda con el ánimo de quienes allí viven. Desafortunados seriales, que parecen resignados a vivir en la desdicha, esperando algún guiño milagroso del destino, para que la situación cambie radicalmente.

Los invitamos a que descubran esta divertida creación de María Figueras, que de manera muy original, presenta una ficción que resulta muy reconocible para los espectadores. El paso del tiempo, los cambios de época y comprobar como muchas veces nos quedamos paralizados, sin poder surfear las olas de los cambios de tendencia, hasta que en un momento , nos quedamos sin opciones de cambio, debiendo optar por alguna alternativa que sabemos de antemano, no nos llevará a buen puerto. Una historia que los argentinos conocemos de memoria y que de manera cíclica se vuelve a presentar cada determinado período de tiempo, con diferentes caras, pero con un mismo y triste final.



Pensador Teatral.









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