Viernes 21 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )
Obra escrita por la Compañia Sudado y dirigida por Jorge Eiro.
Segundo trabajo de esta Compañia, que tras dos años de investigaciones, dieron vida a Descenso, una obra muy interesante y premiada como el espectáculo ganador de la 5ta edición del Premio ARTEI, a la producción del teatro independiente.
La historia, arranca en un sitio oscuro, una fábrica abandonada, donde encontramos a cinco personas, una de ellas sangrando profusamente. La situación es violenta y confusa, discuten entre ellos, hay reproches, dinero tirado en el piso, se nota que algo de lo que habían ideado, no ha salido bien, deliberan sobre los próximos pasos a seguir y no vamos a tardar mucho en descubrir, cual es el motivo por el cual estas personas se encuentran allí.
Descenso, es la historia de un secuestro, el espectador es testigo privilegiado de la cocina de este delito, no vemos al secuestrado, solo lo escuchamos a lo lejos, intuimos su cautiverio, su sufrimiento, la acción se centra en el comportamiento alterado y nervioso de este grupo heterogéneo de personas, que se nota no son profesionales en el delito y cuando esto sucede, generalmente los resultados no son los esperados.
La tensión que se respira en la sala es absoluta, literalmente no vuela una mosca durante toda la trama. La obra que se desarrolla en un solo acto, deja sin aliento al espectador, que sigue con total atención, el desarrollo de la historia. La mimsa, no dá tregua en ningún momento y de la mano de una puesta en escena muy lograda, se logra una atmósfera asfixiante y claustrofóbica, que encaja a la perfección con la ambientación de un secuestro, que se respira en el aire.
El trabajo actoral, es excelente, se nota que hay un mucho trabajo previo, porque todo está perfectamente aceitado y fluye con un realismo pertutbador e inquietante.
Se remarcan mucho las diferencias sociales y de funciones , entre los personajes, por un lado tenemos a Federico ( Facundo Aquinos ), un ex policía y a Pichu ( Facundo Livio Mejìas ), enfermero, ellos son los más violentos, los brazos ejecutores del secuestro. Y por otro lado, tenemos a los cerebros del plan, Matìas (Cristian Jensen ) y Julia ( Melisa Hermida ), su esposa embarazada y entregadora , ademàs de Alfredo ( Alberto Romero ), un contador amigo de ellos, que no la pasa para nada bien.
Todos están desbordados y parecen estar arrepentidos de haber sido parte de esta plan.
No son profesionales, no se ponen de acuerdo en casi nada, el secuestro lleva ya varios días y los roces son cada vez más fuertes, La sensación de que todo, terminará de la peor manera, a medida que la trama avanza, se vá transformando, casi en una certeza.
Como señalamos, debemos destacar las interpretaciones de este elenco joven, que muestra un compromiso absoluto con la historia y una coordinación perfecta entre ellos, manejando muy bien los tiempos que marca el director y hasta desarrollando acciones paralelas, que obligan al espectador a estar muy atento, para no perder detalle.
Corriendo el riesgo de ser injusto con los demás, vamos a resaltar la magnífica interpretación de Facundo Aquinos, que dà vida a un Federico, con problemas en el habla, violento y con alguna deficiencia física. Un papel muy exigente, que Facundo resuelve es forma estupenda y con un lucimiento superlativo.
Resaltamos su labor, pero como dijimos todos cumplen en gran forma con sus papeles.
Como se puede apreciar, un enorme trabajo de Jorge Eiro, en la dirección de la obra, montando una puesta asfixiante que no dá respiros. Hay que destacar el muy buen diseño de luces de Lucía Feijoó contribuyendo al clima lúgubre y una destacada escenografía de Ariel Vaccaro, aprovechando muy bien el amplio espacio escénico que ofrece el Beckett, con un colchòn tirado, un bombeador con el que los protagonistas se resfrescan y una radio que en algún momento, tomará sorpresivo protagonismo, para darle una fecha exacta a la obra y para ser decisiva en el título que lleva la pieza.
No vamos a ser nosotros el que vamos a develar, que propala esa radio, invitamos a que sea el espectador el que lo descubra, cuando vea la obra, solo decir que será una excelente metáfora de la caìda que tienen los protagonistas a medida que avanza la trama y que ellos no serán los únicos, que ese día vivirán una tragedia. Un guión notable que ofrece la pieza y que sorprendará a los espectadores.
Como conclusión, estamos en presencia un excelente trhiller, Descenso es una obra muy fuerte, poseedora de un realismo salvaje y perturbador.
Una puesta intensa y de alto voltaje, con una dirección que pone especial foco en las actuaciones, que tienen gran espacio par el lucimiento.
Por todo lo comentado, queda claro que las menciones que tuvo la obra son absolutamente justificadas y el aplauso prolongado de los espectadores, que solo al final de la obra pudieron despojarse de la tensión que los envolviò durante toda la trama, confirma que estamos ante una original y muy buena propuesta, que merece verse.
Pensador Teatral.
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