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domingo, 19 de agosto de 2018

Tribunal de Mujeres

Dramaturgia de Naomi Ragen. Traducción, adaptación y puesta de Juan Freund. Dirección General de Elba Degrossi.








Domingos 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

Obra escrita por la periodista y dramaturga estadounidense Naomi Regen, judía ortodoxa, que vive en Jerusalem y se interesó en un caso real, para escribir esta historia, que describe la violencia y la discriminación sufrida por una mujer israelí, debido al fanatismo religioso, que justifica los atropellos..

La pieza fue un gran éxito en Israel, donde fue vista por más de 300.000 personas y llegó a Buenos Aires, de la mano de Juan Freund, que la tradujo y la adaptó con gran suceso. Ahora llega a El Tinglado, con nuevo elenco y la dirección de Elba Degrossi.








Contemos que la historia de desarrolla en el barrio ultrareligioso de Mea Shearim en Jerusalem, donde Hanna decide irse de su hogar, abandonando a su esposo y a sus doce hijos. Los motivos se desconocen, pero su entorno ya la juzgó. Solo se sabe que fue a la casa de una amiga, pero no se conocen los motivos. Las habladurías y las acusaciones contra Hanna son despiadadas. Fue capaz de abandonar a su marido y a sus hijos por una mujer ?? Nadie quiere saber que fue lo que sucedió realmente. Los tribunales rabínicos han dictaminado acerca de su monstruoso comportamiento y ya nada queda por hacer.

Pero dos años después, la mujer regresa a su hogar, con una orden judicial, que la autoriza a volver a ver a sus hijos. Para llegar allí debió sortear las manifestaciones reunidas en su contra y las agresiones de las patrullas de moralidad. Pero gracias a su perseverancia y su lucha, pudo llegar a su ex hogar.

En su ex-hogar, es recibida, con odio y desprecio, no la quieren allí, no saben para que volvió y no quieren saber nada de ella. Hanna no se quiere dar por vencida y decide someterse a un tribunal formado por esas mujeres, que una vez que escuchen su historia y luego de haber juramentado, deberán juzgarla y decidir si puede ver a sus hijos o no.










Hasta alli contaremos, solo decir que cuando Hanna puede contar la verdadera historia, no la que contaron los rabinos, se correrá el velo de la mentira y la verdad llegará en forma conmovedora y aterradora.

La temática de la pieza es muy interesante y la puesta es sumamente atractiva, ya que son diez mujeres, las que componen el elenco y están en escena. Todas ellas, con mucho sentimiento, serán parte de esta desgarradora historia.

Nos gustaron mucho las actuaciones, destacaremos las que a nuestro parecer, son las más destacadas.
Arranquemos por las hermanas que quedaron en el hogar, criando a los hijos, Soledad Lucchelli es Bluma, ella guarda un enorme resentimiento con su madre, que abandonó el hogar y quedó con la responsabilidad de atender a los chicos, junto a su hermana menor Ruth, interpretada por Stefanía Franco Turyk, que para nosotros es la gran revelación de la obra. Nos sorprendió su fuerza actoral y los recursos de la joven Stefanía, que cumple una magnífica actuación, con una expresividad a flor de piel. Excelente el trabajo de ambas.








A continuación, tenemos que mencionar a Lidia Goldberg, ella es Hanna,  la gran protagonista de la historia, con mucha presencia escénica, logra transmitir el sufrimiento y el calvario que debió soportar su persona. Gran labor la de Lidia.

Las villanas de la historia, resultan ser Esther Fleischmann, como Frume la madre de Hanna y Silvia Franc, como Leah su hermana mayor. Ambas son inflexibles y no quieren escuchar a quien abandonó su hogar. Le otorgan la dosis adecuadas de intransigencia y desamor que piden sus personajes.








Myriam Poteraica como Adina, con una entrega que conmueve, será muy importante en la historia y la queriamos mencionar especialmente. Al igual que Betty Dimov, como Golde la madre del esposo abandonado por Hanna.

El elenco se completa con Judith Buchalter, como Zehava, la valiente amiga que dió cobijo a Hanna y la apoya para que diga la verdad. Por último mencionar a Myrtha Schalom ( Eta ) e Isabel Caban ( Tova ), ella son las vecinas chismosas, que en una pieza muy dura, logran dar pinceladas graciosas, que aflojan la tensión de la trama.

Finalmente mencionamos a las diez actrices, tal vez nos extendimos un poco, pero entendemos que las interpretaciones y el compromiso que mostraron todas, merecía como mínimo una línea de cada una de ellas.








Hay un importante trabajo de la directora, para coordinar las interpretaciones. Gran parte del tiempo, las actrices comparten el escenario y no es sencillo, ordenar las acciones, con un elenco tan numeroso.

La puesta tiene muchos elementos para destacar, arrancando por el vestuario de Pablo Graziano, que refleja los mandatos religiosos, de esas mujeres, que deben cubrir gran parte de su cuerpo. La música original es de Sergio Vainikoff y es importante la función que cumple la voz en off, apareciendo en algunos pasajes, con carácter didáctico y ordenando la historia. Otro aspecto que nos resultó interesante de la puesta, es que las actrices, siempre permanecen a la vista del público, en los momentos que no participan de las acciones se sientan en un banco largo, esperando su turno.
Como puede ver el lector, la puesta es muy cuidada y tiene muchos detalles que la enriquecen,

Como conclusión, estamos en presencia de una historia de violencia de género, que impacta por su crudeza, en una sociedad, donde el fanatismo religioso, impone normas alejadas de los preceptos del Dios, que dicen seguir y basada en una ley de hombres machista, que someten y discriminan a las mujeres, considerándolas seres inferiores, que deben servir al hombre y no pensar por si mismas.









Las situaciones si bien para algunos pueden resultar alejadas de nuestra realidad se repiten en varios países en la actualidad y con variantes u otras fachadas, comportamientos similares, podemos verlos hoy en nuestra sociedad.

Tribunal de Mujeres, es una obra dura y conmovedora, que además de permitirnos disfrutar de una puesta atractiva y de magníficas actuaciones, nos dejará reflexionando, sobre como el fanatismo en cualquiera de sus variantes, siempre provoca situaciones injustas y violentas.

El aplauso emocionado y prolongado, con que el público que colmó El Tinglado, despide a las protagonistas, no deja dudas, que la obra gustó mucho y llegó al corazón de todos los presentes.



Javier Rosso  ( Pensador Teatral )



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