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viernes, 27 de septiembre de 2019

Los Amantes de la Casa Azul

Dramaturgia de Mario Diament y Dirección de Daniel Marcove.











Viernes 20 hs y Sábados 22 15 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

El teatro muchas veces tiene el mérito de traer al escenario, hechos de la historia no tan recordados y que además de ser importantes, tienen una relevancia muy particular, debido al peso específico de los personajes involucrados.









En esta oportunidad, el reconocido dramaturgo Mario Diament, convoca a escena a dos personajes notables, como León Trotsky y Frida Kahlo, que a primera vista, podemos pensar no tienen nada en común, pero buceando en la historia, veremos que si lo tuvieron.

La pregunta que sirvíó de disparador para este proyecto, era confirmar si realmente existió un romance secreto entre el revolucionario ruso y la artista pintora mexicana o fue un simple rumor que ganó volumen con el correr de los años. Las diferencias generacionales ( Trotsky era treinta años mayor que Frida ) y culturales, harían pensar que la conexión era imposible y serían puras habladurías.











Hagamos un poco de historia, para llegar al momento en que las vidas de Trotysky y Frida, se conectan. Allá por 1927, diez años después de la revolución que lo tuvo como principal protagonista, Trotsky tuvo que abandonar su país, luego de sus críticas al régimen stalinista. El exilio se inició en Turquia, de allí a Francia, en momentos que Hitler, llegaba al poder, luego vino su paso por Noruega, llegando finalmente a México en 1937.

Llegó a tierras mexicanas, con su esposa Natalia Sedova, huyendo de de las garras de un Stalin implacable, que quería asesinarlo a como diera lugar. Diego Rivera, pintor mexicano, que fue miembro del Partido Comunista mexicano y lo invitó, con la autorización del presidente Cárdenas, con la condición que Rivera le brindará cobijo.











Fue así como Diego y Frida, le ofrecieron alojamiento a los Trotsky en La Casa Azul, ubicada en Coyoacán y bautizada así por el color de sus paredes. Ellos mientras tanto se mudaron al estudio de Rivera en San Angel, a poca distancia de allí, lo que  permitía que las dos parejas, se vieran con frecuencia, ganando en confianza y comunicación, superando de a poco, las barreras ideomáticas.

Bueno no vamos a contar mucho más, el texto es realmente muy interesante y cuando vean la obra, descubrirán que realmente existió un romance entre el líder revolucionario y la artista mexicana. A un libro tan rico, se le suma la acertada dirección de Daniel Marcove, que en dupla con Diament, ya tienen un par de trabajos exitosos en su haber,  como Tierra del Fuego y Moscú, por mencionar solo dos de ellos.








La obra necesitaba encontrar los intérpretes adecuados y creemos que la elección del elenco fue un gran acierto.  Hay un magnífico trabajo de Roberto Mosca, dando vida a un Trotsky lejos del poder y viviendo un exilio, que lo muestra humano y vulnerable. No era un personaje sencillo de representar y debemos destacar la composición de Roberto. Sofía Kanter, como Natalia la esposa del lider ruso y David di Napoli como el panzón Diego Rivera, el esposo de Frida, cumplen muy buenas actuaciones.

Para el final dejamos a la gran figura de la noche, nos referimos a Maia Francia, que realiza una fantástica composición de Frida Kahlo. Con una presencia escénica que impresiona, Maia es quien dirige el ritmo y los momentos de la trama, abriendo juego al resto de los personajes. Sabe transmitir el dolor que tiene su personaje y esa energía, que la impulsó en su vida, superando todos sus problemas de salud y viviendo cada uno de los momentos,como si fuera el último. Este año, ya elogiamos copiosamente a Francia por su actuación en Anita o La Tragedia de las Partes en este mismo teatro y aquí volvemos a verla brillar en el escenario, con una entrega conmovedora y una interpretación soberbia. Un verdadero goce para los sentidos ver a Maia en el papel de un personaje tantas veces representado como Frida y estando más que a la altura del desafio, confirmando que es una de las mejores actrices que el teatro independiente, puede ofrecer actualmente.










La puesta de Daniel Marcove, es muy dinámica, con algunos elementos que queremos resaltar como, los momentos en que las acciones se detienen y todos los personajes quedan congelados, salvo uno de ellos, que recibiendo iluminación propia, inicia un monólogo, consiguiendo momentos de intimidad muy logrados, que el público disfruta.

Siguiendo con la puesta, ítems a destacar son el diseño escenográfico de Daniel Epstein, que aprovecha muy bien las generosas dimensiones de El Tinglado, el acertado diseño lumínico de Miguel Morales y el vestuario de Paula Molina, realzando las personalidad de los personajes.











En definitiva, estamos en presencia de uno de los estrenos más esperados que el teatro independiente, nos tenía reservados para este año, con un texto muy rico, que nos trae un hecho histórico de indudable interés, potenciado con una dirección precisa y actuaciones magníficas.

Solo nos queda recomendar Los Amantes de la Casa Azul, una propuesta muy valiosa, que el público reconoce y agradece con esos merecidos y prolongados aplausos, al termino de la función, que celebran las estupendas interpretaciones y la posibilidad de ver juntos en escena en pleno Almagro, a dos personajes de la talla de León Trotsky y Frida Kahlo, un lujo que el teatro independiente nos concede.




Pensador Teatral.

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