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viernes, 21 de octubre de 2022

Ahí, De Donde Vengo.

Dramaturgia de Anabel Ares. Dirección de Judit Gutierrez.






Viernes 21 30 hs Tadrón Teatro ( Niceto Vega 4802 )

Un texto profundo y sensible llega de la mano de Anabel Ares, joven dramaturga, que nos sorprende muy gratamente con una obra que nos interpela e invita a reflexionar sobre el mundo carente de humanidad que habitamos. Y yendo más allá, poder observar como con nuestro comportamiento indiferente y carente de empatia con el prójimo, normalizamos situaciones que no deberíamos.






La pieza plantea un disparador desafiante, que sucedería si llegará a la Tierra alguien desde otro planeta y se mezclara con los humanos ?? Entendería su comportamiento y sus leyes ??  Les encontraría lógica ?? Que tipo de normas pueden avalar que no se tenga respeto por los mayores ?? O que no ayude a un chico que en la calle pide ayuda ?? O peor aún, que enfrascados en sus celulares directamente se ignoren a aquellas personas. Seguramente a los que lleguen de otro sitio, les costaría entender y normalizar muchas cosas.

Yendo a la pieza en si, imaginación mediante, la trama se desarrollará en un vagón de subte. Es hora pico y la gente vuelve cansada del trabajo a su casa. Están atentos a las pantallas del celular, mandando mensajes a la familia para ver que cenarán o chatearan con algún amigo para planificar una salida nocturna. Están todos muy ocupados y por ello casi no reparan en Luz, esa chica bastante desaliñada que está en el piso del vagón, con un cajoncito de madera, donde parece llevar todas sus pertenencias.






Luz se sorprende por lo que allí sucede. En el lugar del que ella viene, la gente si mira a los ojos, en cambio allí todos le esquivan la mirada. Se ven gestos adustos y caras de preocupación, en su lugar la gente reía y se mostraba alegre. Como es posible que nadie le deja el asiento al anciano que acaba de subir  ?? Nadie lo vio o directamente lo ignoran  ?? En su lugar de procedencia, se pararían de inmediato para ceder el asiento, pero acá ella tiene que gritar para que alguien reaccione y el anciano tenga su asiento. 

No es casual que en la profundidad y oscuridad subterránea, alguien que se llama Luz traiga un mensaje esperanzador para la humanidad. La obra plantea varios interrogantes. Quién es esta niña ?? Es realmente una alienígena llegada de un planeta donde la solidaridad y el respeto con el prójimo es la ley suprema ?? O su procedencia es mucho más lógica y no queremos verla. En estas líneas no vamos a dar la respuesta y es posible que la dramaturgia tampoco es terminante. Cada espectador, con su percepción, obtendrá la respuesta que más le cierre,

Momento de hablar de la gran revelación de la noche. Nos referimos a Micaela Saracino, una actriz muy joven y talentosa, que con diecinueve años recién cumplidos, muestra estar a la altura de la exigencia que tiene protagonizar un unipersonal, regalándonos una interpretación hermosa y plena de sensibilidad.






Su personaje inspira mucha ternura y desamparo a la vez. Se nota que tiene mucho amor para dar y le duele la indiferencia de la gente. Impresiona la frescura y personalidad que le imprime a Luz y como rompe varias veces la cuarta pared con los espectadores, generando complicidad, mirándolos a los ojos y con otras interacciones, que no queremos adelantar acá para mantener la sorpresa. Nos encantó el trabajo de Micaela, con gran entrega física y actoral, para un personaje que logra llegar al corazón del espectador.

La puesta de Judit Gutiérrez es realmente atractiva y la gran cercanía del público con la protagonista, le otorga un clima íntimo al relato. El diseño escenográfico es muy logrado, los espectadores enfrentados y en el centro ese pasillo estrecho,resulta el escenario donde Micaela se desenvuelve, mientras los pasamanos colgantes se balancean, por el movimiento del subte. Párrafo especial para la bella y original música de Conrado Harrington, que acompaña diferentes momentos de la historia, generando una atmósfera envolvente.






Entendemos que ya contamos lo suficiente. Ahí, De Donde Vengo es un texto que reconforta y que busca ponerle una pausa a la locura diaria en la que vivimos. La obra nos interpela y nos invita a reflexionar. Cómo nos comportamos nosotros con las diferentes Luz que nos cruzamos a diario en nuestra vida ?? Ya sea en una esquina vendiendo medias o en el tren repartiendo estampitas. Reparamos en ella, les tendemos una mano, podemos mirarlas a los ojos y al menos devolverles una sonrisa  ?? O preferimos hacer de cuenta que son seres invisibles,

Disfrutamos de un bello momento teatral, con esta historia sensible y directa al corazón. Con el valor agregado de gente joven y talentosa involucrada en este proyecto. La dramaturgia profunda de Ares nos interpela, sumada a una puesta íntima que logra involucrarnos y a una composición hermosa de la joven protagonista, son todos factores que se unen para este particular viaje en subte, que busca dejarnos un mensaje de alerta y esperanzador a la vez, para una humanidad demasiado preocupada por temas triviales, perdiendo de vista, las cosas simples e importantes de la vida.



Pensador Teatral.



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