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viernes, 12 de abril de 2024

Mongo y El Ángel.

Dramaturgia de Héctor Oliboni. Dirección de Marcelo Velázquez.





Viernes 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Un texto crudo y humano nos acerca Héctor Oliboni, autor de esta historia que ostenta una inquietante actualidad y que nos habla de seres que muchas veces parecen invisibles, nos referimos a aquellas personas que se encuentran en situación de calle y que buscan la manera de sobrevivir en una situación tan adversa, mientras la mayoría de las personas los ignora o peor cruza de vereda para evitarlos, como no queriendo saber que historia de vida, hay detrás de esas personas, que sin dudas tocaron fondo.





Precisamente, el autor con este texto busca darle visibilidad a aquellas personas y realmente lo consigue, por la calidez de la historia y la muy buena dirección de Marcelo Velázquez que pone en acertado contexto a los personajes. Las acciones se desarrollan en la calle, más precisamente, en la puerta de un teatro abandonado, vaya metáfora, allí se encuentra viviendo Mongo ( Bautista Duarte ), un hombre de edad madura,  durmiendo sobre cartones y rodeado de bolsas de basura. Tiene la barba larga y desprolija, pero por su aspecto, no parece ser alguien que acumule mucho tiempo viviendo en la calle.

Pero el sueño de Mongo, se interrumpirá con la llegada de Pino ( Martín Urbaneja ) , otro habitante de la calle, que parece con mucha ganas de hacer alboroto y hablar, lo contrario a Mongo que quiere pasar lo más desapercibido posible. A simple vista se nota que no congenian. Mongo quiere estar solo y le molesta la llegada a su cuadra de aquel hombre que no para de hablar y que además dice que es un ángel y que tiene poderes, algo que además de resultar difícil de creer,  enoja mucho a su recién conocido.






Se generan discusiones entre ambos, porque Pino es muy efusivo y además revuelve con desesperación las bolsas de basura, buscando sin saber que. Con fastidio Mongo le cuenta que durante el día toca el violín allí, buscando alguna limosna de los vecinos que pasan y con tanto alboroto no puede hacerlo. Toca muy bien, algo que se explica ya que anteriormente era músico y llegó a tocar en aquel teatro que ahora luce cerrado. Pero por más intentos y buenos gestos que tiene Pino, que se nota tiene un corazón inmenso, la amistad entre ambos hombres parece una misión imposible.

Y allí estaban discutiendo una noche más, cuando llegará Liliana ( Silvina Katz ) para cambiar todo, ella no vive en la calle, pero trabaja en ella. Es prostituta y ha tenido una noche fatal. Ya es grande y le cuesta conseguir clientes. La competencia es feroz, por las chicas jóvenes y los travestis que pululan por la zona. Para colmo, cuando pica algún cliente, hay que separar algo de lo poco que gana para darle a la policía. Está trise y casi sin fuerzas para seguir. 





Lo saluda con cariño a Pino, lo conoce desde hace muchos años y sabe de su bondad, característica que todo Ángel debe tener. Mongo se sorprende por la situación y parece bajar un poco la guardia y soltar un poco la lengua. generándose una relación de confianza y camaradería con aquella mujer. Y hasta allí vamos a contar, solo diremos que aquel encuentro fortuito, no será en vano y que por influjo del destino o bien por ayuda divina, algo mágico sucederá aquella noche. Pero ya contamos demasiado, para saber más, deberán ver la obra y sorprenderse como nosotros.

Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra. Arranquemos por Bautista Duarte como Mongo. Busca mostrarse lo más entero posible pese a la situación. Parco y reservado, su personaje denota resiliencia y dignidad. Trata de estar callado y no llamar demasiado la atención, porque sabe que ese no es su lugar. Nos gustó mucho la composición de Bautista. 





Martín Urbaneja es Pino o un ángel, ustedes elegirán. Optimista pese a todo, trata de ayudar a los que están en su misma situación, con lo poco que consigue en la calle, donde se nota lleva ya muchos años. Se preocupa por el estado de mundo y porque la gente vive dormida, sin prestar atención a las cosas realmente importantes. Entrañable y muy querible su personaje, que algunos podrán definir como un loco lindo y otros como un ser divino. Muy buen trabajo de Martín.

Y para el final dejamos a Silvina Katz, una actriz con mucho carisma, a la que nos cansamos de elogiar en este humilde sitio, ya que siempre que la vemos en escena, se luce. Es una actriz de una versatilidad digna de destacar, una verdadera todo terreno. Aquí es una prostituta, cansada ya por tantos años de trabajo en la calle y por la soledad que la atraviesa de manera brutal. Está estupenda Silvina en la composición de Liliana, personaje clave de la historia y mostrando una vez más, que es un comodín que rinde en todos los personajes que le tocan en suerte.

Marcelo Velázquez desde la dirección, le impone su sello de humanidad a todos los personajes y a la trama en sí, con una puesta sensible y plena de emociones. Para destacar el diseño escenográfico de Ariel Vacaro, que se adapta a la horizontalidad del espacio escénico elegido. La música original de Fernando Laub y el vestuario de Paula Molina, hacen también un importante aporte a una puesta cálida y cercana, que consigue Marcelo.





Nos gustó la propuesta de Mongo y El Ángel, ya que consigue dar visibilidad a aquellas personas, que por vueltas de la vida, terminaron en la calle. La historia nos invita a reflexionar, sobre la enorme necesidad que tienen muchas personas que sufren por no poder dormir a la noche en una cama caliente, por comer salteado, no poder darse un baño y muchas situaciones más. Y si encima de todo ello, deben soportar la mirada indiferente o hasta cruel de los personas que pasan apurados por delante de ellos, como si pasaran por delante de espectros, la situación se agrava.

Por todo lo mencionado, destacamos el texto de Héctor Oliboni, ya que más allá de la crudeza de la historia, acerca un mensaje esperanzador, ya que no importa cuan bajo haya caído una persona, siempre hay esperanza y puede llegar ayuda divina o humana que tenderá una mano, para ayudarlos a salir del pozo. Como dijimos al comienzo, la obra toma mayor relevancia y vigencia en estos momentos complicados que vive el país, por eso es bueno reflexionar y la próxima que veamos a alguien en situación de calle, si no podemos ayudarlos económicamente, les podemos regalar una sonrisa o dedicar unos segundos para charlar con ellos, ya que esto sin dudas será un aliciente que los ayudará a mantener la dignidad y la esperanza, porque puede llegar un ángel a rescatarlos.


Pensador Teatral.







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