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miércoles, 15 de mayo de 2024

Santa Teresita, un lugar en construcción.

Dramaturgia y Dirección de Emiliano Chiarelli.






Miércoles 20 30 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Una obra divertida y profunda, llega de la mano de este texto de Emiliano Chiarelli, que nos hablará de vínculos rotosy presentan historias de vida, que denotan desamor, angustia y el miedo a la soledad. Que sucede cuando dejamos atrás la adolescencia y ya entrados en la edad madura, las cosas no salen como planeamos y la infelicidad es la que se hace presente, obligándonos a replantearnos donde estamos parados.






En la trama que nos presenta la pieza, tendremos a tres parejas que están en diferentes etapas de crisis, pero con horizonte de fin de ciclo en común. El presente no es feliz y las discusiones son las que mandan, teniendo diferentes aristas, como las diferencias de criterios en la crianza de los hijos, lo tedioso que pueda resultar encarar una división de bienes cuando la relación llega al final, el desgaste de la rutina, los fantasmas de las infidelidades y otras cuestiones negativas que confirman que el amor ya no existe y la desazón reina.

Ante ese panorama oscuro, lo que queda es buscar una vía de escape y la más importante es refugiarse en los amigos, que siempre estarán allí, los recuerdos de aquellos felices momentos que vivieron juntos en la adolescencia, las anécdotas de viajes y más atrás en el tiempo, las remembranzas de los sabores y olores de la infancia, una época donde las preocupaciones no existían, recordando que los días estaban llenos de alegría, los desayunos que preparaba la abuela, las tardes de aventuras imaginarias y las noches que llegaban con cuentos fantásticos antes de entregarnos al sueño. Pero todo eso ahora suena muy lejano.





No queremos contar demasiado para mantener la sorpresa que tiene la trama, la obra tiene entre sus mayores virtudes, la humanidad que presenta el texto, que nos habla con crudeza de lo que sucede cuando los vínculos se desgastan y el sendero de rosas que imaginamos alguna vez, la realidad lo convierte en una ruta de espinas. Y como siempre tenemos que adaptarnos a los cambios, para poder seguir adelante. Cuando vean la obra, verán la manera en que cada uno de los protagonistas, se las ingenia para sobrevivir y mantenerse a flote.

Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, que nos gustaron mucho realmente. Son seis los actores en escena y vamos a hacer una mención de cada uno de ellos, porque realmente los trabajos lo merecen. Corriendo el riesgo de ser injustos, vamos a destacar especialmente los trabajos de Damián Suárez como Fernando y de Micaela Cortina, como Alma. Ambos muestran una fuerte presencia escénica, para sus personajes,  que en la obra casualmente son una pareja que ya no se lleva y que solo se sostienen por un hijo en común. Son profesionales exitosos, pero hace tiempo no congenia entre ellos. Muy bueno lo de Damián y Fernando.






Pero estamos siendo injustos con los demás, que también están muy bien. Pablo ( Darío Cassini ) y Sofía ( Zaida Mazzitelli ) quieren transitar una separación civilizada, pero les está costando, mostrando sus diferentes personalidades. Y por su parte Andrés ( Jonathan Esquivel ) y Ada ( María Gabriela Peña ) están en plena crisis, por haber hablado de más y haber revelado alguna infidelidad, aunque dudan si la separación es la mejor salida. Destacado el trabajo de los cuatro, logrando darle recorrido a cada uno de sus personajes y mostrando todo el elenco muy buena química entre ellos, algo que agrega mucho valor al relato.

Chiarelli, además de ser al autor de la obra, tiene a su cargo la dirección y consigue una puesta atractiva, que resulta muy entretenida. Rubros que merecen destacarse de la puesta son el diseño escenográfico y lumínico de Héctor Calmet, que se lucen mucho en esta hermosa sala de Itaca, donde se presenta la obra. Y también queremos mencionar al vestuario de Paula Vázquez, que caracteriza muy bien a los personajes.





Y hasta acá vamos a contar, Santa Teresita, un lugar en construcción, está transitando su segunda temporada con muy buen suceso de público y esto como dijimos se debe a que presenta una obra que divierte y también invita a reflexionar, sobre el paso del tiempo y como muchas veces las relaciones de pareja se van desgastando. Lo que alguna vez fue un vibrante arco iris, ahora es solo una sombra descolorida, de la que queremos escapar.

La obra presenta momentos graciosos y otros de profunda emoción, con un elenco comprometido con la propuesta, que nos muestra lo importante que son las amistades en nuestra vida y nunca abandonar a los amigos, que en los momentos complicados siempre estarán al pie del cañón, para tendernos una mano y ayudarnos a salir de las arenas movedizas del desamor, que amenazan con hundirnos en la tristeza más profunda. 


Pensador Teatral.


domingo, 12 de mayo de 2024

Pundonor

Autoría: Andrea Garrote. Dirección de Andrea Garrote y Rafael Spregelburd.






Domingo 18 30 hs en Teatro Picadero ( Pasaje Santos Discépolo 1857 )

Una excelente noticia, resulta la llegada de Pundonor, la multipremiada obra escrita por la talentosa Andrea Garrote, que tiene una carta de presentación que abruma, ya que recibió el Premio Konex 2021, al mejor unipersonal de la década, galardón que se suma a otros muchos reconocimientos que tuvo la obra y la protagonista por esta pieza que se presentó con mucho éxito en nuestro circuito teatral y que se convirtió en un fenómeno en España, donde tuvo un enorme suceso.





Con semejante introducción, la vara se ubicaba muy alta y estábamos intrigados por conocer las razones del suceso de Pundonor. La bella sala del Picadero resultaba un valor agregado, ya que siempre es un placer ver teatro allí y más en este caso, porque la disposición de las butacas en relación con el espacio escénico es ideal, transformando la sala en un aula de universidad, donde la profesora Claudia Pérez Espinosa, se presentará para dar una clase de Sociología muy particular.

Y de un momentos a otro,  los espectadores mágicamente nos convertimos en alumnos, que estábamos reunidos para nuestra primer clase de Sociología del curso, con la profesora ( Andrea Garrote ) en el frente. A la profesora se la nota nerviosa e inquieta, amaga arrancar de manera normal con el dictado de su materia, en la que las ideas de Michel Foulcault, serán protagonistas y donde su misión es explicar los diversos mecanismos que utiliza el poder para controlar al individuo, valiéndose de las instituciones políticas y sociales, pero también valiéndose de lo discursivo para logar su cometido.

El texto es inteligente y profundo. En ese arranque algunos espectadores piensan que será una noche teatral con mucha teoría, pero rápidamente les contamos que no ocurrirá ello, porque la profesora se muestra inquieta y nerviosa. Siente que dedicó en vano su carrera al dictado de clases y es hora tiene otra prioridad, ya que decidirá romper la cuarta pared para dar explicaciones. Esta es su primer clase, luego de una prolongada y forzosa licencia,  Todos los alumnos saben lo que sucedió al año pasado, pero no conocen su versión de los hechos y en su interior siente la obligación de contar su verdad.





La trama tiene una importante cuota de suspenso y no queremos adelantar mucho más. Solo vamos a decir que Claudia Pérez Espinosa, la adorable criatura creada por Andrea Garrote, repasará los hechos previos a la debacle, contando como pudo comprobar de manera fáctica, que la sociedad tolera los comportamientos arbitrarios o los delitos leves, pero le resulta intolerable, cuando alguien escapa al comportamiento normal, eso si es grave y además de ser fuente de gran preocupación, merece un correctivo. Y hasta allí vamos a contar, deberán ver la obra, para poder conocer la falta grave cometida por la profesora y como cambió todo para ella, a partir de ese fatídico día.

Como dijimos antes el texto es inteligente y atrapante, lo escribió la propia Andrea Garrote, que se adueña con maestría del relato, manejando de manera magistral los tiempos y la emocionalidad del mismo, logrando un personaje que genera gran empatía con el público y resulta muy reconocible para todos. Agregamos que inquietamente reconocible para el espectador, que se imagina ante la posibilidad de que le ocurra algo parecido a la profesora.






La figura de Andrea resulta hipnótica y su composición es tan precisa, que los espectadores se sienten realmente alumnos de la universidad, que están cursando una materia, donde la docente decidió dejar de lado, la aburrida clase de sociología, para abrir su corazón y mostrar lo difícil que le resultó llegar hasta allí, para hacerse fuerte y estar al frente del curso, sin saber si podrá finalizar la clase. Fenomenal trabajo de Andrea, con una presencia escénica admirable.

La puesta que consigue Rafael Spregelburd resulta muy atractiva y deja el terreno fértil para el lucimiento de la protagonista. Nos gustó mucho el diseño escenográfico que nos conduce al aula y el diseño lumínico que acompaña el relato, se torna muy potente en el final. En ambos rubros el responsable es Santiago Badillo. Sin grandilocuencias, se logra una puesta efectiva y funcional al relato.





Y no queremos contar mucho más, Pundonor, que buscando en el diccionario de la Real Academia Española, se define como el sentimiento que impulsa a una persona a mantener su buena fama y a superarse, es una estupenda propuesta del teatro independiente, que además de divertir al espectador, lo invitará a reflexionar acerca de los largos tentáculos que tiene el poder, para normalizar al individuo y para obligarlo a que siga el camino fijado. Salir de ese camino es grave y requiere castigo ejemplar, esta pena es fundamental, para que nadie dude de las consecuencias que deben afrontar los que se apartan de lo normal, sin importar las razones de aquel desvío, ni si fue algo intencional o casual.

La obra además pondrá el foco en la enrome influencia que tienen las redes sociales en el mundo actual y ayudarnos a pensar como una foto o un video viral ´pueden acabar literalmente con  la reputación de una persona. Pero cumplimos y no contamos más. Solo nos queda recomendar Pundonor, quienes la vean se encontrarán con un texto profundo e inteligente, que divierte y también nos interpela. Además de ello se encontrarán con una clase magistral de teatro dictad por Andrea Garrote, coronada al final de la función por la ovación del público que llenó la sala del Picadero.


Pensador Teatral.



lunes, 6 de mayo de 2024

El Bululú, Antología Endiablada.

Dramaturgia de Leticia Gonzalez De Lellis y Osqui Guzmán.





Que buena noticia la vuelta a escena de El Bululú, Antología Endiablada, una obra emblemática para nuestro teatro, estrenada en el 2010 en el Cervantes, con un éxito rotundo en aquellos años y agotando localidades en escenarios de nuestro país y del exterior, recibiendo además numerosos premios y reconocimientos para la obra y para su gran intérprete Osqui Guzmán, que realiza una composición fenomenal.

La pieza tiene una historia muy particular que merece ser contada. Osqui Guzmán es reconocido actualmente por ser un actor, dueño de un talento enorme y una trayectoria más que destacada, pero sus orígenes fueron bien de abajo. Hijo de costureros bolivianos, a los catorce años ya cosía guardapolvos y servilletas para ayudar con el trabajo a sus padres. Con mucho esfuerzo, ya que en su casa nunca sobraba dinero, sino todo lo contrario, estaba terminando el secundario. En aquellos años soñaba secretamente con ser profesor de Kung Fu y  casi por error se anotó en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático. Le dijeron que era un especie de facultad de actores, donde se estudiaba acrobacia, violencia en escena y esgrima.






Entonces Osqui asoció, su pasión por las artes marciales, con la posibilidad de darle un título a sus padres, ya que esa facultad de actores sin dudas iba a dar alguno. Pero cuando sus viejos se enteraron se enojaron mucho y su padre dejó de hablarle por tres largo años, contrariado por su decisión. Y fue un profesor del Conservatorio, que le dio un cassette con una grabación de El Bululú de José María Vilches, un actor español radicado en Argentina. Y es regalo lo marcó para siempre. Osqui pasaba horas encerrado, trabajando con la máquina de coser y no se cansaba de escuchar aquella cinta, tanto que tardó poco tiempo en memorizarla. Y luego dió un paso más, ya que mientras viajaba en colectivo y caminaba cuando no había plata para el boleto, se entretenía repitiendo aquellos textos variopintos, que tenía momentos divertidos y mucha poesía.

Y con la voz de Vilches, como punto de partida, comenzó a investigar sobre el Siglo de Oro español y en sociedad con Leticia González de Lellis, comenzó a escribir este fantástico texto, que conjuga obras de autores como Lope de Vega o el gran Federico García Lorca, con sus orígenes como actor, la cultura boliviana de sus antepasados, las enseñanzas de sus padres y el sonido constante de esa máquina de coser, que acompasaba la voz de José María Vilches,

Ver a Osqui Guzman en el escenario del Metropolitan Sura resulta un deleite para los sentidos, ya que es un unipersonal que ama e interpreta desde lo profundo de su corazón, con una entrega absoluta, Osqui mostrará todo su talento, con un manejo brillante de su cuerpo, la precisión con la que ejecuta las diferentes coreografías, una expresividad admirable, plasticidad en cada uno de sus movimientos y una técnica actoral fenomenal, para poder desdoblar una la gran cantidad de personajes que aparecerán durante la trama. Porque la obra es un unipersonal, pero Osqui no está solo en escena, ya que crea personajes a cada rato, habla con ellos, se tira el piso, baila  con ellos, canta y mucho más que no queremos adelantar.





Guzmán maneja los tiempos del relato con maestría, el texto no es sencillo, pero el actor lo transita con una naturalidad y una cadencia que genera admiración en la platea que por momentos lo sigue hipnotizado. Hay momentos realmente muy divertidos, cada uno elegirá su favorito. Nosotros ternemos dos, " Pantomima de la Cucaracha " y " Los Habladores " , donde las risas se multiplican, Como dijimos antes, la composición de Osqui es fenomenal y se disfruta muchísimo.

La puesta tiene varios aspectos para destacar. En primer lugar mencionar que el espacio escénico está despojado, para dejar bien en claro que lo importante es la actuación, si la misma invita a viajar, la escenografía se imagina. Para destacar el vestuario de Gabriela Fernández, que servirá para caracterizar a los diferentes personajes, siendo el propio protagonista el que saque la ropa de una valija, emulando posiblemente la época en que Osqui era actor callejero. Otro punto a destacar la música de Javier López del Carril, que acompaña diferentes momentos del relato.






Ya hemos contado lo suficiente, El Bululú, Antología Endiablada es una excelente propuesta que nos ofrece el teatro independiente, con una interpretación superlativa de Osqui Guzmán, que por este trabajo obtuvo galardones al por mayor, como el Premio ACE, el Premio Estrella de Mar, el Premio Trinidad Guevara y el Premio María Guerrero, entre otros, además de recibir el Premio Konex diploma de Merito como mejor actor de teatro de la década en el 2011. Es decir no le faltó premio de la crítica especializada por ganar con esta representación.  Habiendo visto la obra, queda claro lo merecido que fueron esos reconocimientos y la excelencia de su trabajo.

Con todo lo mencionado, solo nos queda recomendar la obra para aquellos que aún no la vieron y también para que aquellos que la quieren volver a ver. Se encontrarán con una dramaturgia muy rica y aprenderán una lección de vida, viendo como, con pasión, dedicación y talento, se puede llegar al peldaño más alto en la profesión que uno elige, este es el caso de Osqui Guzman, que orgulloso homenajea a sus orígenes y para celebrarlo, nos regala una composición fenomenal, que de ninguna manera debemos dejar pasar.


Pensador Teatral.


sábado, 4 de mayo de 2024

Café Central

Dramaturgia de Mario Diament. Dirección de Daniel Marcove.




Sábados 20 hs y Domingos  18 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

Una distinguida cita con la historia nos propone Mario Diament, sin dudas uno de los autores más reconocidos de nuestro teatro, que tiene la sana costumbre de presentar propuestas que recrean hechos históricos,. Rápidamente se nos vienen al recuerdo Franz y Albert y Guayaquil, por mencionar solo dos obras del género, que se han presentado como muy buen suceso. Aquí Mario, tiene una idea muy ambiciosa, ya que nos invitará a viajar hasta principios del Siglo XX, a una ciudad de Viena que era el centro del mundo intelectual y político. Y para emprender la travesía, sube al barco nuevamente a Daniel Marcove en la dirección, para reeditar la dupla que se viene dando en sus últimas obras, siempre con buenos resultados.






La trama nos lleva a 1913, en los momentos previos a la Primera Guerra Mundial, en escena veremos mesas y sillas vacías, con un mozo que se confiesa fantasma e indicará al público que ante nuestro ojos tenemos el Café Central, una cafetería de Viena, por la que desfilaban las personalidades más importantes del momento, que entre café y café, charlaban sobre el convulsionado momento que estaba viviendo el mundo. Es importante aclarar que la historia se basa en hechos reales, ya que la cafetería existió y las crónicas de la época confirman que allí se reunían los personajes que Diament que reúne en su dramaturgia.

Por eso, la magia del teatro nos permitirán ser testigos de las partidas de ajedrez que jugaba un joven León Trotski, alguna charla ocasional del mismo con Stalin o con un joven llamado Josip Broz, que luego se convertiría en el Mariscal Tito. También estarán Sigmund Freud y Alfred Adler, figuras del psicoanálisis que evitaban concurrir al mismo tiempo ya que estaban enemistados. Los escritores Karl Kraus y Stefan Zweig, el filósofo Ludwing Wittgenstein, el pintor Oskar Kokoschka y su amante Mahler, son solo a alguno de los ilustres personajes que concurrían al Café Central y veremos en escena.

Pero no mencionamos aún al personaje más tenebroso de la historia, un joven arrogante llamado Adolf Hitler que se llegaba hasta la cafetería para intentar vender sus acuarelas de dudosa calidad. Ficción y realidad se mezclan en la dramaturgia y eso sin dudas hace aún más interesante el relato, pero para quienes no conocían este dato, les contamos que en año 2015, una casa de subastas alemanas recaudó 400.000 euros por catorce acuarelas realizadas por Adolf Hitler entre 1904 y 1922, momentos en nadie imaginaba que años más tardes, se convertiría en uno de los personajes más siniestros que tuvo la historia mundial.




Habrá un salto en el tiempo y las acciones en la cafetería retornarán recién en 1933,  cuando la situación en Viena era muy diferente. La guerra se había cobrado muchas vidas y pocos de los concurrentes originales, seguían siendo clientes del Central. Se vivía una atmósfera de temor en el ambiente. En Alemania,  Hitler había sido nombrado canciller y rápidamente ganaba poder. El futuro era sombrío y aunque algunos preferían engañarse pensando que el pueblo alemán frenaría aquella locura, otros ya planeaban la huida, antes que fuera demasiado tarde. Y hasta allí vamos a contar, para saber que sucedió con el Café Central y sus clientes, deberán ver la obra.

Un punto muy destacado que tiene la pieza, es su despliegue actoral. son nada menos que trece los actores en escena, algo que queremos destacar y resaltar, en épocas donde los unipersonales son moneda corriente en el teatro independiente, poder disfrutar de una obra con un elenco tan numeroso y talentoso, resulta un verdadero placer, ya que le brinda mayor riqueza a la historia y permite disfrutar de gran cantidad de personajes, con sus diferentes historias atrás.





Con el riesgo de ser injustos, vamos a destacar las actuaciones que a nuestro entender más se destacaron. Arranquemos por Marcos Woinski, el veterano mozo del Café Central, que servirá con elegancia las mesas y oficiará las veces de maestro de ceremonias y presentador de la historia. Superlativo su trabajo. Gabriel Nicola se luce mucho como Karl Kraus, escritor y periodista, protagonista de muchos escándalos de la época desde su período La Antorcha, siendo uno de los personajes más fuertes de la obra. Alejo Mango, tiene un doble lucimiento representando al escritor Peter Altenberg en la primer parte y nada a menos que a Sigmund Freud en la segunda, dando gala de sus recursos en ambos personajes. Mariano Engel como el Dr. Adler y Stephan Sweig es otro valor destacado.

Dentro del elenco, hay varias figuras a las que ya hemos destacado en este sitio por sus trabajos, uno de ellos Junior Pisanu, a quien recordamos por una gran actuación en Monte Chingolo, que sorprende aquí por su composición de Trotski y de otro personaje del que no vamos a dar más detalles para mantener la sorpresa, pero que será muy importante en la parte final de la trama. Sebastián Dartayete otro joven actor al que elogiamos mucho aquí, se destaca en el papel del pintor Kokoschka, que sufrirá en carne propia los flagelos de la guerra. Queremos dejar una mención especial a Lucas Matey, que tiene el gran desafío de representar a un Hitler joven y lo hace muy bien. Y para el final, queremos destacar la estupenda composición de Amanda Bond, como Alma Mahler, para muchos la dame más bella de Viena, una mujer con una vida y una sensibilidad muy distinta para su época. En una puesta, con gran mayoría de personajes masculinos, Amanda se luce mucho.





Pero no queremos ser injustos con Beni Gentilini, Rocco Gioa, Toto Salinas, Nacho Stamati y Camila Truyol,  ya que todos cumplen en muy buena forma, desde personajes con menos minutos en escena. Son nada menos que trece los actores en escena y se nota que hay mucho trabajo, y ensayos, para lograr una puesta dinámica y precisa como la que disfrutamos.

Y si hablamos de la puesta, hay que hablar de Daniel Marcove, ladero incondicional de Diament, que sin dudas sabe como darle brillo a sus textos. Aquí realiza un gran trabajo, para que tantos actores puedan despegar sus personajes y encuentren espacio para el lucimiento. Nos gustó mucho el diseño escenográfico de Héctor Calmet, para representar una cafetería en el espacio escénico de El Tinglado y fenomenal diseño de vestuario de Daniela Tatiana, para vestir de época a tantos personajes, tan bien caracterizados. Una puesta muy atractiva y bella desde lo estético consigue Daniel.






La obra que tiene un anclaje histórico fascinante, logra presentar una temática muy interesante, donde el fantasma de la guerra y los fanatismos tienen un lugar central, adicionando una buena dosis de delicado humor, que hacen más digerible la trama. De igual manera que la incorporación en la historia de figuras  relevantes del arte y la política en aquellos tiempos, que le dan magnetismo a la trama y la intriga al espectador para tratar de dilucidar los límites entre ficción y realidad.

Celebramos la aparición de obras históricas como Café Central, que nos muestran como un siglo después, la temática mantiene una vigencia inquietante y angustiante, ya que aunque cambian los rostros y los nombres, el hilo conductor es el mismo y la humanidad siempre corre el riesgo de repetir errores y recrear sus peores tragedias. Por eso, resulta una gran idea reflexionar con este inteligente texto de Diament y disfrutar las estupendas actuaciones del elenco reunido, que nos ayudan a tener memoria, para que la historia no se repita. La ovación que el público que llenó la sala de El Tinglado le brinda a los protagonistas al final de la función, es una clara muestra que el mensaje ha llegado.


Pensador Teatral.




jueves, 2 de mayo de 2024

Escorpio

Jueves 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )





Dramaturgia y Dirección de Julieta Otero.

La conocida frase " Cada Pareja es un Mundo ", parece encajar perfecto en Escorpio, esta divertida obra escrita y dirigida por Julieta Otero, que indaga en las relaciones de pareja de manera lúdica, pero logrando desentrañar las dos caras que tiene el amor, mostrando no solo la cara amigable, sino también los aspectos negativos que tienen todas las relaciones, como ser los celos, las peleas y esas diferencias que muchas veces se convierten en irreconciliables y dificultan la convivencia.





Y eso es lo que ocurre en Escorpio, con Marina ( Sofía González Gil ) y Sebastián ( Miguel Ferrería ). La convivencia se les está haciendo cuesta arriba, hay pocas coincidencias entre ellos, la rutina gana espacio y los esfuerzos principalmente de ella, para buscarle variantes y juegos a la pareja, no encuentran eco, lo que genera frustración. Como ocurre en muchas parejas de la vida real, las diferentes personalidades de los integrantes de la misma llegan a ser tan notorias, que los terceros muchas veces se preguntan como siendo tan distintos pudieron enamorarse y mucho más aún estar juntos.

Marina, es una actriz que está dando sus primeros pasos y se la nota muy entusiasmada con la carrera, tanto que parece no diferenciar cuando está en la vida real. Siente que siempre es momento adecuado para actuar y mucho más en su hogar, creando personajes, escenas teatrales y dramatizaciones de todo tipo. El pequeño problemita, es que incluye en todos los casos a Sebastián, que ya está un poco cansado de ser parte de una obra de teatro permanente en la que su novia, tiene el personaje protagónico y el está obligado a ser su partenaire cuando en realidad, preferiría estar tranquilo en la casa, cenando algo rico o viendo alguna serie en Netflix.






Sebastián se nota agobiado, por trabajar en la herrería familiar, maneja por su padre, algo que lo hace profundamente infeliz y siente que ya no es un chico para tener que soportar las diatribas y reclamos paternos, que lo acusan de no hacer las cosas bien. Tiene ganas de patear el tablero pero no se anima. Y encima la relación de pareja no ayuda para nada, siente que Marina está en otra sintonía, encerrada en su mundo actoral, tan alejado del suyo. No queremos adelantar mucho, pero en un momento algo cambiará y mágicamente los roles parecerán invertirse, algo que modificará por completo la dinámica de la pareja, con consecuencias impensadas. Pero cumplimos con nuestra palabra y hasta aquí vamos a contar. Para saber como seguirá esta difícil y divertida convivencia deberán ver la obra.

Momento de hablar de las estupendas actuaciones de la dupla protagónica, que son quienes le dan vida y potencian el texto. Nos encantó el trabajo de Sofía Gonzáles Gil, como una Marina magnética, con un histrionismo a flor de piel, dándole a su personaje una magnetismo y una sensualidad a tono con lo que pide su personaje. Para destacar su gestualidad, energía y una mirada muy viva. Sofia se adueña del espacio escénico y redondea una gran composición, incluida una hermosa canción que canta transcurriendo la trama. Con el plus de ver esa radical transformación que tiene su personaje en la parte final de la historia. Nos gustó mucho la actuación de Sofia.





Miguel Ferrería es un Sebastián, que sabe jugar su  papel un par de cambios más abajo, más enfocado en la realidad y permitiendo el desataque de su compañera.  Y aquí también sorprenderá el drástico cambio que sufre su personaje. Mucho carisma también muestra Miguel. Sin dudas es muy buena la dupla que conforman ambos protagonistas, con mucha química entre ellos y mostrando ambos una versatilidad admirable, para mostrar los giros que tendrán sus personajes. Encantadoras las actuaciones.

La puesta de Julieta Otero es otro punto fuerte de la obra. Muy bueno el diseño escenográfico de Ariel Vaccaro aprovechando de excelente forma el espacio escénico de Callejón. El diseño lumínico de Horacio Novelle es sobresaliente, siendo clave aquí que el personaje de Marina, que manejará las luces en escena y no les contamos como para mantener el suspenso. El vestuario de Carolina Marafioti es otro punto a destacar,, en una puesta bella desde lo estético y muy atractiva para ver.





La obra está transitando su segunda temporada en cartel y goza de muy buena salud, ya que con mucho anclaje en lo lúdico, jugando con la exageración y planteando momentos muy divertidos, muestra la falta de comunicación y entendimiento que reina en muchas parejas actuales, donde muchas veces se elige criticar al otro y resaltar los aspectos negativos, en vez de poner el foco en lo positivo y en lo importante es que aceptar al otro, siendo esto un acto de amor en si mismo.

Recomendamos Escorpio, una inteligente propuesta, que nos hará reír, emocionar y también nos invitará a la reflexión profunda, todo por el mismo precio, con una trama inteligente que nos habla de parejas en crisis que buscan salir a flote, relaciones tóxicas que asfixian y el foco puesto en la importancia de respetar siempre la individualidad del otro,  ya que corremos el riesgo que el tren del amor pase y cuando nosotros nos percatamos de ellos y queremos subirnos al vagón, puede que sea demasiado tarde.


Pensador Teatral.


viernes, 26 de abril de 2024

3er Cordón del Conurbano, Una Tragedia Marrón.

Dirección y Puesta en Escena de Paula Sánchez.




Viernes 20 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )

Una historia muy particular tiene 3er Cordón del Conurbano, Una Tragedia Marrón, pieza que llega al circuito del teatro independiente, gracias a sus muy buenos antecedentes y a las distinciones obtenidas desde su estreno. La obra es una creación colectiva de la compañía Los Payasos de Matute y nació en el Centro Cultural del mismo nombre, ubicado en Gerli en el Sur del Gran Buenos Aires, donde el grupo trabaja a diario, mostrando gran compromiso con los vecinos del lugar.





La obra se estrenó en 2022 en Gerli, cumpliendo más de 20 funciones a sala llena y siendo ganadora de la Fiesta Provincial del Teatro 2023. También se presentó con mucho suceso en Mar del Plata y pese a tener asegurado un largo recorrido en el Conurbano, la compañia quería ir por más y asumir el desafío de insertar la obra en el circuito porteño, más exigente tal vez y con un público distinto al que estaban acostumbrado. Pero como siempre sostenemos el teatro tiene una universalidad y cuando las obras son buenas y tiene un mensaje para transmitir, van a funcionar en cualquier lugar y esto es algo que ocurre con creces con 3er Cordón del Conurbano, ya que la propuesta es realmente muy atractiva.

Luego de esta introducción, que creemos resulta interesante, para darles un contexto, contamos que la obra es una adaptación innovadora de Bodas de Sangre, el clásico del gran Federico Lorca, que es traída a nuestro Conurbano Bonaerense, conservando los principales tópicos del texto original, pero logrando adaptarlos a nuestra realidad, con mucho ingenio y gran creatividad, logrando salir del drama y transitando el camino del grotesco y lo delirante. El espectador se divertirá, viendo como los caballos se convierten en motos y la cumbia suena a todo volumen.

Esta potente versión local se desarrolla en el 2001, momento de crisis profunda en el país, donde la clase media perdía su lugar y la clase baja caía más abajo todavía, Allí aparecerá una mujer de clase media ( Alejandra Robles ), que marchará por el centro porteño, reclamando que los bancos devuelvan a los ahorristas los dólares que confiscaron con el corralito. El odio la atraviesa, ya que la tragedia es parte de su vida, la inseguridad se llevó a su esposo y a uno de sus hijos. Solo le queda Leonardo ( Guido Sotomayor ), su hijo mejor, al que se aferra con uñas y dientes. Pero su hijo tiene una noticia para darle que cambiará todo, está de novio y quiere que conozca a su novia y a la familia.





El gran problema, es que su novia vive en Monte Chingolo, humilde barriada del Conurbano profundo, allí donde las pelopinchos son parte del paisaje urbano, muchas de las calles son de tierra y los ladridos de los perros parecen no parar nunca. El choque de clases será inexorable y para colmo la novia ( Carolina Ghigliazza ) tiene un amor clandestino con un ex-novio. La llegada de la tragedia se huele inevitable, pero hasta allí vamos a contar para mantener el suspenso, de esta estupenda propuesta que conjuga clown, circo y teatro, en forma admirable.

Mucho mérito, tiene el talentoso elenco reunido, que lleva muchos años de rodaje juntos, algo que resulta muy positivo para la fluidez de la trama. Son seis los actores en escena y el desarrollo de la historia, permite que todos tengan posibilidad de lucimiento. Como decimos siempre, cada espectador elegirá sus personajes preferidos, en lo personal las composiciones que más nos gustaron, son las de Alejandra Robles, como una madre intolerante y bastante facha, que tiene aversión por los pobres y si fuera por ella, los eliminaría a todos. Personaje que luce grotesco y algo exagerado, pero que a todos nos resulta reconocible, como integrante de nuestra sociedad. Y también nos encantó la actuación de Carolina Ghigliazza como la novia, con una gestualidad y una chispa, que hace lucir mucho a su personaje, siendo una figura clave en esta historia. Sobresaliente trabajo de Carolina, que dejará varios momentos desopilantes.





Pero no queremos ser injustos con el resto del elenco, ya que todos cumplen de manera excelente sus papeles. Guido Sotomayor, es el hijo que debe soportar las diatribas de su madre y al mismo tiempo luchar por su amor. Muy bueno lo de Guido, en un papel donde el clown y el circo, aparecen de manera nítida. Mariano Bragán, es Leonardo, amante de la novia y uno de los vértices del triángulo amoroso, componiendo un personaje muy divertido e inseparable de su moto. Manuel Luchetti, desdoblando dos personajes, es tal vez el personaje más gracioso de la obra, con un histrionismo a flor de piel, que hay que resaltar. Y otro trabajo a destacar es el de Mariela Fernández, la mujer de Leonardo, mostrándose como la típica madre del conurbano, que debe ocuparse de las trabajar, de las tareas de la casa y de la crianza de su hijo. Muy potente su personaje.

Se hizo algo larga la descripción, pero comentamos antes, los trabajos de todos son muy buenos y son el motor de la historia. Es importante comentar que los personajes siempre estarán en escena, ya que cuando no son parte de las acciones principales, estarán sentados y serán parte de un coro muy divertido y del que no les adelantamos más para mantener la sorpresa, ya que tendrán a su cargo momentos muy graciosos.

La puesta de Paula Sánchez es sobresaliente y es junto con las actuaciones la razón principal del suceso que tiene esta propuesta. Brillante desde lo creativo y muy ingeniosa, logra aggiornar la obra de Lorca, a la realidad del conurbano de estos tiempos. No podemos dejar de mencionar a Lara Bragan y Franco Napolitano, músicos en vivo que acompañan la trama, siendo la banda sonora de la historia.





Y hasta aquí vamos a contar, 3er Cordón del Conurbano, Una Tragedia Marrón, es una propuesta original y muy creativa que merece verse. En primer lugar, porque sabemos no es sencillo atravesar esa barrera invisible y traer una propuesta que funciona bien en su ámbito a un terreno ajeno, como el del circuito porteño y encima con el atrevimiento de hacerlo con una versión libre de Bodas de Sangre. Pero como dijimos la propuesta derrocha talento y recursos, lo que le permite sacar pecho y mostrar su valía.

Por todo lo mencionado, recomendamos descubran esta obra, que sin dudas es diferente y valiente por acercarnos un clásico en clave de conurbano profundo, combinando teatro, con circo y clown, mezclando la cumbia con el flamenco y tratando de apaciguar el drama del texto original, con una muy buena cuota de delirio y grotesco. En épocas donde la sociedad se encuentra atravesada por los discursos de odio y la discriminación resulta moneda corriente, resulta casi mandatorio ver a este grupo talentoso de actores, que desde Gerli viene a transmitir su arte y un mensaje que nos debe invitar a la reflexión.


Pensador Teatral.


martes, 23 de abril de 2024

Se Despide el Campeón.

Dramaturgia de Fernando Zabala. Dirección de Mariano Dossena.





Martes 20 45 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Cuando nos enteramos del estreno de Se Despide el Campeón en Itaca, de manera inmediata se nos generaron muchas expectativas, ya que es muy poco habitual que el boxeo aparezca como temática principal en el teatro y como agregado sabíamos que el protagonista era Cristian Thorsen, un actor dueño de un registro actoral admirable. Solo teníamos esos dos datos, el box y el protagonista, pero eso ya nos entusiasmaba. Y arrancando por el final de esta crónica, podemos afirmar que las altas expectativas previas, se superaron ampliamente , ya que disfrutamos de una gran noche de teatro, que vamos a recordar por largo tiempo,





Luego de esta prometedora introducción, podemos contarles que descubrimos un texto impactante del dramaturgo cordobés Fernando Zabala, que tiene la gran virtud de contar una historia que logra sorprender al espectador, porque arranca por un camino digamos lógico o esperable para la temática, pero sin dar aviso, la dramaturgia pegará un volantazo, dejando al espectador con la boca abierta y enganchado con un relato del protagonista, que resulta un gran desahogo, Vamos a hacer lo posible, para revelar lo menos posible en esta reseña, para que usted lector se sorprenda cuando vea la obra, tanto como nosotros.

La historia que nos convoca se desarrolla en Córdoba, más precisamente en la casa de Lopecito, un entrenador de boxeo, que está atravesando un momento anímico muy complicado. ya que recientemente ha muerto su pupilo el Bichito González, joven boxeador, al que entrenó desde chico, siendo casi un hijo para él, al que hasta alojó en su casa, tal era el afecto que le tenía. Hasta allí, algo normal, lo particular aquí, es que de la mano de la magia de la dramaturgia, en el living de la casa de Lopecito,  veremos que está el cuerpo de su pupilo, con su pantaloncito rojo, guantes del mismo color y una bata celeste. Allí erguido, esperando para partir hacia su morada definitiva, el Club Almafuerte.



La obra se divide en tres actos y en todos ellos, tendremos al entrenador frente a su boxeador. Luego de tantos momentos vividos, parece necesaria una última charla de Lopecito con su pupilo. Quedaron temas para hablar y esta sin dudas, será la última oportunidad de hacerlo. Lopecito botella de vino en mano, empezará a repasar algunas de las peleas más recordadas que compartieron como equipo, como aquella en Barrio Fisherton, donde tuvieron que escapar corriendo, aquellos rivales corajudos como el Paraguayo, aquel viaje a Comodoro Rivadavia, donde el frío y el viento calaban los huesos, entre otros momentos que recordaba de manera nítida.

Pero a medida que Lopecito seguía bajando aquella botella de vino, la lengua se le iba aflojando y las palabras empezaban a brotar de su boca como una catarata. En ese arranque del segundo acto, algo cambiará en el aire, las anécdotas boxísticas irán quedando en un segundo plano y el relato se transformará en una confesión, en un desahogo de un hombre desbordado por sus emociones. Los espectadores quedarán más que sorprendidos por la revelación de aquel hombre. Y hasta allí vamos a contar, cuando vean la obra, descubrirán que verdad tenía adentro Lopecito y cuáles fueron las circunstancias de la muerte de su pupilo. 





Y es hora de hablar del gran protagonista de la noche, porque ya destacamos las virtudes de un texto virtuoso, que sin dudas resulta potenciado por la genial composición de Cristian Thorsen, que brilla a cargo de este unipersonal, como un entrenador de box, algo bruto y tosco, pero muy noble. La hermosa sala de Itaca donde se presenta la obra, permite estar bien cerquita del protagonista, con la posibilidad de disfrutar cada uno de sus movimientos y sus gestos, algo que en composiciones tan minuciosas, resulta un verdadero lujo.

Es admirable la manera en que Cristian maneja el tono del relato y los diferentes momentos emocionales del mismo. generando una atmósfera íntima que impresiona, rompiendo la cuarta pared en un par de oportunidades. Muy logrado el acento cordobés y su lenguaje corporal, que tanto dice. Ya habíamos elogiado a Cristian, por anteriores interpretaciones en unipersonales, pero en cada nuevo trabajo parece superarse y aquí nos regala una composición fenomenal, logrando dar a su personaje una sensibilidad que conmueve, Para poner en un cuadrito este trabajo de Thorsen.

Momento ahora de elogiar la puesta de Mariano Dossena, que consigue crear un ambiente íntimo en la sala, en concordancia con el tono del relato. Para destacar el diseño escenográfico de Nicolás Nanni, con esa figura del boxeador que concentra todas las miradas de los espectadores . La iluminación de Claudio del Bianco, crea muy buenos climas y también merece el destaque, en esta puesta minimalista que resulta muy atractiva.






Y no vamos a contar más, porque no queremos spoilear nada. Nuestra recomendación, es que vayan a ver la obra, sin leer nada de ella, porque la sorpresa es un punto muy importante de la trama y les aseguramos que si van a ciegas, se van a sorprender mucho. Como dijimos en el comienzo la dramaturgia es realmente potente y con el boxeo como marco, se  desplegará una historia de enorme sensibilidad, que dejará al descubierto los sentimientos de un hombre abatido por las circunstancias, que sufre la mirada de una sociedad prejuiciosa, que relojea con una mueca burlona, al que escapa de la norma.

Solo queda recomendar Se Despide el Campeón, una estupenda propuesta del teatro independiente, que cautiva al espectador por varios motivos, en primer lugar por un texto muy fuerte, seguido por una puesta magnética y en especial por la fenomenal composición de Cristian Thorsen, que conmueve por su intensidad y se disfruta muchísimo. Por eso, celebramos el prolongado aplauso del público que colmó la bella sala de Itaca, que en el final de la función y luego de recuperar el aliento, agradece por la gran noche de teatro vivida.


Pensador Teatral.


sábado, 20 de abril de 2024

Cuando el chajá canta las horas.

Dramaturgia y Dirección de Merceditas Elordi.





Sábados 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

La talentosa pluma de Merceditas Elordi, acostumbra a traernos textos que nacen luego de arduos trabajos de investigación, algo que se corrobora en Cuando el Chajá Canta la Horas, un drama rural de su autoría, que nos invita a viajar al Interior de la Provincia de Buenos Aires, a comienzos del Siglo XIX, en aquellos años previos a la llegada de Juan Manuel de Rosas a la Gobernación. Eran tiempo donde los malones eran moneda corriente y las discusiones se arreglaban a punta de facón.





Tomando la forma de vida, las costumbres y el vocabulario de aquellos años, Merceditas construye un entorno campestre cargado de poesía y de modismos gauchescos, adecuado para personajes de rasgos muy buen marcados. En la historia que nos convoca, veremos a una puestera pobre ( Mariel Rueda ), que trata de sobrevivir lo mejor posible en un humilde rancho, con Rufino ( Pablo Paillaman ) y Analía ( Juli de Moura ), sus hijos adolescentes de padres diferentes.

La tranquilad de ese humilde hogar, será sacudida con la llegada de Beltrán ( Edgardo Rosini ), poderoso patrón de estancia, dueño de las tierras y el ganado de la zona. Ya mayor él y preocupado por no tener aún descendencia, pone los ojos en Amalia, su hija bella y virgen. Habla con Ema, a quien le comenta que sus intenciones son serias, pidiendo su venia para casarse con su hija con todas las de la ley, algo que sería beneficioso para su niña, que aseguraría su futuro al lado de un hombre poderoso y además esta unión tendría algún rédito para la familia, ya que gentilmente, Beltrán a cambio de aceptar su propuesta le daría trabajo a Rufino, les regalaría una ponedora, un par de caballos y una carreta, beneficios que les servirían para mejorar un poco, la miserable vida que llevan.





La madre no tiene mucha alternativas, porque más que una propuesta parece una imposición, ya que decirle que no al hombre poderoso del lugar, los obligaría a dejar su hogar y marchar para algún otro sitio, con los riesgos que implicaría emprender un éxodo.. Por otro lado, le posibilitaría a su hija, tener una vida decente, bien diferente a las penurias que tuvo que soportar ella.  El problema es que su hija nada quería saber con aquel hombre mayor y áspero, ella estaba enamorada de Mateo ( Mauricio Méndez ), un gaucho valiente y pobre como ella, que la venía cortejando desde hace unos meses. 

Pero como dijimos la realidad familiar, no daba mucho lugar para la elección, así que Ema utilizará todas sus artes para convencer a su hija, para que se case con el hombre. Pese a la relación de poder asimétrica, se mostrará valiente, para conseguir el mejor trato posible, para mejorar lo más posible situación familiar y asegurarse que su hija pueda visitarla los días de guardar. Así que finalmente habrá casamiento. Su hija decide aceptar a aquel hombre, deseando que no viva mucho tiempo más, y con la certeza que su verdadero amor siempre será Mateo, algo que presagia problemas en el futuro y una tragedia en ciernes. Pero hasta allí vamos a contar, solo diremos que al poco tiempo Amalia quedará embarazada y allí comenzará otra historia, que tendrá un desenlace explosivo, que el lector descubrirá cuando vea la obra.





Momento de destacar los trabajos actorales y aquí también hay mérito de Merceditas desde la dirección que permite el desarrollo de los personajes, lo que posibilita que los cinco personajes en escena logren destacarse mucho. Y la primera mención, será para Mariel Rueda, que compone a Ema, una mujer humilde pero muy sabia. Mariel es una actriz con mucho oficio y aquí ya la hemos elogiado muchos de sus trabajos. El año pasado fue nominada a los premios ACE y aquí vuelve a mostrar sus credenciales en un personaje muy querible. Sus diálogos, sus caras y los correctivos que le aplicará a sus hijos, dejarán momentos divertidos, en una obra que tiene una trama muy cruda. Gran composición de Mariel, para nosotros la más destacada de la noche.

Sigamos con Edgardo Rosini, otro actor con mucha trayectoria, que compone aquí a un verdadero villano, interpretando a un hombre poderoso y desalmado. Mostrando una gran presencia escénica, cumple su rol a la perfección. Excelente lo de Edgardo. Los papeles masculinos se completan con Pablo Paillaman, como Rufino, temperamental y dado a los vicios, le dará muchos disgustos a Ema y será un personaje clave en la historia. Destacamos la entrega de Pablo y un plus con su guitarra, proponiendo muy buenos momentos musicales. Por su parte, Mauricio Mendez es el valeroso Mateo, gaucho trabajador, que sufrirá por el casamiento de su amada y no se resignará a perderla. Muy bueno lo de Pablo y lo de Mauricio.






Para el final dejamos a Juli de Moura, una verdadera revelación, siendo al comienzo una niña frágil y llena de miedo, que sufre por ese matrimonio por conveniencia, Pero a medida que la trama avanza, mostrará que es sabia como su madre y mostrará sus garras Sensible y sentida interpretación de Juli, que grafica los abusos que sufrían las mujeres en aquellos años.

La puesta de la obra es un punto realmente fuerte. Muy logrado el diseño escenográfico de Edgardo Aguilar, con ese rancho lleno de detalles, que nos transporta al campo profundo. Edgardo también tiene a su cargo la iluminación, otro rubro que destaca. Sobresaliente el vestuario de Mariana Carranza, caracterizando en gran forma a los cinco personajes de la historia. Es una puesta cuidada y bella desde lo estético, que agrega valor al relato.



Entendemos que ya contamos lo suficiente, como dijimos en un comienzo, se nota que hubo mucho trabajo previo de investigación de la autora, que consigue dar el marco adecuado a una historia cruda y en consonancia con la forma de vida hace 200 años en la Buenos Aires rural, donde los poderosos eran la ley, los gauchos eran casi esclavos, soportando condiciones de trabajo muy desfavorables y en el caso de la mujer tenía un rol muy relegado, ya que se consideraba que solo servía para las tareas domésticas y la crianza de los hijos, no teniendo ninguna posibilidad de opinar y debiendo soportar abusos y arbitrariedades, que en aquellos años se consideraban normales.

Nos gustó mucho Cuando el Chajá Canta las Horas, una verdadera joyita del teatro independiente que recomendamos vean, ya que se encontrarán con una historia muy fuerte, que recreará como era la vida del campo, en tiempos de malones y patrones de estancia poderosos, gracias a un texto repleto de virtudes e imágenes poéticas, una puesta muy cuidada y actuaciones estupendas. Cuando estos factores se hacen presentes, el buen teatro fluye y por eso gratifica ese prolongado aplauso que los espectadores que colmaron la sala, le regalan a los protagonistas al final de la función, reconociendo la estupenda noche de teatro vivida.


Pensador Teatral.



jueves, 18 de abril de 2024

Ventanas

Dramaturgia y Dirección de Lucas Ranzani.





Jueves 20 30 hs en Pasaje Artesón ( Palestina 919 )

Una propuesta original y muy divertida, nos propone Lucas Ranzani con Ventanas, de la mano de una dramaturgia descontracturada que se apoya en lo lúdico, presentando una historia que juega con habilidad entre lo real y lo onírico, para hablarnos de la mirada que tenemos hacia el otro, pero en este caso se anima a correr los límites y mostrar cuando de voyeur pasivo, se pasa a la acción. invadiendo la intimidad del otro, que seguramente tiene una vida mejor que la nuestra.

La división del espacio escénico en mitades, será clave para la historia que veremos, ya que de un lado tendremos a la joven pareja conformada por Analía ( Malena López ) y  Tomás ( Vittorio Falco ), ella es una actriz que recién está arrancando y debe ganarse un lugar participando en castings, algo que no le resulta sencillo de manejar anímicamente, ya que la altera y la llena de inseguridades. Tomás, se nota más aplomado, es dueño de una inmobiliaria y trata sin éxito de darle apoyo a su novia. Ella está nerviosa y discuten en el balcón de su departamento, algo normal para cualquier pareja.






Pero del otro lado del escenario, están Julieta ( Julia Rosell Fieschi ) y Fede ( Ignacio Pozzi ), también  joven pareja, pero de ellos no tenemos dantos datos. Desde su balcón, hace un tiempo observan los movimientos de sus nuevos vecinos Analía y Tomás. A Fede le gusta aquella mujer, le confesó a su pareja que se siente atraído por ella y Julieta también se siente atraída por aquella mujer bella y fina, que fuma en el balcón. Se divierten jugando a observar a sus vecinos, inventan sus nombres y tratan de adivinar los diálogos que mantienen, por las mímicas y las caras que claramente observan desde enfrente.

Pero el juego va ganando en intensidad y más que nada Julieta se empieza a obsesionar por los vecinos, necesita saber con certeza de que hablan, que los hace reír y que pelear. Tomás empieza a preocuparse por el comportamiento de su novia y lo que comenzó como un juego divertido empieza a tomar otro color. Hasta que una noche, ven que la vecina llora en el balcón y Julieta decide que es momento de actuar, de pasar a la acción. Ya no alcanza con mirarlos desde su balcón, siente una irresistible necesidad de ir a tocarles el timbre, presentarse y conocer la verdadera de historia de sus vecinos.





Para su marido la idea es una locura, pero no quiero dejar a su esposa sola y al mismo tiempo siente adrenalina por la situación. Y hasta allí vamos a contar, para no quitar sorpresa, solo vamos adelantar que el encuentro entre los cuatro se va a concretar y saldrán a la luz los deseos reprimidos, las fantasías y muchos sentimientos profundos, en una trama que por momentos se tornará delirante, con pasajes muy divertidos, que mezclarán lo onírico, con lo real.

Tiempo de hablar de las muy buenas actuaciones del joven elenco reunido, que se abraza con gusto propuesta lúdica y divertida que pide el texto de Ranzani. Están muy bien los cuatro, pero entendemos que las figuras femeninas son las que más se destacan. Nos gustó mucho el trabajo de Malena López, primera vez que la vemos en escena y destacamos especialmente su gestualidad y una expresividad a flor de piel, para lucirse como Analía o Romina, ustedes elegirán, pero sin dudas van a coincidir en la estupenda presentación de Malena.

Continuamos con Julia Rosell Fieschi, como una Julieta curiosa y flechada por su vecina. A Julia, ya la habíamos elogiado hace unos años por su actuación en Nos, entrañable obra del off y aquí vuelve a lucirse, con un personaje rico en matices. Julia para nosotros, tiene un plus, es catalana y vive hace ya un par años en nuestro país, pero aún conserva un acento hermoso, que le brinda un condimento especial a sus personajes. Buenísimo lo de Julia.





Tal vez la historia otorga un mayor destaque e los personajes femeninos, pero no por ello debemos ser injustos con Vittorio Falco e Ignacio Pozzi. Vittorio es Tomás, la pareja de Analía, que se esforzará mucho por hacer sentirla bien, pero no tiene una tarea sencilla, porque nada parece ser suficiente para contenerla. Ignacio, dá vida a Fede, tal vez el más racional de la historia. A regañadientes acepta el juego que le propone Julieta, pero a medida que este avanza, quiere bajarse del mismo, aunque tiene sentimientos contradictorios. Están muy bien Ignacio y Vittorio.

La puesta es un punto fuerte de Ventanas, dinámica y con un diseño escenográfico creativo y efectivo desde lo visual, con aquellas cortinas transparentes particulares, con la que jugarán los protagonistas, marcando los límites de la intimidad e invitando a la imaginación del espectador. Y no nos olvidemos del gran aporte de Olivia Alonso, a cargo de la música en vivo y de la banda sonora del relato, acompañando el relato y dando belleza a la puesta. 





Y hasta aquí vamos a contar, Ventanas es una propuesta divertida, que también invita a la reflexión, porque nos muestra la dinámica del mundo actual, donde hay cierta fascinación con la vida de los otros, nos seduce la idea de poder inmiscuirnos en la intimidad de un tercero y en cierta forma vivir su vida, algo que se potencia muchas veces por el auge de las redes sociales, que marcan tendencias y nos permiten obtener mucha información de los otros.

Los invitamos a que se copien de Julieta y Fede y durante la obra, se conviertan verdaderos voyeurs, que espiarán la intimidad de estas parejas, participando de sus peleas, sus placeres y sus deseos, en una noche donde está permitido jugar y atreverse a cruzar los límites. Para ello contarán con un texto que fomenta lo lúdico y actores que sin temor al ridículo, juegan en escena y dejan al descubierto, como muchas veces la manera más fácil que encontramos de darle emoción a vidas aburridas, es entrar en la intimidad de los otros y simular que vivimos sus vidas.


Pensador Teatral.



lunes, 15 de abril de 2024

Dora, un ingrediente especial.

Dramaturgia y Dirección: Martín Goldberg,




Lunes 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 ) 

Resulta imposible no enamorarse de Dora, esta adorable abuela, que quiere sobreponerse a los achaques normales de la edad, la tristeza que conlleva la soledad y al tener una familia muy ocupada en sus problemas y en sus peleas, pero con muy poco tiempo para dedicarle. La dramaturgia de Martín Goldberg, refleja con sapiencia lo que sucede con muchos abuelos cuando llegan a una edad donde necesitan la ayuda de los hijos y la familia, algo que sería lógico, pero que muchas veces no ocurre. Y lo bueno de esta historia, es que describe las situaciones, con una muy buena cuota de humor, algo que facilita las cosas.




Dora ( Cristina Maresca ) pasa la mayor parte de su tiempo en la cocina de su casa, allí encuentra sosiego y alegría, cocinando ricos platos y postres, con los que agasaja a las pocas visitas que recibe. Desde que hace más de diez años quedó viuda y se las arregló de muy buena manera, pero en los últimos tiempos la memoria empezó a fallar y alguno de esos olvidos, como por ejemplo no tomar una pastilla o volver a tomarla, encendió algunas alarmas, principalmente en la cabeza de Marina, su hija, que es quien la visita casi a diario y trata de darle algunas pautas para evitar disgustos.

Pero Dora, tierna a más no poder, es también bastante cabeza dura y no le gusta recibir directivas de su hija, con la que discute seguido. El preferido es su hijo, que por estar muy ocupado con su trabajo no la visita nunca, pero ella lo atiende y lo apaña, porque siempre será su preferido. Las discusiones entre Dora y Marina son constantes, hay mucho roce entre ellas. Dora no quiere obedecer y Marina por momentos pierde los estribos, algo que luego le como pueden imaginar le genera culpa.




De la familia quien más visita a Dora es Carla ( Rocío Gómez Wlosko ), su nieta favorita. Ella si disfruta mucho de estar con la Bobe, que le prepara sabrosas cosas y que además le dá buenos consejos. El principal, es que sea feliz, que haga las cosas que le gustan sin importar lo que piensan los demás. Concepto que enerva mucho a la madre, que obviamente la va a acusar por fomentar la rebeldía y por ponerla en contra de ella. 

Pero aclaramos que quien más la visita de la familia era la nieta, porque el visitante más asiduo de Dora, es Alejandro ( Braian Ross ) , el hijo del portero, que pasa todos los días a tomar mate con ella y a probar los ricos platos que cocina. Además es quien le dá los acertijos que la mantienen entretenida por varios días. Su hija recela y desconfía de la presencia de aquel extraño en la casa, pero Dora lo defiende a capa y espada, ya que es quien más la ayuda a combatir la soledad, además de ser siempre tan atento con ella.

Dora pierde la memoria, pero no las mañas y por eso resulta una abuela querible por todos. Pero ella misma se dá cuenta, que no es la misma de antes y se preocupa por ello, aunque nunca lo confesaría. Siempre se querrá mostrar fuerte, porque está a gusto en su casa. Su mayor pesadilla es tener que irse de  a un hogar, se resistiría con uñas y dientes para evitar aquella humillación, pero sin que lo sepa, sobre sus espaldas, sus hijos van madurando la idea y hasta allí vamos a contar para guardar el suspenso. Para ver que sucede deberán ver la obra, algo que recomendamos especialmente.



Vayamos a las actuaciones que presenta la pieza y acá no hay dudas quien se lleva los mayores aplausos y ovaciones de la noche, es Cristina Maresca, que realiza una composición sensible y plena de amor, como una bobe querible a más no poder. Una guerrera de la vida, que pese a los golpes recibidos, quiere seguir adelante, siempre con la cabeza alta y resistiendo a esa dolorosa sentencia que muchas veces resulta la vejez. Emocionante y hermoso trabajo el de Cristina, un disfrute absoluto verla en escena y como no querer correr a abrazarla.

Difícil para el resto del elenco lucirse ante semejante personaje, pero la verdad es que todos están muy bien. Graciela Urbani tiene un personaje complejo, ya que tiene que dar vida a una hija que luce desbordada por la situación y sin saber como encarrilar a su madre. Es un poco la villana de la obra, pero si uno mira con un poco más de alcance, está claro que no es. Nos gustó mucho la interpretación de Graciana, a quien recordamos haber elogiado hace un par de años por haberse lucido en un unipersonal en el Nun, con un papel diametralmente opuesto a este.




Rocío Gómez Wlosko, es la relevación de la obra, como la típica adolescente rebelde, que está acomodando sus ideas y todavía no sabe bien que camino tomará. Casi por instinto, le llevará siempre la contra a la madre. Eso si, adora a su abuela con todo su corazón, le encanta compartir momentos con ella y escuchar sus anécdotas. Para el final, nos queda Braian Ross, el hijo del portero, que al principio parece un personaje algo sospechoso, pero con el correr de la obra, confirmará que es un bonachón de buen corazón. Muy bueno también lo de Braian.

Como dijimos antes, si bien la actuación de Cristina, es la que lógicamente tiene el mayor destaque, pero  hay que reconocer el muy buen trabajo del resto del elenco, ya que  con sus interacciones, le dan sentido a la historia. La puesta de Martín Goldberg, es cálida y acorde con el clima del relato. Destacamos especialmente el diseño escenográfico de José Escobar, con esa cocina enorme, que es el hábitat donde Dora se siente a gusto.




Y hasta aquí vamos a contar, nos encantó Dora, un ingrediente especial, una obra que nos llegó al corazón y nos emocionó muchísimo. Creemos que cada espectador verá reflejado en Dora, a algún ser querido de su familia. En mi caso, Dora me recordó mucho a mi padre, que hace no mucho tiempo dejó este plano y fue muy fuerte, reconocer en la trama, varias situaciones idénticas a las vividas en la realidad, como llegar a la casa y ver algunas pastillas tiradas en el piso, lo que originaba algunas discusiones, que viendo ahora la obra, generan algo de culpa.

Pero bueno, dejemos este para el diván, Dora se ubica entre las mejores obras que vimos en el año, sensible y humana que nos invita a reflexionar, sobre lo complicado que resulta transitar la vejez y que siempre debemos hacer el mayor de los esfuerzos para acompañar a la persona que queremos y que tanto paciencia nos tuvo. Ahora cuando los ciclos estaban invertidos, la paciencia tiene que ser nuestra. Una gran opción, para reír y para emocionarnos, coronada con esa gran ovación, al final de la función, del público que colmó la sala del Callejón, justo tributo a Dora y a todas las Doras que desde el cielo disfrutaron la función con nosotros.



Pensador Teatral.