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sábado, 19 de julio de 2025

Fausto y lo femenino eterno

Autoría Johann Wolgang Von Goethe. Adaptación de Rubén de León. Dirección de Juan Manuel Correa.





Sábados 20 hs en Espacio Experimental Leónidas Barletta ( Diagonal Norte 943 )ES

Estupenda adaptación de Rubén de León, de la celebre tragedia de Johann Von Goethe Goethe, el escritor y poeta alemán, considerado una de las figuras más importantes de la literatura universal, que encuentra en Fausto, su obra más importante. Inspirada en antiguas leyendas alemanas del Siglo XVI, la reconocida pieza nos habla de un hombre que hace un pacto con el diablo, vendiendo su alma a cambio del conocimiento infinito y la juventud eterna.





La obra es un verdadero clásico de la literatura mundial y una creación monumental, en la que Goethe logra elevar una antigua leyenda a una reflexión sobre el alma humana. logrando trascender su época y siendo una referencia del pensamiento occidental, que reflexiona sobre las ambiciones del hombre moderno, abordando el tema de la ética y la lucha entre las fuerzas del bien y del mal. No es la primera vez, que vemos traer a Fausto a escena al teatro independiente, pero podemos afirmar que esta adaptación, sin dudas es la que más refleja la estructura original de la obra de Goethe.

De inmediato queremos destacar el enorme trabajo de Rubén de León, traduciendo y adaptando este extenso y complejo texto, que completo tendría siete horas de extensión, en una síntesis teatral de casi noventa minutos, que logra conservar el espíritu de la obra maestra de Goethe, logrando darle una mirada contemporánea a la misma y aquí hay que darle mucho mérito también a Juan Manuel Correa desde la dirección, ya que el desafío era realmente grande y gracias al esfuerzo del equipo y del elenco, los resultados son excelentes.






Yendo a la obra en sí, decir que se respetan las dos partes que tiene el texto, algo que no es habitual, ya que por lo general se representa solo la primera que es la más conocida, dejando de lado la segunda parte, que es más compleja, al estar cargada de alegorías y simbolismos. Por eso en el párrafo anterior, mencionábamos y destacábamos el gran esfuerzo de todo el equipo de Fausto y lo Femenino Eterno, para arriesgar y presentar la historia completa, algo que el público sin dudas agradece, ya que permite apreciar la obra en toda su dimensión.

En el comienzo, veremos al Dr Fausto ( Darío Levy ) un hombre atormentando y algo aburrido, que ambiciona trascender los límites del conocimiento, buscando la sabiduría, experimentar los placeres, el poder y la juventud eterna. Y allí es donde aparece Mefistófeles ( Juan Manuel Correra ), un enviado del Diablo, que se presenta en forma de perro y le ofrece todo aquello que estaba buscando, siempre y cuando este dispuesto a vender su alma al mismísimo Satanás, firmando un pacto con su sangre, Es así como Mefístófeles lo lleva a un bar, donde una bruja amiga, le acercará la pócima que luego de beberla, le otorgará la eterna juventud.





Es así como Fausto, se enamorará y conquistará el corazón de Margarita ( Pilar Fridman ), una bella y casta mujer, que sucumbirá antes los encantos de aquel hombre, sin saber que esto llevaría la tragedia a su vida. La trama romperá las barreras temporales, para la segunda parte de la obra, la menos conocida y más compleja, en la que Fausto, viajará por diferentes mundos, buscando el poder y extendiendo los límites de su codicia, apareciendo en la trama Helena de Troya, un emperador del Sacro Imperio Romano, Cortes Imperiales y demás alegorías que incorporan a la política y a la historia al relato de Goethe. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, el resto lo descubrirán cuando vean la pieza.

Momento de hablar de las estupendas actuaciones que presenta la obra y arrancamos por celebrar el numeroso elenco, en épocas donde los unipersonales son moneda corriente en el teatro independiente. Acá tendremos a siete actores en escena y la mayoría de ellos, representando a más de un personaje, una muestra del despliegue escénico que requiere la obra y la exigencia que tiene la pieza que es una de esas, que deberíamos ver más de una vez, para poder apreciar en toda su dimensión las actuaciones, ya que son muchos los estímulos visuales y sensoriales que tiene el espectador.





Y arrancamos por los dos grandes protagonistas de esta historia. En primer lugar resaltar, el enorme trabajo de Darío Levy, a cargo de Fausto, un personaje que a lo largo del relato, irá sufriendo diversas transformaciones. Darío muestra estar a altura de un protagónico muy exigente, con una entrega absoluta y dando gran tenor dramático a su personaje. Y en el mismo nivel de destaque, debemos mencionar a Juan Manuel Correa, que además de tener a cargo la dirección, interpreta nada menos que al Diablo, en sus diferentes presentaciones. Impactante su composición, mostrando el poder maléfico y la manipulación que detenta el satánico. Juan Manuel es un gran actor, al que recordamos haber elogiado mucho, en Coronado de Gloria, una entrañable obra del off, que versaba sobre la creación del Himno Argentino. Acá en un papel, muy diferente, vuelve a mostrar todo su carisma y sus grandes recursos actorales. La rompe Juan Manuel.

Pero si hablamos de protagónicos, no podemos dejar de mencionar a Pilar Fridman, que en una historia, donde la mujeres tienen una especial significación, realiza magníficas composiciones de Margarita primero y de Helena de Troya luego, consiguiendo mostrar la sensibilidad de ambos personajes tal como pide el texto. Pilar es una joven actriz con gran proyección, a quien elogiamos mucho el año pasado, por su jugado papel en Aguafuerte, confirma aquí sus credenciales, protagonizando un clásico que exige mucho.




Pero no seamos injusto con el resto del elenco, que ya que para el relato fluya, es muy importante el aporte de todos. Sigamos con las actrices, para destacar el trabajo de Verónica Intile, que representa a Marta, a Coreuta y otros personajes, desplegando desparpajo y chispa. Victoria Cipriota, se luce mucho con Forcida y la Bruja, con gran presencia escénica y una destacada corporalidad. Nos gustaron mucho las composiciones de Verónica y Victoria, que desde personajes secundarios, agregan mucho valor. Y lo mismo podemos decir de Miguel Sorrentino, otro actor al que siempre elogiamos y que el año pasado recordamos por su performance en Una puerta, un hombre y otra puerta, aquí tiene a su cargo al hermano de Margarita, al Emperador y otros personajes más, mostrando en todos ellos su valía. Por último mencionar a Juan Salmeri, el benjamín del elenco, que tiene muy buena presentación con Wagner y otros personajes.

Como mencionamos ante, la obra es muy exigente y requiere un elenco comprometido absolutamente con el relato, algo que se logra con creces y permite el lucimiento de los siete integrantes del elenco. aunque podríamos agregar en las menciones también a Rubén de León, quien tuvo a su cargo la adaptación, que es la voz en off de la historia y aparece tras bambalinas, siendo importante en partes claves del relato.

Elogiar la titánica labor de Juan Manuel Correa, que más allá de ser el representante de Satán en la obra, tiene a su cargo le dirección de la obra, logrando coordinar un elenco numeroso y gran cantidad de personajes. Items a destacar, el excelente diseño de luces de Horacio Novelle, clave para para el desarrollo de una historia, que tiene un diseño escenográfico minimalista y muy ingenioso de Carlos Di Pascuo, que juega con telones en los extremos del escenario, dejando el centro del mismo para las acciones. Muy importante el aporte de Paula Molina, en el diseño de vestuario, clave para la caracterización de tantos personajes Y así podríamos seguir, destacando puntos alto de una puesta muy rica.






Y hasta aquí vamos a contar, realmente queremos valorar el enorme desafío y los riesgos que implican presentar una obra tan exigente como Fausto y lo Femenino Eterno y hacerlo yendo a fondo, tomando las dos partes que tiene este clásico de la literatura, para llevar al escenario en una puesta que enorgullece a todos los que gustamos del teatro independiente, ya que permite apreciar en todo su dimensión, la vigencia de un clásico escrito dos siglos atrás, aunque si nos decían que se escribió el año pasado, lo podíamos creer.

Por todo lo mencionado, solo queda recomendar la obra, van a disfrutar de una gran adaptación de un texto complejo y de varias capas, que nos habla de la lucha del hombre por alcanzar el sentido más profundo de la vida, confrontando sus deseos con los límites éticos, de la mano de una puesta magnífica y exquisitas actuaciones, que se encargan de mostrar que la eterna tensión entre el bien y el mal, está más vigente que nunca.


Pensador Teatral.

AL LEÓNIDAS BARLETTA

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