Viernes 22 45 hs y Sábados 20 30 hs en Teatro Timbre 4 ( México 3554 )
Llega a las huestes del Timbre 4, una obra del dramaturgo español Alfredo Sanzol, al que Tolcachir conocíó en sus reiterados viajes a España. Es un autor de su mismo edad, que se caracteriza por guiones que exploran en temas profundos, pero siempre con humor presente, como muchas veces se dice, de la mano de situaciones divertidas, se puede llegar a los temas más serios.
Tolcachir que en principio pensó dirigir la obra, se tentó al leer el texto y decidió participar del proyecto, pero desde el escenario, junto a las mejores figuras del Team Timbre 4, nos referimos a Gerardo Otero y a dos integrantes históricas de los Coleman, como Inda Lavalle y Tamara Kiper. Podemos afirmar y usted lector coincidir, que se puso toda la carne en el asador, en materia de elenco.
Solo faltaba elegir el director y aquí es donde aparece una sorpresa, ya que decidieron convocar a Ciro Zorzoli, un reconocido y exitoso director, que nunca participó en proyectos del Timbre 4. Con un estilo propio y una impronta personal, donde el humor siempre aparece. La convocatoria representaba un desafío doble, en primer término para Ciro, de tener que dirigir a un el elenco de tanta trayectoria y acostumbrado a trabajar con ciertas premisas ya establecidas y desde el otro lado, el reto para el colectivo del Timbre 4, de adaptarse a un director exitoso, que tiene su propio método de trabajo y una poética distinta, algo que sin dudas además de un desafío, significaba un estímulo, para seguir creciendo y aprendiendo.
Yendo al argumento de La Calma Mágica, digamos de antemano, que es una obra muy original, donde lo real y lo onírico se cruzarán en forma permanente, teniendo lugar situaciones disparatadas y delirantes, que serán la cobertura de pensamientos y sentimientos muy arraigados.
La obra, arranca cuando Osvaldo ( interpretado por Claudio Tolcachir ), se presenta en una oficina para una entrevista laboral. Tras la muerte de su padre, decide dejar el teatro y buscar un trabajo " serio " . Es recibido por Olga ( Inda Lavalle ), que le pregunta si está nervioso y le ofrecerá para que se relaje, unos hongos alucinógenos que guarda en una cajita. Osvaldo acepta y come unos cuantos de los hongos.
Ese es el disparador de la pieza y los únicos momentos serios de La Calma Mágica, ya que desde ese momento, comenzarán a mezclarse sueños con realidad y la imaginación del espectador, comenzará a volar, junto con la de los protagonistas.
Osvaldo se obsesiona con un video que lo muestra durmiendo en el trabajo, que fue grabado por un compañero de oficina, que lo considera un video muy gracioso y por eso decide viralizarlo, entre sus amigos. Pese al pedido y casi ruego de Osvaldo, para que lo borre, decide no hacerlo y ya allí comenzará una cruzada de Osvaldo, para conseguir que lo borre, a cualquier precio.
Se darán muchas situaciones desopilantes y aparecerán temas, como el uso de la tecnología, el auge de los celulares, el derecho a la intimidad, la dignidad y la vulnerabilidad de las personas.
Llevar adelante un texto tan particular y tan loco por momentos, exige mucho compromiso de los intérpretes y es algo que consiguen este grupo de actores tan experimentados del off, que deciden jugar la partida y entregarse a este libro que tiene tanto de lúdico.
Mencionemos una linea de cada uno de ellos, celebramos la nueva aparición de Tolcachir, poniéndose el traje de actor. Luego de volver en Nerium Park, donde se lució mucho, parece haberle tomado el gustito y vuelve acá, siendo el protagonista de la historia. Un joven que sufre la perdida de su padre y decide salir a buscar su destino, sin esa importante referencia. Nos gustó mucho el trabajo de Claudio.
Gerardo Otero, muy sólido en su papel, un jefe bastante malvado, que disfruta de su poder y de cierta perversidad. Gerardo es un actor versátil, que parece encajar en todos los papeles que le dan.
Y del lado femenino, un estupendo trabajo de Inda Lavalle, una temperamental y muy sexual Olga, la proveedora de los hongos, con una presencia escénica indudable y Tamara Kiper, una actriz que nos gusta mucho, aquí es una veterinaria soñadora e idealista, que parece enamorarse de Osvaldo. Dos actrices de enorme talento.
Como dijimos la historia no es sencilla y este grupo de actores ponen sus cuerpos al servicio de la obra y en varios momentos, se divierten como si fueran chicos.
Hay un moderno diseño escenográfico de Cecilia Zuvialde, colorido y psicodélico de la oficina, con muebles que se irán moviendo y transformando, para crear diferentes locaciones.
La trama es dinámica con puertas por donde aparecen y desaparecen los actores, así como el buen aprovechamiento, de esta sala tan emblemática del Timbre 4, donde pueden salir voces desde una ventana alta que se ilumina o desde debajo de las butacas.
Además hay efectos sonoros muy logrados, que generan momentos divertidos y resaltan algunas frases.
En definitiva, La Calma Mágica nos propone un viaje con mucha fantasía, pudiendo pasar en segundos de una oficina a un coto de caza en Kenia o nada en un río africano. Pero como dijimos antes, muchas veces, lo fantástico y lo onírico, permiten que los sentimientos más profundos del ser humano, salgan a la luz y esto es algo que sentimos se produce aquí,
Recomendamos la obra y aceptar la invitación de este grupo de talentosos actores, para emprender este viaje fantástico, donde nos cruzaremos con elefantes rosas, que quieren seguir viviendo libremente, sin que ningún cazador importuno los moleste.
Pensador Teatral.