martes, 23 de abril de 2024

Se Despide el Campeón.

Dramaturgia de Fernando Zabala. Dirección de Mariano Dossena.





Martes 20 45 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Cuando nos enteramos del estreno de Se Despide el Campeón en Itaca, de manera inmediata se nos generaron muchas expectativas, ya que es muy poco habitual que el boxeo aparezca como temática principal en el teatro y como agregado sabíamos que el protagonista era Cristian Thorsen, un actor dueño de un registro actoral admirable. Solo teníamos esos dos datos, el box y el protagonista, pero eso ya nos entusiasmaba. Y arrancando por el final de esta crónica, podemos afirmar que las altas expectativas previas, se superaron ampliamente , ya que disfrutamos de una gran noche de teatro, que vamos a recordar por largo tiempo,





Luego de esta prometedora introducción, podemos contarles que descubrimos un texto impactante del dramaturgo cordobés Fernando Zabala, que tiene la gran virtud de contar una historia que logra sorprender al espectador, porque arranca por un camino digamos lógico o esperable para la temática, pero sin dar aviso, la dramaturgia pegará un volantazo, dejando al espectador con la boca abierta y enganchado con un relato del protagonista, que resulta un gran desahogo, Vamos a hacer lo posible, para revelar lo menos posible en esta reseña, para que usted lector se sorprenda cuando vea la obra, tanto como nosotros.

La historia que nos convoca se desarrolla en Córdoba, más precisamente en la casa de Lopecito, un entrenador de boxeo, que está atravesando un momento anímico muy complicado. ya que recientemente ha muerto su pupilo el Bichito González, joven boxeador, al que entrenó desde chico, siendo casi un hijo para él, al que hasta alojó en su casa, tal era el afecto que le tenía. Hasta allí, algo normal, lo particular aquí, es que de la mano de la magia de la dramaturgia, en el living de la casa de Lopecito,  veremos que está el cuerpo de su pupilo, con su pantaloncito rojo, guantes del mismo color y una bata celeste. Allí erguido, esperando para partir hacia su morada definitiva, el Club Almafuerte.



La obra se divide en tres actos y en todos ellos, tendremos al entrenador frente a su boxeador. Luego de tantos momentos vividos, parece necesaria una última charla de Lopecito con su pupilo. Quedaron temas para hablar y esta sin dudas, será la última oportunidad de hacerlo. Lopecito botella de vino en mano, empezará a repasar algunas de las peleas más recordadas que compartieron como equipo, como aquella en Barrio Fisherton, donde tuvieron que escapar corriendo, aquellos rivales corajudos como el Paraguayo, aquel viaje a Comodoro Rivadavia, donde el frío y el viento calaban los huesos, entre otros momentos que recordaba de manera nítida.

Pero a medida que Lopecito seguía bajando aquella botella de vino, la lengua se le iba aflojando y las palabras empezaban a brotar de su boca como una catarata. En ese arranque del segundo acto, algo cambiará en el aire, las anécdotas boxísticas irán quedando en un segundo plano y el relato se transformará en una confesión, en un desahogo de un hombre desbordado por sus emociones. Los espectadores quedarán más que sorprendidos por la revelación de aquel hombre. Y hasta allí vamos a contar, cuando vean la obra, descubrirán que verdad tenía adentro Lopecito y cuáles fueron las circunstancias de la muerte de su pupilo. 





Y es hora de hablar del gran protagonista de la noche, porque ya destacamos las virtudes de un texto virtuoso, que sin dudas resulta potenciado por la genial composición de Cristian Thorsen, que brilla a cargo de este unipersonal, como un entrenador de box, algo bruto y tosco, pero muy noble. La hermosa sala de Itaca donde se presenta la obra, permite estar bien cerquita del protagonista, con la posibilidad de disfrutar cada uno de sus movimientos y sus gestos, algo que en composiciones tan minuciosas, resulta un verdadero lujo.

Es admirable la manera en que Cristian maneja el tono del relato y los diferentes momentos emocionales del mismo. generando una atmósfera íntima que impresiona, rompiendo la cuarta pared en un par de oportunidades. Muy logrado el acento cordobés y su lenguaje corporal, que tanto dice. Ya habíamos elogiado a Cristian, por anteriores interpretaciones en unipersonales, pero en cada nuevo trabajo parece superarse y aquí nos regala una composición fenomenal, logrando dar a su personaje una sensibilidad que conmueve, Para poner en un cuadrito este trabajo de Thorsen.

Momento ahora de elogiar la puesta de Mariano Dossena, que consigue crear un ambiente íntimo en la sala, en concordancia con el tono del relato. Para destacar el diseño escenográfico de Nicolás Nanni, con esa figura del boxeador que concentra todas las miradas de los espectadores . La iluminación de Claudio del Bianco, crea muy buenos climas y también merece el destaque, en esta puesta minimalista que resulta muy atractiva.






Y no vamos a contar más, porque no queremos spoilear nada. Nuestra recomendación, es que vayan a ver la obra, sin leer nada de ella, porque la sorpresa es un punto muy importante de la trama y les aseguramos que si van a ciegas, se van a sorprender mucho. Como dijimos en el comienzo la dramaturgia es realmente potente y con el boxeo como marco, se  desplegará una historia de enorme sensibilidad, que dejará al descubierto los sentimientos de un hombre abatido por las circunstancias, que sufre la mirada de una sociedad prejuiciosa, que relojea con una mueca burlona, al que escapa de la norma.

Solo queda recomendar Se Despide el Campeón, una estupenda propuesta del teatro independiente, que cautiva al espectador por varios motivos, en primer lugar por un texto muy fuerte, seguido por una puesta magnética y en especial por la fenomenal composición de Cristian Thorsen, que conmueve por su intensidad y se disfruta muchísimo. Por eso, celebramos el prolongado aplauso del público que colmó la bella sala de Itaca, que en el final de la función y luego de recuperar el aliento, agradece por la gran noche de teatro vivida.


Pensador Teatral.


sábado, 20 de abril de 2024

Cuando el chajá canta las horas.

Dramaturgia y Dirección de Merceditas Elordi.





Sábados 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

La talentosa pluma de Merceditas Elordi, acostumbra a traernos textos que nacen luego de arduos trabajos de investigación, algo que se corrobora en Cuando el Chajá Canta la Horas, un drama rural de su autoría, que nos invita a viajar al Interior de la Provincia de Buenos Aires, a comienzos del Siglo XIX, en aquellos años previos a la llegada de Juan Manuel de Rosas a la Gobernación. Eran tiempo donde los malones eran moneda corriente y las discusiones se arreglaban a punta de facón.





Tomando la forma de vida, las costumbres y el vocabulario de aquellos años, Merceditas construye un entorno campestre cargado de poesía y de modismos gauchescos, adecuado para personajes de rasgos muy buen marcados. En la historia que nos convoca, veremos a una puestera pobre ( Mariel Rueda ), que trata de sobrevivir lo mejor posible en un humilde rancho, con Rufino ( Pablo Paillaman ) y Analía ( Juli de Moura ), sus hijos adolescentes de padres diferentes.

La tranquilad de ese humilde hogar, será sacudida con la llegada de Beltrán ( Edgardo Rosini ), poderoso patrón de estancia, dueño de las tierras y el ganado de la zona. Ya mayor él y preocupado por no tener aún descendencia, pone los ojos en Amalia, su hija bella y virgen. Habla con Ema, a quien le comenta que sus intenciones son serias, pidiendo su venia para casarse con su hija con todas las de la ley, algo que sería beneficioso para su niña, que aseguraría su futuro al lado de un hombre poderoso y además esta unión tendría algún rédito para la familia, ya que gentilmente, Beltrán a cambio de aceptar su propuesta le daría trabajo a Rufino, les regalaría una ponedora, un par de caballos y una carreta, beneficios que les servirían para mejorar un poco, la miserable vida que llevan.





La madre no tiene mucha alternativas, porque más que una propuesta parece una imposición, ya que decirle que no al hombre poderoso del lugar, los obligaría a dejar su hogar y marchar para algún otro sitio, con los riesgos que implicaría emprender un éxodo.. Por otro lado, le posibilitaría a su hija, tener una vida decente, bien diferente a las penurias que tuvo que soportar ella.  El problema es que su hija nada quería saber con aquel hombre mayor y áspero, ella estaba enamorada de Mateo ( Mauricio Méndez ), un gaucho valiente y pobre como ella, que la venía cortejando desde hace unos meses. 

Pero como dijimos la realidad familiar, no daba mucho lugar para la elección, así que Ema utilizará todas sus artes para convencer a su hija, para que se case con el hombre. Pese a la relación de poder asimétrica, se mostrará valiente, para conseguir el mejor trato posible, para mejorar lo más posible situación familiar y asegurarse que su hija pueda visitarla los días de guardar. Así que finalmente habrá casamiento. Su hija decide aceptar a aquel hombre, deseando que no viva mucho tiempo más, y con la certeza que su verdadero amor siempre será Mateo, algo que presagia problemas en el futuro y una tragedia en ciernes. Pero hasta allí vamos a contar, solo diremos que al poco tiempo Amalia quedará embarazada y allí comenzará otra historia, que tendrá un desenlace explosivo, que el lector descubrirá cuando vea la obra.





Momento de destacar los trabajos actorales y aquí también hay mérito de Merceditas desde la dirección que permite el desarrollo de los personajes, lo que posibilita que los cinco personajes en escena logren destacarse mucho. Y la primera mención, será para Mariel Rueda, que compone a Ema, una mujer humilde pero muy sabia. Mariel es una actriz con mucho oficio y aquí ya la hemos elogiado muchos de sus trabajos. El año pasado fue nominada a los premios ACE y aquí vuelve a mostrar sus credenciales en un personaje muy querible. Sus diálogos, sus caras y los correctivos que le aplicará a sus hijos, dejarán momentos divertidos, en una obra que tiene una trama muy cruda. Gran composición de Mariel, para nosotros la más destacada de la noche.

Sigamos con Edgardo Rosini, otro actor con mucha trayectoria, que compone aquí a un verdadero villano, interpretando a un hombre poderoso y desalmado. Mostrando una gran presencia escénica, cumple su rol a la perfección. Excelente lo de Edgardo. Los papeles masculinos se completan con Pablo Paillaman, como Rufino, temperamental y dado a los vicios, le dará muchos disgustos a Ema y será un personaje clave en la historia. Destacamos la entrega de Pablo y un plus con su guitarra, proponiendo muy buenos momentos musicales. Por su parte, Mauricio Mendez es el valeroso Mateo, gaucho trabajador, que sufrirá por el casamiento de su amada y no se resignará a perderla. Muy bueno lo de Pablo y lo de Mauricio.






Para el final dejamos a Juli de Moura, una verdadera revelación, siendo al comienzo una niña frágil y llena de miedo, que sufre por ese matrimonio por conveniencia, Pero a medida que la trama avanza, mostrará que es sabia como su madre y mostrará sus garras Sensible y sentida interpretación de Juli, que grafica los abusos que sufrían las mujeres en aquellos años.

La puesta de la obra es un punto realmente fuerte. Muy logrado el diseño escenográfico de Edgardo Aguilar, con ese rancho lleno de detalles, que nos transporta al campo profundo. Edgardo también tiene a su cargo la iluminación, otro rubro que destaca. Sobresaliente el vestuario de Mariana Carranza, caracterizando en gran forma a los cinco personajes de la historia. Es una puesta cuidada y bella desde lo estético, que agrega valor al relato.



Entendemos que ya contamos lo suficiente, como dijimos en un comienzo, se nota que hubo mucho trabajo previo de investigación de la autora, que consigue dar el marco adecuado a una historia cruda y en consonancia con la forma de vida hace 200 años en la Buenos Aires rural, donde los poderosos eran la ley, los gauchos eran casi esclavos, soportando condiciones de trabajo muy desfavorables y en el caso de la mujer tenía un rol muy relegado, ya que se consideraba que solo servía para las tareas domésticas y la crianza de los hijos, no teniendo ninguna posibilidad de opinar y debiendo soportar abusos y arbitrariedades, que en aquellos años se consideraban normales.

Nos gustó mucho Cuando el Chajá Canta las Horas, una verdadera joyita del teatro independiente que recomendamos vean, ya que se encontrarán con una historia muy fuerte, que recreará como era la vida del campo, en tiempos de malones y patrones de estancia poderosos, gracias a un texto repleto de virtudes e imágenes poéticas, una puesta muy cuidada y actuaciones estupendas. Cuando estos factores se hacen presentes, el buen teatro fluye y por eso gratifica ese prolongado aplauso que los espectadores que colmaron la sala, le regalan a los protagonistas al final de la función, reconociendo la estupenda noche de teatro vivida.


Pensador Teatral.



jueves, 18 de abril de 2024

Ventanas

Dramaturgia y Dirección de Lucas Ranzani.





Jueves 20 30 hs en Pasaje Artesón ( Palestina 919 )

Una propuesta original y muy divertida, nos propone Lucas Ranzani con Ventanas, de la mano de una dramaturgia descontracturada que se apoya en lo lúdico, presentando una historia que juega con habilidad entre lo real y lo onírico, para hablarnos de la mirada que tenemos hacia el otro, pero en este caso se anima a correr los límites y mostrar cuando de voyeur pasivo, se pasa a la acción. invadiendo la intimidad del otro, que seguramente tiene una vida mejor que la nuestra.

La división del espacio escénico en mitades, será clave para la historia que veremos, ya que de un lado tendremos a la joven pareja conformada por Analía ( Malena López ) y  Tomás ( Vittorio Falco ), ella es una actriz que recién está arrancando y debe ganarse un lugar participando en castings, algo que no le resulta sencillo de manejar anímicamente, ya que la altera y la llena de inseguridades. Tomás, se nota más aplomado, es dueño de una inmobiliaria y trata sin éxito de darle apoyo a su novia. Ella está nerviosa y discuten en el balcón de su departamento, algo normal para cualquier pareja.






Pero del otro lado del escenario, están Julieta ( Julia Rosell Fieschi ) y Fede ( Ignacio Pozzi ), también  joven pareja, pero de ellos no tenemos dantos datos. Desde su balcón, hace un tiempo observan los movimientos de sus nuevos vecinos Analía y Tomás. A Fede le gusta aquella mujer, le confesó a su pareja que se siente atraído por ella y Julieta también se siente atraída por aquella mujer bella y fina, que fuma en el balcón. Se divierten jugando a observar a sus vecinos, inventan sus nombres y tratan de adivinar los diálogos que mantienen, por las mímicas y las caras que claramente observan desde enfrente.

Pero el juego va ganando en intensidad y más que nada Julieta se empieza a obsesionar por los vecinos, necesita saber con certeza de que hablan, que los hace reír y que pelear. Tomás empieza a preocuparse por el comportamiento de su novia y lo que comenzó como un juego divertido empieza a tomar otro color. Hasta que una noche, ven que la vecina llora en el balcón y Julieta decide que es momento de actuar, de pasar a la acción. Ya no alcanza con mirarlos desde su balcón, siente una irresistible necesidad de ir a tocarles el timbre, presentarse y conocer la verdadera de historia de sus vecinos.





Para su marido la idea es una locura, pero no quiero dejar a su esposa sola y al mismo tiempo siente adrenalina por la situación. Y hasta allí vamos a contar, para no quitar sorpresa, solo vamos adelantar que el encuentro entre los cuatro se va a concretar y saldrán a la luz los deseos reprimidos, las fantasías y muchos sentimientos profundos, en una trama que por momentos se tornará delirante, con pasajes muy divertidos, que mezclarán lo onírico, con lo real.

Tiempo de hablar de las muy buenas actuaciones del joven elenco reunido, que se abraza con gusto propuesta lúdica y divertida que pide el texto de Ranzani. Están muy bien los cuatro, pero entendemos que las figuras femeninas son las que más se destacan. Nos gustó mucho el trabajo de Malena López, primera vez que la vemos en escena y destacamos especialmente su gestualidad y una expresividad a flor de piel, para lucirse como Analía o Romina, ustedes elegirán, pero sin dudas van a coincidir en la estupenda presentación de Malena.

Continuamos con Julia Rosell Fieschi, como una Julieta curiosa y flechada por su vecina. A Julia, ya la habíamos elogiado hace unos años por su actuación en Nos, entrañable obra del off y aquí vuelve a lucirse, con un personaje rico en matices. Julia para nosotros, tiene un plus, es catalana y vive hace ya un par años en nuestro país, pero aún conserva un acento hermoso, que le brinda un condimento especial a sus personajes. Buenísimo lo de Julia.





Tal vez la historia otorga un mayor destaque e los personajes femeninos, pero no por ello debemos ser injustos con Vittorio Falco e Ignacio Pozzi. Vittorio es Tomás, la pareja de Analía, que se esforzará mucho por hacer sentirla bien, pero no tiene una tarea sencilla, porque nada parece ser suficiente para contenerla. Ignacio, dá vida a Fede, tal vez el más racional de la historia. A regañadientes acepta el juego que le propone Julieta, pero a medida que este avanza, quiere bajarse del mismo, aunque tiene sentimientos contradictorios. Están muy bien Ignacio y Vittorio.

La puesta es un punto fuerte de Ventanas, dinámica y con un diseño escenográfico creativo y efectivo desde lo visual, con aquellas cortinas transparentes particulares, con la que jugarán los protagonistas, marcando los límites de la intimidad e invitando a la imaginación del espectador. Y no nos olvidemos del gran aporte de Olivia Alonso, a cargo de la música en vivo y de la banda sonora del relato, acompañando el relato y dando belleza a la puesta. 





Y hasta aquí vamos a contar, Ventanas es una propuesta divertida, que también invita a la reflexión, porque nos muestra la dinámica del mundo actual, donde hay cierta fascinación con la vida de los otros, nos seduce la idea de poder inmiscuirnos en la intimidad de un tercero y en cierta forma vivir su vida, algo que se potencia muchas veces por el auge de las redes sociales, que marcan tendencias y nos permiten obtener mucha información de los otros.

Los invitamos a que se copien de Julieta y Fede y durante la obra, se conviertan verdaderos voyeurs, que espiarán la intimidad de estas parejas, participando de sus peleas, sus placeres y sus deseos, en una noche donde está permitido jugar y atreverse a cruzar los límites. Para ello contarán con un texto que fomenta lo lúdico y actores que sin temor al ridículo, juegan en escena y dejan al descubierto, como muchas veces la manera más fácil que encontramos de darle emoción a vidas aburridas, es entrar en la intimidad de los otros y simular que vivimos sus vidas.


Pensador Teatral.



lunes, 15 de abril de 2024

Dora, un ingrediente especial.

Dramaturgia y Dirección: Martín Goldberg,




Lunes 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 ) 

Resulta imposible no enamorarse de Dora, esta adorable abuela, que quiere sobreponerse a los achaques normales de la edad, la tristeza que conlleva la soledad y al tener una familia muy ocupada en sus problemas y en sus peleas, pero con muy poco tiempo para dedicarle. La dramaturgia de Martín Goldberg, refleja con sapiencia lo que sucede con muchos abuelos cuando llegan a una edad donde necesitan la ayuda de los hijos y la familia, algo que sería lógico, pero que muchas veces no ocurre. Y lo bueno de esta historia, es que describe las situaciones, con una muy buena cuota de humor, algo que facilita las cosas.




Dora ( Cristina Maresca ) pasa la mayor parte de su tiempo en la cocina de su casa, allí encuentra sosiego y alegría, cocinando ricos platos y postres, con los que agasaja a las pocas visitas que recibe. Desde que hace más de diez años quedó viuda y se las arregló de muy buena manera, pero en los últimos tiempos la memoria empezó a fallar y alguno de esos olvidos, como por ejemplo no tomar una pastilla o volver a tomarla, encendió algunas alarmas, principalmente en la cabeza de Marina, su hija, que es quien la visita casi a diario y trata de darle algunas pautas para evitar disgustos.

Pero Dora, tierna a más no poder, es también bastante cabeza dura y no le gusta recibir directivas de su hija, con la que discute seguido. El preferido es su hijo, que por estar muy ocupado con su trabajo no la visita nunca, pero ella lo atiende y lo apaña, porque siempre será su preferido. Las discusiones entre Dora y Marina son constantes, hay mucho roce entre ellas. Dora no quiere obedecer y Marina por momentos pierde los estribos, algo que luego le como pueden imaginar le genera culpa.




De la familia quien más visita a Dora es Carla ( Rocío Gómez Wlosko ), su nieta favorita. Ella si disfruta mucho de estar con la Bobe, que le prepara sabrosas cosas y que además le dá buenos consejos. El principal, es que sea feliz, que haga las cosas que le gustan sin importar lo que piensan los demás. Concepto que enerva mucho a la madre, que obviamente la va a acusar por fomentar la rebeldía y por ponerla en contra de ella. 

Pero aclaramos que quien más la visita de la familia era la nieta, porque el visitante más asiduo de Dora, es Alejandro ( Braian Ross ) , el hijo del portero, que pasa todos los días a tomar mate con ella y a probar los ricos platos que cocina. Además es quien le dá los acertijos que la mantienen entretenida por varios días. Su hija recela y desconfía de la presencia de aquel extraño en la casa, pero Dora lo defiende a capa y espada, ya que es quien más la ayuda a combatir la soledad, además de ser siempre tan atento con ella.

Dora pierde la memoria, pero no las mañas y por eso resulta una abuela querible por todos. Pero ella misma se dá cuenta, que no es la misma de antes y se preocupa por ello, aunque nunca lo confesaría. Siempre se querrá mostrar fuerte, porque está a gusto en su casa. Su mayor pesadilla es tener que irse de  a un hogar, se resistiría con uñas y dientes para evitar aquella humillación, pero sin que lo sepa, sobre sus espaldas, sus hijos van madurando la idea y hasta allí vamos a contar para guardar el suspenso. Para ver que sucede deberán ver la obra, algo que recomendamos especialmente.



Vayamos a las actuaciones que presenta la pieza y acá no hay dudas quien se lleva los mayores aplausos y ovaciones de la noche, es Cristina Maresca, que realiza una composición sensible y plena de amor, como una bobe querible a más no poder. Una guerrera de la vida, que pese a los golpes recibidos, quiere seguir adelante, siempre con la cabeza alta y resistiendo a esa dolorosa sentencia que muchas veces resulta la vejez. Emocionante y hermoso trabajo el de Cristina, un disfrute absoluto verla en escena y como no querer correr a abrazarla.

Difícil para el resto del elenco lucirse ante semejante personaje, pero la verdad es que todos están muy bien. Graciela Urbani tiene un personaje complejo, ya que tiene que dar vida a una hija que luce desbordada por la situación y sin saber como encarrilar a su madre. Es un poco la villana de la obra, pero si uno mira con un poco más de alcance, está claro que no es. Nos gustó mucho la interpretación de Graciana, a quien recordamos haber elogiado hace un par de años por haberse lucido en un unipersonal en el Nun, con un papel diametralmente opuesto a este.




Rocío Gómez Wlosko, es la relevación de la obra, como la típica adolescente rebelde, que está acomodando sus ideas y todavía no sabe bien que camino tomará. Casi por instinto, le llevará siempre la contra a la madre. Eso si, adora a su abuela con todo su corazón, le encanta compartir momentos con ella y escuchar sus anécdotas. Para el final, nos queda Braian Ross, el hijo del portero, que al principio parece un personaje algo sospechoso, pero con el correr de la obra, confirmará que es un bonachón de buen corazón. Muy bueno también lo de Braian.

Como dijimos antes, si bien la actuación de Cristina, es la que lógicamente tiene el mayor destaque, pero  hay que reconocer el muy buen trabajo del resto del elenco, ya que  con sus interacciones, le dan sentido a la historia. La puesta de Martín Goldberg, es cálida y acorde con el clima del relato. Destacamos especialmente el diseño escenográfico de José Escobar, con esa cocina enorme, que es el hábitat donde Dora se siente a gusto.




Y hasta aquí vamos a contar, nos encantó Dora, un ingrediente especial, una obra que nos llegó al corazón y nos emocionó muchísimo. Creemos que cada espectador verá reflejado en Dora, a algún ser querido de su familia. En mi caso, Dora me recordó mucho a mi padre, que hace no mucho tiempo dejó este plano y fue muy fuerte, reconocer en la trama, varias situaciones idénticas a las vividas en la realidad, como llegar a la casa y ver algunas pastillas tiradas en el piso, lo que originaba algunas discusiones, que viendo ahora la obra, generan algo de culpa.

Pero bueno, dejemos este para el diván, Dora se ubica entre las mejores obras que vimos en el año, sensible y humana que nos invita a reflexionar, sobre lo complicado que resulta transitar la vejez y que siempre debemos hacer el mayor de los esfuerzos para acompañar a la persona que queremos y que tanto paciencia nos tuvo. Ahora cuando los ciclos estaban invertidos, la paciencia tiene que ser nuestra. Una gran opción, para reír y para emocionarnos, coronada con esa gran ovación, al final de la función, del público que colmó la sala del Callejón, justo tributo a Dora y a todas las Doras que desde el cielo disfrutaron la función con nosotros.



Pensador Teatral.


viernes, 12 de abril de 2024

Mongo y El Ángel.

Dramaturgia de Héctor Oliboni. Dirección de Marcelo Velázquez.





Viernes 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Un texto crudo y humano nos acerca Héctor Oliboni, autor de esta historia que ostenta una inquietante actualidad y que nos habla de seres que muchas veces parecen invisibles, nos referimos a aquellas personas que se encuentran en situación de calle y que buscan la manera de sobrevivir en una situación tan adversa, mientras la mayoría de las personas los ignora o peor cruza de vereda para evitarlos, como no queriendo saber que historia de vida, hay detrás de esas personas, que sin dudas tocaron fondo.





Precisamente, el autor con este texto busca darle visibilidad a aquellas personas y realmente lo consigue, por la calidez de la historia y la muy buena dirección de Marcelo Velázquez que pone en acertado contexto a los personajes. Las acciones se desarrollan en la calle, más precisamente, en la puerta de un teatro abandonado, vaya metáfora, allí se encuentra viviendo Mongo ( Bautista Duarte ), un hombre de edad madura,  durmiendo sobre cartones y rodeado de bolsas de basura. Tiene la barba larga y desprolija, pero por su aspecto, no parece ser alguien que acumule mucho tiempo viviendo en la calle.

Pero el sueño de Mongo, se interrumpirá con la llegada de Pino ( Martín Urbaneja ) , otro habitante de la calle, que parece con mucha ganas de hacer alboroto y hablar, lo contrario a Mongo que quiere pasar lo más desapercibido posible. A simple vista se nota que no congenian. Mongo quiere estar solo y le molesta la llegada a su cuadra de aquel hombre que no para de hablar y que además dice que es un ángel y que tiene poderes, algo que además de resultar difícil de creer,  enoja mucho a su recién conocido.






Se generan discusiones entre ambos, porque Pino es muy efusivo y además revuelve con desesperación las bolsas de basura, buscando sin saber que. Con fastidio Mongo le cuenta que durante el día toca el violín allí, buscando alguna limosna de los vecinos que pasan y con tanto alboroto no puede hacerlo. Toca muy bien, algo que se explica ya que anteriormente era músico y llegó a tocar en aquel teatro que ahora luce cerrado. Pero por más intentos y buenos gestos que tiene Pino, que se nota tiene un corazón inmenso, la amistad entre ambos hombres parece una misión imposible.

Y allí estaban discutiendo una noche más, cuando llegará Liliana ( Silvina Katz ) para cambiar todo, ella no vive en la calle, pero trabaja en ella. Es prostituta y ha tenido una noche fatal. Ya es grande y le cuesta conseguir clientes. La competencia es feroz, por las chicas jóvenes y los travestis que pululan por la zona. Para colmo, cuando pica algún cliente, hay que separar algo de lo poco que gana para darle a la policía. Está trise y casi sin fuerzas para seguir. 





Lo saluda con cariño a Pino, lo conoce desde hace muchos años y sabe de su bondad, característica que todo Ángel debe tener. Mongo se sorprende por la situación y parece bajar un poco la guardia y soltar un poco la lengua. generándose una relación de confianza y camaradería con aquella mujer. Y hasta allí vamos a contar, solo diremos que aquel encuentro fortuito, no será en vano y que por influjo del destino o bien por ayuda divina, algo mágico sucederá aquella noche. Pero ya contamos demasiado, para saber más, deberán ver la obra y sorprenderse como nosotros.

Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra. Arranquemos por Bautista Duarte como Mongo. Busca mostrarse lo más entero posible pese a la situación. Parco y reservado, su personaje denota resiliencia y dignidad. Trata de estar callado y no llamar demasiado la atención, porque sabe que ese no es su lugar. Nos gustó mucho la composición de Bautista. 





Martín Urbaneja es Pino o un ángel, ustedes elegirán. Optimista pese a todo, trata de ayudar a los que están en su misma situación, con lo poco que consigue en la calle, donde se nota lleva ya muchos años. Se preocupa por el estado de mundo y porque la gente vive dormida, sin prestar atención a las cosas realmente importantes. Entrañable y muy querible su personaje, que algunos podrán definir como un loco lindo y otros como un ser divino. Muy buen trabajo de Martín.

Y para el final dejamos a Silvina Katz, una actriz con mucho carisma, a la que nos cansamos de elogiar en este humilde sitio, ya que siempre que la vemos en escena, se luce. Es una actriz de una versatilidad digna de destacar, una verdadera todo terreno. Aquí es una prostituta, cansada ya por tantos años de trabajo en la calle y por la soledad que la atraviesa de manera brutal. Está estupenda Silvina en la composición de Liliana, personaje clave de la historia y mostrando una vez más, que es un comodín que rinde en todos los personajes que le tocan en suerte.

Marcelo Velázquez desde la dirección, le impone su sello de humanidad a todos los personajes y a la trama en sí, con una puesta sensible y plena de emociones. Para destacar el diseño escenográfico de Ariel Vacaro, que se adapta a la horizontalidad del espacio escénico elegido. La música original de Fernando Laub y el vestuario de Paula Molina, hacen también un importante aporte a una puesta cálida y cercana, que consigue Marcelo.





Nos gustó la propuesta de Mongo y El Ángel, ya que consigue dar visibilidad a aquellas personas, que por vueltas de la vida, terminaron en la calle. La historia nos invita a reflexionar, sobre la enorme necesidad que tienen muchas personas que sufren por no poder dormir a la noche en una cama caliente, por comer salteado, no poder darse un baño y muchas situaciones más. Y si encima de todo ello, deben soportar la mirada indiferente o hasta cruel de los personas que pasan apurados por delante de ellos, como si pasaran por delante de espectros, la situación se agrava.

Por todo lo mencionado, destacamos el texto de Héctor Oliboni, ya que más allá de la crudeza de la historia, acerca un mensaje esperanzador, ya que no importa cuan bajo haya caído una persona, siempre hay esperanza y puede llegar ayuda divina o humana que tenderá una mano, para ayudarlos a salir del pozo. Como dijimos al comienzo, la obra toma mayor relevancia y vigencia en estos momentos complicados que vive el país, por eso es bueno reflexionar y la próxima que veamos a alguien en situación de calle, si no podemos ayudarlos económicamente, les podemos regalar una sonrisa o dedicar unos segundos para charlar con ellos, ya que esto sin dudas será un aliciente que los ayudará a mantener la dignidad y la esperanza, porque puede llegar un ángel a rescatarlos.


Pensador Teatral.







martes, 9 de abril de 2024

Si Salís con Vida

Dramaturgia de Flavia Company. Dirección de Sebastián Suñé.





Martes 21 hs en Nun Teatro Bar ( Juan Ramírez de Velazco 419 )

Una provocadora y disruptiva propuesta llega de la mano de Si Salís con Vida, profundo texto de la escritora Flavia Company, que cuestiona de manera feroz los mandatos establecidos y esa mansa obediencia de aquellas personas que siguen sin cuestionamientos el camino trazado por alguien, casi por inercia y sin detenerse a pensar porque cumplen ciertas acciones. 






La obra que tiene una puesta fenomenal de Sebastián Suñé, se presenta en formato de unipersonal, para que Karina Hernández, una actriz muy talentosa, nos deje con la boca abierta desde el comienzo hasta el final de una obra que se encarga de romper todas las convenciones teatrales, con la honestidad de anunciarlo desde al arranque, para que nadie en la sala se sorprenda, con lo que vendrá, porque sin dudas se van a sorprender.

Queremos ser cuidadosos para no spoilear demasiado, ya que una de las virtudes de esta propuesta, es la sorpresa, logrando que el público esté inquieto en todo momento en su butaca sin saber lo que se viene. Lo que si podemos contar, es que Karina derribará la cuarta pared desde el minuto cero, buscando una complicidad absoluta con el público, que será el destinatario de su manifiesto y que irremediablemente quedará inmerso en la experiencia teatral, que propone el texto.






Solo para que tengan la certeza que no exageramos, cuando decimos que la obra rompe todas las convenciones, contar que al iniciar la obra, la protagonista correrá el telón de fondo de la sala y abriendo la puerta de acceso, por donde hace minutos el público ingresó, pedirá a viva voz, que por favor abandonemos la sala, ya que la función no se va a realizar y que es momento de irse, ya que en caso de no hacerlo, se corre el riesgo de no poder salir de allí luego, pedimos perdón por el spoiler, pero esta será la carta de presentación de la noche.

La protagonista vestida de monja, luce furiosa y contrariada, por ese traje ostentoso que lleva y por tener que representar un papel que no le gusta. Por eso decide plantarse y blanquear que no quiere seguir adelante con la función. Porque tiene que estar parada allí actuando,  si no tiene ganas ?? Porque tiene que seguir el texto de una autora, que a esa hora debe estar  cómoda en su casa viendo televisión  Es momento de decir basta y parar. Dejar de obedecer, tomarse un tiempo para pensar y solo hacer las cosas que sentimos, no la que nos imponen.






Pero la reflexión no solo es propia, Karina interpela al público, lo invita a reflexionar sobre la vida que lleva. Los conforma ir al teatro para olvidarse un rato de los problemas y volver al hogar sin haber solucionado nada , será una de las preguntas. La profundidad del texto por momentos aturde y perturba. Vale la pena vivir en este mundo lleno de violencia e injusticias ?? Hacemos algo para cambiar esta realidad ?? La protagonista decidió parar la pelota y decir basta. Logrará que el espectador siga el mismo camino ?? La amenaza que no podrá salir de la sala se cumplirá  ?? Y hasta allí vamos a contar, de este texto incendiario y una trama que moviliza y mucho al espectador. 

Llega el momento de hablar de Karina Hernández, la gran protagonista de la noche, que se siente local en el Nun y en su debut en unipersonales, nos regala una enorme composición, en un personaje que exige mucho. Con una entrega conmovedora y una energía altísima, abraza con pasión un texto con el que no quedan dudas se siente totalmente identificada. Se muestra desatada en escena, yendo a fondo, sin temor al ridículo  y con un histrionismo que hay que destacar.





Impresiona la forma en que Karina se adueña del escenario, con mucho carisma y una interpretación que le surge de las entrañas, salvaje y gutural. Su personaje decide romper el statu quo y rebelarse, en nombre de ella y de muchas mujeres como por ejemplo Madame Curie, que aparecerá referenciada en el texto. Karina disfruta en escena y tiene una potencia actoral que le permite acelerar a fondo, en una interpretación que sin dudas puede significar un antes y un después en su carrera.

La protagonista está solita en escena, pero tiene como respaldo una puesta magnífica de Sebastián Suñé, un director con el que ya ha trabajado antes y se entiende muy bien. El diseño lumínico de David Seldes es fenomenal, con esas luces de led a los lado del escenario y la cruz gigante, que irá cambiando de colores a lo largo del relato. La música es otro punto fuerte, por momentos la sala parece transformarse en un boliche en plena efervescencia, para que Karina baile como poseída. Y también queremos dedicar un párrafo a Patricia Mizraji a cargo del vistoso vestuario de la protagonista. En definitiva, una puesta que sorprende por su potencia y estilo, bien a tono con la estridencia del texto.





Y hasta allí vamos a contar, Si Salís con Vida es realmente una experiencia teatral que moviliza y toca las fibras íntimas del espectador. No es una obra más, para pasar el rato como si nada, ya que la trama nos interpelará a fondo y nos invitará a hacernos preguntas, a cuestionar la normalidad, dándonos un empujón para que abramos los ojos y para que no perdamos de vista algunas de las cosas maravillosas que la vida nos ofrece todos los días, como un bello amanecer, el aroma de una flor o contemplar el vuelo de una mariposa, por dar algunos ejemplos. Son cosas que que tenemos a nuestro alcance, pero por estar tan apurados u ocupados por no alejarnos del camino trazado, las ignoramos o simplemente no tenemos tiempo para disfrutarlas.

Recomendamos esta original y controversial propuesta, que como advertimos en el comienzo, corre los límites y se ubica a espaldas de las convenciones teatrales establecidas. Es una obra que busca despertar al espectador, llamar su atención, e incomodarlo, En lo personal creemos que consigue estos objetivos con creces , ya que resulta imposible hacernos los distraídos e ignorar lo que la dramaturgia nos grita. Esto ocurre por la intensidad del texto, la potencia de la puesta y principalmente por la brutal composición de le protagonista, que se deja la piel en escena. Todo este combo, logra sacar al espectador de su zona de confort, llevándolo a un estado  de introspección, para que se mire al espejo y piense si le gusta la imagen que se refleja y no hay dudas que cuando todo esto ocurre, la magia del teatro ha logrado su cometido.


Pensador Teatral.



sábado, 6 de abril de 2024

Todos Saltan, Están Bien , Nadie Mejora

Dramaturgia y Dirección de Andrés Binetti.






Sábados 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

La problemática de la salud mental, es especial después de la pandemia, ha ganado en relevancia y es una temática que empieza a aparecer con mayor frecuencia en los medios, algo que antes no ocurría, ya que por lo general, es un tema que prefiere ignorarse. En este caso la obra de Binetti, con un título bastante críptico, no solo se atreve a tocar el tema, sino que lo hace desde un enfoque impensado, como el del humor. Precisamente muchas veces se sostiene, que la mejor manera de abordar temas complejos, es mediante el humor y el ridículo y esta obra es una muy buena demostración de ello.





Las acciones se desarrollarán en un call center de atención al suicida. Todos los días, un grupo de jóvenes empleados concurrirá a un trabajo muy particular, que requiere una responsabilidad altísima, ya que aquí un error o que se caiga una llamada, puede llegar a costar una vida, porque evidentemente  la gente que llama está en una situación límite. Con esta presentación, imaginamos un plantel de profesionales de la salud, serios todos ellos, con traje los hombres, elegante vestidos las mujeres, personas muy bien preparadas y totalmente concentradas en su trabajo, pero rápidamente les contamos que esto no va a ocurrir.

En esta comedia negra, veremos un call center, que es un mix entre dependencia pública y oficina privada, con empleados algo díscolos que generan inmediata empatía, con la plantita en el escritorio, la lucha por las fichas de la máquina de café, las colectas para los cumpleaños, el dispenser de agua que nadie quiere recargar y los bizcochitos Don Satur infaltables en el cajón del escritorio. De manera muy divertida y jugando con lo satírico, muchos clichés de las oficinas irán asomando, para sonrisa de los espectadores que se sienten identificados con lo que ven.






Aparecerán además los típicos conflictos amorosos entre los novios que trabajan en la misma oficina, el empleado que en vez de comprometerse con el trabajo atiende sus asuntos personales, la empleada nueva que llega por recomendación de arriba, la jefa gritona y muchas más sorpresas que no queremos adelantar. Pero no todo será risa, porque en el medio de este caos laboral, aparecerán las llamadas de las personas que necesitan ayuda y hay que darles una respuesta adecuada, algo que con todo lo mencionado parece misión imposible.

Para colmo, en el medio de la semana, la trama está segmentada en diferentes días, a la jefa le avisan que un equipo de grabación, los visitará para grabar un documental de la dependencia que se transmitirá por redes sociales, así que deberán esmerarse para no meter mucho la pata.. La pieza con habilidad nos muestra que todas las personas tienen sus problemas personales, dificultades que arrastran al trabajo, al igual que la presión que arrastran por tener que mostrarse felices, aunque la realidad sea otra. A pesar de esto, deben ponerse una coraza a diario, para atender llamadas de personas, que en teoría están mucho peor que ellos. Y hasta allí vamos a contar, para ver que sucede finalmente en el call center y que ocurre con el documental deberán ver la obra.






Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra. Son nada menos que nueve los actores en escena, algo que realmente valoramos, ya que son épocas donde los unipersonales tienen mucha presencia en la cartelera del teatro independiente. En lo personal celebramos cuando vemos obras con muchos actores y variados personajes, cada uno de ellos con su estilo y personalidad, algo que aquí veremos de manera acentuada.

Como las actuaciones nos gustaron mucho y corriendo el riesgo de la reseña se haga algo extensa, vamos a mencionarlos a todos, como un acto de justicia, ya que todos tuvieron su momento destacado, mérito aquí de la dirección, que otorga el espacio de lucimiento a cada uno. La actuación que consideramos como ls más destacada de la noche, es la de Malala González, como Miriam, la locuaz jefa del call center, que deberá luchar porque sus empleados den lo mejor de si, para que nunca se caiga una llamada. Y además de eso, estará preocupada por reunir gente para el raleado coro de aquella repartición Desopilante y muy divertida Malala, que además se lucirá con su bella voz en las partes cantadas, para redondear una actuación estupenda.





Otro trabajo que nos gustó mucho es el de Lucía Tirone como Lula, con una gestualidad exquisita y un personaje muy divertido que ventilará su problemas de pareja con Ricardo ( Pascual Carcavallo ), ofreciendo ambos una muestra completa de lo que es una pareja tóxica. Nos regalan momentos muy graciosos Lucia y Pascual, que además logran que el público se identifique con ellos.  Tomi Landa se autopercibe como León, es el emprendedor de la oficina, aquel que siempre tiene el negocio justo para ofrecer a sus compañeros. Nos reímos mucho con Tomi,  tal vez el más histriónico de todos lo personajes. Tomás Pippo, es el nerd y el más responsable. Sufre la soledad y se refugiará en la fe, para superar aquello. Buenísima la composición de Tomás.

Sofia Fernández es Leslie, la nueva de la oficina, la acomodada. Se querrá ganar a sus compañeros que la miran de reojo, con la simpatía. Muy divertido su personaje y también se luce en las partes cantadas junto a Miriam. Victoria Sarchi es Yaqui, no vamos a contar mucho se su personaje, solo diremos que ella no trabaja allí, pero todos en la oficina la conocen, así que saquen ustedes sus conclusiones.. Recordamos haber elogiado a Victoria el año pasado, por trabajo en Dios Me Odia y aquí vuelve a lucirse mucho. Completan el elenco la dupla de reporteros formada por Tomás Coxe y Natalia Godano. Pendientes de los vaivenes de las redes sociales, protagonizarán uno de los momentos más divertidos de la noche con un intercambio de emoticones para alquilar balcones. Están muy bien ambos.





Y así hicimos el repaso de los nueve protagonistas que tiene la obra. Probablemente se hizo un poco largo pero creemos que era justo hacerlo, ya que los trabajos son destacados y todos se muestran comprometidos a full con la historia que cuentan. Y además, como que vemos una obra con un elenco numeroso, nuestras menciones servirán como pistas, para ver si nuestras opiniones coinciden con la de los lectores que vieron la obra y coincidimos en nuestros personajes favoritos.

La puesta de Adrián Binetti es original y moderna desde lo estético. Estupendo el diseño escenográfico de Giuliano Benedetti con diferentes boxes de trabajo, que permiten acciones múltiples de los protagonistas, además de recrear muy bien los calls centers reales. Un rubro muy destacado es el diseño de vestuario de Celina Barbieri, hay muchos cambios de ropa de los chicos y los mismos agregan valor a la puesta. La música tiene su lugar en la historia y ayuda a descomprimir.  Por último elogiar el uso de la tecnología en la puesta, con esa pantalla en el fondo del escenario, que proyecta imágenes de la historia, que el personaje de Tomás Coxe, graba en vivo con su celular, siendo un muy buen recurso, ya que aporta riqueza a la puerta.






Y hasta allí vamos a contar, fue una grata sorpresa la que nos llevamos con Todos Saltan, Están Bien , Nadie Mejora, título que comprenderán a medida que la trama vaya avanzando, ya que toma el tema de la salud mental con humor, pero invitando a que el espectador reflexione sobre el tema y nos ayude a darnos cuenta, que nadie está tan sano como aparenta. Muchas veces nos ponemos una coraza y una máscara, para mostrarnos felices en las redes sociales, pero la realidad es otra y esa cara alegre que mostramos, es solo una fachada.

Recomendamos la obra, que fue la ganadora del Premio ARTEI a la producción de teatro independiente 2023. Nos ayuda a recordar que todos tenemos nuestros problemas y que muchas veces pensamos que lo que nos sucede a nosotros es una tragedia, pero en comparación con lo que le sucede a otras personas, es algo leve.  Por eso, la pieza además de hacernos reír, busca transmitir un mensaje esperanzador de que todos los problemas tienen solución y que nunca hay que tomar decisiones precipitadas. Y si no se convencen con esto que leen, siempre pueden llamar al call center de la obra y un fiel servidor estará al pie del cañón, para darles la palabra justa de aliento.


Pensador Teatral.