Viernes 21 hs en El Ópalo Espacio Teatral ( Junín 380 )
Una interesante y original propuesta, llega con Los Deseos, muerte y redención cumbiera, que a contramano de las historias que habitualmente presenta nuestro teatro, nos acerca aquí una trama que pone el foco en la marginalidad, que podemos observar en cualquier barriada humilde del Gran Buenos Aires o el Interior, donde las adicciones y el desamparo, son moneda corriente por esos lares.
Vivir en la marginalidad no es sencillo, la sociedad discrimina y las oportunidades de salir a flote, son acotadas. Las formas sanas de diversión y de escape son pocas. Una de ellas es la música, más precisamente la cumbia. La autora, sabe captar muy bien este sentimiento y transmite las pasiones que genera la cumbia, que por momentos permite que todos los problemas queden en el olvido, al menos mientras dure el baile.
La historia que nos propone Los Deseos, arranca en una humilde peluquería de mujeres, en un barrio marginal, allí dos peluqueras de aspecto tumbero, atienden a una voloptuosa clienta, que quiere cambiar su peinado para arrasar en el baile. Parece una noche de tantas, pero la tranquilidad desaparecerá en segundos, cuando en forma sorpresiva llegará a la peluquería, Maribel, una mujer a la que conocen del barrio, que llagará sucia, desarreglada y en estado de shock.
Habitualmente golpeada por su compañero, por su cara y aspecto, es claro que algo malo sucedió y debió huir de su casa en el medio de la noche, llevando con ella, un secreto que duele y que la atemoriza. Decide confiar en sus amigas de la peluquería, está acorralada y no tiene donde ir.
De un momento a otro, las cuatro mujeres se unirán en una sola, cansadas de la violencia de género y buscarán como salir del grave problema que tienen. Están hermanadas por la amistad, comparten los mismos códigos y las cuatro mujeres, tienen una particular devoción por la cumbia, esa música mágica, que parece ponerlas en trance.
La obra llega al espectador, que la encuentra real, reconoce esa marginalidad que muchas veces la sociedad no quiere ver demasiado, sabe que existe, pero prefiere tenerla lejos, lo más sencillo, es mirar para otro lado, sabiendo que es un problema que difícilmente tenga solución y que viven otros, la obra es valiosa, porque interpela, acercando una realidad que no puede ocultarse.
Para esta buena recepción que tiene la pieza, es fundamental las actuaciones que ofrece la obra, papeles complicados para representar, que las cuatro mujeres, llevan adelante en gran forma.
Arranquemos por Patricia Rivero, como Vilma, es la dueña de la peluquería y al parecer transa del barrio. Es la más pensante del grupo, la protectora y quien en medio de la confusión, buscará tener la mente clara para salir del problema en que están metidas. Muy bueno lo de Patricia.
Su compañera en la peluquería es Matilde Campilongo como Mabel, sus ojeras y sus movimientos espasmódicos, dejan en claro que la droga ha dejado secuelas en su mente y en su cuerpo. Parece tener algún pasado amoroso y poco claro con Vilma. Un papel muy complejo el que tiene que desempeñar Matilde, quien realiza una composición de un personaje, que impacta por su crudeza.
Olivia Torrez, es Maribel, mujer golpeada y sufriente, se nota que está desbordada psicológicamente, luce perdida y pese a todos sus padecimientos,manifiesta sus deseos y su voluntad de lucha. Otra actuación, que impacta por su realismo, la de Olivia. que cautiva por su fragilidad y su hermoso acento.
Dejamos para el final a Florencia Colace, que en actuaciones muy parejas, para nosotros es quien más se destaca, ella es Miriam, luce su figura exuberante y deja claro que en la bailanta, es una de las más deseadas por los hombres . Su cuerpo transmite sensualidad y se mueve como pez en el agua al ritmo de la cumbia. Además en el transcurso de la trama, descubrirá tener algunos dones milagrosos. Gran labor de Florencia, con un histrionismo y una frescura que destacamos.
Sin dudas, las cuatro mujeres, están en sintonía y se identifican con la historia, logrando transmitir con entusiasmo y realismo, la sordidez que tienen sus personajes.
Además de las actuaciones, un punto muy alto que tiene la obra, es la puesta que logra la directora Verónica Barr, con una atmósfera violenta y marginal, donde la música tiene un sitial de honor. Cuando la cumbia llega, el tiempo parece detenerse y las mujeres parecen entrar en trance hipnótico.. Nos gustó el diseño escenográfico y el vestuario, ambos rubros en manos de Julia Camejo. La musicalización, tan importante en la puesta, es de Alberto Salamanco.
En definitiva, una propuesta muy seductora la de Los Deseos, Muerte y Redención Cumbiera, una historia real de la Argentina profunda, que aunque muchos quieren sea invisible, es bien concreta y tienen personas que la habitan y que buscan la mejor manera de sobrevivir.
Los Deseos, es una historia de marginalidad, de violencia y de cumbia. Mostrando como a veces, la música, se transforma en una pasión, que puede salvar las almas de seres en pena.
El aplauso con que los espectadores despiden a las protagonistas al término de la función, mientras suenan los acordes de Gilda, es un justo reconocimiento, por la entrañable noche de teatro vivida.
Pensador Teatral.
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