Dramaturgia de Victor Winer y Dirección de Mariano Dossena.
Sábados 22 hs y Domingos 18 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Una tragicomedia con acento ruso llega a El Tinglado, en esta historia delirante y desopilante, que jugando muy bien entre lo onírico y lo real, se permitirá navegar con total desparpajo entre las ensaimadas de una ciudad del interior bonaerense, la dinastía de los Romanov y las relaciones geopolíticas generadas en los últimos tiempos entre Argentina y Rusia.
Los Soviets nos hablará de Guillermo, que se escapó de San Antonio su ciudad natal, dejando atrás a su familia y un pasado no muy limpio. Se fue con lo puesto y su colección de " Todo es Historia ", ese es su único tesoro, que guarda en el placard de la pieza de la pensión de mala muerte donde vive. No parece tener demasiado de que ocuparse, su vida parece apagada, se lo nota desaliñado y con cero ganas de recibir visitas.
A punto de ponerse a dormir la siesta, recibirá una visita inesperada, como la de su prima que viajó desde San Antonio, para verlo. Las noticias que trae no son gratas y mucho menos lo será el pedido de volver a su ciudad natal, para atender asuntos familiares urgentes. Pero la prima no llegó sola a la pensión, la acompaña Román, un excéntrico oficial del ejercito ruso, ataviado con uniforme, que además es su novio y que por supuesto, no habla una palabra de español.
Pero la cosa no queda allí, ya que desde San Antonio también emprendió ese viaje, nada menos que Anastasia Romanov. Si leyeron bien, nos referimos a la hija menor de Nicolás II, el último de los zares rusos. Para quienes no conocen la historia, les contamos que en Julio de 1918 la familia de los Romanov fue asesinada a manos de los revolucionarios bolcheviques. Aquella trágica noche, murieron todos los miembros de la familia real, pero según cuenta la leyenda, la joven Anastasia, habría sobrevivido a la masacre. Como nunca se encontró su cuerpo, con el correr de los años, los rumores se agigantaron y son muchas las voces que juraron ver a la Duquesa Anastasia, viviendo bien lejos de su Rusia amada.
Ahora repasando las fechas, podemos deducir que en la actualidad Anastasia debería estar cumpliendo 120 años, por eso las chances que fuera ella, la que está cuerpo presente en aquella pensión. son casi nulas. Pero como les contamos antes, el texto discurre con habilidad entre realidad y fantasía, lo que permite disfrutar de momentos tan divertidos, como delirantes, como el mencionado.
La obra presenta muy buenas interpretaciones, mencionando en primer lugar a Ana María Cores, reconocida actriz, referente del teatro musical argentino y con una trayectoria tan amplia como exitosa en el teatro y la televisión, que realiza una composición deliciosa nada menos que de Anastasia Romanov. Es notable la presencia escénica de Ana María, con un magnetismo muy particular y mostrando sus dotes para la comedia, construyendo un personaje muy divertido, que deleita a los espectadores. Una alegría poder ver en escena a Ana María Cores, con una vitalidad y una alegría que resulta contagiosa, para un púbico que disfruta su presencia.
La Cores, sin dudas es la figura convocante de la obra, pero no está sola en escena, ni mucho menos. Destacamos especialmente el trabajo de Cristian Thorsen, como Guillermo, el gran protagonista de la pieza, ya que su mente, es la que transita entre la realidad y los sueños, en aquella habitación de mala muerte. Personaje muy querible el de Cristian, a quien es la primera vez que vemos en escena y nos impresionó muy gratamente. Maria Viau, es la prima que llega de San Antonio a rescatarlo y a ponerlo al tanto de las noticias de su ciudad. Con su habitual histrionismo, se maneja como pez en el agua en la comedia y es una pieza fundamental en la trama. Muy buen trabajo de la Colo Viau.
Párrafo aparte para David Midanson, con un porte que parece sacado de una película soviética de la época de la guerra fría. Muy divertido su personaje, uno de los más festejados por el público, sin dudas una excelente la elección para este personaje tan pintoresco. Carolina Ferrer, con una participación secundaria, consigue aportar frescura a la trama, como la dueña de la pensión y otro personaje que no vamos a mencionar acá para mantener el suspenso.
La puesta tiene varios elementos para destacar, arrancando por el diseño de vestuario de Nicolás Nanni, con vestidos glamorosos de la época de los zares y el uniforme marcial de Román. Destacamos también el diseño lumínico, que resulta importante para diferenciar los momentos del relato, así como el diseño sonoro y musical de Rony Keselman. Todos estos ítems, coordinados por la eficiente dirección de Mariano Dossena, le aportan el marco adecuado a esta historia con tanto vuelo fantástico-
En definitiva nos divertimos mucho con Los Soviets de San Antonio, una relato que nos acerca el recuerdo de los Romanov, la última dinastía de los zares rusos ( se nota que el autor de la obra se enganchó con la serie documental de Netflix sobre este tema, ya que nosotros que la vimos hace poco, descubrimos muchos guiños de aquella apasionante historia), una pintura de una pequeña ciudad que obtiene fama mundial a causa de las ensaimadas ( cualquier semejanza entre San Pedro y San Antonio es mera coincidencia ) y para coronar la pieza, tiene una inteligente dosis de actualidad política, donde la influencia de los intereses rusos en nuestro país, está creciendo mucho en los últimos años. Es más aquel espectador atento, hasta podrá escuchar la palabra Sputnik en un momento de la trama.
La obra es una excelente excusa para indagar en el tema de la dinastía de los zares y obvio para pasar un momento teatral muy divertido, algo que en tiempos de pandemia se valora mucho. Y sugerimos a los espectadores que sigan muy atentos las acciones, porque cuando la trama parece irremediablemente destinada al delirio, la dramaturgia nos tendrá reservado para el final, un giro tan inesperado, como dramático, que nos dejará con la boca abierta y atando cabos sueltos.
No queda nada más para agregar, solo recomendarles que vayan al Tinglado, para disfrutar de una historia con mucho vuelo creativo y magníficas interpretaciones. Además entendemos, que la chance de ver en persona a la Duquesa Anastasia Romanov, en pleno Barrio de Almagro, es un lujo que solo nos permite el teatro independiente y que no deberíamos dejar pasar.
Pensador Teatral.