Dramaturgia de Enrique Papatino. Dirección de Emiliano Samar.
Sábados 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )
La dramaturgia de Enrique Papatino, rescata un hecho histórico y no tan recordado a estas alturas, como es el último duelo ocurrido en en nuestro país, que aconteció más precisamente en un quinta de Monte Chingolo, allá por 1968 y que tuvo como contendientes, por un lado al joven periodista Yolibán Bligrieri y por el otro al almirante Benigno Varela.
El militar se sintió ofendido por una nota del periodista en el diario zonal llamado Autonomía, en la que el periodista tildaba de traidor al militar, por faltar en su palabra de ser leal al presidente constitucional Arturo Illia, comportamiento indecoroso que Varela, según su opinión ya había mostrado también años atrás, algo que el periodista se encargó de aquella nota, que tranquilamente podría haber pasado desapercibida. Pero, seguramente algún allegado al militar leyó la nota, se la acercó y fue así como el militar sin perder tiempo y sin dudarlo, le mandó sus padrinos retándolo a duelo.
La institución del duelo fue traída a estas tierras por los españoles y era una manera bastante bárbara de dirimir pleitos y salvaguardar el honor. A lo largo de la historia, en Argentina hubo varios duelos, algunos muy recordados y trágicos, como aquel que involucró al Lucio V López, nieto del autor del Himno Nacional, que murió en el lance. Pero para finales de la década del 60, los duelos ya estaban prohibidos por la Ley, por lo que aquel encuentro, debía realizarse de manera secreta y clandestina, para que la policía no pudiera impedirlo. Fue así, como mañana del 3 Noviembre de 1968, el duelo se produjo, pero de eso nos ocuparemos más adelante.
El texto de Papatino, con gran habilidad, tomando como disparador aquel histórico duelo, dará un vuelta de tuerca, para poner el foco de atención, en imaginar lo que pudo haber acontecido, la noche previa al duelo, en la casa de aquel periodista. La dupla protagónica, será la encargada de anunciar que los hechos que verá el público son una ficción y que cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia. La presentación sorprende al espectador y lo prepara para ser testigo de una noche donde las tensiones y los filosos duelos verbales estarán a la orden del día.
Los protagonistas de la historia, serán Enzo ( Mateo Chiarino ) el periodista y Marcedes ( Yamila Ulanovski ), su mujer. Rápidamente nos daremos cuenta, que aquella pareja está en crisis, la rutina y la convivencia parecen haber consumido, esa fuerte atracción, que los unió años atrás. Y la noticia del duelo, parece ser la gota que rebalsa el vaso. Mercedes no soporta el pensar que la charla de aquella noche, puede ser la última que tenga con su esposo, ya que si el resultado del duelo es contrario, en la mañana se convertiría en viuda. Enzo niega aquella posibilidad y asegura que él será el ganador de la contienda, aunque por las dudas . tiene tiempo de aclarar que dejó todos los papeles en orden.
La dupla actoral, se sacará chispas en escena, siendo dos verdaderos esgrimistas de la palabra, planteando ambos con vehemencia sus argumentos y sentimientos, rondando en el aire, la fatal certeza que el destino de la pareja, más allá del resultado del duelo, será la ruptura. Mercedes se siente relegada, no entiende que Enzo ponga todo en juego, solo por un tema de orgullo personal, sin importar sus ruegos. El periodista está en la disyuntiva, de tener que apostar por la pareja, renunciando el duelo o resignarse a perder a su mujer, con tal de mostrar su supuesta hombría y honor y no ser señalado como un cobarde. Y hasta allí vamos a contar, la noche de la pareja será larga, con momentos dramáticos. espacios lúdicos y momentos de ácida comicidad. Para saber finalmente cual fue el futuro de aquella pareja y el resultado del duelo, deberán ver la obra, algo que sin dudas recomendamos.
Nos gustaron mucho los trabajos de Mateo Chiarino y Yamila Ulanovski. Mateo es un joven actor uruguayo, al que elogiamos muchas veces en este sitio, ya que tiene un carisma muy particular. Aquí se lo nota muy cómodo, dando vida a un Enzo combativo, que deberá dar muestras de sus destrezas dialécticas, para eludir los feroces embates de su compañera. Estupenda composición de Mateo, para un personaje que despliega las justas dosis de humor y dramatismo que su personaje pide.
Y que decir de Yamila, un verdadero torbellino. Dándolo a su Mercedes, una fortaleza y una combatividad que impresionan. Con gran personalidad, buscará todos los caminos para intentar convencer a su pareja del absurdo al que se estaba prestando y al mismo tiempo mostrando su furia, por no poder dar vuelta su elección, tratando de ocultar, el profundo miedo que la invadía, por las grandes chances de quedar viuda y perder a su gran amor, ya que no perdía de vista, que el contrincante era un militar profesional, que debía tener un buen manejo de la espada. Nos encantó la interpretación de Yamila.
Y más allá de las estupendos trabajos individuales de la dupla protagónica, sus composiciones se potencian por la gran química que muestran entre ellos. Cerrando los ojos, los espectadores parecen estar frente a una pareja verdadera que expone con crudeza sus problemas y reclamos, siendo esto una muestra de la credibilidad que tienen las interpretaciones.. La trama además tiene reservados momentos musicales realmente deliciosos, en los que los protagonistas, exhiben sus habilidades para el baile.
Tiempo de hablar de la atractiva puesta que logra Emiliano Samar, sacándolo el máximo provecho a un texto muy rico en matices de Papatino. Hay una gran ambientación de la obra a los años 60´, con un muy logrado vestuario de época de Sandra Ligabue, cabe mencionar también la justa escenografía de Carlos Di Pasquo, que genera el clima adecuado que pide un relato cargado de palabras apasionadas y filosas, solo interrumpidas por momentos musicales, que el público disfruta mucho.
Y hasta allí vamos a contar, El Arte de Esgrimir transita su segunda temporada de suceso, partiendo de un hecho histórico que por si solo, ya resulta atractivo, que pronto descubriremos será la excusa, para ser testigos privilegiados, de la vigilia que los integrantes de una pareja, transitarán en la previa de aquel inusual acontecimiento, con una enjundia y una pasión, tal vez aún mayor, que la que deberá tener el periodista, a la mañana siguiente para poder salir airoso del reto, al que fue llamado.
Celebramos la idea de Enrique Papatino, de rescatar de nuestra historia, un dramático y pintoresco suceso que muchos seguramente desconocen, para teatralizarlo y ofrecernos una ficción atrapante, que tendrá al espectador en vilo en todo momento, gracias a una puesta potente y principalmente a la gran actuación de una dupla protagónica, que sacarán filo a sus lenguas, para regalarnos una distinguida noche de teatro independiente, que nos invitará a viajar en el tiempo, para confirmarnos que la sin razón y la estupidez humana, se mantiene inalterable a lo largo de la historia.
Pensador Teatral.