Dramaturgia de Pacho O´Donnell. Dirección de Daniel Marcove.
Jueves 20 hs en El Tinglado. ( Mario Bravo 948 )
Un Papel en el Viento, es una obra nacida en la pandemia y se nota, ya que nos habla del encierro, de como transcurre el tiempo cuando no podemos salir al exterior y de imaginarlos como será la libertad si alguna vez la volvemos a alcanzar. El texto de Pacho O´Donnell, tiene una dramaturgia muy rica y es bastante diferentes a obras que recordamos de su autoría, donde la mayoría de las veces, aparecen hechos históricos, como eje de los argumentos. Aquí en cambio, esta historia, tiene un aura existencialista, con autores como Dostoievski, Camus, Sartre, referenciados en distintos momentos de la trama.
Para esta obra Pacho vuelve a recurrir a Daniel Marcove en la dirección, siendo esta la séptima vez que Marcove dirige una obra suya, consolidándose una dupla que siempre genera buenos resultados. En esta oportunidad, Daniel además colaboró en más de una oportunidad para destrabar algunos nudos que la escritura planteaba, sugiriendo algunas modificaciones en el texto, que el generoso Pacho tuvo en cuenta.
Yendo a la obra en sí, contemos en el arranque veremos a tres hombres y a una mujer encerrados en una habitación. No se aclara donde se encuentran, pero el texto nos irá dando pistas. El lugar es oscuro, solo hay una claraboya, que devuelve alguna luz del exterior. No están en la cárcel, pero ellos están seguros que los están vigilando todo el tiempo. Tendrán cámaras instaladas ??? Se quejan de la comida. Se las escupirán antes de dársela ?? Y el higiene tampoco es para destacar. Darían lo que no tienen por una ducha caliente. Definitivamente el lugar donde se encuentran no es para nada agradable.
Las preguntas llenan el ambiente. Por que están encerrados ??? Daría la impresión que estarían cumpliendo algún tipo de castigo y por ello están confinados. Pero no están seguros. Tienden a pensar que cometieron algún error, que ahora están pagando, pero no pueden asegurarlo. Y cuanto tiempo van a estar allí ?? Desde cuando están ??? Quien está a cargo de ellos ??? Saldrán de allí alguna vez ??? Las preguntas son muchas y no hay respuesta para casi ninguna.
El tiempo transcurre de manera inexorable y ellos siguen encerrados. Surgen los recuerdos de su vida cuando estaban afuera, cuando eran libres. Algunos de esos recuerdos son borrosos y poco gratificantes. Da la impresión que luchan contra la memoria, para olvidarse de esos recuerdos tristes que los persiguen. La frustración parece ser denominador común en los cuatro personajes que sufren el encierro. Todos quisieron ser alguien, que no pudieron. Tal vez por ello, hoy estén allí.
La rutina se romperá un día, que parecía como cualquier otro, pero no lo será. Tienen una revelación y surgirá un hecho inesperado, que les dará la chance de ser libres. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, que es una de las características principales de la trama. Solo adelantaremos, que muchas veces la libertad tan anhelada cuando llega, puedo generarnos miedos y dudas. El temor a lo desconocido y a lo imprevisible, puede ser paralizante.
El desafiante texto de Pacho, encuentra un respaldo fundamental en el muy buen elenco reunido para la obra. Los cuatros personajes de la historia, tienen peso propio gracias a las muy buenas interpretaciones de los actores a cargo de los mismos. Arranquemos por Pablo Flores Maini, como René, el más experimentado de aquella habitación, doctor sin matrícula, sueña con ser un médico de renombre, es respetado por el resto y es quien intenta mantener el orden interno, frenado las discusiones que suelen darse. Muy buena la interpretación de Pablo, con mucha presencia escénica.
Juan Manuel Correa, es Bill, sueño con ser el CEO de una empresa. Enérgico e impulsivo, con una personalidad explosiva y una expresividad a flor de piel, se lamenta por los errores que cometió y se preocupa por la familia que está afuera y no sabe si lo esperan o no. Juan Manuel, es otro excelente actor, al que recordamos de una fantástica interpretación en Coronados de Gloria, como Blas Parera, figura olvidada de nuestra historia, pese a que compuso la música de nuestro Himno Nacional. Aquí en un rol muy diferente, Juan Manuel vuelve a mostrar su versatilidad y un carisma que lo distingue, no pasando nunca desapercibido.
Nicolás Amato García, es Dieguito, un prometedor jugador de futbol que debió retirarse de manera prematura, debido a un accidente en su hábil pierna zurda, provocado por una osadía de su parte. Cuál fue la misma ?? Se animó a tirar un caño en un partido que no debía y sus rivales no le perdonaron aquel atrevimiento. Ese error truncó su carrera y su sueño de ser un jugador con proyección europea. Es estupenda la composición de Nicolás, a quien vemos por primera vez y vaya carta de presentación, con esta composición, que tanto nos recuerda al Diego más famoso.
Emma Serna, es a nuestro opinión la revelación de la obra, representando a un mujer trans, que en su caso, si tuvo el atrevimiento de luchar por la identidad que sentía, pese a la mirada acusadora y burlona del resto. Su sueño sería ser una reconocida actriz de nuestro espectáculo y tiene ganas de luchar para serlo. Emma es actualmente presidenta de la Cooperativa Arte Trans y sorprende aquí por su composición, dando mucho volúmen a su personaje, que resulta muy querible.
Resta mencionar a Julieta Pérez, como Ishmenda, quien aparecerá en la parte final de la historia. No vamos a revelar nada de su personaje, para mantener el suspenso. Solo decir que aporta belleza y encanto a una trama más bien oscura y sombría. En definitiva, las actuaciones funcionan muy bien en lo individual y en el conjunto, siendo fundamental esto, para sostener un texto que no es sencillo.
La puesta de Daniel Marcove, resulta muy atractiva, con un suspenso constante. El espectador en todo momento estará atento tratando de develar el misterio de aquel lugar donde las personas están encerradas. Además se intercalan algunos momentos graciosos, que lograr cortar la tensión del ambiente. Destacamos el diseño escenográfico de Héctor Calmet y el diseño de luces de Miguel Morales, ambos a tono con ese clima de suspenso que tiene el relato.
La obra invita a la reflexión y permitirá diferentes interpretaciones al espectador, no todo viene servido en bandeja y eso es valioso. El paralelismo con la pandemia que sufrimos recientemente es evidente, surge el recuerdo de un encierro forzoso y con mucha incertidumbre. En esos momentos, las sensaciones eran contradictorias, por un lado las ganas de salir al exterior, para volver a la vida normal, pero por otro lado, en el afuera estaba la muerte eligiendo gente. En cierta manera, ese encierro opresivo y obligado, era el que nos daba la seguridad de seguir vivos, aunque para ello debíamos resignar nuestras libertades.
En definitiva, nos pareció muy interesante la propuesta de Un Papel en el Viento, otro texto muy inteligente de Pacho O´Donnell, que nos permite pensar en las vueltas que tiene la libertad y como muchas veces, vociferamos por ella, la reclamamos a gritos y en el momento que nos llega, el miedo parece paralizarnos y dudamos si seguimos su camino, ya que la ruta hacia la libertad, puede ser peligrosa y tener un abismo a la vuelta de la esquina, que provoca que optemos por quedarnos en la seguridad de nuestro viejo y conocido infierno.
Pensador Teatral.