Dramaturgia de Daniel Dalmaroni. Dirección de Leo Prestía.
Lunes 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )
Una propuesta tan divertida, como delirante, llega de la mano de Una de Película ( Un Thriller Argentino ), obra escrita por Daniel Dalmaroni, destacado y prolífico dramaturgo platense, que se caracteriza por presentar textos ingeniosos, donde el humor y el absurdo generalmente dicen presente. Y Una de Película, cumple con esas premisas, ya que es una comedia de enredos, con mucho ritmo y una buena cuota de suspenso, que logra atrapar al espectador desde el arranque.
La obra se desarrolla en la casa del matrimonio formado por Ernesto ( Alfredo Castellani ) y Marta ( Irene Almus ) y allí en su living, veremos amordazado y maniatado en una silla, a Roberto Filippo ( Pablo Finamore ), el vecino. Si, así como leen, así comienza Una de Película. Ernesto, es quien ideó el alocado plan, que sorprende a su esposa, que no puede entender las razones puede tener su compañero para secuestrar al vecino, un hombre común y corriente, al que conocen hace años.
Y es allí, donde arranca el delirio y las explicaciones de Ernesto, que asegura que Roberto Filippo, no es subgerente en una empresa de helados como dice, sino un peligroso espía, por el que pueden pedir un millonario rescate que les permitirá escapar de allí, para irse a vivir al exterior. Marta no está muy convencida de que el vecino, sea un espía encubierto y mucho menos lo estará luego de conocer las razones que llevaron a su esposo, a semejante conclusión, pero por alguna extraña razón, comprará el alocado disparate de su esposo y lo ayudará con su plan.
Pero como buena comedia de enredos, la situación se comenzará a complicar, cuando les toca timbre Esther ( Florencia Patiño ) la esposa de Roberto, afligida por su ausencia y una misteriosa nota escrita por computadora, donde le cuenta que se ha ido, pero que no se preocupe y que cualquier problema confíe en sus vecinos. No hace falta decirles que el que dejó esa nota fue el propio Ernesto, que torpemente se involucró en la desaparición.
Los diálogos del matrimonio son desopilantes y muy divertidos. Ambos son cinéfilos y aplican la lógica que vieron en tantas películas, a la vida diaria y al secuestro del que están formando aparte. Por eso aparecerán en las conversaciones, fragmentos de Duro de Matar, de Misión Imposible, hazañas de James Bond, despistes de Steve Martin o recuerdos de Julia Roberts. Tantas horas de películas, le dan la certeza a Ernesto, de lo acertado de su plan. Pero como en toda buena película de Hollywood, las cosas no siempre son como surgen a primera vista y en un abrir y cerrar de ojos, todo puede darse vuelta y arrancar otra historia. Como dijimos en el comienzo, la obra tiene una cuota muy buena de suspenso, por lo que no vamos a adelantar nada, solo les vamos a decir que los espectadores deberán estar muy atentos, porque se van a sorprender.
Tiempo de hablar de las magníficas actuaciones que tiene la obra. Se reunió para la ocasión, un elenco de gran trayectoria en el teatro independiente, que ya con leer los nombres se generaban buenos augurios y luego de haber visto la obra, les podemos asegurar que aquellas buenas expectativas se confirmaron por completo, ya que los cuatro protagonistas, se sienten a gusto en el registro de comedia que tiene el relato y eso agrega mucho valor a la historia.
En nuestra opinión, los mayores elogios, se los llevan Irene Almus y Alfredo Castellani, el matrimonio a cargo de la loca idea. Quien dirige los hilos de la historia es Alfredo, que dá vida a un Ernesto puntilloso y paranoico, que se vanagloria de haber descubierto la farsa de su vecino y de ver la oportunidad de cobrar un millonario rescate. Superlativo trabajo de Alfredo, un verdadero erudito en cine norteamericano, con una labia bien argenta. Y la acompaña con maestría Irene Almus, como una esposa algo desconfiada, que no duda en acompañar el plan de su esposo. Irene tiene una veta humorística, que la distingue y una gestualidad muy particular, por eso no sorprende que se luzca tanto, en el rol de una Marta desopilante y más preocupada por descubrir la fórmula secreta del helado de sambayon, que por como termina el secuestro.
Sigamos con Pablo Finamore, el pobre Roberto Filippo, el vecino sometido por la pareja delirante, que sufre y no puede creer lo que está sucediendo en aquella casa. Pablo es un actorazo, al que elogiamos muchas veces desde este sitio. Y solo vamos a decir, que sigan atentamente su actuación, que irá ganando en protagonismo, para cerrar con un final a todo orquesta y nos mordemos la lengua para no contar más. Por último mencionar a Florencia Patiño, la despechada Esthercita, convencida que su esposo la dejó por la secretaría, recurrirá a la bebida para ahogar las penas. Nos reímos mucho con Florencia, que completa a la perfección el virtuoso cuarteto protagónico.
La puesta de Leo Prestía es muy atractiva, dándolo mucho ritmo a una trama que arrancará como una comedia y se convertirá en un thriller con mucho suspenso. Items a destacar, el muy buen diseño escenográfico a cargo de Gabriella Gerdelics, que presenta un living cálido y bien amueblado, donde como no podía ser de otra manera abundan los DVD. El destacado diseño lumínico de Claudio del Bianco, genera los diferentes momentos del relato y mencionar también el muy buen diseño sonoro que acompaña escenas importantes.
Y hasta allí vamos a contar, tuvimos la suerte de estar presentes en el estreno de la obra, en la sala principal del Teatro del Pueblo, con localidades agotadas y un público contento de estar presente para el acontecimiento. La obra, como les dijimos es muy divertida y cumple con creces su objetivo principal, hacer reír a los espectadores, pero además invita a reflexionar, acerca de como muchas veces gracias a la televisión, al cine y a los medios de comunicación en general, podemos construir mundos paralelos que solo existen en nuestras mentes, con consecuencias impensadas.
Por todo lo comentado, los invitamos a que vean Una de Película, una obra teatral, con muchos guiños cinematográficos y momentos que recorren lo divertido, lo absurdo y lo bizarro, todo al mismo tiempo, gracias a una dramaturgia muy fresca, una puesta vertiginosa y actuaciones estupendas del magnífico elenco reunido, recursos que confluyen, para que disfrutemos de una desopilante velada teatral, que nos regalará un final de película.
Pensador Teatral.