Dramaturgia de Eduardo Rovner. Dirección de Alejandra Mistral.
Jueves 20 30 hs en El Extranjero Teatro ( Valentín Gómez 3376 )
Se presenta en la cartelera porteña, una de las obras más representadas del multipremiado dramaturgo Eduardo Rovner, que se ubica entre los autores más prolíficos de la escena local, con más de cincuenta obras escritas, con muchos sucesos en su haber. Ahora sin estar en el plano terrenal, nos acompaña con su legado, conformado por obras como Compañia, que llega al Beckett, bajó la dirección de Alejandra Mistral.
Compañia es una comedia negra, que nos habla de la rutina en el matrimonio y de la soledad, contando una historia que oscila con habilidad entre el humor y el absurdo, naturalizando algunas situaciones que resultan disparatadas, más que nada por la hipocresía que reina en la mayoría de las relaciones del mundo real, en las que reinan la mentira y la hipocresía, no siendo habitual el sincericidio que nos tiene reservado este relato.
Esta historia, nos hablará del matrimonio de Ana ( Mariana Litvin ) y Osvlado ( Pablo Cernadas ), que llevan casados más de veinticinco años, con los hijos grandes ya y haciendo su vida, quedando solos y algo aburridos, arrastrando la rutina de tantos años compartidos. Parecía ser un día como cualquier otro, Ana está sentada en el living tejiendo un pullover, cuando regresa Osvaldo a casa, algo más tarde que de costumbre y con una cara de felicidad poco habitual en él, ya que no se siente feliz de su trabajo en el juzgado.
Pero Osvaldo le cuenta a su esposa que ese día soleado, sintió la necesidad de irse antes del trabajo y disfrutar la tarde. Sin saber muy bien los motivos, ni como tomó el coraje para hacerlo, se excusó diciendo que se sentía mal y partió en busca de un poco de aire fresco. Fue hasta el Rosedal de Palermo, para sentarse en un banco cualquiera, para contemplar la belleza de ese cielo celeste y aunque sea por una tarde sentirse libre. Su esposa lo miraba con una sonrisa extrañada y lo alentaba para que siga con el relato, ya que quería entender cual era el motivo de la cara de felicidad su esposo y dilucidar porque si había salido a la tarde de la oficina, regresaba a la casa, bien entrada la noche.
Pero de a poco, la sonrisa de Ana irá despareciendo cuando Osvaldo le cuenta que en el parque conoció a una mujer, de la misma edad que ellos, con la que empezó a hablar animadamente y de manera impensada ese encuentro fortuito, fue ganando en intensidad. La cara de Ana, irá virando de la incredulidad a la bronca, cuando su marido prácticamente le confesará que ha sido infiel con esa desconocida. No queremos contar más para mantener el suspenso, solo diremos que Osvaldo, además de confesar su comportamiento impropio, la dejará helada con una propuesta tan sorpresiva, como disparatada que hará, que no vamos a contar aquí y descolocará por completo a su esposa. Pero para conocer cual fue el pedido y que sucedió luego, deberán ver la obra.
La trama atrapa al espectador y en esto tienen mucho que ver los actores elegidos para la ocasión, que conforman un triángulo virtuoso. Arranquemos por Mariana Litvin, como Ana, la ama de casa que no podrá creer lo que su esposo le está contando. Nos gustó mucho el trabajo de Mariana, manejando muy bien los matices emocionales que su personaje tiene a lo largo del relato y mostrando mucho carisma. Pablo Cernadas, es un Osvaldo bonachón, que hace todos los esfuerzos porque le compren su versión de los hechos. Pablo, muestra su histrionismo y una veta humorística, en un personaje que pese a lo que contará, emana ternura y empatiza mucho con el público.
Y el triángulo se completa con Mariel Rueda, una actriz que nos gusta mucho y a quien elogiamos en varias oportunidades en este sitio y que este año fue nominada a los Premios Ace, por su trabajo en Las Descartadas, cuya crítica compartimos hace unos meses en este blog. Aquí será Magda, el personaje disruptivo de la historia, que como tercera en discordia, desatará el conflicto en el matrimonio, Pero no vamos a contar mucho de su personaje para mantener la sorpresa. Solo diremos que nuevamente vimos lucirse a Mariel, que muestra una vez más, su talento y versatilidad.
Muy buena química muestra el elenco reunido y le damos mérito aquí a la directora Alejandra Mistral, que ofrece una puesta dinámica que les deja terreno fértil a los protagonistas para su lucimiento. De la puesta, queremos destacar el diseño escenográfico de Gisela Budesky que presenta un típico hogar de clase media y el diseño de luces de Miguel Ángel Madrid, que colabora con los diferentes climas que tiene el relato.
Pasamos un muy buen momento teatral, con este texto exitoso de Rovner, que además de hacernos reír, nos invita a reflexionar, hablando de aquellos matrimonios de larga duración, que con el correr del tiempo, van cayendo en la trampa de la rutina y del aburrimiento, sintiendo que la vida se transforma en un camino previsible y carente de emociones. Pero como esa quietud, un día como cualquiera podía cambiar. Además de ello, en el relato presenta el tema de la soledad, que es un fantasma que suele aparecer en la etapa adulta de muchas personas.
Compañia es una comedia negra, que con humor y jugando con al absurdo, desafía lo que ocurre normalmente en las parejas, donde la franqueza y plantear la posibilidad de sumar a una tercera persona al vínculo conyugal, suena como algo imposible, Un texto inteligente, una dirección ágil y muy buenas actuaciones confluyen, para que los espectadores disfruten una noche de muy buen teatro independiente.
Pensador Teatral.