Dramaturgia de Ana Katz. Dirección de Mauro J Perez.
Viernes 21 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 938 )
Escrita por Ana Katz, El Juego de la Silla se presentó en 2002 en cl cine, como su opera prima, con muy buena repercusión de público y crítica. Transcurridos más de quince años, una noche cualquiera, Mauro Pérez, joven y promisorio director, vió en su casa aquella película y tuvo la gran idea de llevarla al teatro. La autora dió su aprobación, surgiendo así este proyecto en 2019.
El proceso fue exitoso y la obra este año inicia su quinta temporada en cartel, cambiando de teatro en un par de oportunidades, pero teniendo ahora un elenco ya consolidado, logrando una fluidez y una química, que se nota en cada escena, siendo esto algo que el espectador agradece, ya que no es habitual que una pieza del teatro independiente, logre permanecer en el tiempo, por eso cuando esto ocurre, los resultados son siempre positivos.
Basta de introducciones y vayamos al argumento de esta entrañable historia, que nos hablará de los vínculos familiares de una forma muy particular. Las acciones se desarrollan al comienzo de los 2000, en una típica casa de clase media, donde la familia Lujine a pleno se prepara para recibir a Víctor, el hijo mayor, que se fue hace unos años a trabajar a Canadá y que regresará al país, pasando por su antiguo hogar, solo por un día. Los preparativos son numerosos y frenéticos. Como hacer para compendiar toda la emoción que se tiene adentro en tan solo un día ??? No será tarea sencilla, pero hay una certeza, Victor debe tener una jornada perfecta en la casa familiar y todos los integrantes de la familia se esforzarán para lograr ese objetivo.
A cargo del " Operativo Bienvenida " está Nelly, una madre posesiva y sensible, que espera con ansías la llegada del primogénito. Víctor llegará con regalos para todos desde Canadá y de a poco su alegria inicial, comenzará a diluirse. Lo espera una rica comida casera y la familia a peno, con una madre que parece controlar todo, un hermano de pocas palabras, dos hermanas con personalidades bien diferentes y hasta una ex novia que es amiga de la familia y se sumó a la particular velada. La noche tiene varias sorpresas preparadas, entre ellas un músico contratado contratado por Nelly para la ocasión.
Pero de a poco el clima festivo se irá corriendo y la incomodidad irá ganando terreno. Hay algunos números musicales preparados, un par de juegos y muchas situaciones tan bizarras como divertidas. Víctor se sentirá abrumado por una noche cargada de emociones y nostalgia, pero que también tendrá lugar para algunos reclamos de aquellos que esperaron por años su regreso. Y como no puede faltar en las mejores familias, también habrá espacio para alguna discusión. Pero preferimos no contar más, ya que una de las características de la trama es tener varias sorpresas preparadas para el recién llegado, que también lo serán para el espectador.
La obra tiene una vigencia que no pasa desapercibida. En las últimas décadas, son muchos los jóvenes que deciden emigrar en busca de un bienestar que nuestro país lamentablemente no ofrece. La pieza ofrece un enfoque particular y muy interesante, ya que la mayoría de las veces, se presta atención a lo que sucede con la persona que abandona su país en busca de mejor suerte y como es su adaptación en el extranjero. En El Juego de la Silla, en cambio el foco se pone, en quienes quedan aquí, en el sentimiento de la familia que vé partir al ser querido y sufre la ausencia. La ansiedad por recibir noticias del viajero, la alegría cuando nos avisa que vendrá a visitarnos y esa secreta esperanza, que algún día nos anuncie su regreso.
Vayamos a las actuaciones que presenta la obra, que son realmente destacadas, son siete los actores en escena, algo no tan habitual en los últimos tiempos del teatro independiente, donde los unipersonales son los que predominan. Ya ver tantos actores en escena, resulta un plus y más en este caso, donde el texto y la dirección, permiten que los actores puedan desarrollar personajes ricos y con recorrido.
En actuaciones muy parejas, creemos que quien se lleva los mayores elogios es Graciela Pafundi, como Nelly, la jefa de hogar, sensible y manipuladora, será quien marque el ritmo y la organización del reencuentro. Orgullosa de su hijo mayor, no se cansará de manifestar lo feliz que se siente, de poder tener reunida nuevamente a todo la familia junta y con esa premisa como estandarte, parece gozará de una licencia de impunidad que le permitirá pedir a Víctor y al resto, participar de algunas situaciones que los pondrán incómodos. Gran trabajo el de Graciela, para crear a una Nelly de diferentes caras, mostrando muchas veces una faceta artística que busca se refleje en sus hijos y en otros un afán competitivo, que está en su esencia. Nos encantó su composición.
Miguel Sorrentino como Víctor, es la pieza central de esta historia. Es el hijo que está feliz de volver a ver a la familia, pero que de a poco, se empieza a sentir abrumado y asfixiado, por todo lo que irá sucediendo. Destacamos la expresividad y el carisma de Miguel, componiendo a un personaje muy querible, que genera mucha empatia en la platea.
Pero en estas dos actuaciones principales, no terminan aquí las buenas interpretaciones. Gaby Julis es Laura, la hermana del medio, hizo varios dibujos para recibir a su hermano, siendo un personaje tierno y muy querible, que cosecha varios momentos desopilantes a lo largo de la trama. Ana Balduini es Lucía, la hija menor, en la que se centran las expectativas de la madre y la familia, que la saben bella y talentosa. Ana con un histrionismo a flor de piel, nos regalará también muy lindos momentos. Las actuaciones femeninas, se completan con Julieta Correa Saffi, como Silvia, la novia de Víctor antes de su ida a Canadá. Hermosa la composición de Julieta, sensible y tierna, con la esperanza de revivir viejos tiempos.
El elenco se completa con Sebastian Tornamira, el hermano menor, introvertido y misterioso, es un buen contrapunto en la casa. Pablo Viotti, será músico en escena y compondrá algunos personajes tan breves como divertidos. Se hizo algo larga la descripción, pero creemos que era justo dedicar unas lineas para cada protagonista, porque sus trabajos así lo ameritaban y todos tuvieron espacio para su lucimiento personal.
Hay un mérito grande de Mauro J Perez, desde la dirección por la manera en que logra teatralizar la película de Ana, haciendo un muy buen eso del espacio escénico, dotando además de una muy buena dinámica a la trama y eligiendo un elenco que se nota comprometido con la historia y muestra muy buena química entre ellos. Items a destacar el muy buen diseño escenográfico de Paula Molina, que replica el espacio familiar otorgando calidez al mismo y la música original de Pablo Viotti, que enriquece el relato.
No queda mucho por agregar, solo comentar nos gustó mucho la propuesta de El Juego de la Silla, que resulta atractiva por su temática y por la divertida puesta en escena que presenta, con personajes muy bien logrados. La obra resulta seductora desde su arranque y atrapa al espectador, que disfruta y sufre al mismo tiempo con el recién llegado.
Los invitamos entonces a que conozcan esta divertida obra, que como dijimos lleva cinco años en cartel y luego de verla entiende el porque de este logro, ya que nos habla de los vínculos familiares, de los roles que integrante ocupa en ella y que sucede cuando queda un lugar vacío. Lo más valiosos es que logra todo esto, de manera muy entretenida y por ello a lo largo de la trama se van a reír mucho. Les recomendamos preparen todas sus gracias para recibir a Víctor como se debe y a estar bien atentos para sentarse rápido en la silla libre, cuando la música deje de sonar.
Pensador Teatral.