martes, 25 de febrero de 2025

Encuentros en Constitución.

Dramaturgia de Guillaume Vincent. Dirección de Mateo Chiarino.






Martes 21 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Una de las mayores virtudes del teatro independiente, es poder llevar al escenario, temáticas profundas y reconocibles para el público, pero que por lo general los medios de comunicación y la sociedad como conjunto, prefieren ignorar. Y en el caso de Encuentros en Constitución, el tema que se atiende es el de la salud mental. sin golpes bajos y tratando de descubrir de que hablamos, cuando aparece la palabra locura, dejando claro que es una enfermedad, que afecta no solo a la persona que la padece, sino a todo el entorno familiar, que debe acompañar al paciente.








Guillaume Vicent, el autor de la obra, cuenta que le pieza tiene un origen documental y se basa en hechos reales, ya que la dramaturgia nace de las grabaciones que el propio Guillaume logró luego de meses de entrevistar en la Estación de Trenes de Constitución a Emilia, una mujer joven con trastorno bipolar. En un arranque el autor centraba aquellas entrevistas exclusivamente en la enfermedad, pero con el paso del tiempo y a medida que los interlocutores ganaban en confianza, el centro paso a ser el retrato de aquella mujer, que debía lidiar con una desorden mental, recorriendo los diferentes estados que atraviesan las personas que deben convivir con aquella enfermedad, que tantos mitos genera, pero que poco se conoce, privilegiando el costado humano.

No queremos contar demasiado, pero a lo largo del relato, Cecilia Cósero, se pondrá en la piel de Emilia, narrando su lucha diaria. La gran cantidad de pastillas que hay que tomar para mantenerse equilibrados, la desconfianza que generan algunos profesionales de la salud. El amor y el sexo, puede convivir con la locura o resultan incompatibles ???  Es posible mantener un trabajo cuando se tiene un trastorno bipolar  ?? El prójimo es empático con lo que nos sucede y ocurre todo lo contrario. Las huellas que generan las internaciones es las instituciones psiquiátricas y muchos temas más aparecerán en una historia que abruma por su humanidad y crudeza. Pero hasta ahí vamos a contar para no seguir spoileando.






Es momento de hablar de Cecilia Cósero, estupenda actriz rioplatense, a la que elogiamos ya en varias oportunidades en este sitio. Aquí Cecilia, nos regala una composición conmovedora, poniéndose en la piel de Emilia, con un realismo y un compromiso que impresiona. Un lujo poder haber estado cerca del escenario, para no perder ninguno de sus gestos, las miradas perdidas, algunos balbuceos, estados de euforia repentinos y esas muecas de terror cuando los fantasmas se asomaban en su mente, presagiando lo peor. Fenomenal la interpretación de Cecilia, con una entrega absoluta y una interpretación que deslumbra por su minuciosidad y el grado de detalle. No queda dudas que hubo un gran trabajo de investigación previo, para lograr el personaje.

La puesta de Mateo Chiarino, es sobria y muy efectiva. Queda claro que el relato de la protagonista es lo que importa y allí apunta la dirección.  Alcanzan los sonidos del tren y los cortes de luz, diferenciando los diferentes actos del relato y los monólogos,  para dar el marco adecuado a la historia. La escenografía austera y un vestuario donde predomina el color blanco, colaboran en la muy buena personificación del personaje, estando ambos rubros a cargo de Gabriela Gerdelics, El ambiente íntimo que brinda esta bellísima y moderna sala de Itaca, es un valor agregado a la historia que se presenta.





Encuentros en Constitución es una obra dura, pero muy necesaria, ya que expone de manera real y con crudeza, la problemática de la salud mental en primera persona, con un relato basado en hechos reales, que nunca recurre a los golpes bajos, pero que logra movilizar al espectador, desde el arranque, logrando que durante todo el desarrollo de la obra, nos mimeticemos con el sentir de la protagonista, explorando todos sus estados de ánimo y principalmente percibiendo la indiferencia y la crueldad, de una sociedad que en vez de ser empática con el enfermo y tender una mano, en el mejor de los casos, prefiere mirar para otro lado.

Celebramos la aparición de propuestas como esta, que busca y consigue generar conciencia en la sociedad, buscando que entendamos de manera integral, la problemática de la salud mental, siendo empáticos con aquellos que transitan sus diferentes variantes. Un texto valioso y valiente, una dirección sensible y una composición que conmueve, confluyen para que disfrutemos de una obra de teatro fuerte, que nos invita a reflexionar y a ser empáticos con las personas que lo necesitan.


Pensador Teatral.



viernes, 21 de febrero de 2025

Pájaros que Anidan en Cualquier Parte

Dramaturgia de Miriam Russo. Dirección de Alfredo Martín.






Viernes 20 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Cuentan que las historias simples muchas veces son las que más nos enseñan y esta sentencia sin dudas puede aplicarse a Pájaros que Anidan en Cualquier Parte, un sensible texto escrito por Miriam Russo, que resalta la importancia de los vínculos humanos y el poder dedicar tiempo para escuchar lo que le pasa al otro, siendo empático con el prójimo. La obra nos presenta una historia humana y cotidiana, que nos permite reflexionar e indagar en temas profundos, como la soledad, tan extendida en estos tiempos, la violencia que se respira en la sociedad y también brinda un espacio amplio para que reflexionemos sucede con los adultos mayores, a los que generalmente se los deja de lado y se los olvida, olvidando todo lo que brindaron y lo valioso de su experiencia, siendo esto algo realmente triste, que nunca deberíamos naturalizar.





Yendo a la historia en sí, las acciones se iniciaran en una plaza, allí se encuentran Inés ( Luciana Procaccini ), una joven que no está pasando por su mejor momento, ya que fue despedida del precario trabajo que tenia, entre otros padeceres y Dorita ( Gabriela Villalonga ), una señora mayor y ya jubilada, que lucha contra el paso del tiempo y trata de mostrarse fuerte y optimista, aunque la realidad no es agraciada con ella.  Inés y Dorita son vecinas, viven en el mismo edificio y se conocieron de manera casual por un desafortunado incidente que vivió Dorita en su casa. 

Desde ese momento y pese a la diferencia generacional, ambas mujeres establecieron un fuerte vínculo y una hermosa amistad. Tienen varios puntos en común, el principal tal vez es que ambas están muy solas, la soledad las atraviesa. Además, las dos hay tenido una vida bastante desdichada, Inés quedó huérfana cuando era una niña y Dorita agradece no haber tenido hijos, ya que tuvo que soportar un matrimonio cargado de violencia. Seguramente la vida desafortunada que les ha tocado en suerte, ha sido clave para fortalecer ese vínculo que construyeron.






A Inés le encanta escribir y su sueño es publicar un libro de poesías. El problema es que sus versos están cargados de negatividad y siempre relacionados con situaciones que no tienen un final feliz. Dorita de todos modos la apoya y quiere escuchar esos versos, llegando un día con un gran noticia. El Centro de Jubilados al que concurre, organiza un concurso de poesías y el primer premio es un viaje a Córdoba. La luz se le prende a Dorita, su amiga podría escribir una linda poesía y ella la presentaría como suya. Es un pequeña trampita, que a esta altura de sus vidas, se pueden permitir.

Y el concurso será el anzuelo, para que esta dos amigas se reúnan diariamente y entre mate y mate, además de intentar encontrar aquella poesía que pueda ser ganadora, hablarán de sus vidas. Inés le contará acerca de su ex novio, que la engañó dos veces y ahora quiere volver. Dorita por su lado, compartirá sus experiencias y revelará un secreto que resulta difícil de creer. Y hasta allí vamos a contar, para conocer cual es el secreto de Dorita, enterarse si Inés consigue trabajo y novio nuevo y obvio si finalmente fueron ganadoras del Concurso de Poesías, deberán ver la obra, algo que sin dudas recomendamos hagan.





Nos encantaron las composiciones de Luciana Procaccini y Gabriela Villalonga, una dupla protagónica a la que hace unos años recordamos haber elogiado mucho, por su participación en Cocinado con Elisa, una entrañable obra del off que vimos en el Beckett. Acá la dupla se reedita y con estupendos resultados, ya que mostrando muy buena química entre ellas, nos regalan entrañables composiciones ambas.

Arranquemos por Gabriela Villalonga, como Dorita, el alma de la historia, una jubilada que se resiste al paso del tiempo y siempre quiere mostrarse vital, haciendo cosas nuevas y no quedándose quieta nunca. Temperamental y optimista por naturaleza, Dorita es un personaje que emana ternura y es muy querible. En su personaje, podemos vislumbrar a tantos adultos mayores solos, que con su jubilación, hacen malabares para tratar de vivir dignamente, aprendiendo a convivir con la soledad, soportando visitas a los médicos y principalmente tratando de mostrarse fuertes, como una receta para sobrevivir y plantar cara a una sociedad, que con indiferencia, no registra su existencia. Nos gustó mucho y nos emocionó la composición de Gabriela.







Y que decir de Luciana, como Inés, una joven que sufrió varias tragedias familiares y episodios violentos en su infancia. Navegando entre la precarización laboral y los amores fallidos, sin tener el optimismo de Dorita, tiene el sueño de poder ser escritora y poder encontrar el amor verdadero. También en el personaje de Inés, vemos a muchas jóvenes, que se muestran un tanto perdidos y desesperanzados, por un mundo hostil, que no les dá muchas oportunidades. Estupenda también la composición de Luciana, dando vida a un personaje muy querible.

Momento de hablar de la puesta de Alfredo Martín, que está en sintonía con la simpleza de la historia y sin estridencias nos brinda el marco adecuado para el lucimiento de las protagonistas, dando un importante lugar a la música, que le brinda alegría a una historia que por momentos puede resultar algo triste. Y algo muy característico de la obra, es ese sonido del canto de los pájaros de fondo, que resulta reconfortante y nos conecta con la naturaleza.





En definitiva, disfrutamos mucho de Pájaros que Anidan en Cualquier Parte, una historia mínima y cotidiana, de esas que no aparecen en los diarios, ni en los noticieros, pero muestran la realidad. Una historia humana y un llamado de atención, para que le demos lugar a las cosas realmente importantes de la vida y no desatendamos los vínculos humanos reales, en épocas donde las redes sociales, las nuevas tecnologías y el individualismo amenazan quedarse con todo.

La obra transita su segunda temporada de suceso en cartel y lo hace de la mano de un texto sensible, una puesta minimalista y amorosas composiciones de la virtuosa dupla protagónica. Todos estos factores se unen, para sacarnos una sonrisa, emocionarnos e invitarnos a reflexionar, pensar en que podemos ser mejores personas, tendiendo la mano al otro y mucho más si se trata de un adulto mayor, que busca  sobrevivir, pese a las dificultades propias de la edad y la indiferencia de la mayor parte de la sociedad, algo que además de ser injusto, duele. Por eso cuando el teatro, nos moviliza y nos hace pensar, siempre decimos que la misión está cumplida, el resto dependerá de nosotros.



Pensador Teatral.