Producción : Dalia Gutman y Ale Bavera.
Nuestra primera visita al flamante Liceo Comedy, no podía haber sido mejor, ya que Cosas de Minas, es una obra con mucha historia el el mundo del stand up y la comedia.
El Teatro Liceo, el más antiguo de Buenos Aires, con más un siglo de vida, desde Marzo de este año, ha cambiado su nombre, por el Liceo Comedy y será la primera sala en Argentina, dedicada al stand up y la comedia, siendo una gran idea tener un teatro, que aglutine lo mejor del género y donde los espectadores sepan que todos los días, habrá en la programación un espectáculo para reír.
Emprendimiento de Lino Patalano y Gustavo Yankelevich, dos grandes empresarios del medio, que hacen una apuesta muy valiosa, en un momento del país, en que pocos se animan a invertir. Comediantes nacionales e internacionales, se presentarán en este teatro con tanta historia, que tiene a dos padrinos de lujo, nos referimos a Sebastián Wanraich y Dalia Gutman, pavada de humoristas, precursores del stand up en nuestro país ambos con mucho público que los sigue.
Precisamente Dalia, nos convoca en esta reseña, con Cosa de Minas, su unipersonal, que ya es marca registrada. Estrenado en 2011, arrancando en sala pequeñas, viajando a ciudades del interior, fue creciendo en forma continua, llegando al Maipo el año pasado con enorme suceso y siendo este año uno de los buques insignias en el lanzamiento, Liceo Comedy, transitando su 7mo año en cartel, con un texto que se renueva en forma permanente.
Nos impresionó la enorme convocatoria que tiene Dalia, una legión de mujeres de todas las edades, casi cortando la calle, antes de la función. En su mayoría, son amigas, de todas las edades, que acuden al teatro, en una especie de ritual, como asistiendo a una fiesta, muy divertida y casi exclusiva para mujeres, que se predisponen con la mejor de las ondas para reírse de las cosas que contará Dalia, con las que sin dudas se identifican.
Seamos claros, el 95 % del publico son mujeres, los hombres son minoría absoluta, por eso para quien escribe estas líneas fue una experiencia interesante, infiltrarse en ese universo femenino y enterarse de algunos de los secretos mejor guardados.
Dalia, en forma muy inteligente, integra a esos hombres presentes, se dirige a alguno de ellos y les habla, lo que establece una muy buena dinámica y un rico intercambio. Una aclaración importante, es que en ningún momento Dalia, se burla de los hombres, no los ridiculiza, ni mucho menos los ataca, todas alternativas tentadoras, por la diferencia de cantidades en la sala. Pero no, la protagonista, los trata con mucho respeto, establece las diferencias entre los géneros, pero siempre con mucha altura y haciendo sentir muy cómodos a los hombres de la sala, esto hay que remarcarlo.
Pero vayamos al 95 %, como dijimos antes Dalia, con muchas frescura y naturalidad, habla de lo que les pasa a las mujeres, en su vida diaria, sus miedos, angustias, los problemas de autoestima, la necesidad eterna, de verse flacas, etc, etc. Siempre con una sonrisa y riéndose en primer lugar de ella misma y logrando una identificación absoluta, con una platea, que reconoce y hace suya, cada experiencia que relata la protagonista.
Digamos ya, que a Dalia se la vé muy feliz en el escenario, radiante, disfrutando de su gran momento, de esa sala repleta e interactuando permanentemente con el público y siendo muy auténtica, algo que las mujeres valoran mucho, ya que la vén como una de ellas, como alguien normal y no como esas modelos, eternamente flacas, que van al gimnasio todos los días, para tener esas figuras de diosas infartantes, a la que obvio les, tienen un poquito de envidia.
La puesta que presenta el show, es muy destacada, un diseño lumínico muy moderno, un vestuario destacado y muy buenos recursos tecnológico al servicio del show, como esa pantalla gigante de fondo en el escenario, donde se proyectan algunas imágenes y aparece algunos textos, que acompañarán el discurso de Dalia.
Otro aspecto a destacar, es el componente musical que tiene la obra, en manos de Emiliano Benjamín y Daniel Pragier que jerarquiza el espectáculo. Y hablando de música, hay un cantante invitado sorpresa, que no vamos a relevar, pero adelantamos, arrancará los aullidos de una platea femenina, que se rinde a sus pies.
El espectáculo tiene mucho ritmo, Dalia tiene talento y mucho manejo del escenario. Como dijimos, se la nota muy cómoda en escena, disfrutando la función y transmitiendo su alegria, a un público que le muestra su cariño a cada momento.
En definitiva, una salida ideal, para amigas, que quieren compartir un momento divertido y que aquí encuentran ese espacio, un texto muy entretenido y actual, una radiografía sobre el mundo de las mujeres, que las hará reír mucho, de la mano de una Dalia Gutman, superlativa, que compartirá sus experiencias y su gran histrionismo.
Solo queda invitarlos a esta fiesta que sé vive en cada función de Cosa de Minas, un espejo gigante y divertido, donde las mujeres seguramente se verán reflejadas, con una enorme sonrisa.
Pensador Teatral.