Dramaturgia de Clarice Lispector . Dirección de Marcelo Velázquez.
Domingos 18 hs en El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034 )
Tarde de Domingo destemplada y lluviosa, que invitaba a quedarse en casa, pero por suerte teníamos otro planes, ya que en El Portón de Sánchez nos esperaba este texto profundo de Clarice Lispector, considerada como una de las más importantes escritoras brasileñas del Siglo XX, dueña de un lenguaje poético e innovador y con una personalidad enigmática. Con el correr de los años Clarice, se convirtió en leyenda y hoy en día es reconocida como una escritora de culta y un ícono del feminismo.
La Pasión según G.H. fue una novela publicada en 1964 y llega al teatro en esta adaptación minuciosa de Marcelo Velázquez, que se adentra en su texto sinuoso y nos acerca el viaje introspectivo que emprende esta mujer madura, de clase acomodada, de la que poca sabemos, solo tenemos algunos datos sueltos, como por ejemplo que una de sus pasiones es ordenar, en especial ese departamento que tanto la enorgullece.
La vida de esta mujer, cuyas iniciales G.H aparecen bordadas en se equipaje, denota una carencia notoria de emociones. No se casó, ni tuvo hijos y se dedicó a ser una escultora amateur, siendo este otra de sus pasiones, modelar formas. El tedio y la soledad parecen invadirla, convive con una sensación de vacío que quiere ocultar, pero que por momentos la abruma y la confunde.
En el texto, aparece la temática de la lucha de clases, siempre tiene que haber un enemigo y en este caso, sería Janair, la mucama negra a la que acaba de despedir. Es curioso, pese a ser tan observadora, no recuerda su rostro y hasta le costó acordarse de su nombre. Sin dudas la ignoraba, pese a que trabajo años en su casa, cocinaba, limpiaba y la ayudaba a mantener el orden en su apartamento.
Se obsesiona con esa mujer que supone la odiaba y por ingresar al que era su cuarto, le servirá para confirmar sus sospechas y hasta allí vamos a contar, dejaremos que el espectador se sorprenda cuando vea la obra y vaya descubriendo las pistas que un texto complejo y profundo nos irá dejando.
Quien se carga al hombro este unipersonal es sin dudas, Mercedes Fraile, que realiza una excelente composición. El desafío no era sencillo, ni para el director, ni para ella, habría que dar vida a un personaje de la novela y enfrentarla al público buscando romper la cuarta pared, interpelando a los espectadores en más de una oportunidad, con un texto complejo y elíptico.
El trabajo de Mercedes es minucioso, con una enorme presencia escénica, dominando los tiempos y los silencios que tiene la trama. Con una dicción pausada y movimientos calculados, la protagonista irá desatando los nudos que la obra presenta, con sapiencia, consiguiendo redondear una gran interpretación de un personaje reservado y enigmático, que parece ocultar más de lo que dice, siendo su máxima preocupación aparentar ante los otros.
La puesta de Velázquez es minimalista y cuida todos los detalles. Hay un magnífico dispositivo escenográfico de Ariel Vaccaro, que simula el departamento de la protagonista, un sobrio diseño lumínico de Alejandro Le Roux que contribuya a crear el clima opresivo que tiene la trama, al igual que la música original de Matías Macri. Todos ítems que agregan valor a la puesta.
Párrafo aparte para el diseño audiovisual que irrumpirá de manera sorpresiva en el desarrollo de la historia, con esa imágenes en blanco y negro que se proyectarán, teniendo como testigos al público y a la misma protagonista. No vamos adelantar que veremos allí, pero si diremos que fue una muy buena idea del director, introducir este recurso, que por momentos se convertirá en perturbador.
En definitiva, La Pasión según G.H, nos permite tener un interesante acercamiento a la obra de Clarice Lispector, una autora de la que mucho se habla, pero que pocos leyeron, ya que no es una autora sencilla. Por ello, debemos destacar la valentía y la virtud de Marcelo Velázquez de adaptar esta novela para el teatro y la apuesta le salió muy bien, ya que la obra resulta atractiva e invita a la reflexión, siendo varios los caminos posibles a seguir, dependiendo de la visión de cada espectador.
Por todo lo mencionado, celebramos haber decidido salir de casa pese a la lluvia y el premio fue grande, ya que nos estaba esperando una obra entrañable, presentada en una puesta original y muy bien estructurada, para que Mercedes Fraile pueda abrazar el texto con pasión y regalarnos una actuación delicada y exquisita a la vez, dejando claro que el teatro independiente siempre tendrá a mano un paraguas, donde nos invitará a refugiarnos.
Pensador Teatral.