viernes, 17 de agosto de 2018

Animales Políticos

Dramaturgia de Fabian Curotto y Dirección de Walter Guzmán.








Viernes 20 hs en Auditorio Losada ( Av. Corrientes 1551 )

Animales Políticos fue escrita en el 2004, por Fabián Curotto, pero parece haber sido escrita la semana pasada y no hace 14 años, ya que que nos habla con total actualidad de política y de la clase dirigente, en momentos en que, precisamente el descrédito por los políticos, es cada vez mayor en la sociedad.


La historia que se nos presenta es simple y directa, las acciones se desarrollan en Villa Esperanza, una pequeña ciudad del interior, justo el día, en que se celebran elecciones para diputado provincial. Dentro del comité de campaña, de un humilde partido vecinal, Alfredo Rojas ( Pablo Sorensen ) joven político local, está reunido con su equipo de trabajo y sus amigos, analizando su suerte en las elecciones, que se celebran ese día.











Sus posibilidades de ser electo son pocas, porque debe enfrentar a Patricio Aguilera Gomez, político experimentado y poderoso de la ciudad. Terrateniente y empresario, es quien detenta el poder casi absoluto en esas latitudes, ya que además es dueño de la fábrica donde trabaja la mayoría del pueblo, por lo que pese a su mala reputación, tiene muchos votos cautivos, gente que lo votaría siempre por miedo a perder su trabajo.

La lucha entre ambos políticos es desigual, como si fuera la pelea de David contra Goliat. El mayor capital de Alfredo Rojas, es su honestidad y su lema es la lucha contra la corrupción. Aguilera Gómez, no tiene esos valores, es un político corrupto, pero pese a ello, es dueño de medio pueblo y parece que lo seguirá siendo por muchos años más..

Pero la suerte de Aguilera parece cambiar, cuando lo involucran en un escándalo de corrupción que deteriora su imagen. Entonces con la posibilidad de una derrota inminente Aguilera decide visitar el bunker de campaña del honesto Alfredo, para tratar de llegar a algún tipo de acuerdo.










Los diálogos entre el viejo político con Rojas y sus colaboradores no tienen desperdicio y son para quien escribe estas líneas, el momento más sustancial de la pieza. Se cruzarán dos filosofías, en cuanto a hacer política, por un lado la honestidad y la transparencia como filosofía  y por el otro lado, las viejas mañas de la política, la mentira como medio válido para lograr los objetivos, sumando al fraude como herramienta para asegurar un resultado electoral, describiendo además las redes de contacto y los manejos turbios, que son sus métodos habituales.

Si bien por momentos, podemos pensar que algunas situaciones resultan exageradas, lamentablemente se parece demasiado a la realidad política de Argentina, donde la democracia es permanente profanada por políticos inescrupulosos, que solo defienden sus intereses.

Hasta allí contaremos, cuando el espectador vea la obra descubrirá, si el joven candidato a diputado, puede sostener sus ideales y sus convicciones, ante las amenazas y las propuestas que le acerca un político inescrupuloso y poderoso, como Aguilera Gómez. Aguantará los embates o finalmente traicionará sus convicciones y a sus seguidores, ante la posibilidad de ser electo diputado ese día ??









La trama corre en forma fluída, los diálogos suenan naturales y creíbles, envolviendo al espectador, que se engancha con la historia, de la mano de las buenas actuaciones que presenta la pieza. Hablemos de ellas entonces.

Pablo Sorensen, es uno de los protagonistas, interpreta a Alfredo Rojas,  joven político, esperanzado en llegar al Congreso, para llevar aire fresco con sus proyectos, de la mano de su honestidad y sus ganas, siendo consciente que deberá luchar contra el poder reinante. Muy buen trabajo el de Pablo, dándole mucho vigor a un personaje, que con el correr de los minutos y el transcurrir de la visita de Aguilera, irá virando en sus gestos y hasta en su forma de hablar.

En su comité de campaña, lo acompañan Walter Guzmán, como Nelson, es el segundo en importancia en el partido, con más experiencia y pragmatismo que Alfredo, le marcará el camino a su compañero. Walter además es el director de la obra y sale airoso de la doble función.








Con papeles menos protagónicos, pero acompañando muy bien, mencionamos a Pablo Bellusci como el Cholo, Ricardo Cacace es Tito y Pablo Passini como Juancho. Los tres están junto a Rojas, por su honestidad y de manera desinteresada. No quieren ver a Aguilera por allí y tampoco quieren que su líder lo escuche. Muy buena labor de los tres actores, que simbolizan al ciudadano esperanzado, que aún cree en la democracia, como la mejor manera de mejorar la vida de la gente.

Y para el final dejamos a Franco Salatino, que interpreta a Patricio Aguilera Gómez, el caudillo político local, el que conoce todas las mañas, todos los chanchullos. Aguilera tiene a la mentira y al engaño, como su modus operandi. Es el típico político chanta, que se vale de la política para enriquecerse.

La actuación de Salatino es magnífica, en nuestra opinión se come la obra, con una presencia escénica importantísima, con un impecable vestuario, su tono de voz alto y firme, su discurso envolvente y hasta sus ademanes, nos hacen recordar a tantos políticos que tanto daño le han hecho al país. Por su porte, su bigote y su manera de hablar, nos hizo recordar mucho al Turco Asís. Estupendo trabajo el de Franco, que se destaca mucho a lo largo de la pieza.










De la puesta, queremos destacar diseño escenográfico que nos lleva a un comité humilde de barrio, resaltando una enorme bandera argentina de fondo. Hay un muy buen diseño lumínico de Manuel Mazza, que construye buenos climas y momentos destacados, en una puesta, donde el director privilegia la palabra y el discurso de los actores, por sobre otros artificios.

En definitiva, estamos en presencia de una obra con una vigencia absoluta, parece una radiografía de lo que es la política en cualquier ciudad del interior, donde las figuras feudales concentran todo el poder, manejando las trampas del sistema político a la perfección, haciendo muy difícil la llegada a instancias de gobierno, de aquellas personas honestas o ajenas al sistema.
Hay todo un mecanismo de defensa corporativa, que buscarán domesticar o destruir cualquier amenaza a su hegemonía.

Animales Políticos, llega en un momento fundamental de la Argentina, por eso además de disfrutar de muy buenas actuaciones, sin dudas vamos a reflexionar y ver como muchas veces una clase política tan mediocre, defrauda a la democracia y no permite que el país, tenga el desarrollo que la gran mayoría de sus habitantes merece.




Pensador Teatral.


1 comentario:

  1. Felicitaciones a todo el equipo y especialmente a Franco Salatino, querido y gran actor y a Walter Guzmán, hábil y creativo, quién sabe sacar lo mejor de su elenco!Aplausos y abrazos

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