Lunes 21 hs en Espacio Callejón.
Obra escrita y dirigida por Fernando Ferrer, inspirada nada menos que en Hamlet de William Shakespeare, de la cual conserva el nombre de sus personajes ( salvo Ham, abreviatura de Hamlet ) y además mantiene la relación familiar entre los personajes.
La pieza inspirada en la ilustre obra, tiene un toque bien autóctono en su composición, ya su nombre La Payanca, nos recuerda a un caso real de asesinatos múltiples ocurridos hace más de 20 años en la estancia que lleva ese nombre en General Villegas.
Muy buena la idea y el entrecruzamiento de las historias que logra el director.
La historia, cuenta como Ham, que está viviendo en Buenos Aires, vuelve a su pueblo del interior con motivo de la inauguración de un nuevo taller de la empresa familiar. Está empresa está en manos de Claudio, su tío y padrastro, que es a la vez hermano de su padre muerto y nuevo compañero de su madre Gertrudis. También esta invitada a la casa Ofelia, un amigo y antiguo amor de Ham, que juega un papel clave en la historia, ya que tiene una visión estremecedora, que le indica que el padre de su hermano, no murió accidentalmente en el río, como sostiene la versión oficial, sino que fue asesinado, nada menos por su hermano, que lo ahorcó.
Está trágica revelación, reflotará viejos rencores del pasado y traerán al presente un aire de tensión y desconfianza, un asfixiante deseo por conocer la verdad y una sed de venganza, que parece no tener límite.
La obra es un verdadero drama familiar, con todos los condimentos, triángulos amorosos, disputas entre hermanos, celos, traiciones y venganzas.
Una pieza, donde la tensión y el suspenso se mantiene a lo largo de toda la obra y tiene en vilo al espectador.
Un elenco de jerarquía con actuaciones realmente muy destacadas, donde sobresale nitidamente Alejandro Paker como Claudio, componiendo un personaje que impacta por su crudo realismo, siendo un hombre violento y enérgico, pasando por todos los estados de ánimo a lo largo de la pieza y cerrando una interpretación brillante, que además tiene una entrega física y actoral absoluta.
Me gustó mucho Santiago Pedrero, como Ham, el hijo despechado y desconfíado, que no le perdona a su madre su nueva relación y la traición a su padre y Sofía Castiglione, como Ofelia, en un papel secundario, pero donde de todas formas, puede mostrar su buena madera y escuela como actriz, en un papel clave para el desarrollo de la obra. Por último, Estela Garelli, Gertrudis, que es una madre a la sombra de ese jefe de hogar autoritario y que en la última parte de la obra, cambiará ese carácter débil, en forma radical, dando un giro notable a su personaje.
Una escenografía que se destaca, simulando una linda cabaña y una buena iluminación, que contribuye con el clima intimista que ofrece la ambientación de la sala.
En definitiva, una historia muy atractiva, inspirada en una pieza legendaria, pero con un toque bien argentino.
Una obra de suspenso e intriga, donde los sentimientos de odio, desconfianza y deseos de venganza, estarán sobrevolando en el aire en todo momento y a estar muy atentos, porque el final de la obra es a todo orquesta y no defrauda al espectador.
Pensador Teatral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario