lunes, 7 de abril de 2025

Juramos No Morir de Amor.

Dramaturgia de Ana Rodríguez Arana. Dirección de Ana Alvarado y Laura Yusem.






Lunes 20 30 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Estamos en presencia de un interesante texto de Ana Rodríguez Arana, que propone el encuentro escénico de tres mujeres, que pertenecen a diferentes épocas y extracción y solo parecen tener en común  su condición femenina, aunque con el correr de la obra, veremos que esto no es así y los puntos de coincidencia serán muchos.





En el comienzo, veremos el profundo despertar de estas mujeres, en un lugar indefinido al que podríamos llamar limbo, ya que pronto descubriremos que las tres regresan de la muerte. La pieza, en ese arranque, genera un hecho fantástico, que atrapa al espectador, ya que toda idea de volver de la muerte es intrigante y más si podríamos conversar con pares, de experiencias recorridas, cuando estábamos bien vivos, con las emociones a flor de piel y las pasiones a pleno.

Las mujeres, luego de unos segundos de estudio, se presentarán y ahí los espectadores, descubrirán las identidades de estas tres enigmáticas mujeres. Frente a nosotros estarán Ana Mendieta ( Patricia Carbonari ), artista conceptual y escultora cubana, Lola Von Stein, personaje de ficción, surgido de una novela de Marguerite Duras e Inessa Armand, revolucionaria bolchevique, conocida además por ser la amante de Lenin, el padre de la Revolución Rusa. La autora. desde el arranque, comienza a jugar de manera hábil, entre realidad y ficción, debiendo el espectador de manera rápida, elegir la opción que le parece más veraz.






No queremos contar demasiado, para mantener la intriga, pero si podemos contar que entre las tres mujeres se generará una relación de confianza, creando un espacio íntimo en el que se sentirán cómodas, para contar parte de su historia de vida, poniendo el foco principalmente en la parte amorosa, resaltando su potencia y teniendo claro lo peligroso que puede resultar amar a alguien sin límites, siendo tanto el riesgo, que hasta podemos llegar a morir, como consecuencia de perseguir amor intenso. Y hasta allí queremos contar para no relevar mucho. Además del amor, otro tópico que estará muy presente, en el diálogo entre estas tres mujeres, es el de la muerte, ya que todas la experimentaron y tienen algo que decir, celebrando la posibilidad de contar con ese espacio.

Es momento de hablar de las muy buenas actuaciones que presenta la obra. Arrancando por Patricia Carbonari, a cargo de Ana Mendieta, acaso la más escéptica en relación a las bondades del amor, luciendo desconfiada y pesimista. En el final, cuando conozcamos más de su historia de vida, entenderemos el porque de su comportamiento. Natalia Pascale, es Lola Von Stein, que recurre a la sonrisa como antídoto para superar los sinsabores amorosos, sabiendo que lo mejor es fugar a tiempo, para no morir en el intento. Natalia, es una actriz joven, a la que elogiamos ya en muchas oportunidades en este sitio, con una energía muy especial y una gestualidad que siempre destaca y que acá encaja perfecto con su personaje. Nos gustó mucho el trabajo de Natalia.






Y para el final, dejamos a Ana Rodríguez Arana, la autora de Juramos No Morir de Amor, que además es una de las protagonistas y nada menos que en el papel de Inessa Armand, la militante bolchevique, luchadora de los derechos femeninos, pero que al mismo tiempo carga sobre si, el rótulo de haber sido la amante de Lenin. Hay algo contradictorio entre su pensamiento y su condición de amante ?? Ese será uno de los primeros debates que surgirán en la trama, pero no será el único. A nuestro entender, su personaje es el que más intriga genera en el público y la composición sentida y sensible de Ana, colabora mucho con ello. Encantadora presentación de Ana y creemos que no hay espectador que luego de ver la obra, no haya indagado en las redes, buscando más información sobre Inessa.

La puesta que presenta la pieza es minimalista, con un dispositivo escénico circular de Carlos Di Pasquo, que resulta muy funcional al relato. La música original de Cecilia Candia y los sonidos sutiles que acompañan los decires de las mujeres, le otorgan una impronta particular a la obra, así como el diseño audiovisual, marcado por imágenes que se proyectan en una pantalla al fondo del escenario, agregando valor a la original puesta.






La obra transita su segunda temporada en cartel, cumpliendo el objetivo de funcionar como un espacio en el que resalten las voces femeninas, sin importar el tiempo en que vivieron y el lugar  que ocuparon, se trata de mujeres que quieren compartir sus experiencias y en una especie de catarsis, gritar sus verdades acerca del amor, explorando sus límites, mientras la muerte se regodea muy cerca.

Disfrutamos la experiencia que propone Juramos No Morir de Amor, este conversatorio femenino, que nos permite conocer de primera mano, las historias de tres mujeres que vuelven de la muerte, para dejarnos sus pareceres y advertirnos del infinito poder del amor, que en ciertas ocasiones puede volverse destructivo. De la mano de un texto sensible y actuaciones distinguidas, la invitación está hecha, para que compartamos una estupenda noche teatral en Itaca, donde el amor es el principal invitado.


Pensador Teatral.



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