Viernes 21 hs en Teatro del Pasillo ( Colombres 35 )
Una original historia llega de la mano de Rubén Mosquera, que con La Sutil Debilidad del Rey nos acerca un género poco explorado en teatro independiente, el policial de suspenso. Tenemos un hombre asesinado el el hall de un departamento y dos detectives, que llegan para tratar de esclarecer un homicidio que tiene algunas circunstancias muy particulares.
La principal es que el cadáver aparece tirado sobre un tablero de ajedrez, con una herida en el pecho, ocasionada en apariencia por el disparo de un arma. El misterio, es que la bala no aparece por ningún lado. Los sospechosos del asesinato son los vecinos de Roberto, ese es el nombre del muerto, que viven en otros departamentos y que comparten la pasión por el ajedrez.
El juego ciencia, es la columna vertebral de la obra, se desgranan en forma muy inteligente las características del ajedrez, un juego de estrategia donde el objetivo es vencer al oponente, dando jaque mate a su rey. Cada jugadores dispone de 16 piezas, siendo el rey la pieza más importante del juego, la que debemos cuidar, ya que tiene movimientos lentos y no tiene el poder de fuego que podría pensarse, necesita del apoyo de las otras piezas para sobrevivir. Las metáforas y semejanzas, del ajedrez con la vida real, son sorprendentes y están presentadas en gran forma por el autor.
No queremos contar mucho del desarrollo de la obra, ya que el suspenso es un componente importante en la trama. Podemos adelantar, que la vida social de ese edificio, se rige por el ajedrez. Ser buen jugador de ajedrez, parece ser un requisito indispensable, para vivir allí y se respetan a rajatabla los códigos de aquel deporte. Por eso no sorprenden las largas veladas con partidas y torneos que se organizaban siempre en la casa de Roberto, disputas que terminaban en todos los casos, con la victoria del anfitrión.
La trama es muy atractiva, ya que los interrogatorios, que realizan los detectives entre los vecinos sospechosos, son muy ricos, donde las versiones que se tienen de los hechos vividos con diferentes situaciones compartidas en el aquel edifico, son muy diferentes de acuerdo al interlocutor que declara. Esto provoca que se generen situaciones risueñas y muy divertidas, por versiones tan contrastantes, conviviendo las mismas, con el misterio a resolver.
En todos los relatos, siempre el ajedrez será el centro de atención, partidas ganadas o perdidas, que determinan recompensas o castigos suculentos, anécdotas de juego y relaciones sorprendentes entre los habitantes del edificio, que no dejan de sorprender a los detectives.
La historia es muy atractiva y tiene un elenco numeroso que la respalda. Por las características del libro, además del muy buen trabajo grupal, cada uno de los protagonistas tendrá un momento reservado para su lucimiento personal, ya que en cada interrogatorio individual, encontrarán espacio fértil para destacarse.
El elenco como dijimos es nutrido y la descripción puede hacerse algo larga, pero la buena factura de las actuaciones, pensamos merece que mencionemos a cada uno de ellos y hagamos algunos comentarios, ya que son ese tipo de obras, donde los espectadores seguro elegirán uno o dos personajes favoritos. Nosotros también tenemos los nuestros.
Mario Campodónico es Roberto, el campeón absoluto de ajedrez en ese edificio, quien aparece muerto en el arranque de la obra, nos regala una actuación deliciosa, mostrando sus diferentes personalidades, de acuerdo a las distintas versiones que nos cuentan los vecinos de él. Siendo un personaje amado y odiado, según quien habla de él, lo que queda claro, es que su presencia en aquel grupo, no pasaba para nada desapercibida. Gran trabajo el de Mario.
Renglón seguido, nombrar a los dos detectives, el principal Amuchastegui ( Matías Alarcón ), casualmente amante del ajedrez, es quien dirige la investigación, secundado por Antunez ( Hilario Laffitte ) un joven sagaz e inteligente. Emulando a Sherlock Holmes y Watson, componen una dupla muy divertida y son fundamentales para la dinámica que presenta la historia.
Entre los vecinos, tenemos a un histriónico Ariel Li Gotti, como el barbado Perrota, que consideraba a Roberto como un artista, Ariel Chamorro, el encargado del edificio admiraba su juego, Victor Frisardi, a quien ya vimos lucirse el año pasado en Sucursal, otra entrañable obra del off, es el temperamental Turnez y Martín Di Paola, como Carnevale, alguien que perdió algo muy importante en una de sus partidas con Roberto ( dejaremos que el espectador cuando vea la obra descubra en que consistió esa pérdida )
Resta mencionar a las dos damas de la historia, que en sintonia con la importancia que tienen esas piezas en el ajedrez, tendrán mucho peso en la trama.
Justina Ovejero, como Denise es en nuestra opinión, la revelación de la obra. Aportando una muy buena cuota de belleza y frescura a la trama. En un elenco donde predominan los actores de experiencia, su juventud resalta en forma nítida, se muestra muy suelta, con su sonrisa a flor de piel y no pasando desapercibida nunca.
Cerramos con Fernanda Mc Roy, como Damiana, la actual esposa de Roberto, quien también se destaca mucho, aportando belleza y glamour a la puesta. Las dos damas tienen mucho poder en la historia y en el juego.
Se hizo extensa la descripción, pero como dijimos era justo hacer una mención de cada integrante del elenco, ya que se los nota comprometidos y muy enganchados con la obra ( notamos que se divierten ) , algo que se nota de manera positivo en el desarrollo de la trama.
La puesta es dinámica y resulta atractiva para el espectador, que juega junto a los detectives tratando de descubrir quien fue el autor del asesinato, mientras juega y se divierte con los flashbacks que vamos viendo.
Destacamos el diseño escenográfico de Vanesa Abramovich y el diseño lumínico de Daniel Zapietro, que colaboran con el clima que pide la trama, con ese tablero de ajedrez como elemento central de la historia. Interesante además el recurso de esa pantalla, donde se proyectan imágenes de algunas jugadas, recreando algunas de las partidas más importantes.
Por todo lo mencionado, recomendamos La Sutil Debilidad del Rey, una obra original que jugando entre el género policial y el suspenso, nos ofrece un thriller con mucho humor, que tratará de develar si es posible que el mismo Dios, como dicen los vecinos, fue quien mató a Roberto, porque no iba a tolerar ser derrotado en el tablero como los otros o bien fue una conspiración más terrenal, la que se cobró la vida del eximio jugador, ya que móviles para cometer tal acto sobraban.
Siempre es un gusto concurrir a un teatro con tanta calidez como El Pasillo y esta oportunidad, no fue la excepción, ya que disfrutamos de una muy linda noche de teatro, con actuaciones deliciosas y nos fuimos a casa con muchos ganas de buscar un tablero de ajedrez y hacerle jaque mate a quien se nos cruce.
Pensador Teatral.