Viernes 19 45 hs en Teatro Andamio 90.
Obra clásica de William Shakespeare escrita en el Año 1600, esta comedia trágica, la última que escribió el famoso dramaturgo inglés, que vuelve a la cartelera porteña de la mano de Alfredo Martín, que dirige y es él responsable de la puesta en escena de la pieza.
Realmente siempre es un desafío, presentar una obra de Shakespeare y mucho más La Tempestad, que es una obra larga y con un cambio de ritmo del drama a la comedia casi constante , que es muy exigente para todos.
Pero con una propuesta audaz, muy amena y una puesta exquisita, de la que ya hablaremos, logra traer este clásico a nuestro tiempo actual, con una trama atractiva y dinámica , que además de transmitir el mensaje del autor, genera muchas risas de los espectadores y logra compendiarlo en poco más de 1 hora y media ( contra 3 hs de la original ) , sin que se pierda el nudo de la historia original.
Precisamente la historia, nos cuenta como Próspero, el Duque de Milán, es obligado a huir al exilio con su pequeña hija Miranda, por la traición de su hermano y otros enemigos que lo llevan al destierro. Huye en un barco, hasta a una isla inhóspita y aislada totalmente de la civilización, donde se establece y educará a su hija. Pero esa isla, tiene elementos sobrenaturales, ya que allí vive una bruja llamada Sicorax y su hijo Calibán, al que tomará como esclavo. Pero también hay seres que hacen el bien, como Ariel un hada al servicio de Prospero.
Luego de varios años en la isla y ya con su hija en edad adolescente, parece que se avecina la venganza, ya que gracias a sus poderes, desata una fuerte tempestad en los mares, que provocan el naufragio del barco de sus enemigos, que llegan a su isla y allí desembarcarán ilesos, pero a merced del poder y la magia de Próspero, con el objetivo aparente de tomar venganza por lo que le hicieron hace años , el lector descubrirá si ese era su real plan, viendo la obra, ya que no lo vamos a develar en esta crítica, lógicamente para mantener el suspenso.
Solo adelantaremos, que durante la trama, veremos escenas de amor, situaciones divertidas, planes de venganza, indulgencia, ambiciones, egoísimo y de perdón, un verdadero desfile de las emociones humanas.
La actuaciones son excelentes, arrancando por el protagonista Próspero, el Duque de Milán, interpretado por Marcelo Bucossi, que realiza una composición del personaje brillante, con su larga vara y toda su trayectoria al servicio de la obra, con un dominio admirable del escenario y los tiempos de la trama.
Muy destacadas las actuaciones de los jóvenes Brenda Margaretic, como Miranda la hija de Próspero y Julián Bellegia, como Fernando, que serán claves para el desarrollo de la trama y muestran gran química entre ellos.
La revelación de la obra, para mí es Mariano Falcón, como el esclavo Calibán, con gran entrega actoral y física ,que logra muchas risas de la platea. Muy lucido también lo de Ariel ( Iván Vitale ) uno de los seres mágicos que habitan la isla.
Y hay que dejar un párrafo también, para Trínculo ( Bianca Vilouta Rando ) el bufón de la corte, con un histriónismo increíble y pasos de clown, en una genial y divertidísima actuación desde su rol secundario.
Nombramos solo a algunos de los actores en escena, porque el elenco es más numeroso y todos cumplen a la perfección su rol. Se nota que hay mucho trabajo y ensayos detrás de estas actuaciones y se nota la buena mano del director, para ensamblar tantos personajes, de diferentes edades. ( hay actores muy jóvenes y otros de gran trayectoria ).
La puesta en escena, es exquisita y de un despliegue notable, no sólo por la cantidad de actores en escena, sino por todos los recursos puestos al servicio de la obra, debemos mencionar la excelente dispositivo lumínico en manos de Hector Calmet, un diseño de sonido destacado, que incluye una percusionista en vivo ( Margarita Rodríguez Planes ) que logra bellas melodías a lo largo de la obra con diversos instrumentos, ( algunos no convencionales ) , una pantalla gigante en el fondo del escenario donde se proyectan imágenes, un vestuario lucidísmo ( muy original la idea de las camperas de cuero coloridas de los naúfragos ).
Realmente un despliegue amplio de recursos, que contribuyen a la belleza y poesía de la pieza y la hacen muy atractiva para el espectador y contribuyen para envolverlo en el clima de la obra.
Concluyendo, una versión interesantísima, de esta tragicomedia de Shakespeare, que Alfredo Martín con una dirección brillante y una puesta destacada, logran un producto final de mucha calidad y que tiene el grandísimo mérito, de hacer de un clásico una propuesta amena, que transmite la escencia del mensaje de la obra y lo logra, con una trama atractiva y muy dinámica que atrapa al espectador de todas la edades.
Sin dudas, recomendamos acercarse al Andamio 90, para poder ver La Tempestad.
Pensador Teatral.
lunes, 7 de noviembre de 2016
domingo, 6 de noviembre de 2016
Los Ojos de Ana
Jueves 21 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )
Obra escrita por el dramaturgo francés Luc Tartar, en el 2008, siendo un éxito en su país, donde recibió varios premios y menciones, luego se estrenó en otros países de Europa y de Latinoamérica,
En ocasión del Festival Internacional de Dramaturgía Europa + América, llega a manos de la joven y talentosa Paula Marull, que la adapta y la trae a la cartelera porteña, siendo la directora de esta magnífica versión.
Los Ojos de Ana, es una obra que nos habla de las relaciones humanas que rigen en nuestro mundo actual, poniendo un especial énfasis en la problemática del bullyng, que sufren los adolescentes, una temática poco tratada en nuestro teatro pese a su vigencia actual. Pero la pieza, también aborda la falta de la comunicación entre padres e hijos y como los problemas de pareja puede influir negativamente en la conducta de los hijos y además trata la problemática de perder el trabajo y la crisis que esto apareja.
Con esta introducción, no caben dudas que la obra es muy profunda, se ocupa de temas de candente actualidad y por esto atrapa desde el inicio al espectador, que se vé seducido por el guión, una trama muy dinámica y también por una puesta de gran despliegue.
La historia, nos cuenta como al matrimonio formado por María Marull y Ezequiel Rodríguez, que está envuelto en una crisis aguda , con poco diálogo y numerosos problemas personales, siendo casi una pareja quebrada , donde tampoco pueden encaminar sus propias vidas y entonces mucho menos podrán dar la contención y atención que requiere su hija Ana, que es una niña diferente a los otros chicos, porque tiene los ojos de diferentes colores y esto a la vista de sus compañeros de escuela, es algo que no se tolera, que se castiga. Es importante aclarar que las sensaciones de Ana, a lo largo de la obra, serán manifestadas y representadas por su inseparable amigo Román ( Agustín Dualte ) , que también sufre bullyng y es discriminado por sus compañeros, que tampoco lo consideran normal.
El guión es potente y la trama es vertiginosa y tiene mucha fuerza, gracias a las extraordinarias actuaciones que tiene la obra.
Se destacan muchísimo los padres de Ana, con María Marull, que con su toque personal que la caracteriza , dando vida a una madre depresiva, soñadora y que no está para nada conforme con su vida actual, ni su nombre acepta, gran labor y tiene momentos de muchísimo lucimiento. El padre, es un superlativo Ezequiel Rodríguez, con una entrega física y actoral admirable , patriarca de hogar, enojado y encerrado en su mundo y sus problemas, componiendo de manera perfecta un personaje, que sufre mucho con su presente. Y si hablamos de papel sufrido , tenemos que mencionar, al joven Agustín Dualte, el único amigo de Ana, el blanco de la burla y la crueldad de sus compañeros. A mi gusto es la revelación de la obra, una actuación brillante, sus caras, su forma de hablar, sus desplazamientos, un papel muy complicado, resuelto de manera extraordinaria, por Agustín, que con actuaciones de este tenor, tiene un futuro sin techo en el mundo de la actuación.
Este trío de personajes protagónicos deslumbra, pero eso no es todo en cuanto a las interpretaciones, porque debemos mencionar a Elisa Carricajo, en su papel de despiadada gerenta de recursos humanos y madre del compañero maltratador, representado por Manuel Melgar, además de Federico Buso, que también con varios personajes a lo largo de la pieza aporta mucho. Los tres actores mencionados, cierran este elenco tan completo y comprometido con la obra, que funcionan en conjunto y como un verdadero equipo sobre el escenario.
Debemos destacar la estupenda puesta que tiene la obra, un acierto de Paula Marull, es el gran aprovechamiento del espacio escénico que ofrece Espacio Callejón, ya que la pieza se presenta en 2 plantas, donde se actúa en forma simultánea con escaleras que comunican ambos espacios. Semejante despliegue obliga al espectador a estar permanentemente atento, para no perder detalle de lo mucho que sucede en el amplio espacio visual que se le ofrece.
Hay que resaltar la muy buena iluminación que presenta a pieza, un vestuario muy variado, donde los actores realizar varios cambios de atuendos a la vista del público y una destacadísima musicalización, cada detalle está deliciosamente cuidado en esta puesta.
En conclusión, en Los Ojos de Ana, encontramos una obra estupenda, con un guión ágil y dinámico, que trata una temática actual y poco tratada como el bullyng y la discriminación que sufren los adolescentes de parte de sus pares, pero no se agota en eso, ya que la pieza, habla en general de las relaciones humanas que nos rigen en este mundo actual, donde el dolor, la angustia y el maltrato, son moneda corriente.
Es un drama profundo, que pese a tratar temas tan difíciles, logra incluir muy buenas cuotas de humor y de glamour , siento esto, mérito absoluta de la directora que logra introducir su impronta en la adaptación.
Si a todo lo mencionado, le sumamos el gran despliegue escénico, una puesta poética y actuaciones estupendas, nos encontramos con un excelente producto final, una obra que conmueve, que llama a la reflexión y quede ninguna manera puede dejar indiferente al espectador.
Una verdadera joyita del teatro off, que indudablemente recomendamos ver.
Pensador Teatral.
Obra escrita por el dramaturgo francés Luc Tartar, en el 2008, siendo un éxito en su país, donde recibió varios premios y menciones, luego se estrenó en otros países de Europa y de Latinoamérica,
En ocasión del Festival Internacional de Dramaturgía Europa + América, llega a manos de la joven y talentosa Paula Marull, que la adapta y la trae a la cartelera porteña, siendo la directora de esta magnífica versión.
Los Ojos de Ana, es una obra que nos habla de las relaciones humanas que rigen en nuestro mundo actual, poniendo un especial énfasis en la problemática del bullyng, que sufren los adolescentes, una temática poco tratada en nuestro teatro pese a su vigencia actual. Pero la pieza, también aborda la falta de la comunicación entre padres e hijos y como los problemas de pareja puede influir negativamente en la conducta de los hijos y además trata la problemática de perder el trabajo y la crisis que esto apareja.
Con esta introducción, no caben dudas que la obra es muy profunda, se ocupa de temas de candente actualidad y por esto atrapa desde el inicio al espectador, que se vé seducido por el guión, una trama muy dinámica y también por una puesta de gran despliegue.
La historia, nos cuenta como al matrimonio formado por María Marull y Ezequiel Rodríguez, que está envuelto en una crisis aguda , con poco diálogo y numerosos problemas personales, siendo casi una pareja quebrada , donde tampoco pueden encaminar sus propias vidas y entonces mucho menos podrán dar la contención y atención que requiere su hija Ana, que es una niña diferente a los otros chicos, porque tiene los ojos de diferentes colores y esto a la vista de sus compañeros de escuela, es algo que no se tolera, que se castiga. Es importante aclarar que las sensaciones de Ana, a lo largo de la obra, serán manifestadas y representadas por su inseparable amigo Román ( Agustín Dualte ) , que también sufre bullyng y es discriminado por sus compañeros, que tampoco lo consideran normal.
El guión es potente y la trama es vertiginosa y tiene mucha fuerza, gracias a las extraordinarias actuaciones que tiene la obra.
Se destacan muchísimo los padres de Ana, con María Marull, que con su toque personal que la caracteriza , dando vida a una madre depresiva, soñadora y que no está para nada conforme con su vida actual, ni su nombre acepta, gran labor y tiene momentos de muchísimo lucimiento. El padre, es un superlativo Ezequiel Rodríguez, con una entrega física y actoral admirable , patriarca de hogar, enojado y encerrado en su mundo y sus problemas, componiendo de manera perfecta un personaje, que sufre mucho con su presente. Y si hablamos de papel sufrido , tenemos que mencionar, al joven Agustín Dualte, el único amigo de Ana, el blanco de la burla y la crueldad de sus compañeros. A mi gusto es la revelación de la obra, una actuación brillante, sus caras, su forma de hablar, sus desplazamientos, un papel muy complicado, resuelto de manera extraordinaria, por Agustín, que con actuaciones de este tenor, tiene un futuro sin techo en el mundo de la actuación.
Este trío de personajes protagónicos deslumbra, pero eso no es todo en cuanto a las interpretaciones, porque debemos mencionar a Elisa Carricajo, en su papel de despiadada gerenta de recursos humanos y madre del compañero maltratador, representado por Manuel Melgar, además de Federico Buso, que también con varios personajes a lo largo de la pieza aporta mucho. Los tres actores mencionados, cierran este elenco tan completo y comprometido con la obra, que funcionan en conjunto y como un verdadero equipo sobre el escenario.
Debemos destacar la estupenda puesta que tiene la obra, un acierto de Paula Marull, es el gran aprovechamiento del espacio escénico que ofrece Espacio Callejón, ya que la pieza se presenta en 2 plantas, donde se actúa en forma simultánea con escaleras que comunican ambos espacios. Semejante despliegue obliga al espectador a estar permanentemente atento, para no perder detalle de lo mucho que sucede en el amplio espacio visual que se le ofrece.
Hay que resaltar la muy buena iluminación que presenta a pieza, un vestuario muy variado, donde los actores realizar varios cambios de atuendos a la vista del público y una destacadísima musicalización, cada detalle está deliciosamente cuidado en esta puesta.
En conclusión, en Los Ojos de Ana, encontramos una obra estupenda, con un guión ágil y dinámico, que trata una temática actual y poco tratada como el bullyng y la discriminación que sufren los adolescentes de parte de sus pares, pero no se agota en eso, ya que la pieza, habla en general de las relaciones humanas que nos rigen en este mundo actual, donde el dolor, la angustia y el maltrato, son moneda corriente.
Es un drama profundo, que pese a tratar temas tan difíciles, logra incluir muy buenas cuotas de humor y de glamour , siento esto, mérito absoluta de la directora que logra introducir su impronta en la adaptación.
Si a todo lo mencionado, le sumamos el gran despliegue escénico, una puesta poética y actuaciones estupendas, nos encontramos con un excelente producto final, una obra que conmueve, que llama a la reflexión y quede ninguna manera puede dejar indiferente al espectador.
Una verdadera joyita del teatro off, que indudablemente recomendamos ver.
Pensador Teatral.
viernes, 4 de noviembre de 2016
Rodando
Miércoles 21 hs en Teatro del Abasto ( Humahuaca 3549 )
Obra coescrita por Alejandro Acobino y Germán Rodríguez, estrenada en Buenos Aires en el 2007, que vuelve a la escena en el Teatro del Abasto.
Unipersonal interpretado en forma brillante por Germán Rodríguez, que nos trae una " road movie " , filmada en las rutas bonaerenses, donde con un relato potente y detallado, Germán hace las veces de director, relator y protagonista de una película imaginaria, en la cual de manera irónica y divertida, y con un lenguaje lleno de términos y guiños cinéfilos, se van intercalando las escenas de una película que vá ocurriendo sobre la marcha, nutriéndose de las imágenes que van apareciendo en el recorrido al que somos invitados.
El texto atrapa en todo momento al espectador, ya que que es interpretado en forma magistral por Germán Rodríguez, que sentado en su silla de ruedas con boquilla, traje oscuro y botas texanas domina la escena, en una escenografía desprovista y donde además del protagonista, solo vemos una mesa con un vaso de agua, Con un relato exquisito, hace volar la imaginación de espectador, que visualiza las imágenes que ván apareciendo en la ruta, los primeros planos que se proponen, los fondos, el relator no pone en la piel de Teo arriba de su Torino y de Mina que en su bicicleta rumbo a Santa Rita , recorren los caminos y nos regalan a una narración repleta de ilustraciones.
El dominio del escenario del protagonista, recorriendo el escenario con su silla de ruedas, es absoluto e impresiona a la platea , manejando los tiempos y los silencios, con mucha soltura y naturalidad, consiguiendo un relato ágil, lleno de ironías y momentos de humor, que logran risas de los espectadores.
A esta excelente actuación, debemos sumarle una muy buena utilización de los recursos lumínicos, que logran una atmósfera de intimidad muy lograda entre el protagonista y el público, con momentos de total oscuridad y otros de luz tenue que contribuyen a ese clima cómplice que se establece.
Además destacamos el diseño de sónido, conformado por ruidos que hacen los sapos y los grillos en la noche , las melodías que salen de la radio del auto de Teo y una muy buena música de fondo, que contribuyen a la belleza de la puesta.
Realmente una obra muy interesante y original , donde la pantalla chica se fusiona con el teatro y llega al espacio escénico en forma muy lograda, con un guión efectivo y una riqueza descriptiva admirable , que logra llevar al espectador a ser partícipe de esta película imaginaria que con pocos recursos y mucho vuelo imaginativo, se está gestando en el escenario.
Un verdadero placer ver en acción a Germán Rodríguez, conduciendo la puesta con seguridad y maestría.
La prolongada ovación que recibe el protagonista, al término de la obra, es prueba elocuente del buen momento teatral del que fuimos protagonistas-
Pensador Teatral.
Obra coescrita por Alejandro Acobino y Germán Rodríguez, estrenada en Buenos Aires en el 2007, que vuelve a la escena en el Teatro del Abasto.
Unipersonal interpretado en forma brillante por Germán Rodríguez, que nos trae una " road movie " , filmada en las rutas bonaerenses, donde con un relato potente y detallado, Germán hace las veces de director, relator y protagonista de una película imaginaria, en la cual de manera irónica y divertida, y con un lenguaje lleno de términos y guiños cinéfilos, se van intercalando las escenas de una película que vá ocurriendo sobre la marcha, nutriéndose de las imágenes que van apareciendo en el recorrido al que somos invitados.
El texto atrapa en todo momento al espectador, ya que que es interpretado en forma magistral por Germán Rodríguez, que sentado en su silla de ruedas con boquilla, traje oscuro y botas texanas domina la escena, en una escenografía desprovista y donde además del protagonista, solo vemos una mesa con un vaso de agua, Con un relato exquisito, hace volar la imaginación de espectador, que visualiza las imágenes que ván apareciendo en la ruta, los primeros planos que se proponen, los fondos, el relator no pone en la piel de Teo arriba de su Torino y de Mina que en su bicicleta rumbo a Santa Rita , recorren los caminos y nos regalan a una narración repleta de ilustraciones.
El dominio del escenario del protagonista, recorriendo el escenario con su silla de ruedas, es absoluto e impresiona a la platea , manejando los tiempos y los silencios, con mucha soltura y naturalidad, consiguiendo un relato ágil, lleno de ironías y momentos de humor, que logran risas de los espectadores.
A esta excelente actuación, debemos sumarle una muy buena utilización de los recursos lumínicos, que logran una atmósfera de intimidad muy lograda entre el protagonista y el público, con momentos de total oscuridad y otros de luz tenue que contribuyen a ese clima cómplice que se establece.
Además destacamos el diseño de sónido, conformado por ruidos que hacen los sapos y los grillos en la noche , las melodías que salen de la radio del auto de Teo y una muy buena música de fondo, que contribuyen a la belleza de la puesta.
Realmente una obra muy interesante y original , donde la pantalla chica se fusiona con el teatro y llega al espacio escénico en forma muy lograda, con un guión efectivo y una riqueza descriptiva admirable , que logra llevar al espectador a ser partícipe de esta película imaginaria que con pocos recursos y mucho vuelo imaginativo, se está gestando en el escenario.
Un verdadero placer ver en acción a Germán Rodríguez, conduciendo la puesta con seguridad y maestría.
La prolongada ovación que recibe el protagonista, al término de la obra, es prueba elocuente del buen momento teatral del que fuimos protagonistas-
Pensador Teatral.
martes, 25 de octubre de 2016
En Boca Cerrada
Lunes 20 hs en Teatro del Pueblo.
Obra escrita por Juan Carlos Badillo, fue estrenada en 1984 en Buenos Aires con gran suceso y que vuelve a la cartelera porteña, con la dirección de Jorge Azurmendi.
De entrada, anunciamos que la obra es excelente, tiene una puesta en escena impecable y nos invitará a la reflexión profunda , ya que nos habla acerca de la familia y sus relaciones, de los secretos guardados bajo siete llaves, de aquellas verdades que se ocultan y de realidades que prefieren ignorarse.
Pero también nos ilustra, acerca del rol de los padres en la crianza y educación de los hijos, que van a quedar condicionados en su carácter e identidad por esa influencia recibida en la infancia.
La historia arranca, con la vuelta de Víctor al pueblo, para asistir al velorio de su padre. Su madre, su tía y su hermana, lo estarán esperando. La pieza tiene un muy interesante ir y venir en el tiempo, estando por momentos en este presente, donde la ausencia paterna marca un hito para la familia y un pasado desde donde llegan los recuerdos y las vivencias de momentos en que la familia estaba completa y los conflictos arreciaban. Temporalmente en ese presente, la pieza se sitúa en momentos de crisis en Argentina, último año del gobierno de Isabel Perón, en el cual ya se vislumbra la llegada de una dictadura sangrienta y el aire de intolerancia y desesperanza se transmite en el clima de la obra.
El elenco reúnido por el director es realmente de lujo. El punto más alto, es Rita Terranova, como Paula, la esposa sufrida, madre sobreprotectora y también manipuladora, nos regala una actuación brillante. Una composición digna de aplauso, sus gestos, sus tonos de voz, sus risas, sus llantos, un placer para el espectador poder disfrutar una actuación que conmueve tanto como la de Rita. Una gran revelación la de Ulises Pafundi, como Victor, el hijo mayor, que se fue a Buenos Aires, para escapar de una realidad familiar que lo asfixiaba. Un papel muy complicado y clave para el desarrollo de la trama, que demanda mucho y que resuelve en excelente forma. El papel de Vicente el jefe de familia, es de Roberto Romano, un actorazo , que encaja justo en este rol, como padre autoritario e intolerante, que dirige la familia con la bandera de la violencia y la intolerancia como método. Con su tono enérgico y gran presencia sobre el escenario se destac a mucho. Deliciosa la actuación de Cristina Dramisino como Celia, la hermana mayor de Paula y tía de la familia, con aplomo y la palabra justa, siendo testigo privilegiada de todos los conflictos familiares.
Quedan por mencionar a Lucia Di Carlo, que es Beatriz, la hija menor, embarazada en el presente y con un carácter muy fuerte heredado del padre. Y Hernán Muñoa, amigo de la infancia de Victor, con el que protagoniza una escena jugadísima, que deja con la boca abierta a la platea.
Fue larga la descripción, pero debíamos hacerla, ya que el elenco es numeroso y las actuaciones son extraordinarias, en una obra que no es sencilla y representa un gran desafío, ya que hay un ida y vuelta permanente en la línea de temporalidad, que debe resolverse en segundos.
Destacamos la escenografía, una casa antigua, donde tenemos una cama con respaldo de bronce, la infaltable maquina de coser y los radioteatros de fondo que entretienen las veladas familiares de la época. Muy buena la utilización de los recursos lumínicos, para crear los climas de la puesta y los diferentes momentos.
En conclusión, En Boca Cerrada, nos ofrece un guión profundo y una radiografía de la familia de la época, con una trama que atrapa en todo momento al espectador, que se vé identificado y reflejado en la historia, donde sus propios recuerdos familiares entran en acción. Como fuera dicho, este texto rico y es tan vigente es apoyado, con una impecable dramaturgía y un elenco de real fuste.
La ovación que reciben los actores al final de la pieza , es un premio más que merecido, por la excelente noche de teatro que le regalaron a todos los presentes.
Estamos en presencia de una obra imprescindible, que recomendamos fervorosamente.
Pensador Teatral.
Obra escrita por Juan Carlos Badillo, fue estrenada en 1984 en Buenos Aires con gran suceso y que vuelve a la cartelera porteña, con la dirección de Jorge Azurmendi.
De entrada, anunciamos que la obra es excelente, tiene una puesta en escena impecable y nos invitará a la reflexión profunda , ya que nos habla acerca de la familia y sus relaciones, de los secretos guardados bajo siete llaves, de aquellas verdades que se ocultan y de realidades que prefieren ignorarse.
Pero también nos ilustra, acerca del rol de los padres en la crianza y educación de los hijos, que van a quedar condicionados en su carácter e identidad por esa influencia recibida en la infancia.
La historia arranca, con la vuelta de Víctor al pueblo, para asistir al velorio de su padre. Su madre, su tía y su hermana, lo estarán esperando. La pieza tiene un muy interesante ir y venir en el tiempo, estando por momentos en este presente, donde la ausencia paterna marca un hito para la familia y un pasado desde donde llegan los recuerdos y las vivencias de momentos en que la familia estaba completa y los conflictos arreciaban. Temporalmente en ese presente, la pieza se sitúa en momentos de crisis en Argentina, último año del gobierno de Isabel Perón, en el cual ya se vislumbra la llegada de una dictadura sangrienta y el aire de intolerancia y desesperanza se transmite en el clima de la obra.
El elenco reúnido por el director es realmente de lujo. El punto más alto, es Rita Terranova, como Paula, la esposa sufrida, madre sobreprotectora y también manipuladora, nos regala una actuación brillante. Una composición digna de aplauso, sus gestos, sus tonos de voz, sus risas, sus llantos, un placer para el espectador poder disfrutar una actuación que conmueve tanto como la de Rita. Una gran revelación la de Ulises Pafundi, como Victor, el hijo mayor, que se fue a Buenos Aires, para escapar de una realidad familiar que lo asfixiaba. Un papel muy complicado y clave para el desarrollo de la trama, que demanda mucho y que resuelve en excelente forma. El papel de Vicente el jefe de familia, es de Roberto Romano, un actorazo , que encaja justo en este rol, como padre autoritario e intolerante, que dirige la familia con la bandera de la violencia y la intolerancia como método. Con su tono enérgico y gran presencia sobre el escenario se destac a mucho. Deliciosa la actuación de Cristina Dramisino como Celia, la hermana mayor de Paula y tía de la familia, con aplomo y la palabra justa, siendo testigo privilegiada de todos los conflictos familiares.
Quedan por mencionar a Lucia Di Carlo, que es Beatriz, la hija menor, embarazada en el presente y con un carácter muy fuerte heredado del padre. Y Hernán Muñoa, amigo de la infancia de Victor, con el que protagoniza una escena jugadísima, que deja con la boca abierta a la platea.
Fue larga la descripción, pero debíamos hacerla, ya que el elenco es numeroso y las actuaciones son extraordinarias, en una obra que no es sencilla y representa un gran desafío, ya que hay un ida y vuelta permanente en la línea de temporalidad, que debe resolverse en segundos.
Destacamos la escenografía, una casa antigua, donde tenemos una cama con respaldo de bronce, la infaltable maquina de coser y los radioteatros de fondo que entretienen las veladas familiares de la época. Muy buena la utilización de los recursos lumínicos, para crear los climas de la puesta y los diferentes momentos.
En conclusión, En Boca Cerrada, nos ofrece un guión profundo y una radiografía de la familia de la época, con una trama que atrapa en todo momento al espectador, que se vé identificado y reflejado en la historia, donde sus propios recuerdos familiares entran en acción. Como fuera dicho, este texto rico y es tan vigente es apoyado, con una impecable dramaturgía y un elenco de real fuste.
La ovación que reciben los actores al final de la pieza , es un premio más que merecido, por la excelente noche de teatro que le regalaron a todos los presentes.
Estamos en presencia de una obra imprescindible, que recomendamos fervorosamente.
Pensador Teatral.
lunes, 24 de octubre de 2016
No sé si puedo dejarte.
Sábados 21 hs en Teatro El Ópalo.
Texto de Gabriel Fernández Chepo y dirección de Javier Ahumada.
La obra es una historia de amor que recorre las diferentes étapa de ls pareja, los inicios cuando todo es pasión e ilusión, luego cuando llegan los conflictos por la convivencia y la caída en la rutina, que provoca desencanto y miradas hacia afuera de esa pareja que ya no parece tan perfecta como en un comienzo y por último la etapa de los replanteos y del pensamiento en la separación como única vía de escape.
El relato arranca de los primeros amores de Magalí y Darío, sus primeras conquistas inocentes, en la primaría, el juego de la botellita, los primeros lentos y el primer beso. Individualmente cada uno cuenta sus comienzos en el amor, Hasta que ambos ingresan a la Facultad, para estudiar Ciencias Políticas y el destino los une, se conocen en el Centro de Estudiantes y el amor entre ellos arranca con todo. Son novios y compañeros de militancia, comparten ideologías, sueños y utopías.
Todo es color de rosa, encontraron a su media naranja y no tienen dudas que están ante el hombre/mujer de su vida.
Pero el amor, como la vida, está en constante movimiento , la juventud deja paso a la vida adulta y con ella llegan las preocupaciones económicas, la necesidad de encontrar un trabajo, un techo donde vivir, la llegada de un hijo, es una boca que hay que alimentar, hay que comprar pañales, pensar en la obra social.
Ya ese amor utópico encuentra algunas sombras, además de la pareja, hay preocupaciones y temas a los que hay que hacer frente.
El relato es verosímil y logra que el espectador rápidamente se sienta identificado con la historia y se vea reflejado en la misma, ya que son situaciones que vivió o están viviendo según la edad.
Ese amor que nacía como indestructible e insuperable, deja pasa a las dudas, a las visiones diferentes, las personas cambian y ya no se compartes los mismos objetivos, ni los mismos ideales.
Y entonces ?? Se puede sostener la pareja ?? O el otro pasa a ser un desconocido con el que ya no se comparten ni códigos ni convicciones y esa comunicación tan íntima que se tenía pasa a ser un recuerdo ?
El amor era para siempre ? Los interrogantes son muchos y sobre la pareja sobrevuela el fantasma de la separación y comienza una lucha interna de ambos, para tratar de sostenerla.
Una trama que atrapa en todo momento, con momentos de ternura, amor y otros de gritos, discusiones y pases de factura.
Las actuaciones son excelentes, Darío Bonheur y Magalí Zubiri, se lucen mucho en forma individual y muestran una gran conexión como pareja, componiendo en forma muy creíble sus personajes, sus miradas, los besos, las discusiones, la entrega corporal de ambos, realmente son sobresalientes y tienen una gran fluidez, se disfruta viéndolos en escena, realmente un acierto del director, la elección de los protagonistas.
A ellos dos, debemos a Darío Viggiano que con su guitarra, aporta música en vivo y le brinda un plus muy importante a la representación, marcando los ritmos y los momentos cruciales de la misma, con sus melodías que interpreta con mucho talento, un acierto su inclusión en la obra.
La sala pequeña de El Opalo, le dá a la puesta un carácter íntimo que crea una atmósfera perfecta para el correr de la trama. Una escenografía desprovista, el vestuario de blanco de los actores y un cuidado diseño lumínico, completan una estética muy cálida, donde todos los detalles están cuidado.
En definitiva, en No sé si puedo dejarte, encontramos una obra bella y profunda, que pone la lupa en el amor en la pareja, donde lo que parece perfecto en un comienzo, se transforma en una cruzada, para que la llama del amor nunca se extinga.
Una propuesta muy interesante, con exquisitas actuaciones, que hará reflexionar al espectador y que recomendamos.
Pensador Teatral.
Texto de Gabriel Fernández Chepo y dirección de Javier Ahumada.
La obra es una historia de amor que recorre las diferentes étapa de ls pareja, los inicios cuando todo es pasión e ilusión, luego cuando llegan los conflictos por la convivencia y la caída en la rutina, que provoca desencanto y miradas hacia afuera de esa pareja que ya no parece tan perfecta como en un comienzo y por último la etapa de los replanteos y del pensamiento en la separación como única vía de escape.
El relato arranca de los primeros amores de Magalí y Darío, sus primeras conquistas inocentes, en la primaría, el juego de la botellita, los primeros lentos y el primer beso. Individualmente cada uno cuenta sus comienzos en el amor, Hasta que ambos ingresan a la Facultad, para estudiar Ciencias Políticas y el destino los une, se conocen en el Centro de Estudiantes y el amor entre ellos arranca con todo. Son novios y compañeros de militancia, comparten ideologías, sueños y utopías.
Todo es color de rosa, encontraron a su media naranja y no tienen dudas que están ante el hombre/mujer de su vida.
Pero el amor, como la vida, está en constante movimiento , la juventud deja paso a la vida adulta y con ella llegan las preocupaciones económicas, la necesidad de encontrar un trabajo, un techo donde vivir, la llegada de un hijo, es una boca que hay que alimentar, hay que comprar pañales, pensar en la obra social.
Ya ese amor utópico encuentra algunas sombras, además de la pareja, hay preocupaciones y temas a los que hay que hacer frente.
El relato es verosímil y logra que el espectador rápidamente se sienta identificado con la historia y se vea reflejado en la misma, ya que son situaciones que vivió o están viviendo según la edad.
Ese amor que nacía como indestructible e insuperable, deja pasa a las dudas, a las visiones diferentes, las personas cambian y ya no se compartes los mismos objetivos, ni los mismos ideales.
Y entonces ?? Se puede sostener la pareja ?? O el otro pasa a ser un desconocido con el que ya no se comparten ni códigos ni convicciones y esa comunicación tan íntima que se tenía pasa a ser un recuerdo ?
El amor era para siempre ? Los interrogantes son muchos y sobre la pareja sobrevuela el fantasma de la separación y comienza una lucha interna de ambos, para tratar de sostenerla.
Una trama que atrapa en todo momento, con momentos de ternura, amor y otros de gritos, discusiones y pases de factura.
Las actuaciones son excelentes, Darío Bonheur y Magalí Zubiri, se lucen mucho en forma individual y muestran una gran conexión como pareja, componiendo en forma muy creíble sus personajes, sus miradas, los besos, las discusiones, la entrega corporal de ambos, realmente son sobresalientes y tienen una gran fluidez, se disfruta viéndolos en escena, realmente un acierto del director, la elección de los protagonistas.
A ellos dos, debemos a Darío Viggiano que con su guitarra, aporta música en vivo y le brinda un plus muy importante a la representación, marcando los ritmos y los momentos cruciales de la misma, con sus melodías que interpreta con mucho talento, un acierto su inclusión en la obra.
La sala pequeña de El Opalo, le dá a la puesta un carácter íntimo que crea una atmósfera perfecta para el correr de la trama. Una escenografía desprovista, el vestuario de blanco de los actores y un cuidado diseño lumínico, completan una estética muy cálida, donde todos los detalles están cuidado.
En definitiva, en No sé si puedo dejarte, encontramos una obra bella y profunda, que pone la lupa en el amor en la pareja, donde lo que parece perfecto en un comienzo, se transforma en una cruzada, para que la llama del amor nunca se extinga.
Una propuesta muy interesante, con exquisitas actuaciones, que hará reflexionar al espectador y que recomendamos.
Pensador Teatral.
domingo, 23 de octubre de 2016
Conjuro para Venus y Adonis.
Viernes 21 hs en Espacio Urbano.
Obra basada en el poema narrativo " Venus y Adonis " de William Shakespeare, con versión, puesta en escena y dirección de Viviana Foschi.
Una puesta de una gran belleza poética y escénica nos ofrece esta original y creativa representación,
Convocatoria multidisciplinaria, brillantemente ensablada, por la directora. Sobre el escenario aparece la dramaturgía del teatro, al arte circense, el canto lírico, la composición musical con variados instrumentos y más.
Hay una riqueza visual y auditiva que merece destacarse y que el espectador disfruta mucho,
La pieza nos cuenta como Venus, la diosa de la pasión es una mujer enamorada del joven y bello Adonis, que no quiere ceder a sus encanto.Al lector que le interesa conocer más de la historia, les contamos que fue la madre de Cupido, que por un error en el lanzamientode sus flechas, provoca el amor de Venus por Adonis. Enamorada corre tras a Adonis para seducirlo y persuadirlo, para que no salga de caza, pero como muchas veces ocurre, siempre que hay amor, aparece el dolor y tragedia y esta se hará presente, no contamos más, para conservar la sorpresa.
Como mencionamos, el amplo escenario de Espacio Urbano , desprovisto de escenografía, está poblado de actores que en forma coordinada, unen sus voces para los parlamentos , hay malabaristas de piso y de altura que componen hermosas coreografías ( se lucen muchísimo ) , un bufón liliputiense con gran encanto y excelente interpretación , una cantante de opera con una voz hermosa ( regala momentos muy bellos ) , instrumentos musicales, como el laud, el matálofo y el xilofono que brindan encantadoras melodías.
Realmente son tantos los personajes en escena, tantos los estímulos, que es un desafío para el espectador abarcar todo lo que sucede en escena y con tantos recursos en acción, el entretenimiento está asegurado en todo momento.
Debemos destacar la música original del laudista y compositor Emilio Cervini, un verdadero lujo, como así también el variado vestuario que los actores en vivo, se van cambiando a medida que la trama avanza.
Como conclusión, realmente para destacar el excelente trabajo de Viviana Foschi, para amagalamar en excelente forma las múltiples disciplinas que aparecen en escena y lograr la armonía y coordinación en todo momento de tantos artistas, algo para nada sencillo y que requiere mucho ensayo.
Una puesta escénica, con gran belleza y poesía, donde los estímulos visuales y sonoros están en permanente interacción. Una experiencia teatral diferente, bella y creativa, que seducirá al espectador que ama el buen teatro.
Realmente un trabajo excelente, felicitamos a la directora y a todo el grupo que compone Conjuro para Venus y Adonis, una soplo de aire fresco y de belleza poética que debe ser un orgullo para el teatro independiente, hecho con tanta pasión y tanto amor.
Pensador Teatral.
Obra basada en el poema narrativo " Venus y Adonis " de William Shakespeare, con versión, puesta en escena y dirección de Viviana Foschi.
Una puesta de una gran belleza poética y escénica nos ofrece esta original y creativa representación,
Convocatoria multidisciplinaria, brillantemente ensablada, por la directora. Sobre el escenario aparece la dramaturgía del teatro, al arte circense, el canto lírico, la composición musical con variados instrumentos y más.
Hay una riqueza visual y auditiva que merece destacarse y que el espectador disfruta mucho,
La pieza nos cuenta como Venus, la diosa de la pasión es una mujer enamorada del joven y bello Adonis, que no quiere ceder a sus encanto.Al lector que le interesa conocer más de la historia, les contamos que fue la madre de Cupido, que por un error en el lanzamientode sus flechas, provoca el amor de Venus por Adonis. Enamorada corre tras a Adonis para seducirlo y persuadirlo, para que no salga de caza, pero como muchas veces ocurre, siempre que hay amor, aparece el dolor y tragedia y esta se hará presente, no contamos más, para conservar la sorpresa.
Como mencionamos, el amplo escenario de Espacio Urbano , desprovisto de escenografía, está poblado de actores que en forma coordinada, unen sus voces para los parlamentos , hay malabaristas de piso y de altura que componen hermosas coreografías ( se lucen muchísimo ) , un bufón liliputiense con gran encanto y excelente interpretación , una cantante de opera con una voz hermosa ( regala momentos muy bellos ) , instrumentos musicales, como el laud, el matálofo y el xilofono que brindan encantadoras melodías.
Realmente son tantos los personajes en escena, tantos los estímulos, que es un desafío para el espectador abarcar todo lo que sucede en escena y con tantos recursos en acción, el entretenimiento está asegurado en todo momento.
Debemos destacar la música original del laudista y compositor Emilio Cervini, un verdadero lujo, como así también el variado vestuario que los actores en vivo, se van cambiando a medida que la trama avanza.
Como conclusión, realmente para destacar el excelente trabajo de Viviana Foschi, para amagalamar en excelente forma las múltiples disciplinas que aparecen en escena y lograr la armonía y coordinación en todo momento de tantos artistas, algo para nada sencillo y que requiere mucho ensayo.
Una puesta escénica, con gran belleza y poesía, donde los estímulos visuales y sonoros están en permanente interacción. Una experiencia teatral diferente, bella y creativa, que seducirá al espectador que ama el buen teatro.
Realmente un trabajo excelente, felicitamos a la directora y a todo el grupo que compone Conjuro para Venus y Adonis, una soplo de aire fresco y de belleza poética que debe ser un orgullo para el teatro independiente, hecho con tanta pasión y tanto amor.
Pensador Teatral.
sábado, 22 de octubre de 2016
The Rocky Horror Show.
Jueves 21 30 en el Teatro Maipo.
Musical escrito por el reconocido presentador neozelandés Richard O´Briens y estrenado en 1973 en Londres con increíble suceso. En 1975, llega al cine con el nombre de The Rocky Horro Picture Show y se convierte en una película de culto y éxito mundial .Hoy transcurridos más de 40 años, el fenómeno sigue vigente y con miles de fanáticos.por todo el planeta.
Con adpatación de Marcelo Kotliar, la obra, llega nuevamente a la cartelera porteña, para regocijo de sus seguidores locales Es importante aclarar, que la participación del público es parte del show y por eso llegan disfrazados, cantan los temas, se bailan las coreografías y hasta son invitados a subir al escenario, en la parte final, Hay un clima festivo, tanto arriba del escenario, como en la platea.
La historia, cuenta como la joven pareja de nerds, compuesta por Brad Majors ( Walter Bruno ) y Janet Weissque ( Sofía Rangine ) , sufren una avería en su auto, en una terrible noche de tormenta y llegan caminando a un tenebroso castillo, con la idea de pedir ayuda. Pero allí se encontrarán con una serie de tenebrosos personajes , que están a las órdenes de su amo , el Dr. Frank Furter, un científico travestido y promiscuo , interpretado magistralmente por Roberto Pelloni, que justo esa noche presentará Rocky, una criatura bella, creada para satisfacer su placer.
La puesta es de gran nivel, la música con la banda en vivo tiene mucha potencia ( tanta que en algunos momentos puede dificultar entender las letras de algunas as canciones ), una iluminación digna de los grandes espectáculos, un vestuario variado que luce muchísimo y una escegrafia cambiante que va rotando con el avance de la trama , excelentes interpretaciones musicales y unas coreografías logradísimas que son uno de los puntos fuertes de la presentación. Una presentación a todo trapo, que no escatima en recursos y que no defraudará a los fans.
Las actuaciones son muy destacadas, sobresale el excéntrico doctor y dueño de casa, interpretado por el multipremiado Roberto Pelloni, calzando unos tacones altísimos, con un despliegue total en el escenario y con una entrega física y actoral digna de aplauso, con un carisma que atrapa al público en todo momento. Muy bueno también lo de Walter Bruno y Sofía Rangone, con una voz hermosa para el canto, que forman la parejita de ingenuos tortolitos, que llega a la masión del terror y van a ser sometidos, a los juegos pecaminosos, a los que los llevará el científico, tienen mucha conexión entre ellos y son pieza clave de la historia. Imposible no nombrar a Federico Costes, como Riff Raff, con su vestimenta y su particular voz, es un sello infaltable de de la obra.
Un muy buen recurso, que tiene la pieza, es la inclusión en cada función de un criminólogo invitado, que hace las veces de presentador y narrador de la historia. En la función a la que asistimos nosotros, el papel estuvo a cargo de Victor Laplace, que lucía algo contrastante con el carácter y público de la obra, pero de todas formas, con su oficio, sacó adelante su participación.
La pieza es además, una suerte de homenaje a las películas de ciencia ficcion clase B y a los films de terror, que eran suceso en la década del 70 y refleja la revolución sexual que se vivió en esa época, esto explica el fuerte carácter erótico que tiene la obra, en la que abundan escenas de homosexualidad y travestismo,
Dependiendo el conocimiento que tiene el espectador de la historia, será su grado de entendimiento y participación en la obra, se ven fanáticos que están 100 % metidos y espectadores neutrales, que tal vez se pierden alguna escena y en algún momento pueden lucir desorientados, pero de todas formas disfrutarán poder ser partícipes de este ritual que es cada función.
En conclusión, The Rocky Horror Show es una gran fiesta, un derroche de energía, de música y de luces. Con actuaciones que están a la altura de semejante despliegue técnico y escénico. Aclarando que el espectáculo está arriba del escenario y también abajo, ya que los espectadores son partícipes de esta gran celebración y aprovechan cada función para reunirse y rendir tributo a esta verdadera obra de culto.
Pensador Teatral.
Musical escrito por el reconocido presentador neozelandés Richard O´Briens y estrenado en 1973 en Londres con increíble suceso. En 1975, llega al cine con el nombre de The Rocky Horro Picture Show y se convierte en una película de culto y éxito mundial .Hoy transcurridos más de 40 años, el fenómeno sigue vigente y con miles de fanáticos.por todo el planeta.
Con adpatación de Marcelo Kotliar, la obra, llega nuevamente a la cartelera porteña, para regocijo de sus seguidores locales Es importante aclarar, que la participación del público es parte del show y por eso llegan disfrazados, cantan los temas, se bailan las coreografías y hasta son invitados a subir al escenario, en la parte final, Hay un clima festivo, tanto arriba del escenario, como en la platea.
La historia, cuenta como la joven pareja de nerds, compuesta por Brad Majors ( Walter Bruno ) y Janet Weissque ( Sofía Rangine ) , sufren una avería en su auto, en una terrible noche de tormenta y llegan caminando a un tenebroso castillo, con la idea de pedir ayuda. Pero allí se encontrarán con una serie de tenebrosos personajes , que están a las órdenes de su amo , el Dr. Frank Furter, un científico travestido y promiscuo , interpretado magistralmente por Roberto Pelloni, que justo esa noche presentará Rocky, una criatura bella, creada para satisfacer su placer.
La puesta es de gran nivel, la música con la banda en vivo tiene mucha potencia ( tanta que en algunos momentos puede dificultar entender las letras de algunas as canciones ), una iluminación digna de los grandes espectáculos, un vestuario variado que luce muchísimo y una escegrafia cambiante que va rotando con el avance de la trama , excelentes interpretaciones musicales y unas coreografías logradísimas que son uno de los puntos fuertes de la presentación. Una presentación a todo trapo, que no escatima en recursos y que no defraudará a los fans.
Las actuaciones son muy destacadas, sobresale el excéntrico doctor y dueño de casa, interpretado por el multipremiado Roberto Pelloni, calzando unos tacones altísimos, con un despliegue total en el escenario y con una entrega física y actoral digna de aplauso, con un carisma que atrapa al público en todo momento. Muy bueno también lo de Walter Bruno y Sofía Rangone, con una voz hermosa para el canto, que forman la parejita de ingenuos tortolitos, que llega a la masión del terror y van a ser sometidos, a los juegos pecaminosos, a los que los llevará el científico, tienen mucha conexión entre ellos y son pieza clave de la historia. Imposible no nombrar a Federico Costes, como Riff Raff, con su vestimenta y su particular voz, es un sello infaltable de de la obra.
Un muy buen recurso, que tiene la pieza, es la inclusión en cada función de un criminólogo invitado, que hace las veces de presentador y narrador de la historia. En la función a la que asistimos nosotros, el papel estuvo a cargo de Victor Laplace, que lucía algo contrastante con el carácter y público de la obra, pero de todas formas, con su oficio, sacó adelante su participación.
La pieza es además, una suerte de homenaje a las películas de ciencia ficcion clase B y a los films de terror, que eran suceso en la década del 70 y refleja la revolución sexual que se vivió en esa época, esto explica el fuerte carácter erótico que tiene la obra, en la que abundan escenas de homosexualidad y travestismo,
Dependiendo el conocimiento que tiene el espectador de la historia, será su grado de entendimiento y participación en la obra, se ven fanáticos que están 100 % metidos y espectadores neutrales, que tal vez se pierden alguna escena y en algún momento pueden lucir desorientados, pero de todas formas disfrutarán poder ser partícipes de este ritual que es cada función.
En conclusión, The Rocky Horror Show es una gran fiesta, un derroche de energía, de música y de luces. Con actuaciones que están a la altura de semejante despliegue técnico y escénico. Aclarando que el espectáculo está arriba del escenario y también abajo, ya que los espectadores son partícipes de esta gran celebración y aprovechan cada función para reunirse y rendir tributo a esta verdadera obra de culto.
Pensador Teatral.
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